Cuando se subvenciona a empresas de un determinado sector y éstas tienen éxito siempre se habla del acierto de la subvención. Evidentemente si las empresas no salen a flote, a pesar de la subvención, ésta es un desastre total y absoluto.
Pero incluso si esas empresas tienen éxito, hay un reverso tenebroso. Como escribe en esta carta Don Boudreaux, ¿qué industrias han dejado de desarrollarse porque se ha subsidiado a otras? ¿Qué trabajos han dejado de crearse porque se ha protegido a otra industria? ¿Qué riesgos han tomado esas empresas subvencionadas, sabiendo que en último término serán rescatadas con dinero público si hay problemas?
Las preguntas anteriores son sólo la punta del iceberg, es evidente que en el momento en que el Estado entra a subvencionar distorsiona el mercado y eso trae consecuencias, en muchos casos desagradables.
El Estado debería estar para otras cosas, y no para ayudar a determinadas empresas a competir en el libre mercado.
Hay ejemplos de esto en el estupendo libro de Xavier Sala i Martín, Economía liberal para no economistas y no liberales:
"Reducir las barreras proteccionnistas y las subvenciones que tanto Estados Unidos como Europa dan a sus productos agrícolas. Los contribuyentes pagamos más de 340 000 millones (¡¡¡trescientos cuarenta mil millones!!!) de euros anuales para subvencionar a los campesinos europeos y americanos". Una muestra de esta indecencia es que "el año pasado, 40 millones de litros de leche se echaron a perder en el norte de Tanzania mientras los supermercados de la capital, Dar es Salaam, solamente vendían leche holandesa. ¿Cómo es posible que sea más barato comprar leche holandesa que leche tanzana en Tanzania? La explicación es bien simple: los productos europeos disfrutan de obscenas subvenciones, lo que les permite competir (deslealmente) con los de los países pobres". (P. 174). Por ejemplo, en Nueva Zelanda han eliminado las ayudas hace tiempo, y el sector va mejor que antes.
“Ningún poder en la tierra podrá arrancarte lo que has vivido.” Viktor Frankl
Capitalismo y minorías
No hay que dejarse engañar, aunque algunos siempre ataquen al libre mercado y al capitalismo de todos los males sobre la tierra, la realidad es otra. En particular, la defensa de las minorías. Tal y como escribe Milton Friedman en esta cita:
"[T]he groups in our society that have the most at stake in the preservation and the strengthening of competitive capitalism are those minority groups which can most easily become the object of distrust and enmity of the majority – the Negroes, the Jews, the foreign born, to mention only the most obvious. Yet, paradoxically enough, the enemies of the free market – the socialists and Communists – have been recruited in disproportionate measure from these groups. Instead of recognizing that the existence of the market has protected them from the attitudes of their fellow countrymen, they mistakenly attribute the residual discrimination to the market".
"[L]os grupos de nuestra sociedad que tienen más interés en la preservación y el fortalecimiento del capitalismo competitivo son aquellos grupos minoritarios que pueden más fácilmente ser objeto de desconfianza y enemistad por parte de la mayoría - los negros, los judíos, los extranjeros, por citar sólo los más evidentes. Sin embargo, paradójicamente, los enemigos del libre mercado - socialistas y comunistas - han sido reclutados en medida desproporcionada de estos grupos. En lugar de reconocer que la existencia del mercado les ha protegido de la actitud de sus compatriotas, ellos atribuyen erróneamente la discriminación al mercado".Cuanto más libres son los países más armas hay para defender a las minoría de posibles discriminaciones.
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