Héroes, 17 de marzo: Andrés Guerra Pereda, Alberto Negro Viguera y Santos Santamaría Avendaño

Libertad Digital.

En torno a las tres de la tarde del 17 de marzo de 1978 hizo explosión una bomba en uno de los tres generadores existentes junto a la vasija del primer reactor de la central nuclear de Lemóniz (Vizcaya) en construcción. La explosión provocó la muerte de los obreros ALBERTO NEGRO VIGUERA y ANDRÉS GUERRA PEREDA, empleados de Ibemo, empresa de montaje contratada por la central. Ambos quedaron materialmente destrozados. Hubo, además, otros catorce obreros que resultaron heridos y cuantiosos daños materiales. 
Alberto y Andrés fueron las dos primeras víctimas mortales de las cinco que provocó ETA en su campaña de atentados contra la central de Lemóniz iniciada en 1977. Durante cinco años, ETA perpetró doscientos cuarenta y seis atentados, que dejaron cinco muertos y catorce heridos. Entre las víctimas mortales ya reseñadas, el ingeniero Ryan, secuestrado y asesinado en 1981.
Cinco días antes del atentado decenas de manifestantes protestaban en las cercanías de la central nuclear vizcaína, en la que se corearon gritos tan demagógicos como irresponsables: "ETA, Lemóniz, Goma2". Francisco Letamendía, diputado de Euskadiko Ezkerra, que junto a Bandrés apoyaba la campaña contra la central, llegó a afirmar que David Álvarez, un terrorista herido el 19 de diciembre, y que posteriormente falleció en el hospital, "había sido el primer mártir de Lemóniz". 
Sobre esta campaña, María del Mar Negro, hija de Alberto, contó en Olvidados, el libro de Iñaki Arteta y Alfonso Galletero, lo siguiente:
Una de las peores características de la banda terrorista ETA es que emponzoñan, pervierten todo lo que tocan. Puede parecer un hecho menor frente a las bombas, el tiro en la nuca, el 'impuesto revolucionario' o la 'kale borroka', pero no lo es. La mafia hace lo mismo que ETA, por ejemplo, pero no van por la vida de buenos samaritanos, de defensores de causas nobles. (...) Ocurrió con su postura contraria a la autopista de Leizarán, con su lucha contra la droga o con su defensa antinuclear. En todos los casos recogieron causas, que podían ser nobles y justas, y causaron estragos, dolor y crímenes de gente inocente. En una de estas luchas, el ataque a la central nuclear de Lemóniz, asesinaron a mi padre, Alberto Negro, y no fue el único.
Conclusión: para, supuestamente, preservar el medio ambiente, se recurría al asesinato.
En este atentado la banda contó con colaboración interna, tal y como reflejó la sentencia de la Audiencia Nacional de 1981 por la que se condenó a José Antonio Torre Altonaga, alias Medius, a 20 años de reclusión menor. El etarra Torre Altonaga, detenido en diciembre de 1978, trabajaba como electricista para la empresa Elecnor en las instalaciones de la central. Fue él quien investigó durante tres meses, por orden de Argala, la forma de llevar a cabo el atentado. Después, siguiendo indicaciones de Juan Lorenzo Lasa Michelena, alias Txikierdi, se reunió con tres terroristas en la Plaza del Sagrado Corazón. Estos eran Miguel Ángel Goyenechea Fradua, alias Txo, Martín Apaolaza Azcargorta, alias Apolo, y Emilio Martínez de Marigorta Fernández, alias Gasteiz.
Los tres etarras aparecen en la sentencia, a efectos meramente narrativos, como "Miguel", "Martín" y "Emilio", porque no fueron condenados en este proceso, ni posteriormente. En este sentido, resulta sorprendente que María del Mar Negro, hija de Alberto, contase en Telemadrid (Víctimas: la historia de ETA) que "del asesinato de mi padre sólo se conoció un nombre, en el resto de la sentencia sólo aparecen alias". Y es sorprendente porque, casualmente, lo que Mari Mar cree que son alias coinciden con el nombre de pila de los tres etarras, tal y como se recogen en el sumario 1/1979, del que se deriva la sentencia 55/1981.
Sea como fuere, estos tres terroristas se habían hecho con monos y cascos similares a los utilizados por la empresa Tamoin, que también realizaba trabajos para la central. Haciéndose pasar por trabajadores de la obra y guiados por Torre Altonaga, colocaron los 36 kilos de explosivos en el interior de uno de los generadores de vapor. La bomba se programó para que estallase a las 14:55. Torre Altonaga acabó su turno a las 14:00 horas, y sobre las 14:40 horas llamó a la central desde una cabina telefónica del puente de Plencia para avisar de la colocación de la bomba. Las dos primeras veces se cortó la comunicación. A la tercera pudo avisar, pero la bomba estalló tres minutos después, a las 14:53 horas.
Torre Altonaga, el único condenado por el asesinato de Andrés y Alberto, salió a la calle en febrero de 1998, tras cumplir algo más de 19 años de condena. En 1999 se presentó como concejal de Herri Batasuna en el municipio de Munguía. También estuvo en la presentación de la nueva marca de Batasuna, Sortu, el 8 de febrero de 2011.
Andrés Guerra Pereda, de 29 años, era ajustador. Estaba casado.



