El Fantasma, de Luis Alberto de Cuenca

Cómeme y, con mi cuerpo en tu boca,
hazte mucho más grande
o infinitamente más pequeña.
Envuélveme en tu pecho.
Bésame.
Pero nunca me digas la verdad.
Nunca me digas: “Estoy muerta.
No abrazas más que un sueño.”

De Necrofilia (1983)