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Un Estado y medio. Israel y el conflicto perfecto. 2013. Jordi Pérez Colomé

Este ebook de Jordi Pérez Colomé se centra en los problemas que existen entre Israel y Palestina, y en cómo lo viven los habitantes de la zona en conflicto.

El autor realizó un viaje a la zona y se entrevistó con decenas de personas, y con ese material ha escrito un gran reportaje, por bueno y por extenso. Además, hay apuntes sobre la historia y como se ha llegado a determinadas situaciones en algunos puntos de esos territorios, por ejemplo, con el tema de los asentamientos israelíes en terreno palestino.

Se dan las claves de por qué es muy difícil que haya una solución al conflicto. No obstante, nada es eterno y cosas más sorprendentes se han visto. Hay mucha gente que intenta ayudar en la tarea de una convivencia pacífica.

Cómo pasa con todos los textos de Colomé, la lectura es ágil y clara. En la línea de su estupendo blog: Obamaworld.

En la misma línea el autor tiene otro ebook sobre Irán, El país esquizofrénico. Igualmente recomendable.

La dictadura mediática en Latinoamérica, por Andrés Oppenheimer

El Nuevo Herald.


Hay que darle crédito al presidente venezolano Hugo Chávez y a sus colegas de varios países latinoamericanos por haber logrado un lavado de cerebro masivo difícil de creer: han conseguido convencer a muchos de que existe una enorme conspiración de los medios de comunicación capitalistas contra sus países, y que hacen falta más medios gubernamentales y controles a la prensa para neutralizarla.
El cuento chino de la conspiración de los medios capitalistas le está funcionando de maravillas a Chávez y sus colegas populistas en Argentina, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y otros países latinoamericanos. Les está permitiendo construir los mayores imperios mediáticos estatales y pro-gubernamentales que sus países han tenido en la historia reciente, y silenciar a los medios críticos.
En su conferencia de prensa del 9 de octubre, la primera tras ganar su tercera re-elección, Chávez —que controla todos los poderes del gobierno y gran parte de los medios venezolanos— reiteró sus denuncias sobre una supuesta “dictadura mediática que afecta a mucha gente en este mundo", que lo pinta como un autócrata.
Horas más tarde, cuando en una entrevista televisiva le pregunté al vice canciller venezolano Jorge Valero si la victoria electoral de Chávez no se debió en parte a una campana en que Chávez gozaba de todas las ventajas, me respondió que, por el contrario, el resultado fue una reacción de los venezolanos contra "los grandes mecanismos de dominación mundial que se expresan en particular a través de los grandes medios de comunicación".
En Ecuador, la narrativa de la conspiración mediática internacional es uno de los temas favoritos del presidente Rafael Correa. Recientemente demandó por millones de dólares a los columnistas que lo critican, y clausuró 19 emisoras radiales, un canal de televisión y varios medios impresos, al tiempo que esta construyendo su propio imperio mediático. El año pasado convocó un referéndum para regular los medios privados, y lo ganó.
En Argentina, la semana pasada, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner reiteró que su nueva ley de medios obligará al "monopolio" de prensa independiente Clarín a vender su cadena de televisión por cable el 7 de diciembre. Mientras tanto, el 11 de octubre, el empresario kirchnerista Cristóbal López terminaba de comprar Radio 10, la radio mas importante de Argentina, junto con varias otras radios y el canal de noticias C5N.
Según mi colega Carlos Lauría del Comité para la Protección de Periodistas, de Nueva York, el número de medios controlados por el gobierno en Venezuela ha aumentado de 3 cuando Chávez asumió la presidencia en 1999, a 15 en la actualidad.
Además, Chávez ha construido una enorme red de radios comunitarias, y la cadena de noticias regional Telesur. (Curiosamente, en su conferencia de prensa del 9 de octubre, Chávez afirmó que “Telesur se está viendo más que Al Jazeera, y más que CNN", lo que contradeciría su propia teoría de que sus medios están en desventaja ante una dictadura de medios de prensa capitalistas.
Según un documento oficial del gobierno venezolano que se filtró a la prensa, el 52 por ciento de los medios impresos y electrónicos de Venezuela están bajo el control del gobierno o en manos de sus amigos. Y los pocos canales de TV privados que quedan están obligados a emitir las cadenas de Chávez —más de 1600 en los últimos catorce años—, al punto que durante la reciente campaña presidencial, Chávez pronunciaba casi a diario discursos de varias horas, mientras que a su rival en la campaña Henrique Capriles sólo le correspondían 3 minutos diarios.
En Ecuador, cuando Correa asumió el poder en 2007 había un solo medio estatal, Radio Nacional. Hoy, existen 17 medios gubernamentales, dice Lauría. Correa controla cinco canales de TV, cuatro emisoras radiales, tres periódicos, cuatro revistas y una agencia de noticias, sin contar los medios controlados por empresarios amigos. Además, Correa ha hecho 1.025 cadenas en los últimos cinco años.
En Argentina, Fernández de Kirchner ha co-optado casi todas las emisoras de radio y TV por medio de empresarios amigos, como López, y publicidad oficial.
“En toda la región, vemos una concentración de medios en manos del gobierno que no tiene precedentes”, dice Lauría. “Estas cadenas de medios controlados por el gobierno suelen funcionar como usinas de propaganda, y como plataformas para desprestigiar a opositores”.
Mi opinión: para cualquier lector bien informado, el cuento de la dictadura de los medios capitalistas suena como un chiste.
Nunca antes los medios han estado tan fragmentados como hoy dia, en que tenemos mas de 500 canales de televisión, millones de sitios de internet, Twitter y Facebook. Y nunca antes en la historia reciente las grandes empresas privadas de medios han estado más débiles: no conozco ninguna empresa de medios importante, europea o estadounidense, que no haya hecho drásticos recortes de personal en los últimos años.
Sí, es cierto, existe un grave peligro de una dictadura mediática en América latina. Pero quienes están al frente de ella son los presidentes populistas autoritarios que están construyendo formidables imperios de medios gubernamentales, mientras silencian a sus críticos.

Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2012/10/13/v-fullstory/1321435/oppenheimer-la-dictadura-mediatica.html#storylink=cpy


Informe Mensual de Violaciones de los Derechos Humanos - Septiembre 2012


Centro de Información Hablemos Press

Santa Marta 394, Apto 3 alto, e/t Franco y Subirana, municipio Centro Habana, La Habana.
Teléfono: 879 93 31.
Contacto: robersm2007@gmail.com    
Nuestro sitio Web: www.cihpress.com

La Habana, Cuba.

Informe de Septiembre del 2012.
Arrestos por motivos políticos registrados por CIHPRESS en 2010/1499

 Arrestos por motivos políticos registrados por CIHPRESS en 2011/3835

Mes
Cantidad de arrestos por meses
Acumulado Total


Enero / 2012
428
Febrero
387
815
Marzo
760
1575
Abril
340
1915
Mayo
343
2258
Junio
411
2669
Julio
429
3098
Agosto
538
3636
Septiembre
504
4140


El Centro de Información Hablemos Press documentó, en septiembre, 504 arrestos por motivos políticos, lo que demuestra la falta de libertades que sufrimos los cubanos, en especial quienes promovemos el respeto a los derechos humanos.

La mayor cantidad de detenciones documentadas pertenecen al Movimiento Damas de Blanco Laura Pollán, quienes siguen siendo blanco de ataques por parte de turbas paramilitares, incitadas por el régimen militar del general Raúl Castro para que no realicen sus actividades.

Agentes de la Seguridad del Estado y la Policía Nacional detuvieron a decenas de opositores y Damas de Blanco, el 8 de septiembre, para impedirles ir a misa y peregrinación por los 400 años del hallazgo de la Virgen de la Caridad.

Las turbas paramilitares, también impidieron el 24 de septiembre que un considerable grupo de Damas de Blanco asistieran a misa, por el día de la Virgen de la Merced, al bloquear la entrada de la casa sede, situada en el número 963 de la calle Neptuno, en el municipio Centro Habana, en La Habana. Más de 70 Damas resultaron detenidas en diferentes regiones del país para esa fecha.

El régimen militar, continúa aferrado en silenciar  las voces disidentes; en este mes, arreció la represión contra la prensa.

Al menos 19 periodistas independientes, entre ellos blogueros, fueron arrestados; tres de ellos resultaron secuestrados por agentes del Departamento de la Seguridad del Estado (policía política). Sus equipos de trabajo (cámaras, grabadoras, teléfonos celulares, memoria de datos, documentos y blog de notas), resultaron confiscados.

Uno de los periodistas, Calixto Ramón Martínez Arias, corresponsal del Centro de Información Hablemos Press,  fue encarcelado el 16 de septiembre. Se le acusa de desacato a la figura de Fidel y Raúl Castro. Otros cuatro de sus compañeros, Roberto de Jesús Guerra Pérez, Gerardo Younel Avila Perdomo, Magali Norvis Otero Suárez y Carlos Ríos Otero permanecieron detenidos por varias horas en dependencias policiales y se les amenazó con encarcelarlos si continúan su labor periodística.

Orlando Luis Pardo, escritor, fotógrafo y bloguero, y su novia Silvia Cornelles Batista, bloguera, fueron detenidos el día 1ro. de septiembre al salir de su casa, para impedir que asistieran al Proyecto Estado de SATS. También resultaron detenidos, ese día, el bloguero Dimas Castellanos, Manuel Cuesta Morúa y el grafitero Danilo Maldonado, entre otros.

Alberto Méndez Castelló, periodista independiente, también fue secuestrado por agentes de la Seguridad del Estado el 10 de septiembre, cuando se dirigía a Majibacoa, provincia Las Tunas, a recopilar información para hacer sus reportajes.

El 13 de septiembre, el periodista independiente Oscar Sánchez Madan, fue golpeado con una cabilla por Luis Alberto Rodríguez, un delincuente protegido por la Seguridad del Estado. Madan, fue llevado a un hospital. Como consecuencia de las lesiones recibidas en la cabeza necesitó sutura.

La ola represiva contra la oposición y la prensa independiente se ha recrudecido en las últimas semanas. Los asaltos, allanamientos, golpizas, actos de repudio y destrucción de las viviendas de los opositores, en diferentes regiones del país, continúan y se han vuelto frecuentes en los últimos meses, sin que a las autoridades les importe quienes se encuentren dentro de los hogares. Sobre todo reinan las agresiones físicas y las amenazas de muerte.

Algunos ejemplos de los actos violentos:

El 6 de septiembre, Vivian Peña, Dama de Blanco, y su esposo, Misael Valdés, representante del Frente Nacional de Resistencia Cívica en Palma Soriano, Santiago de Cuba,  fueron detenidos y su vivienda  destruida a mandarriazos por paramilitares que recibieron órdenes de la policía política. Dentro de la vivienda se encontraban los hijos del matrimonio, según describió Peña al ser liberada.

El 13 de septiembre, Ángel Moya Acosta, ex prisionero político del Grupo de los 75, fue amenazado de muerte por Luis Alberto Rodríguez, que lo agredió con un cuchillo. Luis Alberto ya había lesionado al periodista Sánchez Madan, ese mismo día.

El 20 de septiembre, la vivienda de Ovidio Martín Castellanos, miembro de la Unión Patriótica de Cuba, fue asaltada por paramilitares que le pintaron la fachada con chapapote. También lanzaron piedras, causando lesiones al hijo de Castellanos y golpearon a una niña de tres años de edad al penetrar en la vivienda.

El 23 de septiembre, Osvaldo Rodríguez y su familia fueron golpeados brutalmente, en dos ocasiones el mismo día, por fuerzas especiales del Ministerio del Interior, que allanaron su casa situada en el poblado Bejucal, al negarse a que uno de sus hijos fuera reclutado para el Servicio Militar Obligatorio. Los agentes le provocaron lesiones en el rostro. Al cierre de este informe, continuaban detenidos en el Técnico de Instrucción de la Policía Nacional del municipio San José de las Lajas, provincia Mayabeque.

Me pega lo normal

por Arcadi Espada.