Alberto Negro Viguera de 31 años, era encargado de montajes. Estaba casado y tenía tres hijos. Así lo vivió su hija María del Mar, según testimonio recogido en Olvidados de Iñaki Arteta y Alfonso Galletero:
Fueron unos días terribles. La casa llena de gente, y no me refiero a familiares y amigos, sino a gente extraña a la familia, representantes sindicales, políticos, periodistas, telegramas, llamadas de teléfono. De pronto apareció un cura. Era un cura muy conocido en Portugalete y le recibimos con los brazos abiertos porque pensábamos que venía a darnos el pésame, a consolarnos. La sorpresa fue mayúscula cuando se identificó como emisario de la organización terrorista. Venía a decirnos que cuando ETA puso la bomba no tenía intención de que muriera ningún trabajador (...) Le pedí que se marchara inmediatamente de mi casa y nunca más he vuelto a tener ningún contacto con él (...) Pasaron tres días y todo el mundo desapareció. Sobre nosotras cayó la soledad más absoluta. Era como si no hubiera pasado absolutamente nada.
En aquel entonces yo no trabajaba, estaba en paro y tenía dos hermanos, uno de 14 años y otro de cuatro. Nuestra situación era preocupante. Pero yo podía ponerme a trabajar y ambas empresas, Ibemo, en la que trabajaba mi padre, e Iberduero, me habían ofrecido trabajo públicamente (...) me dirigí a la empresa para la que trabajaba mi padre. Era allí donde, según creí, encontraría un apoyo más sincero y cercano. (...) La persona que me recibió me dijo que si yo me creía todo lo que salía en los periódicos y que los tiempos no estaban como para dar trabajo a cualquiera, que sentía mucho lo de mi padre pero que para mí no había trabajo. (...) En Iberduero me recibieron bien. Y aún sigo trabajando en la empresa.
Yo nunca supe quién había sido el que mató a mi padre, pero hace cosa de unos años, un compañero mío de la oficina, leyendo la prensa me dijo: '¿Has visto esta noticia?' y me enseñó un recorte de prensa pequeñito en el que se hablaba de que uno de los autores del atentado de Lemóniz había salido a la calle y que era el preso de ETA que más tiempo había estado en la cárcel. Ese fue el único conocimiento que tuve, sin buscarlo y totalmente accidental (...) La Audiencia nunca te informaba de nada. Tú vivías aislada, con tu dolor y tu vida y dependías muchas veces de la casualidad para enterarte de la existencia de ayudas o cambios legislativos. [...] descubrí que en el año 87 se promulgó una ley que duplicaba las pensiones de las víctimas y, mira tú por donde, me entero de que no se avisó prácticamente a ninguna víctima.
El 17 de marzo de 2001 es asesinado en Rosas (Gerona) el mosso d´Esquadra SANTOS SANTAMARÍA AVENDAÑO. El método utilizado fue un coche-bomba activado por un temporizador. Hacía ocho días que otro conche-bomba había acabado con la vida del ertzaina Iñaki Totorika Vega.
El vehículo fue robado en la localidad francesa de Tarbes, con matrícula doblada con la placa que correspondía a un coche matriculado en Gandía. En esta localidad también dejaron otro coche-bomba, que fue explotado de forma controlada por artificieros de la policía a las 4:30 horas de la madrugada en la playa, bajo la supervisión personal del director general de la Policía, Juan Cotino, que se encontraba en Valencia con motivo de las Fallas, acompañado, precisamente, por el comisario francés Roger Marion, máximo responsable de la lucha antiterrorista en el país vecino. El director general de la Policía lo había invitado personalmente, pese al malestar que en el Ministerio de Interior provocó la supuesta negligencia de las autoridades francesas en la custodia de la dinamita robada por ETA en Grenoble.
El mosso d´Esquadra Santos Santamaría estaba libre de servicio y se presentó de forma voluntaria a sus superiores para trabajar en el acordonamiento del lugar, evacuación de posibles víctimas, coordinación de desalojos y en todo aquello que se juzgara necesario para preservar la seguridad de los ciudadanos de Rosas. La explosión le alcanzó a Santos y a un policía municipal, Carlos Ruiz Borrego, precisamente mientras establecían el cordón de seguridad y desalojaban el Hotel Montecarlo, frente al que los etarras habían dejado el coche-bomba. Ambos fueron trasladados al Hospital de Figueras. Santos fue alcanzado por un amortiguador del vehículo, que se le incrustó en el abdomen y murió pocos minutos después de ingresar en el hospital. También resultó herida una ciudadana francesa. La explosión causó, además, numerosos desperfectos materiales en inmuebles y vehículos. 
El relato de hechos probados de la sentencia de la Audiencia Nacional de 2005 señala que los autores del atentado fueron Eider Pérez Aristizabal y Aitor Olaizola Baseta, integrantes del grupo Sugoi de ETA. Ambos celebraron, desde mediados del año 2000, diferentes reuniones en Francia con los dirigentes etarras Ainhoa Múgica Goñi, Juan Antonio Olarra Guridi y Lorenza Beyrie Chembero (en rebeldía), en las que estos últimos les fijaron hoteles de la Costa Brava como objetivos contra los que atentar. En una de estas reuniones, Múgica les dijo que debían colocar un vehículo con explosivos en la zona del Hotel Montecarlo, en la urbanización Santa Margarita de Rosas. Para ello, les hizo entrega de un Ford Escort cargado con 50 kilos de explosivos preparados para ser activados.

