Productores: tienen la función de generar energía eléctrica, ya sea para su consumo propio o para terceros, así como la de construir, operar y mantener las centrales de producción. Es decir, son los dueños de las centrales eléctricas, los que producen los kWh.
Operador del mercado: el mercado eléctrico merece un artículo exclusivo y se lo dedicaremos en las próximas semanas. Por el momento traten de imaginarse el mercado mayorista de electricidad como una lonja, donde los distintos productores ofrecen sus kWh a diferentes precios según el origen de los mismos. El operador del mercado es el que gestiona el sistema de ofertas de compra y venta de energía en el mercado diario. Esta gestión recae en una empresa llamada OMEL.
Operador del sistema: el equilibrio continuo exigido entre producción y consumo de electricidad hace que la producción eléctrica tenga que estar supervisada. El operador del sistema se encarga de garantizar la continuidad y seguridad del suministro eléctrico y la correcta coordinación entre producción y transporte. La operación del sistema recae en Red Eléctrica de España. Merece la pena mencionar que, en un mercado libre, son los precios los que actúan como transmisores de la información. Atendiendo a la demanda de un producto y a la procedencia de esa demanda, un empresario tomará las decisiones que más le convengan. No sucede así en el sistema eléctrico, donde la demanda es instantánea y ha de ser cubierta. Si yo presiono el interruptor de la luz en mi casa, la bombilla se tiene que encender. No hay tiempo para analizar el mercado, no se puede reunir el consejo de administración de una empresa y decidir que va a aumentar la producción porque la demanda ha aumentado en una cierta zona. Es un mercado instantáneo, hay que vigilar la producción en función de la demanda y tener centrales de reserva listas para proporcionar electricidad en caso de que sea necesario. Por eso es imprescindible un operador del sistema. La información de los precios y la demanda es aplicable a largo plazo, pero en el día a día el sistema tiene que ser gestionado.
Transportista: tiene la función de transportar energía eléctrica, así como construir, mantener y maniobrar las instalaciones de transporte. Las redes de transporte son, en general, aquellas que tienen una tensión superior a 220.000 voltios. Para que nos entendamos, son las líneas de alta tensión. La legislación establece un único transportista, cuya figura recae también en Red Eléctrica de España. Las redes de trasporte constituyen un monopolio natural, por tanto, la legislación establece que cualquiera puede utilizar las redes de transporte pagando un peaje establecido por el Gobierno. El caso sería similar a las líneas de teléfono, que pueden ser utilizadas por cualquier otra empresa de telecomunicaciones previo pago de una tarifa mensual.
Distribuidores: tienen la función de distribuir energía eléctrica, así como construir, mantener y operar las instalaciones de distribución destinadas a situar la energía en los puntos de consumo. Como norma general, las instalaciones de distribución son aquellas que tienen una tensión inferior a 220.000 voltios y, al igual que en el transporte, esta actividad constituye un monopolio natural. Del mismo modo, por tanto, las instalaciones de distribución pueden ser utilizadas mediante pago de un peaje.
Comercializadores: son aquellas sociedades mercantiles que, accediendo a las redes de transporte o distribución, adquieren energía para su venta a los consumidores. Son, para entendernos, los que nos venden la electricidad en nuestras casas. Para nosotros son las cabezas visibles del sistema eléctrico, con los que interactuamos.
Consumidores: son las personas físicas o jurídicas que compran la energía para su propio consumo. Es decir, todos nosotros.