Benito Arruñada es una persona a la que hay que
seguir (
twitter). En el
artículo mencionado en el título de la entrada aclara como los populistas y los regeneracionistas tecnocráticos coinciden en muchas de sus propuestas:
[A]mbos prescriben recetas similares en política, pues proponen mejorar su funcionamiento sin más que elegir otros representantes, según el populista, o cambiar algunas reglas institucionales, según el tecnócrata. En ambos casos, sin que los ciudadanos hayan de esforzarse lo más mínimo.
Se opone a las peticiones de mayor y mejor regulación por parte de los tecnócratas:
Nuestra demostrada incompetencia regulatoria aconsejaría regular menos, reduciendo la masiva discrecionalidad política, regulatoria y judicial, pero interesa insistir en la pretensión de regular mejor. La regulación da poder.
Y propone una solución muy inteligente y no demasiado complicada:
Para evitar que la mayor competencia política degenere en populismo, un fenómeno visible ya tanto en el ámbito regional como nacional, debemos mejorar la calidad de la información ciudadana. La solución radical y democrática pasa porque el ciudadano esté mejor informado y sus preferencias sean más consistentes. No me refiero a que reciba más educación formal, cuyo valor en este terreno es discutible. La solución pasa porque el ciudadano no pueda evitar enterarse de cuáles son los costes reales de sus deseos y conozca al menos cuántos impuestos paga por persona interpuesta.
La mayoría de las veces proponemos cambios de todo tipo que, supuestamente, mejorarían la política y la sociedad. Pero nos olvidamos de lo más importante,
las personas y sus deseos. Por ejemplo, por mucho que inventemos otro sistema de votación la gente va a seguir votando a los mismos partidos.