El día de los hechos, el 17 de marzo de 2001, Aitor Olaizola precedió con su motocicleta a Eider Pérez, quien a su vez conducía el vehículo que portaba la bomba. El coche fue aparcado con su maletero orientado hacia la entrada del Hotel Montecarlo.

La sentencia añade que "con la finalidad de causar el mayor número de daños personales y materiales y con la misma finalidad de aparentar una falta de peligro y conseguir una excusa falsa", una persona, de forma anónima pero en nombre de ETA, avisó al diario Gara, a la DYA y a los Bomberos de Barcelona de la colocación del coche-bomba.

Por ello, la Policía Local de Rosas y los Mossos d'Esquadra se dirigieron al lugar y, una vez comprobaron la existencia del vehículo, comenzaron a desalojar a las personas que se encontraban en los alrededores. Mientras las fuerzas policiales desarrollaban esta labor, sobre las 22:56 horas se produjo la explosión, cuatro minutos antes de lo previsto. La misma ocasionó un socavón de 40 centímetros de profundidad y dos metros de ancho.

Asimismo, "como consecuencia de la anticipación de la explosión respecto de la hora indicada por el comunicante anónimo", la onda expansiva y la metralla alcanzaron al mosso d'Esquadra Santos Santamaría Avendaño, que se hallaba a 105 metros del lugar de la explosión, colaborando en las tareas de desalojo del hotel. La distancia no impidió que se le incrustase un amortiguador del coche-bomba en el cuerpo, lo que provocó su fallecimiento.
La sentencia indica que, en el momento de la explosión, se encontraba aparcado un autocar de dos pisos entre el coche-bomba y el Hotel Montecarlo que actuó como parapeto de la misma "evitando mayores daños en la estructura del hotel y en las personas que en el mismo se encontraban y aún no habían podido ser desalojadas".

La Sección Primera de la Audiencia considera que la "preparación y cualificación" de los procesados en el manejo de los explosivos lleva a establecer que la diferencia horaria entre el momento anunciado de la explosión y el momento en el que realmente se produjo "no fue una mera coincidencia o error fatídico", sino que los terroristas "temporizaron la explosión de forma que causara el mayor daño, anticipando la misma".
Santos Santamaría Avendaño tenía de 32 años. Este agente de los Mossos d´Esquadra es el único policía autónomo catalán que ha muerto a manos de ETA. Su asesinato fue, por otra parte, el último de la banda terrorista en Cataluña. Natural de Barcelona, Santos Avendaño era licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales. En la fecha de su asesinato llevaba tres años trabajando en la Unidad de la Policía Judicial de la comisaría de Rosas. Un hermano suyo también es agente de los Mossos d´Esquadra y su padre, Santos Santamaría Zaragoza, fue presidente de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas.