Una Rihanna, cantante pop, ha dicho que ama al que le pegó una buena paliza, un Chris Brown que fue juzgado y condenado por ello. Las palizas no son incompatibles con el amor, al menos con el amor proclamado. Hay gente que, igual que juega a médicos, juega con el sufrimiento. Pero en este caso no hubo juego, y la mujer denunció la conducta del hombre. Al que no ha dejado de amar, insiste. Su confesión redunda en un asunto escabroso. Muchas mujeres son asesinadas porque no son capaces de alejarse de sus maltratadores. Sus muertes tienen un aire vago de suicidio y de sobredosis. Hay mujeres que siguen con su hombre a pesar de que las mata. Otras, porque las mata. No sucede nada demasiado distinto con la heroína y el alcohol. El feminismo ha querido convertir la conducta sometida de algunas mujeres en un asunto político, haciéndolas víctimas del macho. Pero lo cierto es que estas mujeres, equipadas socialmente con todo lo necesario para huir del peligro (y lo principal: los dinerillos), son, ante todo, víctimas de sí mismas. Se trata de mujeres que no son normales. Y utilizo este adjetivo de una manera libre, tranquila y desenvuelta, porque el adjetivo normal, después de haber estado recluido durante años en los campos de concentración del political correctness ha vuelto triunfante ¡y normalizado! gracias a monsieur Hollande, el presidente normal, es decir ce qui ne souffre d’aucune trouble pathologique.
Rihanna es una pobre chica enferma que ama a su maltratador. Digamos, sin apartarnos ni un ápice de la semántica legitimada por monsieur Hollande, que Rihanna es una pobre chica subnormal. Los periódicos pueden recoger declaraciones de personas que sufran este tipo de patologías; pero con la severa condición stendhaliana de que solo sirvan para mostrar la patología. Lo relevante y veraz no es lo que Rihanna dice sobre el amor y la violencia, sino que Rihanna es una enferma. Por desgracia, el tratamiento que los medios dan a sus declaraciones es puramente romántico. Las mismas crónicas que escarbando sobre los hechos con las pinzas del deontólogo eluden incluir referencias a la responsabilidad del alcohol (¡no fuera a ser un atenuante!) en los crímenes de pareja vulgares, se empapuzan de ambigüedad sobre la relación entre la violencia y el amor cuando la víctima no es una cincuentona ama de casa de Albacete, que lo perdonó, sino una top pop. Ya no se trata de la sórdida enfermedad de la dependencia; sino del libérrimo y fértil amour fou. Y me escandaliza que frente a estos relatos el fiscal feminista calle, también sometido. Y no pida, al menos, el inmediato procesamiento de la protagonista, por apología de la violencia y de la droga.
(El Mundo, 23 de agosto de 2012)

Menos presunción

por Arcadi Espada.


La degeneración ha llegado a tal extremo que esta mañana me siento incómodo donde Herrera, por defender la presunción de inocencia de Bretón; y sobre todo por no meterme en la poza negra del cerebro de un psicópata. Lo extraordinario es la comodidad con que mis colegas deambulan por ahí; de modo que el que parece que esté fantaseando sea yo. Es llamativo cómo ha disminuido en pocos años la distancia entre los oyentes de un programa y los que lo hacen. Ya es prácticamente indistinguible. Y, desde luego, no porque haya subido la capacidad de raciocinio y mesura del pueblo radiofónico.
Pero ojalá se ciñera el asunto a un problema específico de la radio. Que pudiera decirse se le calentó la boca, ¡y no se refirieran a mí! Quia. Hoy trae el periódico, y destacado en su portada, un artículo dictamen de un José Cabrera, forense, que congrega una sarta penosa de fantasías y elucubraciones (y la habitual creencia de que la distinción entre el bien y el mal basta para descartar la enfermedad cerebral) cuya inserción en un caso de dolor terrible le añade un estrago de inmoralidad. Obviamente lo primero que hace nuestro forense es ignorar con desprecio la presunción de inocencia. A partir de ahí el desbordamiento es incontenible. La presunción de inocencia revela, por agrio contraste, para qué sirve, su utilidad específica en la higiene del Estado de Derecho. Cuando la presunción de inocencia se destruye todas las presunciones resultan ya legítimas, llevaderas, naturales. Declarado culpable por el tribuno popular el asesino y toda su peripecia se convierten en un bien comunal.

El show de Correa con Assange

por Andrés Oppenheimer.


