Tres hurras por Escocia. Mario Vargas Llosa
En esta larga noche del referéndum, estos y otros recuerdos se han actualizado en mi memoria, acompañados de un sentimiento de congratulación. Si, seducidos por la simpatía innegable y los argumentos en apariencia inofensivos de Alex Salmond, el ministro principal de Escocia y paladín de la independencia, los escoceses hubieran votado por el sí, hubieran precipitado una crisis de tremendas consecuencias. Habrían dado un golpe de muerte a Gran Bretaña, reduciendo en poderío e influencia internacional a uno de los países más firmemente comprometidos con la causa de la libertad en el mundo, y atizado de manera decisiva las expectativas soberanistas de galeses y norirlandeses, además, por supuesto, de dar impulso y aliento a quienes, en Cataluña, en el País Vasco, en Flandes, en la fantasiosa Padania, en Córcega, etcétera, aspiran a ser cabezas de ratón y, queriéndolo o no, acabarían con la construcción de la Unión Europea y regresarían a ésta a su pasado fragmentario de rencillas, enconos y guerras sanguinarias. Nada de esto ha sucedido y por eso esta mañana un gran suspiro de alivio ha levantado el ánimo, en todo Europa y buena parte del mundo, a los amantes de la libertad.
Una denuncia de violación puede ser falsa. Francisco Capella
Como licenciada en Derecho, quizás no especialmente competente, sorprende la facilidad con la que acusa sin pruebas y sin la más mínima sombra de duda ni respeto a la presunción de inocencia a los hombres involucrados en este hecho de violadores, y a la jueza básicamente la desprecia como retrógrada e idiota que no sabe o no quiere hacer bien su trabajo de impartir justicia. Además Falcón tal vez ignora deliberadamente que un desgarro vaginal y otro anal pueden ser indicios de violación, pero también pueden ser resultado de sexo desenfrenado consentido.
La gran y poderosa arrogancia. Jorge Galindo
En su fabulosamente triste 'El mundo de ayer', Stefan Zweig se refiere a la "gran y poderosa arrogancia" que llenaba los corazones de los europeos antes de la Primera Guerra Mundial. Yo nací solo tres meses y medio antes de que España pasase a formar parte de la Unión Europea, y cuatro años después del último gran susto de la democracia, el golpe de Estado del 23F. El mundo en el que he crecido es uno aparentemente sólido y bien construido, lo cual nos ha permitido estar confiados en el debate; la arrogancia de tensar la cuerda hasta el final. Pero si sustituimos la democracia representativa y los acuerdos federales por movimientos de repliegue nacional empapados de dictaduras de la mayoría, de llamadas a los pueblos, de democracias "populares", estaremos perdiendo pie. Ojalá no nos encaminemos con paso firme, vivo y alegre hacia el precipicio.
Milton Friedman y su metodología de la economía positiva. Bianka Hajdu
El “debate” al que hace referencia el texto es de si la economía es una ciencia o no es una ciencia. Este debate se inicia a principios del siglo XX, cuando el economista Léon Walras le envía al matemático Henri Pioncaré una copia de su libro Elementos de una economía pura pidiendo su opinión. Poincaré le respondió que “no era hostil a la idea de que se aplique la matemática a las ciencias económicas” pero le hizo notar a Walras de que su modelo tenía “funciones arbitrarias”, por ejemplo la asunción de que los actores económicos eran “ilimitadamente previsores”.
La ‘vanguardia suní’ y cómo convertir los cisnes negros en grises. Mario Noya
¿Qué pretenden Babbin, Goldman y London escribiendo este informe? No asustar sino prevenir, que es lo que –denuncian– no hace la política exterior norteamericana, lo que la convierte en reactiva y, por tanto, incapaz de maniobrar con eficacia ante cisnes negros como la caída del Muro de Berlín o, mucho más importante para lo que nos preocupa, el 11-S. Como el ya mentado dinosaurio de Monterroso, los cisnes negros siempre van a estar ahí, alterando dramáticamente el devenir de la Historia. Se trata de prepararse mejor para sus irrupciones, ampliando el campo de lo concebible y analizando concienzudamente datos y hechos que podrían desencadenar lo inesperado. De convertirlos, según su terminología, en atisbados cisnes grises.