Entrevista al pensador francés Guy Sorman: ''El sistema chino se basa en la explotación de mil millones''



El periodista plasmó en un libro un año de vivencias que muestran miseria, frustración y corrupción poco conocidas.

¿Qué podrían tener en común los jesuitas europeos del Siglo XVII con los hombres de negocios occidentales de hoy? Para el pensador francés Guy Sorman, la idealización de China.

En su último libro, "China, el imperio de las mentiras", este periodista defensor del liberalismo -quien visitará Chile este fin de mes- revela un año de vivencias (2005) con lo que llama la China real, aquella donde tras la opulenta revolución industrial coexisten revueltas, corrupción, miseria, represión y censura. O sea, los insumos de las baratijas "made in China", según él obviados por los líderes y la prensa occidental. Una historia de miseria de 1.000 millones ante los que pide no ser indiferentes.

- ¿Por qué Occidente habría idealizado a China? ¿Cuáles serían las consecuencias de ello?

"La idealización es una historia vieja. Empezó en el siglo XVII con la historia contada por los jesuitas desde China, a la que defendieron como una suerte de utopía. En ese tiempo fue muy útil para los filósofos de la ilustración, porque buscaban criticar el 'ancien régime' europeo".

"Así que desde el principio la China real nunca ha sido observada por Occidente. Esto ocurrió en el siglo XX: la idealización de intelectuales de izquierda del régimen de Mao Zedong. Ahora los hombres de negocios idealizan a China porque parece un mercado perfecto para tener ganancias, sin sindicatos, regulaciones ni controles".

- ¿Y la ubicuidad de la prensa no muestra la China real?

"En teoría deberíamos saber más, pero en realidad no sabemos mucho. Primero, todos pueden ir a las ciudades, pero es muy difícil viajar a las partes remotas. También hay una censura muy fuerte, así que sabemos muy poco de la represión y las rebeliones. Y se subestima al muy hábil aparato del departamento de propaganda del Partido Comunista (PC), que manipula a medios y políticos".

"También está el tema de si queremos conocer la China real. Quizás no nos interesan mucho los DD.HH. en China".

- ¿Por qué no hay una oposición externa más fuerte a los abusos?

"No creo que los hombres de negocios que buscan ganancias en China sean responsables. La responsabilidad tiene que ver más con intelectuales, académicos, periodistas y políticos, quienes toleran demasiado".

- En el libro usted pide a Occidente apoyar más a los demócratas chinos. ¿Cómo hacerlo?

"Se podría actuar como con la URSS. El apoyo a los disidentes y a los defensores de DD.HH. fue extremadamente importante. En el caso chino, no apoyamos a los demócratas, no sólo por intereses económicos, sino por prejuicios. Me sorprende que tantos occidentales digan que los chinos no saben de libertad individual, como si no fueran como nosotros. Estamos paralizados. El PC chino necesita legitimidad internacional porque tiene muy poca legitimidad doméstica, y no deberíamos darle ninguna si no revisa su actitud".

- ¿Qué socialismo queda en una China de capitalismo rapaz?

¿Hubo alguna vez una China socialista? No estoy seguro.

- ¿Pero es un caso similar a lo sufrido por los obreros al inicio de la revolución industrial?

"No, es muy diferente. En Europa había prensa libre, partidos políticos, iglesias, sindicatos que peleaban con los industriales. En China no hay prensa libre, ni sindicatos, ni libertad religiosa, ni iglesias. El sistema es completamente autoritario y despótico".

"Segundo, el sistema está basado en una muy fuerte división entre dos tipos de gente, con discriminación legal. Si vives en la ciudad o eres del PC, la situación es muy buena. En esto están 200-300 millones de personas, pero tienes 1.000 millones que viven en zonas rurales o en pequeñas ciudades, cuya situación es cada vez más desesperada".

"El éxito del PC no es el de China, ése es mi punto. El sistema está basado en la explotación de 1.000 millones de personas pobres, para ganancia de las elites de las ciudades".

- ¿Es probable que las revueltas colapsen el régimen?