Mientras el presidente populista de Ecuador Rafael Correa intensifica su ofensiva internacional para dar asilo político al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, un conocido periodista ecuatoriano que está pidiendo asilo político en Estados Unidos tiene algunas interesantes perspectivas sobre los motivos que hay detrás de este último show mediático del presidente de su país.
Emilio Palacio, ex columnista estrella del diario ecuatoriano El Universo y autor del libro de próxima aparición titulado “El periodista de los 80 millones”, dice que la campaña de Correa a favor de Assange no tiene como propósito único reparar su imagen como el enemigo número uno de la libertad de prensa en Ecuador, sino que también es parte de su ofensiva propagandística para ganar espacios políticos en el campo de la izquierda radical latinoamericana.
Según Palacio, Correa sospecha que el presidente venezolano Hugo Chávez y el líder histórico cubano Fidel Castro morirán pronto, y está tratando de proyectar su propia imagen internacionalmente para convertirse en el nuevo líder del ALBA, el bloque de países actualmente liderado por Venezuela.
Palacio es uno de varios periodistas ecuatorianos que han sido víctimas del ataque sistemático de Correa a la libertad de prensa en Ecuador, según los principales grupos de defensa de la libertad de prensa —incluyendo el Comité de Protección de Periodistas, Human Rights Watch y la Asociación Interamericana de Prensa.
Correa, bajo cuyo gobierno se han cerrado varios medios y que ha impulsado medidas para limitar a los medios independientes, presentó una demanda por $80 millones y tres años de cárcel contra Palacio y tres directores de El Universo, por una columna en la que Palacio llamó “dictador” al presidente.
Un juez ordenó que los acusados pagaran $40 millones, y Correa luego perdonó a los cuatro. Palacio, sin embargo, está pidiendo asilo político en Estados Unidos porque tiene otro juicio pendiente de un canal de televisión oficialista de Ecuador financiado por Venezuela, y teme por su seguridad si regresa a Ecuador.
En una entrevista, Palacio reiteró su afirmación de que Ecuador es una “dictadura”. Agregó que Correa está tratando de aparecer en los titulares para eclipsar su imagen de pupilo de Chávez y Castro. Nunca le gustó haber sido tratado como un líder de segunda línea por Venezuela y Cuba, señaló.
Cuando Correa asumió la presidencia en el 2007, Chávez se refirió a él como “este muchacho”. Y Cuba siempre consideró a Correa como un aliado errático, al punto de que Correa visitó la isla cinco veces, pero sólo en una ocasión se le concedió una visita oficial, dice Palacio. Presintiendo que pronto podría haber un vacío del poder en el ALBA, Correa ha aumentado su activismo internacional en los últimos meses, afirmó Palacio.
En abril, Correa acaparó los titulares durante la Cumbre de las Américas de los países latinoamericanos con el presidente Barack Obama, en Cartagena, Colombia, al boicotear el evento. En junio, Correa fue el único líder extranjero que se presentó en la reunión anual de cancilleres de la Organización de Estados Americanos en Cochabamba, Bolivia.
En julio, Correa le pidió al Comité Olímpico que le permitiera desfilar al frente del equipo de su país en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos en Londres, según informó la agencia española de noticias EFE. La petición de Correa fue rechazada por el Comité. Y ahora, Correa pretende acaparar los titulares presentándose como defensor de los oprimidos, al garantizarle asilo a Assange, agregó Palacio.
Mi opinión: Palacio se excedió un poco al calificar a Correa como un “dictador”. Por ahora, Correa es un aspirante a dictador, o un presidente narcisista populista que está utilizando demasiadas energías para acaparar poderes absolutos, y demasiado pocas para mejorar las condiciones de vida de los ecuatorianos. Ecuador puede terminar siendo una dictadura como Cuba, pero todavía no lo es.
Pero lo que dicen Palacio y otros no justifica los ataques de Correa contra la prensa. Como bien señaló recientemente Tim Padgett en la revista Time, Obama es atacado a diario por críticos que aseguran —contra toda evidencia— que no nació en Estados Unidos, y sin embargo el presidente de Estados Unidos no se dedica a clausurar Fox News, o a demandar a columnistas críticos.
Palacio tiene razón al ver la cruzada de Correa para presentarse como un campeón de la libertad de expresión como una hipocresía. El solo hecho de que Correa diga que le ha concedido asilo a Assange en Ecuador —un país con un sistema de justicia cada vez menos independiente— porque supuestamente no gozaría de suficientes garantías de que recibirá un trato justo en Suecia, un país cuyas instituciones están entre las más sólidas del mundo, es algo digno de risa.
Twitter: @oppenheimera

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Lo que nunca muere

por Arcadi Espada.


ETA ha perdido su batalla contra la sociedad española. De un modo indiscutible. Tan indiscutible como que habrá sido a pesar de la prensa. ETA ha hecho de la prensa su aliada, su más eficaz quintacolumna. Al principio de la transición, la prensa pura y simplemente tapó sus crímenes: los asesinados se escurrían por el sumidero de un breve. En los últimos años ETA ha sido para la prensa una atracción constante y fatal. Un puñado de periodistas heroicos, que entendieron mejor que nadie, en ninguna parte, cómo una sociedad democrática debía informar sobre el terrorismo no fue suficiente para contrarrestar la viciosa ola general. Lo más sorprendente, lo puramente devastador, es que después de muerta ETA siga gozando de la simpática (como la onda expansiva de la bomba) amistad de la prensa, que no solo retransmite en directo sus akelarres de perdón sino que es capaz de organizarle gratuitamente, estos mismos días, una buena huelga de hambre.
Un preso gravemente enfermo pretende saltarse la tantas veces desquiciante burocracia carcelaria (que tiene que examinarle y decidir sobre la gravedad de su estado) y anuncia que se pone en huelga de hambre hasta que no le liberen. Al poco rato otros presos etarras anuncian su difusa solidaridad con él. Esta solidaridad se traduce en que a veces se saltan alguna comida, o el postre, o evitan los alimentos de la prisión, o escriben cartas campanudas a la dirección, etcétera. Pero los grupos filoetarras del exterior dicen: «Huelga de hambre». Y la prensa dice: «Huelga de hambre». Uno de esos antiguos preceptos del tiempo en que los periódicos no estaban en el museo ni en las ceremonias de clausura obligaba a los periodistas a no informar de una querella hasta que el juez no la aceptaba. Del mismo modo, cualquier periodista sabe que la noticia de una huelga de hambre no se da hasta que le clavan al huelguista la aguja de su primer suero. Por si fuera poco han sacado en seguida la palabra carcelero. El carcelero de Ortega Lara. Esto que ha hecho exactamente Basagoiti al reprocharle a Otegi que hable de humanidad para quien no la tuvo con el secuestrado. Esto, lo último que debe hacerse: insinuar por pasiva que el Estado está aplicando algún tipo de venganza tácita. Esta generosa donación a las misiones etarras: la oportunidad de que los voceros extramuros prendan fuego al esparto del verano.
Mi beocia falta de entendimiento sobre el oficio (¡y no será por falta de obstinación y de años!) y esta imposibilidad de asumir que ETA, antes que cualquier otra cosa, fue, es aún, lo más acogedor y sagrado, un puto tema.
(El Mundo, 14 de agosto de 2012)

Analfabetismo numérico, versión Groenlandia

por Arturo Quirantes.



