España discutida y discutible. Arturo Pérez-Reverte


Calculen ustedes mismos: océano Índico, anocheciendo, mala mar, esquife con piratas, mujer cuyo marido acaba de ser asesinado, y a la que llevan a tierra para cantarle bonitas coplas africanas típicas de allí. Y en eso, lancha neumática que llega con fuerzas especiales españolas. Tatatachán. Los malos se lían a tiros. Bang, bang, bang. Por parte de los buenos, tiroteo de precisión, impecable. Más bang. Vuelca el esquife, rehén cae al agua. Chof. Dos piratas con Kalashnikovs apuntándole a la pobre señora. Fuego de los buenos que neutraliza a los malos. Señora que se hunde en el mar. Capitán de fuerzas especiales que se tira al agua con veinte kilos de equipo de combate encima, casco, pistola, radio y dos cojones, y salva a la prójima. Éxito absoluto, beso de la rehén al capitán, final de película. Y entonces, en vez de difundir el episodio, enorgulleciéndose de que en 45 segundos un grupo de infantes de marina españoles haya resuelto tan difícil situación, con algún pirata herido pero sin dar matarile a nadie, la ministra de Defensa y quienes le llevan el botijo deciden perfil bajo y poco ruido. No vayan a criticarnos, dicen, que les disparemos a negros famélicos y tal. Nosotros que los queremos tanto. Y una vez más, como de costumbre, se nos llena de cagadas de rata el arroz de la paella.


Leer completo en la web de Pérez-Reverte.

Globalización y reducción de la pobreza. Xavier Sala i Martín

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Destaco:

La mayor parte de los ciudadanos de Nigeria se hace cada vez más pobre. Nigeria es el país más grande de África en términos de población con 120 millones de habitantes. El promedio de la renta es cada vez peor. Han pasado 40 años de crecimiento negativo en este país, que tiene grandes recursos naturales. Pero los recursos naturales son –paradójicamente– negativos, porque crean corrupción, ya que son fáciles de robar, mientras que los recursos humanos no se pueden robar, ¡porque la gente se rebela! Los economistas lo calificamos como la «maldición de los recursos naturales», ya que el «dinero fácil» procedente de la venta de los recursos naturales acaba perjudicando al país. En Nigeria, el 20% de los ricos cada día está mejor, y no tienen ningún incentivo para hacer reformas. Éste es uno de los dramas de África, por más que se lo digamos desde fuera.

[…]

Claramente, la pobreza es un mal. Yo quiero que haya un mundo sin pobres. Sin embargo, no sé qué pensar sobre las desigualdades. Depende de dónde vengan, de las causas, del nivel de desigualdad. Dos personas con el mismo dinero pueden consumir de manera diferente, según sus apetencias, pero ser igual de felices. Pero los expertos dicen que la felicidad es importante pero no se puede calcular, mientras que sí podemos calcular la renta. Si quisiéramos un mundo igualitario con las dos personas felices ya estaría bien. Pero como sólo observamos la renta vemos unas grandes desigualdades. Así que si ponemos un impuesto elevado al que trabaja y se lo damos al que no trabaja, vamos a crear desigualdades de bienestar, que no igualdades de renta. Es decir, que hay desigualdades de renta que pueden surgir, pero que no son malas.

Otra desigualdad se produce, por ejemplo, en China, donde los pobres, la gente con renta más baja, ven aumentada su renta en un 10% y la gente más rica en un 20%. ¿Es esto mejor o peor? Los pobres han mejorado en un 10% y los ricos en un 20%, con lo que las desigualdades han subido. Hay gente a la que le puede molestar que haya desigualdades, pero ya necesitamos hablar de qué es lo que nos gusta. Necesitamos explicitar cuáles son nuestras preferencias sobre las desigualdades.

[…]

Antes de la Revolución Industrial, casi todos los ciudadanos del mundo eran iguales, es decir, igual de pobres. Había un rey, había un césar, había un burócrata chino, había gente rica, pero eran poquísimos. La mayor parte de la gente, la mayor parte de los ciudadanos del planeta eran agricultores, en China, en América y en Europa, y vivían en niveles de subsistencia. Comían, se vestían y se morían. Es decir, estaban al nivel de subsistencia. Por lo tanto, en todo el planeta la gente era más o menos igual de pobre.