"Claramente no va a colapsar. Primero, las rebeliones están motivadas por asuntos locales. No hay comunicación entre ellas. Es gente enojada con la corrupción, la polución, la falta de colegios y el sistema de salud. Pero el PC es lo suficientemente fuerte para controlarlas. Y en China no se escucha de esto".

"Una segunda razón es que los chinos temen mucho cualquier desorden civil. Tuvieron muchas guerras civiles en el siglo XX, y el PC, aunque no es querido, es como una garantía de que no habrá guerra civil".

"En China hay una contradicción entre ricos y pobres como en ningún otro lugar. También el tipo de despotismo del régimen autoritario es muy único, al igual que la represión de actividades sociales y religiosas".

"Con los JJ.OO. chinos (2008) podemos exigir lo que ellos prometieron; que la prensa será libre y los DD.HH. respetados".

El Mercurio (Chile).

El Gran Salto Atrás

Arcadi Espada:
Hasta el momento el ejemplo chino solo me provoca una profunda conmiseración: muy parecida a la que siento por la vida que durante muchos años llevaron nuestros padres. Cuando uno pone esa distopía en el centro de la emulación contemporánea ha de saber lo que hace. Sobre todo porque hay otros ejemplos nítidos y cercanos que ofrecer. Comprendo que no estén dotados de la lírica oriental y de la plusvalía de lo remoto; pero son más útiles. El ejemplo alemán es el más destacado de ellos. En poco más de 60 años los alemanes han reconstruido un país devastado por los nazis, las bombas aliadas y el comunismo. Sugiero al empresario Roig una ciudad magnífica para su homilía del año próximo: Dresde reúne como pocos lugares la sutura entre la devastación y el trabajo. Después de seis décadas, la prima de riesgo alemana está donde está sin haber renunciado a la democracia y a una humanidad positiva. Desconozco los detalles del milagro alemán, pero sé que se ha producido en un país con recursos naturales limitados, sin la lotería de ninguna explotación colonial y a fuerza de trabajo. Y last but not least: la fuerza de trabajo alemana ni siquiera necesita, desde ayer, que el diario Bild saque chicas desnudas en su portada. De ahí, y con independencia del viejo debate entre contención y estímulo, que cuando Alemania exija austeridad a los socios europeos haya que escucharla con atención y respeto. Porque a diferencia de China, Alemania es un ejemplo. Un ejemplo realista y éticamente manejable. Lo demás son contorsiones colonialistas. 

Víctimas, 16 de marzo: Esteban Beldarrain Madariaga, José María Maderal Oleaga, Luis Aragó Guillén y Jean-Serge Nérin

Libertad Digital.



