(Traducción: Verónica Puertollano)
¿Cómo define
«violencia»?
No lo hago. Empleo el término en su sentido estándar, más o menos el
que se encontraría en un diccionario (como el American Heritage Dictionary en
su quinta edición: «Conducta o trato en el que se ejerce la fuerza física con
el propósito de causar daños o lesiones»). En particular, me centro en la violencia
contra seres sensibles: homicidio, asalto, violación, robo y secuestro, sean
cometidos por individuos, grupos o instituciones. La violencia de las
instituciones incluye naturalmente la guerra, el genocidio, el castigo físico y
la pena capital, y las hambrunas deliberadas.
¿Qué hay de la violencia metafórica, como la agresión verbal?
No, la violencia física es un tema suficientemente grande para un libro (como deja claro la extensión de
Better Angels). Igual que un libro sobre el cáncer no necesita tener un
capítulo sobre el cáncer metafórico, un libro sólido sobre la violencia no
puede mezclar el genocidio con los comentarios sarcásticos como si fueran un
solo fenómeno.
¿No es la desigualdad económica una forma de violencia?
No; el hecho de que Bill Gates tenga una casa más grande que yo puede
ser deplorable, pero mezclarlo con la violación y el genocidio es confundir la moralización
con la comprensión. Ídem para los trabajadores mal pagados, las tradiciones
culturales degradantes, la contaminación del ecosistema y otras prácticas que
los moralistas quieren estigmatizar extendiendo metafóricamente a ellas el
término violencia. No es que estas cosas no sean malas, es que no puedes
escribir un libro sólido sobre el tema «cosas malas».