Entrevista a Luis Martín Cabiedes

Reflexiones de Luis Martín Cabiedes sobre el negocio de las inversiones.

Conocer en lo que se invierte:
"¿Por qué solo invertís en empresas de Internet dedicadas al consumidor final?
Porque es de lo que entendemos. Buscamos negocios sencillos, con un fuerte componente de marketing. Si se agotasen las oportunidades en lo que entendemos, tal vez tendríamos que buscar otras cosas, pero de momento no es el caso. Esto no significa que no hayamos ido evolucionando. Ahora, por ejemplo, apostamos fuerte por fintech."
¿Se aprende de los fracasos?:
"De los fracasos se aprende muy poco o nada, porque hay mil maneras distintas de fracasar. Si hubiese solo tres formas de irse al garete, sí se aprendería. Pero hay un millón. Así que lo que aprendes es que el factor aleatorio es muy alto, y el inversor tiene que saber vivir con ello. Además, en entornos de mucha incertidumbre, la calidad de una decisión no tiene que ver con el resultado. Si en un casino pones la ficha en el 17, y sale el 17, no es una buena decisión, por mucho que haya tocado, porque estás luchando contra la estadística. Es como decir que te equivocaste por no comprar el número del gordo."
Sobre el futuro:
"Miramos los números, pero los del pasado, no los del futuro. En muchas presentaciones los emprendedores nos cuentan cómo va a crecer Internet en Perú o cuánto van a vender en el mes 3 del año 5 en Argentina, pero lo que queremos saber es cuánto vendieron ayer en Alcorcón. Los números del futuro ya me los puedo inventar yo."
Sobre la innovación:
"Para mí la innovación es absolutamente irrelevante. Está totalmente sobrevalorada, es algo que sirve para que te den premios los políticos. La innovación se copia y se compra. Tú vete a Disney a decirles que quieres innovar. Te dirán: “Aquí se viene innovadito. Vuelva dentro de veinte años con La guerra de las galaxias y hablamos”. A mí no me gustan las empresas innovadoras, porque suponen un gran riesgo para el inversor teniendo en cuenta lo que te pagan. Y ser el primero en llegar a un negocio es de pringados. Es mejor ser el último y cerrar la puerta porque después de ti nadie puede hacerlo."