Hacia las diez y media de la mañana del jueves 16 de marzo de 1978, era asesinado ESTEBAN BELDARRAIN MADARIAGA, cobrador del Peaje de El Gallo de la autopista Bilbao-Behobia, tiroteado por varios miembros de la banda terrorista ETA.  
Esteban se encontraba solo en su puesto de trabajo del peaje, a unos 12 kilómetros de Bilbao, donde cubría el servicio de diez de la noche a seis de la madrugada. Un camionero que llegaba en ese momento creyó oír unos disparos y observó cómo un coche arrancaba a gran velocidad. Al comprobar que el cobrador de la autopista yacía herido en el interior de su cabina avisó inmediatamente a la Policía Municipal de Galdácano. El herido fue trasladado al Hospital Civil de Bilbao, donde ingresó cadáver. El cuerpo presentaba seis impactos de bala, dos en las piernas, dos en la cadera, uno en el estómago y otro en un brazo.
Para cometer el atentado, los terroristas robaron previamente un taxi en el barrio bilbaíno de Achuri. El taxi utilizado por los etarras -con edades comprendidas entre los veinte y los veinticinco años- fue encontrado hacia las 00:30 horas de la madrugada del viernes por la Guardia Civil de Basauri muy cerca del lugar de los hechos, a un kilómetro de la salida de la autopista en la carretera nacional Bilbao-Vitoria.
En 1982 la Audiencia Nacional condenó a 12 años a Ernesto Alberdi Jáuregui como cómplice en el asesinato de Esteban. Alberdi Jáuregui esperó a los autores del asesinato en el alto de Bedia para facilitar su fuga. Alberdi integraba, con los otros tres terroristas, un grupo de ETA denominado Askatu.
Esteban Beldarrain Madariaga tenía 51 años y estaba soltero. Vecino de la localidad vizcaína de Castillo Elejabeitia, había sido teniente de alcalde en el Ayuntamiento de esa localidad. Según informaciones reflejadas en la prensa un año y medio antes, había protagonizado algunos incidentes que lo pusieron en el punto de mira de ETA. Concretamente se habló de que había disparado con una escopeta de caza contra una ikurriña en Galdácano y había hecho manifestaciones públicas en las que afirmaba que la bandera vasca no ondearía en el Ayuntamiento mientras él ocupase el cargo de teniente de alcalde. Por todos estos hechos había sido amenazado por ETA, y así lo había denunciado a la Policía. El 18 de marzo la banda terrorista reivindicó el asesinato de Esteban. Tras aludir a su personalidad anunciaron que atacarían a los "elementos antivascos de Euskadi", hasta expulsarlos e implantar un "Estado socialista, euskaldun e independiente".
Un año después, a las ocho menos cuarto de la mañana del 16 de marzo de 1979, ETA asesinaba en Bilbao a JOSÉ MARÍA MADERAL OLEAGA, empleado de Iberduero y exlegionario.
José María había salido de su domicilio, en la calle Urazurrutia, en torno a las 7:45 horas para dirigirse a pie hacia su trabajo en las instalaciones que la empresa Iberduero posee en la calle Tercio Ortiz de Zárate. A la altura del número 31 de la calle Bilbao la Vieja, tres encapuchados armados le salieron al paso. Al percatarse de la situación, el antiguo legionario pidió auxilio, momento en que uno de los agresores se adelantó, disparando varios tiros que lo alcanzaron en la cabeza y el tórax. Recibió siete impactos de bala y falleció casi en el acto. Testigos presenciales del asesinato manifestaron que los agresores huyeron a pie, atravesando el Nervión por el puente de La Merced.
José María Maderal Oleaga era presidente de la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Vizcaya, y hermano de Juan Maderal, legionario muerto en el barranco de Edchera (antiguo Fuerte Chacal) en Ifni (Sáhara) el 13 de enero de 1958. A Juan Maderal se le concedió la Cruz Laureada de San Fernando por su valor en combate. En 1968 el Ayuntamiento de Bilbao acordó dedicarle una plaza en Erandio. Tal y como informaba ABC (01/09/1968) ETA intentó boicotear el acto haciendo circular octavillas en las que, erróneamente, se decía que Maderal luchó en la guerra civil matando vascos.
Personas allegadas a José María Maderal informaron de que hacía unos dos años había recibido amenazas de la banda terrorista. Tenía 49 años y regentaba un bar llamado El Legionario en la calle Conde Mirasol de Bilbao. El bar era propiedad de la Hermandad y punto habitual de reunión de sus quinientos socios. Natural de Bilbao, estaba casado con dos hijos.
El funeral en la iglesia de San Antón de Bilbao se celebró al día siguiente sin incidentes destacables. Al mismo asistieron, entre otros, Girón de Velasco, el presidente de la Hermandad Nacional de Caballeros Legionarios, y Pilar Careaga, exalcaldesa de Bilbao desde 1969 a 1977 sustituyendo a Javier Ybarra. Nueve días después, el 25 de marzo de 1979, Pilar sufrió un atentado terrorista en Guecho del que salió viva de milagro, pues una de las balas quedó alojada en el pulmón.
No habían pasado dos semanas del asesinato del directivo de Ferrovial, José Edmundo Casañ Pérez-Serrano, cuando poco antes de las cuatro de la tarde del sábado 16 de marzo de 1991 la banda terrorista ETA hacía explotar una bomba accionada a distancia al paso de un vehículo ocupado por cuatro agentes de la Guardia Civil en el barrio de Eguía de San Sebastián. Provocó la muerte de LUIS ARAGÓ GUILLÉN y heridas a otras cinco personas: sus tres compañeros, también guardias civiles, y dos transeúntes (padre e hijo).