[…]

La Revolución Industrial tiene dos características. La primera es que la gente se hace rica y la segunda es que se produce una tasa de crecimiento explosiva, es decir, que se hace cada año más rica. De manera que en la Inglaterra de hoy, los ciudadanos de a pie viven mucho mejor de lo que vivía el César o los reyes en el siglo XV. Tienen cosas que antes no tenían. Tienen dentistas, gafas, tienen calefacción, CDs, helados de vainilla y muñecas Barbie. Todo lo que antes no existía. Y esto empieza primero en Inglaterra. Si lo comparamos con la población de hoy, la situación previa a la Revolución Industrial sería la equivalente a la de 6.000 millones de personas igual de pobres. De repente, los ingleses, que son pocos, empiezan a crecer. La distancia va creciendo. Luego se apuntan los norteamericanos, el resto de Europa, Australia, Japón. Las diferencias van subiendo y, en términos de la población mundial, había 1.000 millones de ciudadanos –la OCDE, esencialmente– creciendo sin parar y 5.000 millones de personas pobres como ratas, viviendo en niveles de subsistencia. Esta es la historia del siglo XIX y de casi todo el siglo XX.

Pero en 1980 pasan cosas fantásticas. 1.300 millones de chinos empiezan a crecer. 1.100 millones de indios empiezan a crecer. 300 millones de indonesios empiezan a crecer. 50 millones de malayos, tailandeses, también. Más de la mitad de la población del planeta, de repente, empieza a crecer. Y lo hace al 6, al 7, al 10%. Es decir, que la mitad de los que estaban «abajo» convergen rapidísimamente hacia nuestros niveles. Y esto es lo que causa que las desigualdades empiecen a bajar. Porque la mayor parte del planeta se ha apuntado a la Revolución Industrial y sus rentas por primera vez en la historia convergen con las nuestras.

[...]

En 20 años Asia ha hecho un milagro. Salir de la pobreza, por tanto, se puede conseguir. Mucha gente decía que era imposible, que con la cultura asiática era imposible, que su religión les llevaba a la sumisión, que eran gente que, a diferencia de los cristianos, y sobre todo de los protestantes, que perseguimos el bien material, los chinos estaban allí flotando con su religión mística y que nunca jamás serían gente emprendedora, y que no podrían salir del pozo. Esto nos los decían en el año sesenta. Hoy en día, los chinos están creciendo.

Y hoy estamos escuchando los mismos mensajes respecto de África: que los africanos no tienen iniciativa, que son tontos, que los emprendedores en África son siempre extranjeros, que la gente rica y los que tienen negocios en el África negra son indios o chinos, o libaneses, todo para demostrar que la raza africana es una raza inferior. Las mismas tonterías que se decían antes de China. Lo importante es que China lo ha conseguido y lo ha conseguido igual que lo hemos conseguido nosotros.

¿Cómo lo hemos conseguido? ¿Con la «tasa Tobin», con la renta básica, con la caridad del 0,7%, con la condonación de la deuda, con la antiglobalización? La respuesta es no. La respuesta es que lo hemos conseguido con la economía capitalista de mercado. Así es como lo hemos conseguido nosotros, así es como lo ha conseguido China y así es como lo conseguirán los africanos. Abriendo las fronteras a la globalización que todavía no ha llegado.

BCE: ¿+ o -? Carlos Rodríguez Braun


Todo en los bancos centrales resulta paradójico y contradictorio. Actúan como los salvadores después de que estallan burbujas que ellos mismos han inflado. O se definen orgullosamente como instituciones independientes del poder político, cuando son criaturas del poder político, un poder que designa a sus dirigentes, y un poder ante cuyas presiones siempre acaban rindiéndose tarde o temprano. Este juego político se vio claramente en los últimos días, en los que hemos podido asistir al bochornoso espectáculo de Smiley transfiriendo sus graves responsabilidades a Frankfurt y exigiendo al BCE, como hace toda la izquierda, que acometa una masiva compra de deuda pública. Cayo Lara llegó a afirmar seriamente que el BCE debería intervenir para “acabar de un plumazo con la especulación”.

Se trata de apreciables disparates: la política monetaria no es un sustituto de la política fiscal, no puede resolver mágicamente los problemas de ésta última mediante inyecciones de liquidez a cambio de deuda pública, y, para colmo de males, estas expansiones monetarias, si se realizan a cambio de títulos cuya credibilidad va degradándose, se traducen en la degradación correspondiente del pasivo del banco central, es decir, la moneda.

