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El Premio Nobel de Economía 2012, por Xavier Sala i Martín

Random Thoughts.


El Premio Nobel de Economía 2012
La economía es la ciencia que estudia cómo se asignan los recursos escasos. Es decir, es la ciencia que estudia cómo “emparejar” cosas (traduzco “emparejar” del inglés “match”): cómo emparejar alcachofas con personas que quieren alcachofas, cuadros de Picasso con personas que quieren cuadros de Picasso, hombres con mujeres, estudiantes con escuelas, médicos con hospitales o donantes de riñones con pacientes que requieren transplante de riñones.

Para la mayoría de bienes y servicios, la mejor manera de “emparejar” es el mercado: las alcachofas van a los consumidor es que pagan por ellas, el cuadro de Picasso va al mejor postor. En el caso de las alcachofas, el vendedor simplemente pone un precio y cualquier comprador dispuesto a pagar ese precio se queda con la alcachofa. En el caso del Picasso, el cuadro va a parar a quien más dinero está dispuesto a pagar por él en una subasta. Muchos economistas han dedicado sus vidas (y algunos incluso han sido galardonados con el premio Nobel en el pasado) por diseñar los mejores mecanismos de subasta.

Para ciertos tipos de “bienes” o “servicios”, el mecanismo de mercado y el pago de dinero no es eficiente o no funciona. A las alcachofas no les importa exactamente quien las adquiere y por quien van a ser devoradas. Ese no es el caso en algunos procesos de “emparejamiento” como, por ejemplo, el de las personas en el mercado matrimonial. Un hombre puede querer con locura a una mujer y puede estar dispuesto a pagar una cantidad extraordinaria de dinero por ella, pero si ella no se siente atraída por él, la pareja resultante no será estable. Durante muchos siglos este problema se ha solucionando tratando a la mujer como a un producto inerte la voluntad del cual puede ser ignorada: ella no tenía nada que decir y los padres la vendían al mejor postor. ¡Como si fuera una alcachofa! De hecho, en alguna sociedades actuales todavía es cierto que los hombres ricos pueden comprar esposas a cambio de petrodólares o camellos. En las sociedades occidentales, sin embargo, ya hace años que las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres a la hora de decidir con quien se emparejan y, por lo tanto, los mercados matrimoniales con intercambio de dinero han desaparecido. La pregunta es: en estas circunstancias, ¿cómo se pueden asignar hombres a mujeres -y viceversa- de manera que, una vez establecida la pareja, ninguno de los dos tenga incentivos a romperla para encontrar una pareja mejor?

Esta misma pregunta se plantea constantemente en la “asignación” (o emparejamiento) entre alumnos y escuelas: en una misma ciudad hay escuelas buenas y escuelas malas, escuelas más deseables y escuelas menos deseables, estudiantes mejores y estudiantes peores. ¿Cómo asignamos cada estudiante a cada escuela? Vender los puestos en las escuelas no es la solución porque las buenas escuelas no quieren a los estudiantes ricos sino a los buenos. Y si aceptan solamente a los ricos, la calidad de la escuela bajará (por eso en Columbia, aunque sea una universidad privada, no subastamos los puestos entre los estudiantes sino que tenemos un proceso de selección de las mejores mentes y no los bolsillos más profundos).

Los ganadores del premio Nobel de este año, Lloyd Shapley y Alvin Roth, solucionan este tipo de problemas: diseñan fórmulas matemáticas que permiten asignar  hombres a mujeres, escuelas a alumnos, hospitales a médicos, etc.

En 1962, Lloyd Shaply y David Gale (Gale hubiera recibido el premio Nobel con Shapley por su trabajo conjunto si no hubiera muerto en 2008 o si el comité Nobel no tuviera una norma que impide dar el premio de manera póstuma) idearon un procedimiento para asignar personas en el “mercado matrimonial”. Más o menos funciona así: todos los hombres hacen una oferta a una mujer. Obviamente las mejores mujeres reciben montones de ofertas y escogen entre ellas. No sé quien sería la mujer más deseada del mundo. Pongamos por caso que es Angelina Jolie. Angelina escoge entre los millones de ofertas. Lógicamente escoge a Brad Pitt (¡ve tu a saber por que!). Los hombres rechazados pasan (o pasamos) a hacer una segunda oferta entre las mujeres que todavía no nos han rechazado y así sucesivamente hasta que todo el mundo queda emparejado. De este modo, nuestra pareja acaba siendo “lo mejor a lo que podemos aspirar” en el sentido de que cualquier pareja más deseable que la que nos ha tocado es una pareja a la que no podemos aspirar porque nos ha rechazado.

El problema aparece cuando hay gente que "miente" porque actúa estratégicamente. Es decir, podría darse el caso que una mujer A rechaza al hombre B para que B haga una oferta por la mujer C con el objetivo de que ésta deje al hombre D libre y A pueda emparejarse con D. Este tipo de movimientos se observan, por ejemplo, en los procesos de solicitud a escuelas y universidades donde los estudiantes solicitan una serie de escuelas de peor calidad para “asegurarse” de que al menos son admitidos en alguna escuela, privando de eso modo a otros estudiantes de menor calidad de obtener esa plaza.

Los movimientos estratégicos como éstos invalidan el mecanismo de Shapley (y Gale). Pero no nos deprimamos porque ahí es donde aparece el otro galardonado, Alvin Roth en 1982. Roth diseña un mecanismo “a prueba de mentiras” que incluye “asignaciones provisionales” que se pueden cambiar si aparece una alternativa mejor para el estudiante. Al Roth fue contratado en 2003 por la ciudad de New York para diseñar su sistema de asignación de estudiantes a escuelas públicas. Eso demuestra que, además de curiosos y bellos algoritmos matemáticos, todo este trabajo tiene aplicaciones útiles en la vida real.

En los últimos años, Al Roth ha estado trabajando en otro sector que ha llamado la atención de los medios: los órganos humanos. Por razones éticas, las sociedades occidentales hemos decidido no permitir que los órganos se compran y se vendan por lo que la asignación al mejor postor que usamos para las alcachofas o los cuadros de Picasso no funciona. Los economistas damos a este tipo de mercados el calificativo de “mercados repugnantes”.