Los cuatro guardias civiles habían estado comiendo juntos en un bar cercano al lugar en el que se produjo el atentado. Los agentes se encontraban fuera de servicio en el momento en que sucedieron los hechos y vestían de paisano.
Una vez acabada la comida se dirigieron hacia el cuartel que la Guardia Civil tiene en el barrio de Intxaurrondo. Cuando el vehículo -un Ford Escort de color blanco propiedad de uno de los agentes-, se encontraba entre el cementerio de Polloe y el campo de fútbol de Metigosetegui, miembros del grupo Donosti de ETA hicieron estallar una bomba que se hallaba adosada a una de las farolas. Según testigos presenciales, la explosión desplazó al coche unos treinta metros. 
La bomba, compuesta por unos ocho kilos de explosivo y metralla, había sido colocada, según indicaron testigos del hecho, por dos personas jóvenes pocos minutos antes de la explosión. Muy probablemente, los autores del atentado vigilaron a los guardias civiles en el lugar en el que los agentes estuvieron almorzando, y esperaron en las cercanías al paso del vehículo.
El cabo primero Luis Aragó Guillén falleció prácticamente en el acto al quedar atrapado entre los hierros del coche. Los heridos fueron los guardias civiles Pedro Samuel Martín García de 26 años y natural de San Sebastián; Miguel Ángel García Morillas, de 23 años, natural de Algeciras (Cádiz) yJose Carlos Casillas Hernández de 21 años y natural de Cerezo de Abajo (Segovia).
Además, resultaron heridos de gravedad dos transeúntes: Víctor Montes Centol y su hijo Diego Montes Calle, de 12 años. El pequeño acababa de terminar un partido de fútbol en un campo ubicado a escasos metros de donde estalló la bomba. Tuvo que sufrir operaciones quirúrgicas muy complejas debido a la gravedad de las heridas en cara, abdomen y pierna derecha.
Luis Aragó Guillén tenía 28 años y era de Murero (Zaragoza), donde su padre, Maximiliano Aragó Cortés, era alcalde. Luis estuvo destinado en el destacamento de Tráfico de la Guardia Civil en Cariñena (Zaragoza) hasta marzo de 1990, cuando fue trasladado al País Vasco tras superar el curso de cabo.
El martes 16 de marzo de 2010 moría el gendarme francés JEAN-SERGE NÉRINtras un intercambio de disparos con varios miembros de la banda terrorista ETA. Uno de ellos, Joseba Fernández Aspurz, alias El Guindi, fue detenido, pero los otros cinco consiguieron huir. Fernández Aspurz tenía antecedentes por terrorismo callejero.
Jean-Serge Nérin recibió varios disparos al tratar de impedir que los etarras robaran un coche en un concesionario de BMW, momento en que los terroristas abrieron fuego contra él. Según fuentes de la investigación Jean-Serge llevaba chaleco antibalas, pero la bala pasó bajo la axila y le destrozó la caja torácica. Falleció una hora después del tiroteo.
El gendarme muerto fue la primera víctima de las fuerzas policiales francesas asesinada por ETA y la duodécima víctima de la banda después de la ruptura de la tregua. Es, además, la última víctima mortal de la banda terrorista. Desde el 30 de julio de 2009, cuando una bomba lapa acabó con la vida de los agentes Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvà Lezáun en Palma de Mallorca, ETA no había vuelto a asesinar.
Aunque Jean-Serge era el primer policía francés asesinado por ETA, éste no ha sido el único enfrentamiento entre los etarras y los gendarmes. De hecho, ya se habían producido trece enfrentamientos más entre los terroristas y la Policía francesa.
El 4 de abril, la banda asesina emitió un comunicado, vía diario Gara, en el que acusaba a Francia de obligarle a asesinar al gendarme. Con su cinismo habitual, en el comunicado se dice que "el origen del enfrentamiento está en la actuación de la Policía francesa contra nuestros militantes y, por tanto, de ningún modo al revés. Ellos fueron los que se acercaron a los gudaris de ETA para secuestrarlos y fueron los primeros en disparar". Además exigían a Francia una "profunda reflexión" y señalaban la "borrachera represiva" del Gobierno español.
En enero de 2012 la Guardia Civil, en una operación conjunta con la Gendarmería francesa, detuvo en París a tres miembros de la banda terrorista ETA, armados y con documentación falsa, en la que fue la primera operación policial contra la banda del Gobierno de Mariano Rajoy tras las elecciones del 20 de noviembre de 2011. Entre los detenidos se encontraba Jon Etxeberria Oyarbide, al que fuentes del Ministerio de Interior vinculan con el tiroteo en el que murió asesinado Jean-Serge Nérin.
Además, está acusado de participar en varios actos de terrorismo callejero, igual que Joseba Fernández Aspurz, El Guindi -detenido tras el tiroteo que acabó con la vida del agente francés- y de pertenecer a Segi, la ilegalizada organización juvenil proetarra. Etxeberria perteneció al grupo Ustargi de ETA formado por chivatos de la banda que proporcionaban información a la misma sobre objetivos en la provincia de Álava. En 2001 fue detenido por la Guardia Civil y puesto en libertad bajo fianza, circunstancia que Etxeberria aprovechó para huir.
Jean-Serge Nérin, de 53 años, ejerció toda su carrera en la comisaría de Dammarie-les-Lys, en el departamento de Seine-et Marne. Nacido en Cayenne (Guayana), tenía cuatro hijos: una hija de 32 años, uno de 18 años y dos mellizos de 16. Le quedaban dos años para jubilarse.