En España existe grandes lagunas en determinados campos mientras que en otros somos realmente expertos. Un desconocimiento realmente preocupante en temas científicos o culturales acompañado de un descompensado conocimiento en temas de corazón o deportes.  A veces se trata de asuntos que el ciudadano medio no tiene por qué recordar, como la diferencia entre una proteína y un aminoácido, o cuándo nos birlaron Gibraltar.  En otras muchas ocasiones, se trata de echarle dos dedos de frente.  En cierta ocasión, un concursante del concurso “¿Quiere ser millonario?” se debatía intentando adivinar qué general ganó la batalla de Bailén.  Había dos nombres a escoger, un español y un francés.  Bastaba con saber qué bando había ganado la batalla.  Por supuesto, el concursante falló.
Entre los múltiples casos de ignorancia, el anumerismo está especialmente extendido.
Con ese palabro me refiero a la incapacidad de muchas personas para desenvolverse en el mundo de las cifras (Bernardo Marín dixit).  Ya saben, el tipo de persona incapaz de distinguir entre millón y billón, que cree que subir el IVA del 8% al 16% es un aumento del 8% (es el doble).  Yo los veo en todos los exámenes.  Les pongo el típico ejemplo de un satélite en órbita terrestre, para que me calculen la masa de la Tierra, y les sale una masa inferior a la de un portaaviones.  Y se quedan tan panchos.  Y si luego van a revisión de exámenes y les haces notar lo incongruente de la respuesta, se encogen de hombros en plan “yo hice los números y he cumplido, si me sale un resultado absurdo no es culpa mía.”  Por supuesto, sí es culpa suya, y nos veremos en septiembre.
Recientemente hemos sido testigo de anumerismo en grado de tentativa masiva y alevosa, con el periodismo copypasteador como colaborador necesario.  La NASA ha distribuido imágenes basadas en datos de satélite, según las cuales el 97% del hielo superficial de Groenlandia se había derretido.  La noticia, desde su fuente original, fue recogida por Europa Press (en realidad, traducida y poco más), y desde ahí ha saltado a telediarios y periódicos.  A tenor del tratamiento informativo que ha recibido la noticia, bien parece que el becario de guardia (con mis respetos a los becarios) se limitó a tomar la nota de prensa y pasársela al jefe, al que le venía de perlas una noticia impactante para rellenar el minuto que siempre les queda antes del bloque deportivo.
El problema es que la noticia fue totalmente distorsionada.  La nota de la NASA afirmaba que una cantidad récord de superficie helada se había derretido en Groenlandia.  Donde el satélite captaba hielo, ahora hay agua.  Eso les llevó a los periodistas a pensar que toda la capa de hielo de Groenlandia se había derretido.
El detalle, sin embargo, es que esa capa de hielo tiene un espesor de dos kilómetros.  ¿Tienen idea de la cantidad de hielo que significa eso?  Se trata de un volumen enorme.  Mucho hielo.  De verdad, muuucho.
El primer problema radicó ahí: en que muy pocos periodistos se preocuparon por leer bien la nota de prensa original.  No se les puede perdonar por no saber inglés, ya que el comunicado de Europa Press era poco más que una traducción al español.  Hay medios de comunicación que recogieron la noticia con cierto grado de fidelidad, como por ejemplo RTVE.es y Publico.es; aunque sospecho que el motivo es que se ajustaron a la nota original escrupulosamente, al menos no metieron la pata y dieron la noticia correctamente, hablando del “hielo superficial.”  También cumplieron correctamente su tarea medios más serios como La Información, donde aberron vigila incansablemente contra la tontería. Echo de menos alguna noticia de esmateria.com, pero en el momento de escribir estas líneas no han reaccionado todavía.
En cualquier caso, un medio de comunicación que contase con un científico de guardia no sería engañado tan fácilmente.  En primer lugar, el derretimiento de una capa tan enorme de hielo requeriría una cantidad de energía asombrosamente alta.  En segundo, tanto hielo derretido subiría el nivel de los mares de forma perceptible.
Vamos a hacer unos números, a ver de cuánto hielo fundido estamos hablando.
Comencemos por el volumen.  Por supuesto, nuestros datos no serán exactos, pero nos darán una idea aproximada del “orden de magnitud,” que es el término elegante que usamos los científicos para decir “poco más o menos.” Según la Wikipedia, Groenlandia tiene una superficie de unos dos millones de kilómetros cuadrados“.  La nota de la NASA nos indica que la capa de hielo tiene un espesor de hasta tres kilómetros en el centro; cerca de la costa, esa cantidad es bastante menor.  Seamos conservadores, y supongamos un grosor medio de dos kilómetros.  Eso nos daría un volumen cuatro millones de kilómetros cúbicos.
Un volumen tal de hielo se reducirá un 10% al convertirse en agua, lo que nos dará unos 3.600.000 km^3 de agua, que evidentemente irán a parar a los océanos de la Tierra.  Si recuerdan de sus tiempos de colegio (y si no, ya saben), la superficie de agua (océanos y mares) de nuestro mundo es de unos 360.000.000 km^2.  De distribuirse uniformemente por todos lados, el nivel del mar subiría en más o menos 3.600.000 / 360.000.000 = 0,01 kilómetros, es decir, unos diez metros.
Ahora que tenemos a montones de comentaristas de televisión desplegados en la playa para informarnos de que en verano hace calor, incluso el más alelado se daría cuenta de que un chiringuito sumergido bajo las aguas resultaría un fenómeno digno de mención.
Estos datos son bastante aproximados, pero incluso si no los tuviésemos a mano, nada nos impediría utilizar el sentido común.
Digamos que usted no tiene Internet.  No sabe cuál es la extensión de Groenlandia, pero según recuerda de los mapas es grande, digamos “del orden” del millón de kilómetros cuadrados.  Eso de “del orden” significa que puede ser algo más o algo menos, pero no será mucho más ni mucho menos (es decir, no 1.000 ni 100.000.000).  El grosor de la capa de hielo es desconocido, pero podemos razonar que es “del orden” del kilómetro.  Así que el volumen de hielo es “del orden del millón de kilómetros cúbicos.”  La superficie de los océanos es … vaya, tampoco nos acordamos, pero si recordamos del cole es “del orden de los cientos de millones de kilómetros cuadrados.”  El cociente será “del orden de la centésima de kilómetro,” es decir, del orden de los diez metros.  Incluso sin saber los datos exactos, la regla de los dos dedos de frente y un poquito de cultura general nos salva el día.
El siguiente cálculo es de nota: ¿cuánta energía sería necesaria para fundir todo ese hielo?
Yo he hecho algunos cálculos sencillos, pero tienen bastante margen de error, así que para no liarla parda mejor me los guardo.  No importa, porque no hay más que usar un poquito el sentido común.  ¿Cuatro millones de kilómetros cúbicos fundidos en apenas cuatro días, en una región del globo a temperaturas bajo cero, donde apenas luce el sol y con capas de nieve que reflejan la luz solar en un 90%?  Incluso el becario editor más tonto debería darse cuenta de que algo suena raro.  No hay más que pensar en lo que tarda en fundirse un charco helado en invierno, la cantidad de quitanieves y sal que necesitamos para dejar expedita una autovía.  Sentido común, no se pide nada más.
Llevo algún tiempo pensando que una de las cosas que necesitan los medios de comunicación de este país es un asesor científico, que pueda “traducir” e interpretar este tipo de noticias.  En un paisaje donde todos los periódicos y televisiones echan mano de las mismas notas de prensa para dar casi exactamente la misma información (excepción hecha de la muy polarizada información política), una especialización en ciencia y tecnología puede marcar la diferencia.  Puede que me equivoque, pero no me quiten la ilusión de soñar con un mundo en el que la información científica y técnica sea veraz, clara y popular.  Adopte usted un divulgador científico, señor editor. Le evitaremos quedar en ridículo.  Y además, somos amables y cariñosos.