La pregunta es, ¿cómo asignamos riñones a pacientes cuando no existe la posibilidad de intercambios monetarios? El problema aparece cuando la mujer A necesita un riñón y su marido, el hombre A, está dispuesto a donarlo pero tiene un problema: su riñón no es compatible con el de su esposa. Imaginamos que la pareja B tiene el mismo problema... pero los doctores dicen que el hombre B sí es compatible con la mujer A y el hombre A con la mujer B. Fijaos que si permitimos que el hombre A dé el riñón a la mujer B y, A CAMBIO, el hombre B se lo dona a la mujer A, las dos mujeres salvan la vida. Fijaos también que si la ley dice que eso no se puede hacer y que todos los riñones donados van a parar a un centro nacional y se reparten por orden de urgencia, muy probablemente el marido A no donará nada y el marido B tampoco porque ellos solo tienen interés en dar riñones a sus esposas y no a desconocidos. En este caso las dos mujeres mueren. La única salida es el intercambio de riñones. (De hecho, el intercambio de riñones entre los dos matrimonios puede ser complicado a efectos prácticos porque, en Estados Unidos, es ilegal firmar contratos en los que uno se compromete a donar un riñón. Sin ese contrato, si la donación e intercambio de riñones no se hace de manera simultánea, existe la posibilidad de que, una vez hecha la operación en la que el marido A dona su riñon a la mujer B, el hombre B se escaquee y diga que no quiere donar su riñon y no habrá procedimiento legal que la pareja A pueda emprender para recuperar su riñón. En este sentido, lo que acaba pasando es que las dos parejas van al hospital al mismo tiempo y el intercambio de riñones se lleva a cabo de manera simultánea y así nadie se puede escaquear.)

El problema se complica cuando el hombre B no es compatible con su esposa pero tampoco con la señora A. Fijaos que las parejas A y B no pueden ya intercambiarse riñones porque el hombre A puede donar el riñón a la mujer B pero el marido B no puede donar a A por lo que no se puede producir intercambio. Imaginemos que el riñón del Sr B es compatible con la mujer C y el marido C es compatible con A. Fíjense que ahora se puede realizar un intercambio a tres: A da a B, B da a C y C da a A. Pero ¿qué pasa si C es incompatible con A sino que es compatible con D, y D es compatible con E, y E es compatible con F... etc? El mecanismo de intercambio sin pago de dinero se complica extraordinariamente hasta el punto que se necesita un complicadísimo algoritmo matemático que permita el intercambio (y una sala de operaciones gigante que permita realizar operaciones de 12 operaciones simultáneamente). Pues bien, ese es el algoritmo diseñado por Al Roth, algoritmo que le ha valido el Premio Nobel de Economía 2012.

¡¿A Qué Espera Rajoy?! por Xavier Sala i Martín

Random Thoughts.


Las declaraciones de Mario Draghi el pasado 23 de Julio en las que decía que el BCE haría “lo que fuera necesario, y eso incluye la compra de deuda soberana española e italiana, para salvar el euro”, calmaron los ánimos de los mercados financieros y, sobre todo, los que tienen que ver con España: la bolsa española no ha parado de subir desde entonces y los tipos de interés que tiene que pagar el gobierno español y la prima de riesgo del bono español no ha parado de bajar. La sensación de pánico y desesperación que se vivían en junio y julio desaparecieron para dar paso a una calma que parecía indicar que España estaba saliendo del agujero.

La oferta inicial del BCE de comprar deuda española con el objetivo de hacer bajar la prima de riesgo fue en seguida matizada (y es que en Europa, siempre que un político hace una promesa uno tiene que esperar a la “matización de la promesa” para entender realmente lo que quiere decir): "solamente compraría deuda española o italiana si los gobiernos de esos países pedían el rescate". Pedirlo, sin embargo, implicaría que Europa les obligaría a firmar un Memorandum of Understanding en el que se comprometerían a cumplir una serie de requisitos. Dado que España ya estaba obligada a cumplir unos requisitos (en forma de recortes, objetivos de déficit y promesa de llevar a cabo reformas estructurales) a raíz del rescate de la banca, todo el mundo pensó que los requisitos del nuevo MoU no serían mucho más gravosos por lo que los mercados anticiparon que no serían un problema (aunque sí es cierto que la Troica -el BCE, el FMI y la Comisión Europea, que se encargarían de supervisar que las condiciones se cumplen- sería mucho más severa en la implementación de las condiciones ya que podrá cerrar el grifo en el caso de que no se cumpla a rajatabla).

Es decir, todo el mundo pensó que España pediría el rescate, el Banco Central Europeo compraría bonos españoles y eso reduciría las dificultades de España para financiar su déficit y la prima de riesgo bajaría. Y eso es lo que pasó: la prima de riesgo bajó, los mercados vieron que España podía estar viendo la luz al final del túnel y, por lo tanto, la bolsa subió.

Han ido pasando las semanas y el gobierno de Rajoy no pide el rescate. Tanto los socios europeos como los mercados se están volviendo a poner nerviosos. Los socios “ricos de la UE” (Finlandia, Alemania y Holanda) se están replanteando los acuerdos que firmaron el 29 de Junio en los que se comprometían a permitir que Europa financiara directamente a los bancos españoles. Y la bolsa vuelve a caer y la prima de riesgo a subir.

¿A qué está esperando don Mariano Rajoy? El presidente del gobierno español está haciendo un tour mundial en el que da lecciones en las que dice que “se debe hacer urgentemente lo que es urgente e importante y lo que es secundario, puede esperar". El problema es que lo más urgente e importante es apuntalar la recuperación y eso no se puede hacer si no se mantienen los tipos de interés a niveles que hagan que la deuda sea sostenible. Y esperar a pedir el rescate es un riesgo que España no se puede permitir. Si eso no es urgente, ¡ya me dirés qué lo es!

Una posibilidad es que España ya esté negociando, en privado y a puerta cerrada, un MoU con Europa y el FMI. Es posible que españoles y europeos prefieran negociar a la sombra porque unas negociaciones públicas y eternas que demuestren los puntos de desacuerdo pueden minar confianza y crear pánicos. Si eso es lo que están haciendo, yo me callo. Pero que lo hagan rápido.

Una segunda posibilidad es que el gobierno de España se crea su propio discurso: “la prima de riesgo está bajando porqué los mercados finalmente han visto que el gobierno del PP (a diferencia del anterior gobierno socialista) es serio y solo con ver esa seriedad, la calma a vuelto a los mercados”. Eso es lo que, ilusamente, creían antes de las elecciones del 2011. Y eso es lo que pueden estar pensando ahora. El problema con ese razonamiento es que... ¡Es mentira! Lo que explica la caída de la prima de riesgo y la subida de la bolsa de las últimas semanas es la ANTICIPACIÓN de la actuación del Banco Central Europeo. En economía y en finanzas, lo que mueve los precios y las cotizaciones no son tanto las acciones del BCE como las NOTICIAS de que el BCE actuará. Esa es una de las primeras lecciones que enseñamos en la facultad: ¡la información es lo que mueve los mercados! Y como he explicado arriba, todo el mundo tiene internalizado que España pedirá el rescate y que el BCE actuará. El día que se descubra que el gobierno de España, creyendo que ha solucionado el problema, no va a pedir el rescate, los mercados financieros van a deshacer el camino andado y vamos a volver a la situación de junio: con las bolsas desplomándose y los tipos de interés por las nubes. Ya sé que el ministro de hacienda es Montoro, pero incluso así no puede ser que el gobierno español sea tan naïf. Creo.

