Harold Alcalá Aramburo, preso de la causa 17 del 2003, donde el gobierno fusiló tres jóvenes por un intento de salida del país.
La Habana, Cuba – www.PayoLibre.com – Estimados colegas, una vez más me dirijo a todas aquellas personas y organizaciones que de una forma u otra están luchando por que se hagan valer los derechos humanos de todos los ciudadanos que viven oprimidos en esta isla de Cuba, y por aquellos que se encuentran al igual que yo en las cárceles, donde día a día se les desvanece la vida por el sufrimiento y el dolor indescriptible que es el pan nuestro de cada día, en este mugroso lugar donde hoy escribo estas líneas con dolor y lagrimas en los ojos porque no concibo entender cómo es posible que el ser humano pueda ser expuesto a tanto dolor y tanto sufrimiento por tener ideas distintas de estos tiranos que son los hermanos Castro, y por no estar de acuerdo con un sistema totalitario.
Esta es la doctrina de los Castro que más que su apellido son unos castradores y todo aquel que levante la voz reclamando sus derechos y busca su libertad su premio es estar en la cárcel, pero ningún castigo por duro que sea hará que se doblegue todo aquel que piensa como yo porque el valor sobra y la convicción de lo que creemos nos hace enfrentarnos a este sistema donde el plato fuerte es la tortura física y mental.
Somos cinco jóvenes que llevamos ocho años y medio en cautiverio en la prisión de mayor rigor Combinado del Este, situado en el este de La Habana en el área 47 (corredor de la muerte), donde convivimos en pésimas condiciones, pero seguimos esperando por nuestra excarcelación y tenemos fe en que algún día se haga justicia con nosotros.
Hace algunos días mi madre hizo una denuncia a radio martí con Yolanda Huerga para denunciar al reeducador Mario Bibisox, quien nos tortura psicológicamente, nos amenaza e intenta a diario provocarnos, levantando falsas acusaciones para que sus superiores nos castiguen en celdas tapiadas, siendo nosotros presos políticos pacíficos. Este me cambió la tarjeta de visita por una falsa para que mi madre que estuvo ingresada y está enferma no pudiera visitarme. Impidieron, además, que yo pudiera hablarle por teléfono el tiempo que estuvo ingresada (ese tiempo es cada 21 días por 10 minutos esposados de manos y pies), violando mis derechos.
También un oficial del DTI me amenazó con que iba a ser trasladado para una prisión del oriente del país para que me violaran y me dieran golpes, pues como soy joven y bien parecido sería carne fresca, todo porque hace un tiempo atrás me declaré en huelga de hambre exigiendo nuestra libertad, ya que no MATAMOS a nadie ni pusimos bomba.
No nos sentimos seguros en este lugar, nuestras vidas corren día a día peligro, por eso le pedimos al mundo entero, a Amnistía Internacional, Unión Europea, a la opinión pública nacional e internacional que aboguen por todos nosotros.
Y en nombre de todos mis hermanos y el mío propio les hago saber a todas las personas de este mundo que tienen un sentido de justicia y de lo que es el cumplimiento de los derechos humanos en cada nación, que el propio sistema fue el que nos conllevó a hacer lo que hicimos por lo que nos sancionaron a cadena perpetua a cuatro de nosotros, tres fusilados en menos de 72 horas y uno a 30 años, que se encuentra en la prisión de Guanajay, y todo esto por un intento de salida del país donde no hubo ni muertos ni heridos y de portar una bandera que decía “ABAJO EL REGIMEN DE LOS CASTRO, LIBERTAD PARA LOS CUBANOS”.
Nuestras manos no están manchadas de sangre, no somos criminales y es la primera vez que estamos presos bajo tales circunstancias, y sin embargo los Castro nos consideran terroristas, cuando en verdad son ellos que tienen al pueblo pasando hambre, donde cunde el pánico, la necesidad y no hay libre expresión y donde no se respetan los derechos humanos.
Por eso suplicamos que nos ayuden, porque no es justo el sufrimiento a que estamos sometidos, a las amenazas constantes de que somos víctimas, para que nuestra cárcel injusta desaparezca.
¡Hasta cuando la injusticia!
Mi madre es miembro de las Damas de Blanco y a sufrido varios arrestos por reclamar nuestra libertad y porque se haga justicia en nuestro caso, por no estar de acuerdo con el régimen.
Nuestras condiciones son infrahumanas, estoy padeciendo de dolores en la columna ya que no tenemos una silla donde sentarnos, ni mesa para comer, tenemos que ver el televisor de pie y por detrás de una reja más tupida que una tela metálica.
No es fácil despertar cada día dentro de un hueco y sentir como la vida se va de prisa. Pero seguimos firmes y aunque hoy nuestros cuerpos estén entre rejas, nuestras ideas son libres y nuestra convicción.
Confiamos en ustedes y en nuestro señor Jesús Cristo en que nos van ayudar, un abrazo sincero de los cinco jóvenes prisioneros políticos del castrismo de la lancha Baraguá del 2003.
¡Que Dios los bendiga!
Suscribimos: Harold Alcalá Aramburo, Maykel Delgado Aramburo, Ramón Henry Grillo, Yoanny Thomas González y Wilmer Ledea Pérez, prisioneros políticos.
PD: Si Dios nos dio la vida, quienes son los Castro para quitárnoslas de esta manera tan cruel.
La Habana, 25 de septiembre de 2011