Lo interesante de esa historia no son los imaginarios apocalipsis, sino la sorprendente laxitud con que la sociedad contemporáneo ha encarado esta variante reproductora. La fertilización de una mujer con el semen de un desconocido no ha desencadenado debates proporcionalmente comparables a los que desencadenaron el divorcio o el aborto. La explicación probable es que la fertilización aleatoria no exige la destrucción de ningún mito poderoso como el del amor eterno o la inmaculada concepción. Todo lo contrario. La ausencia de debate y control sobre el semental aleatorio descansa sobre un mito muy generalizado. La convicción de que la crianza es lo que hace al hombre, que nada diferencia el semen de la sangre, que en esos bancos blancos se almacena líquido y no carácter.
“Ningún poder en la tierra podrá arrancarte lo que has vivido.” Viktor Frankl
Carmen Tagle, fiscal de la Audiencia Nacional, y Luis Reina, un 'error' de ETA
Víctimas:
Carmen Tagle González, de 44 años, era natural de Madrid y estaba soltera. Miembro de la Carrera Judicial desde once años antes, desde hacía cuatro su actividad profesional la desempeñaba principalmente en el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, cuyo titular era el juez Baltasar Garzón. La fiscal Tagle era una mujer valiente que solía expresar públicamente, cuando así se lo requerían, sus opiniones sobre la benignidad del ordenamiento legal hacia los asesinos de ETA. Un mes después de su asesinato empezó en la Audiencia Nacional el juicio contra los autores de la masacre de guardias civiles en la plaza de la República Dominicana de Madrid. El escrito de conclusiones había sido elaborado por la fiscal Tagle.
Luis Reina Mesonero tenía 61 años y era propietario de una pescadería en el mercado de Abastos de Bilbao, ciudad en la que había nacido. Estaba casado y su mujer llevaba veintisiete añosimpedida en una silla de ruedas. El matrimonio tenía un hijo de 25 años que, desde que Luis sufrió la embolia, había pasado a hacerse cargo del negocio de la pescadería.La Tierra quebrada de Alfred Wegener.
En 1854, durante una conferencia, Louis Pasteur dijo “En el campo de la observación, la suerte favorece sólo a las mentes más preparadas”. Por aquel entonces Alfred Wegener aún no había nacido, eso sucedería el 1 de noviembre de 1880, pero bien podría decirse que aquellas palabras le venían como anillo al dedo.
Wegener comenzó su carrera científica estudiando física y matemáticas y realizó su doctorado en astronomía. La tesis le sirvió para mirar a los cielos, observar los planetas y aprender a utilizar los datos astronómicos, todo ello pensando en la Tierra. Esta forma de trabajo la heredó de sus profesores de tesis, quienes habían logrado medir, utilizando medidas astronómicas, las pequeñas oscilaciones del eje terrestre. Terminado el doctorado, Wegener comenzó a estudiar meteorología y trabajó en el Observatorio Aeronautico de Lindenberg. Allí aprendió a manejar cometas y globos meteorológicos diseñados para medir la estructura de la atmósfera a altitudes superiores a los cinco kilómetros y le permitió dar rienda suelta a su afán de aventuras, llegó, incluso, a establecer un récord al permanecer 52 horas seguidas en el aire gracias a un globo aerostático. Todos estos estudios, combinados con su pasión por la geología y geoquímica sembraron las bases para gozar de la “suerte de las mentes preparadas”, como decía Pasteur.
¿Por qué se producen los pedos?
Comencemos con las justificaciones, al fin y al cabo, todos somos humanos, y todos, desde el más humilde de los súbditos, hasta el Rey – disculpe su Majestad – y desde el ateo más convencido, hasta el mismísimo Papa – y que me perdone su Santidad – nos deshacemos de los gases acumulados en el interior del cuerpo por el mismo procedimiento, eso sí, con más o menos habilidad a la hora de disimularlo.