Una tercera posibilidad es que el gobierno esté engañando a Europa. En Agosto de 2011, cuando la prima de riesgo italiana estaba por las nubes, Silvio Berlusconi se comprometió a reformar su economía a cambio de ayuda del BCE. El BCE intervino en el mercado, los tipos de interés bajaron y todo se calmó. Luego salió don Silvio y dijo que las reformas no eran tan urgentes. Europa aprendió la lección y castigó a Berlusconi hasta hacerlo desaparecer del gobierno italiano. Mariano Rajoy puede estar haciendo una “burlusconiada”, intentando escaquearse de reformar ahora que la cosa está más calmada. Si ese es el juego, será castigado por los acreedores.

La cuarta posibilidad es que España, que en las reuniones del 28 y 29 de junio iba de la manita de Italia, esté esperando a Italia para pedir el rescate juntas y no quedar así tan marcada por el rescate ante los ojos del mundo. El problema es que Italia no está por la labor y el equipo Monti-Rajoy que tan bien pareció funcionar en junio se está rompiendo porque Italia no quiere pedir ningún rescate. Mario Monti no quiere dejar al país que ha presidido de manera provisional quebrado y rescatado. Si Italia tiene que pedir un rescate y tiene que someterse a los dictados de la troica, piensa el señor Monti, que sea el presidente que salga de las urnas quien lo haga. Él no quiere pasar a la historia como el tecnócrata que abrió la puerta a los "hombres de negro". Rajoy, pues, está solo ante el peligro. Intenta arrastrar a Italia para no quedar solo. Pero a pesar de que negociaron juntos en Junio 28 y que aquel éxito se presentó como el resultadi de la capacidad de negociación de la pareja Rajoy-Monti, Monti ya no quiere ni oir hablar de Rajoy. A ver como se las apaña solo.

La última explicación que tengo es, lamentablemente, la que más credibilidad tiene: como ya hizo a principios de año cuando pospuso los presupuestos más importantes de la historia de España hasta después de las elecciones andaluzas con el objetivo de que los votantes no le castigaran por los recortes y los aumentos de impuestos, el gobierno vuelve a priorizar al partido por delante del país. Rajoy ve que en todos los países europos en los que ha habido rescate (Grecia, Portugal, Irlanda), los gobiernos han sido obligados a dimitir y quiere aferrarse a su silla. Es más, se acercan elecciones en el País Vasco y Galicia (y desde ayer, también las de Catalunya) y presentarse a las elecciones con unos hombres de negro mirando por encima del hombro augura un mal resultado para el PP. En este sentido, puede que estén intentando posponer el rescate para después de las elecciones vascas y gallegas (y catalanas). Es decir, vuelven a comprometer al país entero para buscar un rédito electoral particular.

¿Cuál de estas posibilidades es la real? La verdad, yo no lo sé. Lo que sí sé es que si espera mucho más a pedir el rescate, los mercados se pueden desmadrar, la prima se puede volver a disparar. Que todo el mundo sepa que si eso pasa, para volver a una situación de calma, el rescate puede ya no ser suficiente y se requiera algo más. Es por ello que el retraso es tan preocupante.

La Falacia de la Deuda Heredada por Xavier Sala i Martín

Random thoughts.

El debate sobre la deseabilidad económica de la independencia está teniendo lugar. Y eso, de por sí, ya es muy importante. Hace solo unos meses ese debate era tabú. Nembé.

Hoy voy a comentar uno de los argumentos que más utilizan los analistas contrarios a la independencia de Catalunya es el de la deuda española: “si Catalunya se independentiza”, amenazan, “tendrá que asumir el 20% de la deuda española (que es del 80% del PIB o 800.000 millones de euros) y eso, sumado al 21% del PIB que tiene la Generalitat, pondrá la deuda Catalana por encima del 100% del PIB y eso la convertirá en financieramente inviable y perderá acceso a los mercados financieros internacionales”. Esta misma frase ha sido pronunciada o escrita por economistas, catedráticos de economía, profesores de contabilidad y políticos de diferentes colores. Sólo tiene un pequeño problema: carece de sentido. Y carece de sentido por cinco razones.

Primera, a pesar de que esos datos de los 200.000 millones y el 100% del PIB se van repitiendo una y otra vez, resulta que son... (no sé como decirlos para que no se sientan insultados),... mmmm: ¿mentira? Según el Banco de España ni la administración central del Estado tiene una deuda del 80% del PIB, ni ésta es de 800.000 millones, ni la población catalana es el 20% del total de la Española (es el 16%). El dato del 80% del PIB (o los 800.000 millones) corresponde a la deuda TOTAL que INCLUYE la de las comunidades autónomas. Por tanto, los que utilizan el argumento de la deuda contra la independencia exageran porque contabilizan la deuda autonómica dos veces. La deuda de la administración central del Estado es, en realidad, de 617.731 millones de euros. El 16% de esa deuda que “correspondería” a Catalunya serían 98.800 millones que es menos de la mitad de los 200.000 de los que se habla con tanta alegría. Si a esos 98.800 millones les sumamos los 42.000 de deuda que tiene ahora la Generalitat, salen 141.000 millones. La deuda Catalana, pues, sería del 70% del PIB, una deuda perfectamente asumible entre otras cosas porque está muy por debajo de lo que tiene el Estado Español en su conjunto en la actualidad y muy por debajo de la deuda media de la Unión Europea. Por lo tanto, si queremos tener un debate serio, empecemos por no exagerar los datos.

Segunda, y pasando al terreno de los argumentos, es curioso que los mismos que dicen que, en caso de independizarse, Catalunya debería asumir una parte proporcional de la deuda Española dicen que la independencia es inconstitucional y que no hay ninguna ley que tenga previsto un proceso de secesión. Eso es realmente curioso porque, si no hay leyes que prevean el proceso de independencia,¿cómo saben que la ley va a obligar a Catalunya a asumir el 20% de la deuda española? La realidad es que la deuda española fue asumida en su día por el gobierno de España y los mercados se la van a reclamar al gobierno de España. Si luego España le pasa una factura a Catalunya por la parte proporcional de esa deuda, ya se verá si la asume. Eso dependerá del proceso de negociación política y de las contrapartidas que haya. Por ejemplo, los catalanes argumentaremos que nosotros hemos pagado unos 300.000 millones de más desde que entró en vigor la democracia (un 8% del PIB anual, cada año en promedio). Si España se ha gastado esa cantidad y además ha aumentado la deuda, ese es un problema del que los catalanes no son responsables (e incluso se podría argumentar que España le tiene que devolver a Catalunya los 300.000 millones!). En cualquier caso, lo que está claro es que, de momento, la deuda la ha pedido y firmado gobierno de España y los mercados se la van a reclamar a ese gobierno. Punto final.