Y en ésas estamos, en el tira y afloja entre quienes creen que la intervención del BCE ha sido incapaz de contener la crisis de la deuda porque ha sido insuficiente, y los que temen que una intervención excesiva socave la solidez del sistema y la del euro. Estas pujas se dirimen conforme a la fuerza política y los intereses de los contendientes, a quienes puede convenir en determinado momento dar una imagen de austeridad o de largueza.

Históricamente, las restricciones monetarias erigidas para contener la expansión de los Estados y la insostenibilidad de sus deudas han tendido a ceder. Dos muy célebres fueron el patrón oro, liquidado en el período de entreguerras, y el Sistema de Bretton Woods, volado por Richard Nixon el 15 de agosto de 1971. El euro es seguramente el esquema monetario más ambicioso del mundo después de esos dos.

Templo de Debod, alrededores y Plaza de España, Madrid. María Jesús Martín Villar
































Fotografías de María Jesús Martín Villar.

La vida universitaria. Arcadi Espada


Te bastará saber que la única razón que de su apartamiento universitario da el decano no tiene que ver con los recortes ni con la desaparición de su bonita asignatura. Es que Espada no hacía vida universitaria. No es que no impartiera sus clases, asistiera a las vacuas y escasas reuniones a las que era convocado y cumpliera rigurosamente con sus obligaciones. No. Justificándole que necesitabas pruebas para creerme, he podido arrancarle estas líneas de la patética carta del decano: «También es de personas educadas llamar de cuando en cuando a la puerta del despacho de al lado, donde trabaja la persona que te contrató hace casi 20 años». Habrás comprendido. La vida universitaria. No enseñar, no leer, no escribir, no pagar deudas. Toc, toc.


Leer completo en Diarios de Arcadi Espada.

Cómo aprenden los bebés a caminar


La impronta genética neuromotora determina cómo aprenden los bebés a caminar. La medida experimental mediante electromiografía (EMG) de la actividad de las neuronas motoras en bebés recién nacidos mientras dan sus primeros pasos ha permitido demostrar que utilizan patrones de control y estimulación neural similares a los observados en ratas, gatos, macacos y gallinas de guinea. Conforme el bebé se desarrolla va optimizando estos patrones neuromotores básicos y va añadiendo nuevos patrones hasta que aprende a caminar de forma óptima como un adulto.


Leer completo en francisthemulenews.

Need to Create? Get a Constraint. Jonah Lehrer

One of the many paradoxes of human creativity is that it seems to benefit from constraints. Although we imagine the imagination as requiring total freedom, the reality of the creative process is that it’s often entangled with strict conventions and formal requirements. Pop songs have choruses and refrains; symphonies have four movements; plays have five acts; painters still rely on the tropes of portraiture.
Perhaps the best example of this phenomenon is poetry. At first glance, the art seems to be defined by its liberation from ordinary language – poets don’t have to obey the rules of syntax and punctuation. And yet, most poetry still depends on literary forms with exacting requirements, such as haikus, sestets and sonnets. This writing method seems to make little sense, since it makes the creative act much more difficult. Instead of composing free verse, poets frustrate themselves with structural constraints. Why?
A new study led by Janina Marguc at the University of Amsterdam, and published in The Journal of Personality and Social Psychology, provides an interesting answer. It turns out that the obstacles of form come with an unexpected psychological perk, allowing people to think in a more all-encompassing fashion. The introduction of the paper sets up the mystery:
Daily life is full of obstacles: A construction site blocking the usual road to work, a colleague’s background chatter interfering with one’s ability to concentrate, a newborn child hindering parents in completing their daily routines, or a lack of resources standing in the way of realizing an ambitious plan. How do people cognitively respond to such obstacles? How do the ways in which they perceive and process information from their environment change when an obstacle interferes with what they want to accomplish? In the present research, we aim to shed light on these questions by investigating the impact of obstacles on global versus local processing. We propose that unless people are inclined to disengage prematurely from ongoing activities, obstacles will prompt them to step back and adopt a more global, Gestalt-like processing style that allows them to look at the “big picture” and conceptually integrate seemingly unrelated pieces of information.


Continue reading in The Wired.

Continúa sin conocerse el paradero de Enyor Díaz Allen, corresponsal de Hablemos Press


Por Redacción de Hablemos Press.