Perú: Minería informal

Ver a partir del tercer vídeo, minuto 2:40 aproximadamente.

El problema es la minería informal no la que se hace siguiendo las leyes, el riesgo para el medio ambiente es el de la minería informal, la explotación se da en esa minería.

El cuarto vídeo empieza con ruido de fondo, pero en el minuto 2 se soluciona.


Cámara oculta en la Prisión Combinado del Este - VII - John Alexander Serrano Rincón



Hispabonos y quiebra de las autonomías

Xavier Sala i Martín.

El ministro de Guindos ha anunciado que está estudiando la posibilidad de que España emita "hispabonos" para financiar a las autonomías. En la situación actual, si una Comunidad Autónoma decide tener un déficit, debe acudir por sí sola a los mercados para financiarse. Dado que los mercados perciben que el riesgo de impago por parte de la CCAA es más alto que el riesgo de impago de la administración central del estado, la PRIMA DE RIESGO que le cobran es superior. Esto, lógicamente, comporta un coste adicional para las CCAA: al tener que pagar intereses superiores, a final de año deben dedicar una parte superior de sus recaudaciones fiscales a pagar intereses. De hecho, de Guindos estima que si las CCAA tuvieran que pagar el mismo interés que el gobierno central, se ahorrarían unos 1.000 millones de euros al año. Es decir, el 0,1% del PIB español acaba yendo a pagar intereses "extra" simplemente porque el gobierno central y las CCAA acuden por separado a los mercados financieros.
Una manera de ahorrarse ese 0,1% del PIB sería que el gobierno central emitiera bonos para sí mismo y para las comunidades y luego les pasara el dinero a éstas. Esta operación es lo que se viene llamando "HISPABONOS". La ventaja de emitir bonos conjuntos para todas las CCAA es que los intereses que deberían pagar serían inferiores y eso podría repercutir en los recortes que deben hacer: si se ahorran 1.000 millones en intereses, tendrán que recortar 1.000 millones menos en sanidad, educación o en subidas de impuestos. El aspecto negativo es que las comunidades que es bueno que las CCAA que tienen una probabilidad de quiebra superior se enfrenten a intereses superiores ya que los créditos más caros les obligan a pedir menos créditos. Precisamente el poder pedir prestado a tipos interes "alemanes" es lo que llevó al gobierno griego a endeudarse demasiado. Es decir, los tipos de interés deben reflejar el "riesgo" de impago por parte de quien pide prestado.
¿Reflejan el riesgo de impago los tipos de interés que se cobran a las CCAA? En principio parece difícil de creer que la Administración Central del estado deje que una de las CCAA del estado haga quiebra y no pague a sus acreedores. Eso crearía un caos financiero que contaminaría al gobierno central por lo que éste se vería obligado a rescatar a la CCAA. Eso es lo que pensaba yo hasta hace un par de semanas. Ahora no. Ahora todos hemos visto lo que ha hecho el gobierno para saldar las cuentas de los ayuntamientos con los proveedores: el gobierno paga... pero quien quiera cobrar inmediatamente deberá aceptar un descuento. Es decir, hay una quita implícita que demuestra que el estado está dispuesto a que las corporaciones locales hagan quiebra parcial.
La creación de HISPABONOS eliminaría las primas de riesgo de las CCAA en relación a la deuda del estado. Pero también eliminaría la posibilidad de hacer quiebras parciales camufladas como las que han hecho los ayuntamientos por lo que cualquier posibilidad de impago sería totalmente absorbida por el estado. Y dado que el estado se comerá el riesgo, también exigirá más disciplina a las autonomías (porqué, si no, subirá el riesgo de quiebra del estado y, por lo tanto, subirán los intereses que los mercados cobrarán al gobierno español). Algunas de ellas, hartas de disciplina ya están estudiando la devolución de competencias al gobierno central.

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