Comentario a: El segundo fracaso de Rajoy


El pasado fin de semana charlaba con un veterano amigo español, que lleva casi 50 años en Lima, y que  ve la situación en España casi inminente al desastre. Justo comenté este tema del que escribe usted, el grave error estratégico del PP al darle la iniciativa al PSOE. Seguro que en el PP hay gente muy inteligente, pero lo que han hecho no parece ratificar eso.

Para el PP, conseguir un acuerdo con Ciudadanos representaría, además de los 163 diputados que usted ha mencionado, algo más de 10.7 millones de votantes. Se le hubiera presentado al PSOE el acuerdo y éstos hubieran seguido el ritmo ya marcado por el PP.

Parece que el PP le tenía pavor a un no en la investidura, pero ahora el PP es una marioneta en manos de unos y de otros, votando en contra ratificarán la percepción de que, según muchas opiniones, se oponen al cambio que necesita España, y si además se oponen junto a Podéis la percepción de radicalidad se verá exacerbada. Si el PP se abstiene a cambio de nada la percepción de blandura podría ser aún peor que votar en contra.

Quizá podrían aprovechar la situación para negociar y ganar poder municipal y autonómico, pero no creo que el PSOE ni siquiera les atienda una petición, ni de éste tipo ni de ningún tipo.

Por otra parte, si cala en España la percepción de que Ciudadanos es un partido abierto y razonable para hacer pactos a izquierda y derecha, como ya ha demostrado en la comunidades autonómicas de Andalucía y Madrid, podría ganar mucho en las posibles próximas elecciones.

Aunque todo son suposiciones, ya que según muchos gurús, arrinconar a un partido (Podéis) o a un grupo o movimiento social (15M)  y criticarlo en exceso provoca la reacción contraria. Por lo tanto, según estos genios, el PP va camino de la mayoría absoluta en la próximas elecciones.

He insistido en este comentario sobre el tema de las percepciones porque la realidad poco importa en el mundo de la política en momentos de elecciones y pactos. La realidad va por su lado y será tozuda, pero ahora no molesta y no actúa de manera tan concreta como sí lo hará cuando empiecen a gobernar y tengan que pasar del papel, que todo lo aguanta, a las decisiones. Mire a Ada “sigo siendo la misma” Colau.