Hablemos Press: Cinco integrantes detenidos en una semana




La Habana, 28 de julio.- Gerardo Younel Avila Perdomo, foto reportero de nuestra agencia fue detenido en su domicilio al mediodía de este sábado 28 de julio por agentes de la Seguridad del Estado y la Policía Nacional, denunciaron familiares.
Ya son incontables las detenciones de Gerardo Younel, quien es detenido cada fin de semana para que no reporte la asistencia y marchas de las Damas de Blanco en la iglesia de Santa Rita de Casia y la 5ta Avenida de Miramar en La Habana.
Gerardo Younel ha sido víctima de brutales detenciones y golpizas en presencia de sus familiares y vecinos.  
Nuestro Corresponsal en Guantánamo, Enyor Díaz Allen, también sufrió una detención el lunes para que no reportara los sucesos acontecidos en el hogar de un disidente que abrió un libro de condolencias por la muerte de Oswaldo Payá.
Allen fue liberado sin cargos, el jueves, luego de permanecer más de 72 horas en un calabozo de la Unidad de Operaciones.
Otros tres colaboradores, Eugenio Estepe, Carlos Manuel Cárdenas  y Weiner Martínez fueron detenidos en la provincia Sancti Spiritu sin que se le informaran las causas de la detención.
La represión contra miembros de nuestra agencia y la disidencia aumenta cada día. Mientras el régimen castrista habla de "un diálogo en igualdad de condiciones" con el gobierno de los Estados Unidos.

Prefieren no mirar

por Arturo Pérez-Reverte.


Hieren su sensibilidad. O sea, molestan a los lectores. Los desconsiderados redactores que metieron en los periódicos de papel o digitales unas fotos de niños escabechados en la última matanza de la guerra civil siria, no tuvieron en cuenta que enseñar cadáveres es de mal gusto. Incurrieron en el voyeurismo sórdido. Y claro, numerosos ciudadanos irritados se han dirigido a los medios correspondientes, afeándoles la conducta. Niños degollados y sangre. Qué espanto. Qué inapropiado. Me han causado ustedes un problema de tipo emocional de aquí te espero. Hacen de la muerte un espectáculo, de la tragedia un morbo. Mostrar carnaza es propio de periódicos y revistas de baja categoría. Una falta de respeto para lectores y víctimas. Etcétera.

Tiene gracia. Aunque sea puñetera gracia. Esas quejas de lectores sensibles coinciden exactamente con lo que una individua sectaria, desabrida y biliosa, hoy ideóloga ética en la telebasura y entonces directora de Informativos de TVE, nos decía a principios de los 90 cuando mandábamos cada día carne fresca, recién descuartizada, desde los Balcanes. Los combates de Vukovar. Los degollados de Petrinja. Los morterazos del mercado de Sarajevo. La bomba de Dobrinja. El hospital Kosevo, con la gente llegando reventada por la metralla y la morgue llena hasta la puerta, donde el suelo rojo hacía chof, chof, cuando lo pisabas. Imágenes de la matanza cotidiana, grabadas, jugándose la vida bajo las mismas bombas que mataban a esa gente, por Márquez, por Miguel de la Fuente, por Paco Custodio. Por mis compañeros y amigos. Profesionales que estaban allí para mostrar lo que ocurría, la atrocidad y la barbarie; no para plantearse problemas éticos sobre la sensibilidad de los espectadores. Pero la jefa -tener esa jefa era una desgracia como otra cualquiera- se ponía como una fiera. No mandéis esas imágenes, que son muy fuertes. Malvados. Si grabáis mucho niño muerto, os los quitaremos de la crónica antes de emitirla en el telediario. Por suerte, entre ella y nosotros estaba Miguel Ángel Sacaluga, el subdirector, que metía lo que le enviábamos y nos cubría las espaldas -nunca se lo agradeceré lo suficiente- porque estaba tan cabreado como nosotros de tanto paño caliente, tanta diplomacia y tanta mierda: Javier Solana, el negociador simpático, morreándose con los verdugos y repitiendo, con mucho plural de por medio, que todo iba a solucionarse de un momento a otro. Así, día tras día, mes tras mes, año tras año. Y mientras la cobarde Europa por él representada miraba hacia otro lado, en Sarajevo faltaba tierra para enterrar a la gente, y hasta los campos de fútbol había que convertirlos en cementerios. Por eso me da tanta risa torcida cuando al correo del lector de tal o cual periódico acude la peña con quejas. Si aquella foto debió publicarse entera o cortada, en primera o en páginas interiores. Si a la niña de catorce años violada y degollada deberían haberle tapado ustedes la cara para cumplir con las leyes de protección a la tierna infancia. Si la imagen de esa mujer destripada no lleva pie de foto con crítica explícita a la violencia machista. Si difundir la imagen de treinta cuerpos amontonados junto a una pared acribillada de impactos de bala supone una falta de respeto al dolor de sus familias. Y es que no se han enterado de nada, rediós. Esos menguados olvidan que la función de las imágenes de guerra atroces es precisamente ésa. Sacudir, atormentar, herir la sensibilidad del lector, del espectador, lo más que se pueda. Decirle: mira, gilipollas, esto es real. Así muere la gente cuando la matan. Y para que te enteres: en Siria y en todas las Sirias repartidas por el puerco mundo, son precisamente los familiares de esas víctimas los que desean que se fotografíen y graben las matanzas. Son ellos quienes se juegan la piel para llevar a los periodistas hasta allí, y de ese modo hacer al mundo testigo de un horror que, de otra manera, quedaría oculto y con frecuencia impune. Dudo que ningún editorial de periódico, ninguna tertulia televisiva, logre hacer con sus argumentos que alguien odie tanto a los nazis como la brutal visión de las imágenes de Auschwitz o Dachau, a la hora de comer. Por ejemplo. Pero es que la cuestión real no es ésa. Lo que ocurre es que esta sociedad anestesiada, egoísta, que a pesar de la que está cayendo fuera y dentro sigue sin querer enterarse de en qué peligroso mundo vive, está empeñada en que nadie le altere el pulso. En que no la despierten de su imbécil sueño suicida. Lo que pide, o exige, es vivir cómodamente sentada en el sofá, zapeando entre anuncios con gente que baila y sonríe, Sálvame y el puto fútbol.    


