Escritos inconexos 2

No nos gusta (no me gusta) que nos contradigan en algo en lo que realmente pensamos que tenemos razón; bien porque siempre lo hemos imaginado así o porque hemos investigado en profundidad o porque lo creemos. Esto último es lo más difícil de cambiar. Las creencias las tenemos grabadas a fuego. No obstante, cambiar porque la realidad nos demuestra lo errados que estábamos es una manera notable de crecer; cuesta, pero romper con lo establecido en nuestra mente y asentar nuevos conocimientos nos fortalece. El autoengaño es usual y peligroso. Llegamos a confundir realidad con ficción y caemos irremediablemente en un mundo ilusorio, que puede durar un tiempo, mas el despertar es brusco e incluso dañino.