Tercero, curiosamente el argumento expuesto arriba solo habla de que Catalunya sería corresponsable de las deudas o los pasivos de España... pero no habla de los activos. En caso de división, supongo que la misma ley imaginaria que dice que Catalunya debe hacerse responsable de su cuota de deuda también dirá que tiene derecho a su cuota de los activos! Entre esos activos, por ejemplo, hay empresas públicas como AENA o Loterías del Estado o propiedades como el hipódromo de la Zarzuela, el museo del Prado o el Coto de Doñana. Lógicamente también están los bienes públicos que el Estado tiene en Catalunya. Finalmente, están los fondos de la Seguridad Social, el oro que reside en las arcas del Banco de España, el Fondo Monetario Internacional o las acciones que España tiene en el Banco Central Europeo (por cierto, si Catalunya es propietaria del 16% de las acciones españolas del BCE, Catalunya automáticamente forma parte del sistema del BCE que incluye el Euro). Si España le pasa el 16% de la deuda a Catalunya, también le debería pasar el 16% de todos esos activos con lo que Catalunya podría venderlos inmediatamente y recuperar una parte del dinero para reducir todavía más su deuda.

Cuarta, si bien no sabemos si Catalunya va a tener que asumir una parte de la deuda española si se independiza, lo que sí sabemos es que va a tener que asumir esa deuda si forma parte de España. Fijaos con el detalle del esperpéntico argumento: “si Catalunya se va, pagará el 20% de la deuda española y si se queda no. Por lo tanto, si se va, pierde mucho dinero”. ¡Menuda falacia! Es posible que si Catalunya se va, tenga que asumir una parte de la deuda. Pero es que si se queda también!!! Si Catalunya sigue en España, va a pagar los mismos impuestos que paga y una parte de ellos van a ir a pagar la deuda del gobierno español. Por lo tanto, en el peor de los casos, estaría igual tanto si se independentiza como si no por lo que utilizar el argumento de la deuda es una auténtica bobada. Digo que en el peor de los casos, Catalunya estaría igual. En el mejor, siendo independiente se independizaría de la deuda española y, además, se ahorrará el 40% de los impuestos que pagan los catalanes y que ahora desaparece por los fondos de solidaridad.

Y quinta, es curioso que se diga que si Catalunya se independentiza será financieramente inviable y perderá el acceso a los mercados financieros. Celebro que haya tanta gente capaz de ver el futuro. Yo como no sé predecir el futuro me limito a observar la realidad de la actualidad. Y realidad actual es que una Catalunya dentro de esta España y con este sistema de financiación autonómico, sí que es financieramente inviable y no tiene acceso a los mercados internacionales. Por lo tanto, si el argumento es que lo que hay que evitar es perder el acceso al mercado financiero a toda costa, Catalunya debe dejar de pertenecer a Espanya a toda costa!

Resumiendo, celebro que el argumento de la deuda heredada de España esté teniendo tanto impacto entre analistas y opinadores. Lo celebro porque si la decisión de si Catalunya debe independizarse o no, dependiera de la deuda, la decisión racional sería claramente la de independizarse: es decir, desde el punto de vista de la deuda y del acceso a los mercados financieros, Catalunya, sin España, estaría mejor.



El Gran Bazooka: BCE y Deuda Soberana

por Xavier Sala i Martín.