El origen de lo que llamamos flatulencias (siendo finos) o de los pedos, peos o cuescos (que, siendo menos finos, son algunos de los nombres de guerra que le aplican en distintos lugares) está, en parte, en el aire que ingerimos al tragar saliva, alimentos o bebidas, en los gases que se generan cuando los alimentos reaccionan con los ácidos del estómago o con los fluidos del intestino y, fundamentalmente, porque, al alimentar a las bacterias que abundan en el interior de nuestros intestinos, éstas nos pagan con gases abundantes y, a veces, poco recomendables para olfatos delicados.
Tercera Cultura
He enlazado bastantes entradas de esta magnífica web, por ejemplo ésta. Recomiendo la web a todos los interesados en la ciencia y el pensamiento crítico.
Gracias a María Teresa Giménez Barbat por mencionarme en una de las entradas. Yo había enlazado la entrada del blog de Jonah Lehrer, y ellos han traducido los extractos que yo destaqué.
María Teresa, muy educadamente, me preguntó si podía publicar esa entrada. La respuesta es sí, porque sería ilógico tener un blog abierto para luego censurar un enlace, una mención, una copia, una reproducción, o similares. La verdad es que en este caso no hacía falta ni la mención, pero se agradece, uno tiene su vanidad muy por lo aires.
Estamos en la infancia de Internet, pero creo que según madure llegaremos a sitios inesperados y maravillosos, la posibilidad de acceso a la información, a la gente, a las ideas, la interacción imparable, y miles de cosas más, harán que la humanidad tenga una herramienta única para la búsqueda de conocimiento. Con todo lo que ello implica. Nadie puede prever hasta dónde llegaremos, y como evolucionará nuestro mundo. Espero seguir viéndolo, y durar mucho tiempo para ver más y más.
Fargo. 1996. Joel and Ethan Coen.
Muy buena película de los Coen. Está incluida entre mis películas.
Es una comedia negra al estilo de los Coen. La trama de la película va envolviendo a los personajes en unas situaciones entre ridículas y grotescas que les llevan al límite. En esas situaciones a unos les da por matar, a otros por comer y a otros por hacer el idiota. Genial como se combina todo. Los actores están todos soberbios.
Los ateos creen, las vírgenes se embarazan y los vegetarianos comen pollo. Glenys Álvarez
Leer entrada completa.
Extractos:
“La gente más inteligente suele adoptar preferencias y valores novedosamente evolutivos. Sin embargo, la inteligencia no está correlacionada con preferencias y valores tan viejos que fueron formados por la evolución durante millones de años. La inteligencia general, es decir, la habilidad para pensar y razonar, dotó a nuestros ancestros con ventajas para resolver problemas novedosos para los que no tenían soluciones innatas”, explica Satoshi Kanazawa, psicólogo evolucionista en la Escuela de Londres sobre Economía y Ciencias Políticas. “Como resultado, más gente inteligente suele reconocer y entender las entidades y situaciones novedosas, y muchas de ellas tratan sobre preferencias, valores y estilos de vida”.
Precisamente, el conocimiento mal adquirido en las academias puede llevar a las pseudociencias. James Randi aseguró una vez que la nueva era es la vieja era sólo que modernizada, anclada en mitos científicos o en lo que la ciencia desconoce; nada como un buen misterio para atrapar a un ser humano. Algunos gurúes, por ejemplo, hoy hablan de la cuántica como si esta novedosa ciencia ofreciera una unión neuronal con todos los humanos y el Universo; estos personajes se refieren al desconocimiento cosmológico, en pleno siglo xxi, como si fuera evidencia de la existencia de poderes paranormales donde los seres humanos tenemos un papel protagónico. Pero no es así…sin embargo, la persona lo lee, asegura entender la física cuántica y produce así un nuevo ‘dios’.
Arcadi Espada con Julia Otero en Onda Cero. 12-14.09.2011
Arcadi Espada: economía a reflexión.
Arcadi Espada nos habla de las subidas y bajadas de la bolsa: “El teatro mediático se llena de crespones cuando baja la bolsa pero si sube y se supera se debería hacer alguna mención”. Y como según Espada no se hace, decide hacer la mención él mismo.
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