La Habana, 18 de noviembre.─ Continua desaparecido Enyor Díaz Allen, corresponsal del Centro de Información Hablemos Press, detenido el jueves en la tarde por agentes de la Seguridad del Estado.

Según la esposa del corresponsal a indagado por varias estaciones policiales y “no me dicen donde está, alegan que esa información quien la puede dar es la Seguridad del Estado”.

Enyor Díaz reside en Guantánamo desde donde informa a nuestra agencia los hechos que ocurren allí y que la prensa oficial no da a conocer.

Responsabilizamos a las autoridades cubanas de lo que pueda sucederle a nuestro corresponsal.

Firma por la Libertad y los Derechos Humanos en Cuba.

Prioridad: los jóvenes. Florentino Felgueroso y Luis Garicano

El Gobierno que salga elegido en las elecciones de hoy tendrá que tomar muchas decisiones para hacer frente a los problemas del desempleo, del mercado inmobiliario, del sistema financiero, de la crisis del euro, etcétera. Cuando tome estas decisiones, debe ser consciente en todo momento de que la acción de gobierno necesita orientarse hacia el segmento más azotado por la crisis: los jóvenes.

Su indignación no es sorprendente. Uno de cada dos jóvenes menores de 30 años no dispone de empleo. La precariedad es habitual para el resto: la mitad de los que trabajan tiene un contrato temporal. Su vida está en estado de congelación, con escasas posibilidades de comenzar una familia, comprar una casa y avanzar en su carrera profesional. Dadas las bajas perspectivas de crecimiento para los próximos años, el riesgo de quedarse atascado en los márgenes del mercado tras un periodo dando tumbos es desgraciadamente elevado.

El problema clave a medio plazo es el bajo nivel de formación de gran parte de esta generación. En un mundo dominado por las tecnologías de la información y en el que muchos procesos productivos menos avanzados se deslocalizarán hacia países en desarrollo, la formación adquiere cada día más importancia. Pues bien, de acuerdo con datos recientes de Eurostat, algo menos de uno de cada tres jóvenes españoles de 18 a 24 años abandona el sistema educativo sin conseguir un título posterior a la enseñanza secundaria obligatoria.

Seguir leyendo en El País.

En los dominios del Kremlin por José Antonio Rico. Sergio Campos Cacho

2ª ed. México: Atlántico, 1952
En 1938 salió de España la última expedición de pilotos que habría de culminar su formación en la URSS. No todos los que desde Rusia quisieron emigrar a Francia o a países americanos lo consiguieron. Algunos terminaron en el Gulag. Este es uno de los capítulos negros de la República española, y muy especialmente de don Juan Negrín, que supo mover los hilos adecuados para que su hijo Rómulo abandonara los cursos de aviación mientras el resto de pilotos quedaba en manos soviéticas. La República pagó generosamente estos cursos, como demuestra la historiadora Carmen Calvo Jung en su libro Los últimos aviadores de la República: la cuarta expedición a Kirovabad, pero fue incapaz de otorgar a sus ciudadanos la libertad de salir de Rusia. Recomiendo la lectura del libro de Calvo Jung. Se trata de un trabajo extraordinariamente documentado que vuelve a dar nombre a un grupo de españoles republicanos que cayeron en el olvido.

Calvo Jung cita muchas memorias de estos pilotos -alguna de ellas inéditas- en su libro. Tengo tres en mis manos. 18 años en la U.R.S.S., de Vicente Monclús Guallar, Un piloto español en la U.R.S.S., de Juan Blasco Cobo y En los dominios del Kremlin, de José Luis Rico. Los tres coinciden al narrar hechos fundamentales y no difiere mucho el desprecio que muestran hacia sus carceleros. Eran republicanos, no comunistas, y cayeron víctimas de la propaganda soviética. Creyeron que llegarían a un mundo paradisíaco y el desencanto fue absoluto. Creo que es de justicia hacerles un pequeño hueco en nuestra cofradía de renegados y desengañados.

Seguir leyendo en La biblioteca fantasma.

Karl Bang (1935)

title unknowntitle unknown
Autumn MistressAutumn Mistress
ParadeParade
Winter's MajestyWinter’s Majesty
LionessLioness
Kindred SpiritsKindred Spirits
Femme FataleFemme Fatale
kbang unknowntitle unknown
SerenitySerenity
Queen's RansomQueen’s Ransom
AuroraAurora
A Mother's LoveA Mother’s Love


Source: American Gallery.