El Gran Bazooka: BCE y Deuda Soberana
El Gran Bazooka
Finalmente el Banco Central Europeo ha marcado paquete y ha enseñado su gran bazooka. La expresión “gran bazooka” forma parte de la jerga financiera desde que el secretario del tesoro norteamericano, Hank Paulson, defendió ante el congreso y pidió que éste multiplicara la cantidad de dinero disponible para rescatar de Freddie Mac y Fannie Mae ante los ataques especulativos:“si tienes una pistola de agua en el bolsillo y alguien te reta, seguramente la tendrás que sacar. Pero si tienes un gran bazooka, y todo el mundo sabe que lo tienes, puede que no lo tengas que sacar. Al aumentar el miedo que infundes, reducirá la probabilidad de tener que usarlo”
El papel de los Bancos Centrales
Los bancos centrales fueron diseñados a finales del siglo XIX y principios del XX como los primeros gran bazookas financieros. Durante el siglo XIX los sistemas bancarios de todo el mundo estaban sujetos a “pánicos” recurrentes: de repente corría el rumor de que el banco X se había quedado sin dinero y la gente corría a sacar sus depósitos por miedo a perderlos. Al perder depósitos, el banco quebraba y tenía que cerrar. Es decir, la rumorología y los pánicos irracionales podían hacer que bancos perfectamente sanos y solventes se volvieran insolventes y tuvieran que cerrar(*).
Para evitar ese problema, las autoridades crearon el “banco central”: un banco de bancos con la capacidad de imprimir dinero y llevarlo rápidamente a cualquier banco comercial. Los diseñadores de esa idea pensaron que si algún día se desataba el rumor irracional de que el banco X no tenía suficiente dinero, el banco central acudiría con todo una montaña de billetes. Al ver que los billetes están ahí, el pánico desaparecería, el banco no quebraría y el banco central podría llevarse de nuevo todos los billetes para casa. Fijaos que el simple hecho de que haya un banco central con capacidad de imprimir cantidades ilimitadas de dinero y dispuesto a acudir a los bancos disuadiría a los especuladores en estado de pánico. Sólo con enseñar el gran bazooka se soluciona el problema sin necesidad de usarlo.
Notad que el Banco Central no va a evitar que los bancos insolventes quiebren. Y tamposo es esa su misión. Los bancos inviables deben cerrar con o sin banco central. El Banco Central, sin embargo, evita que los bancos solventes se vuelvan insolventes por culpa de los rumores infundados.
El BCE y la propuesta de comprar deuda soberana Española e Italiana
En la reunión de hoy, 6 de setiembre de 2012, el BCE ha decidido dotarse de la capacidad de comprar deuda de los gobiernos europeos con problemas para hacer bajar la prima de riesgo que tienen que pagar países como España o Italia. La idea es simple: España e Italia son países solventes (es decir, si los tipos de interés son razonables, podrían hacer frente a sus deudas con recaudaciones futuras) pero no tienen liquidez para afrontar sus pagos a corto plazo. Debido a los pánicos que vienen de la situación griega y la posible desintegración del euro, los mercados exigen unos tipos de interés cada vez mayores. Y si los tipos de interés pasan a ser demasiado elevados, llegará un punto en que toda la recaudación del estado irá a pagar intereses y la deuda será insostenible. Para evitar esos pánicos, el BCE ha decidido comprar deuda soberana española e italiana a unos tipos de interés “razonables”. Al hacerlo, se espera que los tipos bajen y se impida que España e Italia sean insolventes. Dado que el BCE una capacidad casi ilimitada de generar recursos (ya que tiene una máquina de imprimir dinero), los mercados van a bajar los tipos de interés a los que prestan a España e Italia sin necesidad de que el BCE compre toda la deuda: Solo con enseñar el gran bazooka, esperan, se solucionará el problema. Y de hecho, desde que el pasado 23 de Julio Mario Draghi anunció que compraría un bazooka y lo pondría a disposición , las primas de riesgo han caído en picado... y eso que todavía no ha comprado ni un euro de deuda. Solo con mencionar (creíblemente) al bazooka ha calmado a los mercados durante un mes y medio.
Disciplina
¿Es bueno que el BCE compre deuda soberana? Si y no. O no necesariamente. En la medida que los tipos de interés que los mercados utilizan para España o Italia son irracionalmente altos (es decir, en la medida de que la prima de riesgo no está justificada por los fundamentales sino por los pánicos de los inversores) la compra de bonos por parte del BCE es buena. Pero en la medida que esos tipos reflejan el riesgo de que España e Italia sean justificadas por los fundamentales, no. La razón es que los tipos de interés deben reflejar el riesgo de impago. Y si existe riesgo real de impago porque, por ejemplo, la deuda italiana es demasiado alta o el déficit español no se está corrigiendo por falta de reformas serias, es bueno que los tipos de interés lo reflejen y reducciones artificiales de esos tipos por parte del BCE son una mala idea. De hecho, son las subidas de los tipos de interés las que han hecho que España abandonara su locura expansiva y la locura del despilfarro que llevaron a los extravantes déficits de 2010 y 2011. Cuando Berlusconi se vio contra la pared en julio de 2011, anunció reformas de todo tipo. Cuando el BCE intervino para aliviar la prima de riesgo en agosto del mismo año, Italia abandonó las reformas de inmediato.
Dicho de otro modo, el anuncio de la compra de deuda soberana por parte del BCE es buena y le va a permitir a España e Italia ganar tiempo para que las reformas surjan sus efectos. La intervención del BCE, sin embargo, no es un substituto para la austeridad fiscal.
Lógicamente el BCE lo sabe y es por ello que ha anunciado que, antes de intervenir, los países que lo quieran deberán firmar un Memorandum of Understanding (MoU), un contrato con los fondos de rescate en el que se comprometerán a seguir con la austeridad y no hacer la pirula de Berlusconi. El MoU no será un rescate total como los de Irlanda, Grecia o Portugal. Será un “programa preventivo” que se aplicará a países que todavía tienen acceso a los mercados financieros. Eso es importante porque los programas de rescate totales aplicados hasta ahora solamente se aplican cuando el país ha perdido toda fuente de financiación. Y eso tiene incentivos perversos ya que hace que los países se esperen a pedir ayuda hasta que ya es demasiado tarde.
¿Qué parte de la prima de riesgo es riesgo real y que parte es paranoia especulativa? Difícil de saber. El Banco Central de Italia estima que unos 200 puntos básicos son especulativos (es decir, si la prima es de 5%, 3% corresponde a riesgo real y 2% a sobreprima especulativa). Goldman Sachs, por su lado, estima que solo entre 100 y 150 puntos básicos son especulativos. En cualquier caso, el BCE no ha anunciado un objetivo oficial de reducción de la prima de riesgo. Es decir, no ha dicho que "actuarán hasta que la prima de riesgo sea solo del 3%". Ha dicho que la prima de riesgo tiene que reflejar el riesgo fundamental. Esperemos, pues, una prima de riesgo menor aunque no nula.
Subordinación
Un aspecto importante anunciado por el BCE es que sus créditos tendrán la misma prioridad o “seigniority” que los créditos privados. Es decir, no serán preferentes. Eso también es importante porque si la deuda del BCE pasara a ser sénior, automáticamente el resto de la deuda pasaría a ser subordinada y los acreedores actuales exigirían primas de riesgo superiores con lo que el programa podría tener las consecuencias contrarias a las deseadas. Como pasa en las películas cómicas, a veces el malo coge el bazooka al revés y, tras apuntar a un objetivo que tiene delante, el tiro le sale por atrás.
Política Interna Alemana
La decisión de hoy refleja otro hecho importante: las diferencias que hay entre las autoridades europeas a la hora de afrontar la crisis. Alemania no tiene una posición unificada en contra de la intervención del BCE porque la impresión de dinero puede causar inflación (a pesar de que el BCE ha dicho que las compras serán "esterilizadas") y porque piensan que es necesario de imponer programas de austeridad a rajatabla. De hecho, hay rumores cada día más sonoros de que Angela Merkel está está extraordinariamente irritada con el fundamentalismo del Bundesbank y de su gobernador, Jens Weidman que ha votado en contra de la propuesta del BCE. Fue el único voto en contra dentro del BCE. Es interesante señalar que Alemania tiene dos representantes en el consejo del BCE. Eso quiere decir que el otro representante alemán, Jorg Asmussen, ha votado a favor de la intervención del BCE y en contra de la posición de Weidman. Todo esto indica que la posición de Angela Merkel parece ser un poco más flexible que la de sus compatriotas del Bundesbank (e incluso más flexible que la de su propio ministro de Finanzas, Wolfgang Schauble). Por un lado piensa que si la teoría del gran bazooka es correcta, el BCE no va tener que imprimir demasiado dinero y no se va a crear demasiada inflación: solo con mostrar que el bazooka ya va a ser suficiente. Por otro lado, Merkel piensa que, dado que el rigor y la austeridad son necesarios y que, por más necesaria que sea a medio plazo, esa austeridad tiene efectos negativos sobre el crecimiento a corto, es necesario compensar la política fiscal restrictiva con la política monetaria expansiva. Por eso permite la intervención de las autoridades monetarias para salvar el euro. A diferencia de Weidman, Angela Merkel se enfrenta a unas elecciones dentro de un año y no parece tener muchas ganas de hacer campaña electoral habiendo sido la responsable de la desintegración del euro. Esperemos, pues, más flexibilidad por parte de Alemania en los próximos meses.
Conclusión
De momento, la reacción de los mercados ha sido la de euforia. De hecho, la euforia que se desató el 23 de Julio ha seguido y ha culminado en el día de hoy. Hay espacio para el optimismo pero debemos seguir siendo cautelosos. La intervención del BCE va a hacer que las primas de riesgo bajen. Pero hasta que el crédito no fluya a las empresas, el “credit crunch” va a seguir ahogando a la economía española. Y sin crecimiento, no hay salvación. El anuncio del BCE de hoy no garantiza el crecimiento. Es un gran bazooka. Si. Pero es solo un gran bazooka.


