Lecturas, 2 de octubre de 2010

Anarquía y poder por José Carlos Herrán


Las mordazas de Evo Morales por Antonio José Chinchetru


Astrólogos en la universidad por Jorge Alcalde


Locos por el Cupo por Pablo Molina


Cómo comprar y corromper voluntades por Alejandro A. Tagliavini


Three Views of Matt Ridley by David Boaz


Ángel y Giorgio (I) por Arcadi Espada

Quizá recuerdes que desde hace ya tiempo mi amigo Sergio Campos y yo estamos implicados cuerpo a cuerpo en una investigación sobre la actividad de los diplomáticos españoles en la Europa nazi. Entre todos ellos, por su importancia y su popularidad (esta última siempre relativa, tratándose de España), destaca el nombre de Ángel Sanz Briz, encargado de negocios de la embajada española en Budapest durante la invasión nazi y Justo entre las Naciones por su actividad humanitaria en torno a los judíos perseguidos por el invasor, a los que dio albergue, comida y salvación. Este 28 de septiembre, por cierto, Sanz Briz habría cumplido los 100 años.


A mamarla por Arcadi Espada


Observo que madre e hija se hablan en inglés. Es tarde y es viernes, y estoy cansado. Por lo que pienso que en realidad están hablando en gallego, con acento de Lérida. Pero no, es en inglés. Acudo entonces al sentimiento dominante de la media edad: cada vez vienen más coches en dirección contraria.

A pesar de todo, le pregunto.

—Y eso?

—Ah, sí, desde que nació. Yo desde que nació le hablo en inglés.

Lo interesante es que Marita Rodríguez es española. Toda su familia es española.

—Me pareció que era un buen sistema para que aprendiera la lengua.


Presupuesto social por Carlos Rodríguez Braun

Son efectivamente austeros porque imponen la austeridad sobre los ciudadanos. Y son sociales en la moderna interpretación totalitaria que solapa la política y la sociedad. Si usted cambia social por político entonces todo se entiende: el Gobierno hace en cada momento lo que le interesa a él, no a nosotros, y por lo tanto los Presupuestos son sociales. Es decir, políticos.

Lecturas, 1 de octubre de 2010


Queda el propietario de un estanco de Sevilla al que entró un piquete, pidió tabaco para todos y se marchó al grito de «que pague tu puta madre, esquirol de mierda». Queda el conductor de un autobús de transporte escolar con pegatina de «servicio mínimos» al que le reventaron la luna delantera —con los niños dentro— mediante el consabido lanzamiento de bola de acero. Quedan los profesores de una escuela de Montellano que tuvo que aplacar la violencia de los mafiosos del SAT —Sindicato Andaluz de Trabajadores— que, con Diego Cañamero al frente, interrumpieron las clases y obligaron a sacar los niños a la calle. Queda el rumano, del que ayer escribía el maestro Félix Machuca, al que un piquete obligó a abandonar su carro de supermercado lleno de chatarra tras divertirse lanzándole petardos a los pies. Queda el propietario del «Mesón El Serranito» —con el que toda su ciudad debería solidarizarse inmediatamente—, que vio como un piquete entre los que se encontraban destacados golfos de Izquierda Unida le rompía mobiliario mientras le conminaba a cerrar su negocio.


En el país de 'Nunca Jamás' - Gabriel Calzada

Una vez más, nos encontramos ante unos Presupuestos construidos sobre la ficticia idea según la cual el crecimiento económico, la cantidad y la localización del capital que se invierte, así como el número y la medida de los sueldos que se pagan, son algo independiente de los impuestos sobre la renta, el ahorro y a la inversión que ponga el Gobierno.



Machete

Machete de Ethan Maniquis y Robert Rodríguez es una película irregular.

Mucha violencia, que provoca risa en muchos momentos de lo extrema que es, diálogos de besugos, trama y desarrollo de la misma para niños de 3 años, y toques de humor.

Para ver y olvidar.