El periodismo cambia y las empresas no quieren enterarse

Jordi Pérez Colomé.



El jueves el Tribunal Supremo publicó su opinión sobre la reforma sanitaria de Obama. Era una decisión esperada e inundó la actualidad durante 24 horas. Luego casi desapareció. Los tres telediarios del día siguiente abrían con los incendios de Colorado.

En este buen artículo, Ben Smith cuenta cómo se formó la opinión colectiva en unas horas y la noticia quedó atrás: la empresa Nexis reunió más de mil artículos sobre el magistrado John Roberts en 24 horas; en 2000, tras la decisión Bush vs. Gore, 227 artículos hablaron el primer día del entonces jefe del Supremo, William Rehnquist.

Así son los ciclos de las noticias en la época de internet. La noticia no ha desaparecido del todo, claro. Ahora vienen análisis más concretos sobre el papel de Roberts, las consecuencias de la decisión en los estados y quérevelan las decisiones de todo el año del Supremo -que ya está de vacaciones. Pero la narrativa se creó y cerró en el primer día.

Hay más gente que escribe. Esta historia es solo un ejemplo de cómo el periodismo cambia. En el 2000 solo se podían escribir algunos en periódicos y agencias. Hoy todos pueden escribir en internet.

El medio de referencia para los que el jueves seguíamos el Supremo no fue la CNN o Fox -por suerte- ni el New York Times, sino SCOTUS Blog, una página sobre el Tribunal Supremo que llevan desde 2002 varios profesores y abogados que escriben bien (SCOTUS es “Supreme Court Of The United States”); ahora está patrocinado por la agencia Bloomberg.

Solo en ese día SCOTUS Blog tuvo más tráfico que en sus cinco primeros años. Recibió más de tres millones de visitas a su liveblog. También el presidente se enteró del resultado allí.

La calidad está repartida. El monopolio de los periodistas se ha terminado. Ahora jugamos en campo abierto. Los periodistas sabemos algo más sobre cómo contar lo que pasa, pero tenemos buenos competidores. Si un deportista, politólogo o biólogo sabe explicarse bien, pueden ser grandes periodistas. Es difícil en cambio que yo sea ya un gran deportista, biólogo o politólogo.

Yo me suelo fiar de CNN, pero el jueves me fié más de SCOTUS Blog. Este es el segundo problema grave para los medios: no solo ya no son los únicos, tampoco son los mejores. (La tele y la radio tienen aún la ventaja de la comodidad del espectador, que no debe esforzarse a leer, pero ya veremos cómo acaba.)

Ya no cuenta el qué, sino el cómo. Cuando hay tanta información disponible, es menos importante qué se cuenta y más cómo. El otro día hablaba con un histórico del periodismo catalán, ya jubilado pero aún en activo. Me explicaba cómo en los 70 la información que les llegaba del corresponsal era distinta a la de las agencias: “Pon al corresponsal”, le decían. Era por el prestigio.

Hoy ese caché ya no existe y esa distinción es imposible. La buena información de agencia suele ser incluso mejor que la de algunos corresponsales. También es difícil decirlo mal o con poca claridad. Los errores se notan más porque la competencia es extraordinaria. Es bueno para el periodismo, pero los periodistas deben esforzarse más.

Los medios españoles no reaccionan. La prensa tradicional solo ve disminuir su difusión desde hace años. La única reacción son los recortes. Hasta ahora los periódicos eran los más afectados. Ahora la Ser también esta de huelga por un Ere. En el grupo Prisa parece que seguirán con más despidos.

Es fácil decir aquí que los medios necesitan más inversión y más periodistas. No sé si tienen dinero o no. Quizá la crisis económica del país les ha afectado más al ser un sector ya con problemas. Podría ser incluso que algunas empresas optaran por soltar lastre ahora para volver con más vigor.

Pero de momento los grandes cambios que han hecho los grupos españoles son vender su pdf con variantes e implantar una idea de otro, el Huffington Post. Es difícil así afrontar un periodismo que ha cambiado.

Los periodistas sí reaccionan. En cambio, los periodistas sí que se han enterado de que algo ha cambiado para siempre y que debe hacerse periodismo de otro modo. Pocos, por lo que sé, son rentables, pero los montones de ideas y proyectos que surgen son en parte de periodistas que han sido despedidos o se han ido de sus redacciones, además del montón de nativos digitales que ya funcionan. Unos se centran en opinión, otros en hacer algo que no se hacía o hacerlo distinto o mejor.

Pero la gran diferencia es que hay montones de ideas y los grandes medios apenas cazan alguna. Alguno reúne unos cuantos blogs de firmas ilustres, como si eso sirviera de algo más allá de los dos primeros posts. Me sorprende sinceramente la poca capacidad de reacción.