El Rescate de Catalunya

por Xavier Sala i Martín.


El Rescate de Catalunya
Hace meses que todas las grandes empresas españolas como Telefónica, Gas Natural, Abertis, ACS, etc, tienen los mercados financieros internacionales cerrados. Es decir, los inversores internacionales no quieren prestarles dinero a ningún precio. La razón no tiene que ver con el sector en el que operan o con el estado de su salud económica (al fin y al cabo, todas se han quedado sin crédito independientemente de su sector y del estado de sus finanzas). La razón es pura y simplemente que son españolas: los inversores piensan que el posible colapso de la economía española hace que las entidades españolas corran el riesgo de colapsar también y por eso prefieren no prestarles dinero. Y eso es cierto aunque algunas de esas empresas (como Telefónica o Gas Natural) obtienen la mayor parte de sus ingresos de fuera de España. La agencia Moody’s lo dijo claramente hace un par de meses “el rating de Telefónica solo puede estar un escalón por encima del rating del gobierno de España”. Consecuencia: la incompetencia del gobierno de España amenaza con contaminar al resto de la economía.
Digo esto porque el Govern de la Generalitat ha anunciado oficialmente el acceso al Fondo de Liquidez que va a construir el gobierno de España y pedirá la concesión de un crédito de 5.023 millones de euros (a pesar de que esta decisión ha causado mucho impacto mediático, no es la primera vez que la Generalitat acude a fondos del estado para financiarse ya que previamente ha acudido a los fondos ICO para deuda y ICO para proveedores). Igual que les pasa a las grandes empresas españolas, Catalunya ha perdido el acceso al crédito bancario por lo que, al parecer, no tiene más opción que pedir prestado a los fondos de rescate estatales creados para estas ocasiones.
Algunos analistas (anticatalanes) se apresuran a señalar a las embajadas catalanas (sobre todo la de New York), al presupuesto de la conselleria de Cultura catalana y al supuesto dispendio de TV3 son responsables del colapso financiero de Catalunya. Esos argumentos no merecen ser discutidos porque la dimensión de esas partidas es ridículamente pequeña si la comparamos con la magnitud del problema fiscal. Pero la pregunta es pertinente: ¿Cómo ha llegado Catalunya hasta aquí?
Una parte de la explicación se ve simplemente analizando la deuda total de la Generalitat desde 1997. Empiezo en 1997 porque muchos analistas ponen esa fecha como la del inicio de la burbuja inmobiliaria. El primer gráfico (arriba) muestra la deuda total de la Generalitat en millones de Euros. El gráfico de debajo muestra el déficit de la Generalitat expresado en relación al PIB. La fuente de ambos datos es el Banco de España (links a la deuda TOTAL y a la deuda en RELACIÓN AL PIB).
Entre 1997 y 2003, cuando la Generalitat estaba presidida por Jordi Pujol, la deuda total en euros se mantuvo constante (apenas subió de 9.200 millones a 10.900 millones de euros) pero como el PIB subió muy rápidamente debido al boom inmobiliario, la deuda como fracción del PIB bajó más de dos puntos porcentuales i pasó del 9,7% al 7,4% del PIB.
Entre 2003 y 2008 (durante los gobiernos tripartitos de Pascual Maragall y José Montilla, pero antes de que empezara la crisis), la deuda absoluta aumentó en casi un 50% y pasó de 10.900 a 15.776 millones de euros. Eso, a pesar de que la economía estaba experimentando un importante boom económico. Y esa es la primera lección que debemos aprender de todo esto. Durante las épocas de bonanza los gobiernos deberían ahorrar para no pasarlo mal en épocas de crisis. Eso es cierto siempre, pero todavía lo es mucho más cuando la economía crece por culpa de una burbuja inmobiliaria. La razón es que todas las burbujas llegan a su fin por lo que los gobiernos deben saber que sus ingresos fiscales son anormalmente altos y, por lo tanto, deberían ahorrarlos y no comproterse a mantener gastos permanente altos.
En lugar de ahorrar, la Generalitat no solo dilapidó todos esos ingresos extraordinarios y temporales sino que gastó mucho más de lo que ingresaba hasta el punto de que su deuda pública aumentó en casi un 50%. Todos sabemos la lista de malgasto: construcción de aeropuertos y otras infraestructuras absurdas, despilfarro masivo en un Forum de las Culturas lamentable, aumento del gasto sanitario como si la bonanza tuviera que durar toda la vida, cartillas para todo el mundo, contratación de amigos, parientes y afiliados (“la menjadora”), encargos de estudios de consultoría, campañas de publicidad con fines electorales, estaciones de metro decoradas por los mejores y más caros arquitectos y diseñadores del mundo y hasta algún conseller sostenible y solidario diseñando su propio edificio de oficinas al estilo Feng Shui, cargando unos 42 millones de euros al contribuyente. Todo esto, en lugar de invertir en la competitividad del país y preparar a estudiantes, trabajadores y empresarios a encontrar alternativas si algún día llegaba a la crisis. Resumiendo: una vergonzosa demostración del escaso respeto que el Govern de la Generalitat tenía por el dinero del contribuyente.
Y todo esto siguió hasta que, naturalmente, explotó la burbuja y llegó la recesión. Era la segunda mitad de 2008. La crisis comportó una caída en picado de la recaudación fiscal. Como el Govern se había comprometido a uno gasto público elevado y como al principio no se tomó en serio la crisis y siguió gastando como si no pasara nada, la diferencia entre el gasto y los ingresos y, por lo tanto, la deuda pública, se disparó y pasó de 15.776 a 20.825 millones en un año. Cuando Montilla y el tripartido se marcharon en 2010, la deuda (34.229 millones de euros) DOBLABA la que se encontró al llegar a la Generalitat y TRIPLICABA la que el primer tripartito de Maragall encontró en 2003. En porcentaje del PIB, la deuda catalana había pasado del 7.4% al 17.3%.
Artur Mas llegó al Govern en 2010. A pesar de que su política nada más llegar fue la de la austeridad germana, la deuda bajo su mandato ha seguido subiendo y ha alcanzado los 42.000 millones (el 21% del PIB) según los últimos datos del Banco de España. ¿Cómo puede ser? Pues porqué, como ya he explicado muchas veces, la austeridad, por más necesaria que sea a medio y largo plazo, tiende a agravar las crisis económicas a corto plazo. La austeridad ha empeorado la recesión y, por lo tanto, la recaudación de la Generalitat ha seguido cayendo. Si a eso le sumamos que los pagos de intereses son cada año mayores debido a la prima de riesgo y a que la deuda es cada vez más grande, tenemos que la deuda de la Generalitat sigue subiendo sin parar aunque sí es verdad que en el último ejercicio parece haberse parado el crecimiento exponencial de esa deuda. Veremos como acaba.
La primera conclusión de todo esto es que el primer gran responsable de la deuda de la Generalitat es la propia Generalitat. El dispendio descontrolado y la falta de ahorro durante los años de la burbuja han causado un aumento problemático de la deuda y los catalanes debemos entender que el nivel de gasto público (sanitario, educativo, cultural, universitario, infraestructuras, etc) al que se llegó an 2007 no eran sostenibles y deberán ser reducidos. No hay más.
