De repente tienen lugar sucesos no previstos que tienen un gran impacto, positivo o negativo. Los llamados cisnes negros según Nassim Taleb (su libro "El cisne negro" es de obligada lectura). A posteriori, muchos encuentran explicaciones de cómo y por qué se produjeron, además de mostrar evidencias de que iban a suceder, pero con anterioridad (casi) nadie supo predecirlos. Otra característica de los cisnes negros es que son subjetivos, es decir, algunos ya sabían que iba a acontecer de esa manera mientras que a otros los pilló por sorpresa; por ejemplo, los atentados contra las Torres Gemelas de 2001 fueron un cisne negro para todos menos para los propios terroristas.
No obstante, pasa a menudo (al menos a mí) que vas viendo el cisne negro volar hacia ti con evidentes señales de que va a suceder algo negativo y no hacemos nada por evitarlo. En teoría, no sería un cisne negro porque lo podemos prever, pero, al no hacer nada e ignorarlo, sus efectos son los mismos que si fuera repentino. Lo dicho, lo ves volar, se acerca, llegas a pensar que no te va a afectar, mas llega y te da una hostia de las buenas. Aprendemos con ello, es lo positivo, sin embargo, duele y puede dejarnos secuelas importantes, es lo negativo. La vida es así.