Temperatura, energía, población mundial y alarmismo. Antón Uriarte


Leo en el Guardian esta relamida frase : "Nos enfrentamos a desafíos de épicas proporciones: calentamiento global, cortes de energía, crecimiento de poblaciones"

Desde hace unos doce o trece años la temperatura media global no sube. La revolución del shale gas y el shale oil aumenta espectacularmente el suministro mundial de energía fósil, la población mundial frena su crecimiento y en muchas zonas, por ejemplo en Rusia – el país más extenso del planeta– es el decrecimiento de la población el problema.

Pero en los medios de comunicación suenan todavía estos timbres de alarma de vez en cuando. A destiempo y sin razón. Por inercia.



Los últimos días de Berlusconi. Roberto Saviano


Existe una palabra que describe mejor que ninguna otra lo que el Gobierno de Berlusconi ha sido para Italia, lo que realmente lo ha caracterizado en el sentido político y en el económico, y esa palabra es inmovilismo. En los últimos 20 años no ha sucedido nada en favor del país. No se ha hecho ni una sola de las reformas prometidas en 1994 que hubieran contribuido a conjurar la crisis que ahora está viviendo Italia. Y es evidente que lo que no lograron los electores, ni los grupos de la oposición, ni la prensa, ni los intelectuales, lo ha conseguido el mercado. Ironías del destino, precisamente Silvio Berlusconi, que siempre se ha jactado de haber creado un imperio de la nada, de haber encarnado el sueño americano del self-made man, que siempre se ha considerado campeón en materia de números y dinero, se ha visto desbordado en lo que se sentía omnipotente y por aquello que siempre dijo que era su propio elemento: por el mercado. Ha sido el comisario de una economía que ya no podía fiarse de su gestión.

Ennio Flaiano, genial escritor italiano, decía que en Italia la línea más corta entre dos puntos es el arabesco. Los casi 20 años del Gobierno de Berlusconi han sido un arabesco: la línea más larga posible entre lo viejo y lo viejo que se hacía pasar por nuevo. Entre Democracia Cristiana y democracia cristiana. Cuántas mentiras en estos 20 años, cuántas mistificaciones. Desde los falsos orígenes humildes, para que el italiano medio pudiese identificarse con él, a la mentira mayor de todas, pasada de boca en boca y progresivamente vacía de todo significado. La mentira según la cual un hombre que ha creado un imperio, que es rico y que está al frente de empresas prósperas -o que parecían serlo- no tiene necesidad de robar, de sustraer dinero público al país, como lo habían hecho los partidos en la Primera República. Un sueño que se basó en embustes y equívocos porque, una vez eliminados los padrinos políticos, fue preciso que Berlusconi controlara la situación. Y que en poco tiempo transformara la política en un campo de fútbol, en el que los ciudadanos son hinchas que vitorean a sus colores independientemente de cómo lo esté haciendo el equipo, todo lo más le silban un ratito, pero que siempre y solamente quieren ver la victoria. Berlusconi ha introducido un nuevo modo de hablar, de manera que decidir comprometerse en política se convierte en “saltar al campo”.

Por otra parte, él mismo repetía que su entrada en la política se había producido para tutelar sus propios intereses. Los suyos personales y los de sus empresas. Y es exactamente eso a lo que hemos asistido durante los 20 años en los que ha sido protagonista indiscutido de la escena política italiana. Sus cargos institucionales han coincidido con sus negocios privados. Los mismos jefes de Estado extranjeros que en los pasados años se han mostrado más cercanos a él, no han sido sino sus socios. Del gas de Putin -los negocios energéticos rusos representan el 70% de las exportaciones a Italia, y la misma Hillary Clinton ha dejado caer sus dudas acerca del carácter especulativo de las convergencias políticas ente Berlusconi y Putin- a la embarazosa amistad con Gadafi -desde junio de 2009, Lafitrade, de la familia Gadafi, y Fininvest, de Berlusconi, a través de la luxemburguesa Trefinance, son los verdaderos propietarios de Quinta Communications, de Tarak Ben Ammar-. El negocio con la empresa tunecina, en la que Lafitrade tiene el 10% y Fininvest el 22%, ha abierto el negocio al reciclado occidental, a partir de Italia, de una voluminosísima masa de petrodólares de Gadafi, valorada en 65.000 millones de euros.


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