Dicho esto, el aumento de la deuda experimentado por Catalunya, sea o no sea culpa de la mala gestión de la Generalitat, no puede explicar por sí sola el hecho de que Catalunya no tenga acceso a los mercados de capital y se vea obligada a pedir un rescate al estado. Al fin y al cabo, una deuda del 21% del PIB es muy pequeña si la comparamos con las deudas de todos los países de Europa y casi todos los países del mundo. Sí, ya sé que Catalunya no es un país independiente y que si lo fuera, tendría más competencias y por lo tanto más gastos públicos. Pero también tendría más ingresos, los que ahora van a la administración central del estado para pagar esas competencias que ahora son responsabilidad del gobierno central. Es decir, si Catalunya fuera un estado independiente y su gobierno tuviera una deuda de solo el 21% del PIB y si, además, su déficit estuviera entre el 1,5 y el 3% del PIB, sería considerada una de las economías más sanas del mundo y los mercados financieros se pelarían por prestarle dinero. ¿Por qué los mercados, pues, no quieren dejar prestado a Catalunya? Por una razón muy simple: porque no es un estado independiente sino que forma parte de España. Eso tiene al menos TRES consecuencias importantes para el déficit.
Primera, por razones que se escapan a toda racionalidad, el gobierno de España se ha dedicado a ir por el mundo diciendo que el responsable principal del déficit del estado son las autonomías a pesar de que el 60% el déficit total corresponde a la administración central del estado. Y claro, a base de repetir en todos los foros internacionales que los despilfarradores de España son las autonomías, los mercados acaban por cerrar el grifo a... (¿sorpresa?) ¡las autonomías! Lo peculiar de todo esto es que las autoridades españolas han argumentado que el problema son las autonomías con el viejo truco del almendruco de no hablar de la parte del déficit total que corresponde a cada uno sino de hablar de “desviaciones”. Es decir, se impone un objetivo laxo para la administración central y uno de restrictivo para las autonomías y solo se habla de la diferencia entre el déficit real y el objetivo. Al ser el objetivo mucho más laxo para el gobierno central, cuando unos y otros se pasan, las autonomías se han pasado mucho más “en relación al objetivo establecido”. ¿Quien decide el objetivo? ¡El gobierno de España! No hace falta decir que si Catalunya no formara parte de España, este tipo de deslealtades institucionales no podrían existir.
La segunda consecuencia de formar parte de España es que los mercados saben que los impuestos que pagan los ciudadanos y las empresas catalanas no son administrados por la Generalitat sino que se van a España y es el gobierno de España la que decide cuánto dinero regresa a Catalunya. Se estima que, en promedio, solo regresa el 60% de los impuestos pagados por los ciudadanos y las empresas catalanas. Si Catalunya fuera un estado independiente, sus ingresos se hubieran visto reducidos por culpa de la crisis igual que se ven reducidos los ingresos de todos los estados del mundo cuando sufren una recesión. El problema de Catalunya es que, además, sufre la caída de recaudación proveniente de un nefasto sistema de financiación autonómica que permite que hasta el 40% de los impuestos recaudados en Catalunya desaparezca. Y los mercados no ven que ese problema se vaya a solucionar pronto porque los sucesivos gobiernos centrales se han negado a considerar esa posibilidad. No sabemos exactamente cómo funcionaría Catalunya si hubiera tenido el concierto económico, pero es interesante analizar la evolución de la deuda Catalana con la de una comunidad que sí tiene el concierto económico y que, además ha ido asumiendo más o menos las mismas competencias (educación, sanidad, policía, etc) y más o menos al mismo tiempo: Euskadi.
En 1997, la diferencia de la deuda como fracción del PIB entre Catalunya y Euskadi era de 2 puntos porcentuales (10% del PIB en Catalunya vs 8% en Euskadi). Al empezar la crisis en 2007, esa diferencia se había ampliado a 7 puntos porcentuales (8% en Catalunya vs 1% de Euskadi). A partir de aquí, ambas deudas se disparan (lo que demuestra que el sistema de financiación del concierto económico NO hubiera evitado que los ingresos de Catalunya cayeran ya que caen los de todas ls economías en recesión) pero claramente la deuda catalana aumenta mucho más que la vasca hasta el punto que en 2011 la diferencia alcanza los 12,6 puntos porcentuales. Los recortes catalanes del último año han desacelerado el aumento de la deuda Catalana pero no la Vasca por lo que la diferencia en 2012 se ha recortado notablemente hasta los 10,8 puntos. Si Catalunya hubiera tenido un mecanismo de financiación similar al vasco, la deuda hubiera aumentado debido a la explosión de la burbuja, eso es verdad, pero NO a los niveles que ha aumentado en realidad.
Pero aunque Catalunya tuviera el sistema de financiación vasco y su deuda no fuera tan alta como la que es, es posible que tampoco tuviera acceso a los mercados de financiación y tuviera que pedir prestado a los fondos de liquidez del estado. La razón es que... ¡es parte de España! Lo que nos devuelve a las grandes empresas solventes de España como Telefónica, Gas Natural o ACS que hoy en día tienen verdaderos problemas a la hora de levantar dinero para financiar sus operaciones por el simple hecho de que los mercados internacionales las asocian con España, independientemente del sector en el que operan, de lo bien gestionadas que estén o de si una parte importante de sus ingresos provienen del extranjero. Formar parte de España en estos momentos es una lacra que se paga cara y eso lo notan todas las empresas de España. Y es que el mundo entero observa el entorno institucional y político de España: desde el Rey cazando elefantes en medio de la crisis o su yerno imputado por corrupción, hasta el presidente del tribunal supremo dimitido por usar dinero público pasando por el juez más mediático expulsado de la carrera judicial por espiar, el Banco de España desenmascarado por hacer stress tests que aprueban Bankia meses antes de que quiebre, la CNMV que permite a ese banco salir a bolsa, el presidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferran, imputado por fraude empresarial, el principal banquero, Emilio Botín, enganchado evadiendo 2000 millones sin que le pase nada, o los constantes espectáculos del gobierno haciendo exactamente lo contrario de lo que prometió o posponiendo los presupuestos más importantes de la historia para ganar unas elecciones en Andalucía. Y claro, ante semejante descrédito de todas las instituciones de España, los inversores piensan que es un país poco fiable al que le va a costar salir del agujero político, económico e institucional. En este sentido a Catalunya le pasa lo mismo que a las grandes empresas del estado: mientras forme parte de España va a tener los mercados financieros cerrados y va a tener que obtener financiación de los fondos de liquidez.
Resumiendo, a pesar de que la mala gestión de la Generalitat ha hecho que su deuda pública se haya disparado en los últimos años, la verdad es que la incompetencia y deslealtad del gobierno del estado, el sistema de financiación de las autonomías y descrédito internacional de las grandes instituciones de España hacen que el rescate de Catalunya haya sido inevitable.
Aunque he leído multitud de opiniones diciendo que el rescate demuestra el fracaso del soberanismo catalán, yo diría que, de hecho, el rescate le da razón a los independentistas: tal como está estructurada España, Catalunya es inviable. Y España... también.