La gente no es tonta. Me he dado cuenta de que sigo más a gusto un deporte o una rueda de prensa con periodistas sueltos que saben de qué hablan y de los que me puedo fiar que de la cuenta o página general de un medio. Es más natural, más transparente -que es la nueva objetividad- y más accesible. No hay corsés. Los medios tradicionales tienen sus reglas de objetividad y escritura, que en algunos casos han quedado anticuadas.

Los medios nuevos -como los viejos- buscan su financiación, cada cual a su manera y con sus recursos. Las empresas españolas partían con ventaja: tenían el dinero y los periodistas. Hoy están ya en desventaja. El 49 por ciento de los periodistas teme que su medio desaparezca. Si el periodismo resiste, está claro de dónde saldrá.

El 0,35% por el todo

Arcadi Espada.



 

Querido J:
La otra mañana, cuando se cumplían 25 años de la matanza de Hipercor,Carlos Herrera preguntó a los participantes en la tertulia si serían capaces de reunirse con un terrorista que les hubiera convertido en víctimas directas de su crimen. Yo pensé que de todos nosotros el único que podía responder a esa pregunta sin poner en funcionamiento un dudoso mecanismo de la imaginación era el propio Herrera, que durante medio minuto inolvidable viajó en un ascensor con el paquete bomba que podría haberle matado. Y entonces dijo:
—Pues creo que yo tendría curiosidad de verle.
La apelación a la curiosidad me dejó pensativo. Herrera no aludía a ningún sentimiento trascendente ni hondo, a ningún ímpetu ético, ni a la religión ni a la venganza. Curiosidad, eso dijo. Encararse frente al hombre que le había dejado el paquete con intención de matarle. Su curiosidad tenía el habitual flanco débil de la acción terrorista. El terrorista no suele tener nada personal con la víctima y eso es lo verdaderamente insoportable según demostró Ferlosio en uno de sus clásicos artículos inalcanzables. Por lo tanto la curiosidad de Herrera no podía proyectarse a partir del convencional qué te había hecho yo para que quisieras matarme, porque yo y cualquier otra forma de la identidad probablemente no tenían mayor sentido para su asesino: y entiéndase así el posesivo como el resultado de la aplicación de una ley mecánica y no psicológica.
Su respuesta me interesó porque, como sabes, llevo tiempo observando este llamativo desfile de víctimas que acceden a reunirse con terroristas, y que tuvo un momento exactamente espectacular cuando Roberto Manrique, víctima del atentado de Hipercor, anunció a la prensa que iba a verse con un tal Caride, asesino confeso y sentenciado, preso en la cárcel de Álava, e incluso anunció que no le daría la mano: lo que, entre nosotros, me pareció una notable falta de educación, pobre señor Caride. Oyendo a Manrique y viendo también, porque coincidió en esos días, las efusiones sentimentales nítidamente fotografiadas de víctimas de ETA y del Batallón Vasco Español y de la policía española, reunidas el otro día en San Sebastián, y que dijeron llevar cinco años estudiándose el dolor, creo que no está lejano el día en que entre en juego la televisión y retransmita uno de esos encuentros entre asesinos y víctimas, alguno de los cuales es probable que ya esté filmado; y vete a ver si una serie, porque nada le gusta más a la televisión que meter la nariz en esas instancias íntimas.
Lo que si sucede va a parecerme nada, como te he anticipado antes, porque hace muchos años que no me meto en la piel de nadie, no sea que me encuentre con Capote, y sudando. Y porque ya me ha limado la costumbre: si la televisión ha intervenido en el enfrentamiento entre víctimas y verdugos de la violencia común, por qué no habría de hacerlo en los abrazos entre víctimas y verdugos de la violencia política, siempre tan ennoblecedora. Se trata solo de encontrar el momento y el espónsor, y va a haber de lo uno y de lo otro.
Si nada debo objetar a las maniobras íntimas de una víctima con su asesino sí tengo algo que decirte respecto a su proyección pública. No para que la limiten, desde luego y te insisto, porque quién soy yo para meterme en los laberintos del duelo, y para no aceptar lo evidente, esto es que en nuestra época el duelo, para algunas conciencias, debe proyectarse en los medios, y a tambor batiente, supongo que esperando encontrar allí el eco lenitivo de las antiguas plañideras. Pero sin pedir limitación, sí pido equidad. Y concreta. Pido que al tiempo que se exhiben esas víctimas generosas, sensibles y humanísimas se dé cuenta también, aunque sea fuera del horario infantil, del que llamaré el discurso del odio.
Es decir. Junto a las edificantes historias de perdón y arrepentimiento que nos traen nuestros medios hay otras, ya sé que menos presentables pero igualmente humanas, de personas que jamás van a olvidar ni a perdonar, de hombres y mujeres cuyo duelo consiste en la evocación diaria, imprescriptible, obsesionada de lo que perdieron, personas que solo querrían ver muerto y hasta desfigurado a aquel que mató a sus hijos, a su pareja o a sus padres, y a los que estas ceremonias de cárceles, presos, víctimas y mediadores aumenta su dolor, como lo hace también la constatación de que las víctimas son tan distintas que hasta se diría, en literatura, que ni la muerte tienen en común. A mi modo de ver, y no sé qué pensarás tú, amigo mío, no resulta decente dejar consumirse a estas pobres gentes en su odio. ¡También tienen derecho a exhibirlo! Y ante los periódicos y ante la televisión. Si ese es el duelo que acordamos, que pueda serlo para todos.
Desconozco cuántas personas de este tipo, y con este dolor insurgente, quedan en España. Solo puedo decirte que conozco a una. Pero sé que el terrorismo vasco ha dejado 858 muertos y tres mil heridos y que en estas ceremonias de la reconciliación no han participado más de 14 víctimas. Lo que representa, exactamente, un 0,35 por ciento del total. De los mecanismos de mi oficio conozco en especial la llamada sinécdoque, tan femenina, que consiste en repesentar el todo por la parte y viceversa. Y conozco cuán rematadamente perversa y manipuladora es su naturaleza. Y hasta qué punto es capaz de convertir la cifra del 0,35 en la letra decretada del perdón.
Sigue con salud,
A.
(El Mundo, 23 de junio de 2012)