Soberanismo e Inversión Extranjera

por Xavier Sala i Martín.

Cada vez está más claro que don Mariano Rajoy nombró a Soraya Sáenz de Santamaría como vicepresidenta del gobierno solamente para que ésta pudiera demostrar, semana tras semana, que los políticos también tienen sentido del humor. En la rueda de prensa de ayer, doña Soraya volvió a hacer uso de su habitual simpatía para advertir a los catalanes de que el creciente soberanismo que se detecta en Catalunya “aleja la inversión extranjera”.
¿De verdad doña Soraya? ¿No cree usted que el hecho de que la inversión extranjera se aleja de España no tiene nada que ver con que los extranjeros se han dado cuenta de que España es un país de pandereta? Ya la he escrito en otras ocasiones pero volvamos a hacer la lista:
La primera institución del estado, la corona, es la mofa del mundo, con un rey que se va a cazar costosos elefantes con una misteriosa señorita alemana mientras su pueblo se hunde en la miseria y con un yerno imputado por estafas millonarias.
El presidente del tribunal supremo es obligado a dimitir por haber malgastado dinero público en excursiones románticas de fin de semana con el encargado de su seguridad.
El juez más mediático y famoso del mundo, expulsado de la audiencia nacional por haber sido probado que espió a un acusado y violó la relación de secreto entre abogado y cliente, relación que es sagrada en toda democracia que se precie.
Los partidos políticos violan sistemáticamente todas sus promesas electorales. Los partidos que ahora mandan hacen lo contrario de lo que decían cuando estaban en la oposición y los partidos que ahora están en la oposición critican al gobierno por hacer lo que ellos mismos hacían cuando mandaban. Entre unos y otros, están dejando a los ciudadanos una sensación de que sus votos no sirven para nada y una desconfianza en la clase política de consecuencias impredecibles.
Sin abandonar la esfera política, en toda la prensa internacional aparecen imágenes de estaciones de AVE vacías, aeropuertos sin aviones, ciudades fantasma e infraestructuras sobre las que los alemanes sueñan cada día y no sólo porque son las infraestructuras que les gustaría tener sino porqué ya ven venir la factura que tendrán que pagar por toda la corrupción que ha generado tanto dispendio. Por cierto, señora vicepresidenta, en el momento de escribir esta nota me encuentro de viaje por el centro de Europa y cada vez que algún político, banquero o economista me habla de España, salen a la conversación los reportajes que han visto en sus televisiones sobre el aeropuerto de Castellón, un monumento a la incompetencia, la desfachatez y el caciquismo de Carlos Fabra, Presidente de la Diputación del Partido Popular de Valencia, padre de la tristemente famosa diputada del Partido Popular, Andrea “que-se-jodan” Fabra.
Al descrédito de España también han contribuido las élites empresariales lideradas por el banquero más famoso e internacional del país, don Emilio Botín a quien se le descubrió una fortuna de 2.000 millones de euros escondida en un paraíso fiscal o uno de sus subordinados, convenientemente indultado una vez los tribunales emitieron sentencia de culpabilidad.
Tampoco hay que olvidar la nefasta labor de las entidades supervisoras a la cabeza de las cuales se encuentra el Banco de España, una entidad que ha agravado significativamente la crisis con su absurda política de fusiones bancarias que ha acabado por contaminar a los bancos y cajas sanos con toda la porquería de los bancos y cajas quebrados. El Banco supervisor también es quien hizo los stress tests que dieron la nota de aprobado a Bankia, ese engendro financiero insolvente cuya salida a bolsa bajo la supervisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores acabó con los ahorros de miles de ciudadanos españoles.
Y dejo para el final al gobierno del Partido Popular, que pensó arrogantemente que sólo por el simple hecho de ser del PP, apaciguaría a los mercados internacionales a pesar de que el PP gobernaba la Comunidad Valenciana cuando tuvieron lugar todos aquellos escándalos de corrupción y dilapidación estratosférica de dinero público (y eso lo sabían todos los inversores internacionales). El gobierno del PP, que pospuso durante meses la presentación de los presupuestos más importantes de la historia con el burdo objetivo de ganar las elecciones andaluzas a pesar que ese retraso estaba hundiendo la economía del país. Ese gobierno que tras explicar que las subidas del IRPF eran contraproducentes, acabó poniendo unas de las tasas más altas de Europa y tras explicar que los aumentos del IVA iban a agravar la recesión, acabó subiéndolos hasta extremos nunca vistos en España. Ese gobierno cuyo ministro de hacienda siempre encuentra la manera de exculpar sus acciones y sus engaños y de dar la culpa de todo a los demás, desde los extranjeros hasta las autonomías pasando por los evasores de impuestos, los mercados financieros y esos hombres de negro que nunca iban a venir a España pero que ya están llamando a la puerta.
Ese gobierno que se ha convertido en la única empresa de España que crea ocupación aunque sólo sea para colocar a militantes del PP, familiares y amigos entre los que se encuentra... ¡el señor marido de la señora vicepresidenta doña Soraya Sáenz de Santamaría!
Esto, todo esto, y no los soberanismos catalán y vasco, es lo que hace que España haya perdido toda su credibilidad internacional y haya ahuyentado la inversión extranjera, doña Soraya. Es más, el descrédito constante de todas y cada una de las instituciones españolas, desde el Rey hasta le CNMV pasando por el gobierno, los partidos, los jueces, las entidades reguladoras y los empresarios no sólo hace que los inversores vean que España no es un país de fiar en el que invertir su dinero sino que, además, está haciendo que el sentimiento antiespañol esté cada vez más arraigado en algunas comunidades. Y eso no remitirá hasta que ustedes arreglen su propia casa.
El descrédito de España no es culpa del soberanismo. Es culpa de ustedes. Y el soberanismo... también.
It’s up to you.