Fuente: Libertad Digital.
A las cuatro de la mañana del sábado 30 de septiembre de 1979, la banda terrorista ETA asesinaba en Guecho (Vizcaya) al camarero PEDRO GOIRI ROVIRA.
El atentado se produjo en el Bar La Pianola, de Las Arenas (Guecho). El establecimiento se encontraba a esa hora cerrado al público, y en su interior estaban el camarero, Pedro Goiri, su esposa, otra empleada del bar y un amigo. Pedro y su mujer se disponían a iniciar la limpieza del local cuando dos encapuchados, uno de los cuales portaba un revólver, irrumpieron de improviso en el bar y uno de ellos dijo: "Somos de ETA", al tiempo que exigía la entrega del dinero de la recaudación. Pedro Goiri, según un testigo, se dirigió al agresor diciéndole en tono tranquilo: "Yo a ti te conozco". Esta frase fue pronunciada, según unos, tras haberle levantado la capucha (así se contaba en La Vanguardia el 2 de octubre) y, según otros, antes de intentar dicha acción. En ese mismo instante, el individuo que portaba el revólver realizó un disparo que alcanzó a la víctima en el corazón, además de pegarle repetidamente culatazos en la cabeza cuando cayó al suelo. Pedro fue trasladado al Hospital Civil de Bilbao, donde ingresó cadáver.
Posteriormente, la banda terrorista ETA quiso justificar el asesinato acusándole de ser colaborador policial, cuando la realidad es que los asesinos sólo querían llevarse la recaudación y, al verse descubiertos, mataron a Pedro para que no les delatase.
El mismo día del asesinato, todos los bares de la zona de Guecho cerraron a partir de las cuatro de la tarde en señal de duelo y protesta por el asesinato de Pedro.
Pedro Goiri Rovira tenía 23 años y era natural de Santurce. Estaba casado con María del Carmen Jiménez Vargas y tenía un hijo de seis meses. Su mujer también estaba empleada en el Bar La Pianola, donde Pedro había empezado a trabajar mes y medio antes de ser asesinado por ETA.
Pocas horas después, a las ocho y media de la tarde del 30 de septiembre de 1979, la banda terrorista ETA asesinaba en Guernica (Vizcaya) al jefe de la Policía Municipal de Amorebieta ALFONSO MANUEL VILARIÑO ORCE.
Alfonso Vilariño había estado presenciando los partidos de cesta-punta en el frontón Jai Alai de Guernica que se jugaban la tarde del domingo. Hacia las 20:30 horas abandonó el frontón con un amigo, vecino de Durango, y se dirigieron hacia su vehículo aparcado en las inmediaciones. Entonces se dieron cuenta de que se les había olvidado algo en el frontón, por lo que Alfonso decidió regresar, mientras su amigo le esperaba en el coche. Al poco, y mientras el policía municipal subía a pie por la calle Zarraburu, fue abordado por dos o tres terroristas que le acribillaron a balazos con una metralleta. El cadáver de Alfonso Vilariño, que presentaba nueve impactos de bala (seis en el pecho, dos en la cabeza y uno en el cuello), fue conducido al depósito de Guernica.
Los etarras se dirigieron, tras cometer el atentado, a un coche Seat 127 de color verde robado a punta de pistola en Guernica, dejando al propietario atado a un árbol en Murueta. Al no conseguir arrancar al primer intento, descendieron nuevamente del vehículo, empujándolo hasta una pendiente próxima, donde lograron ponerlo en marcha y emprender la huida.
Los concejales del Ayuntamiento de Amorebieta condenaron el asesinato del jefe de la Policía Municipal, con la excepción de la formación proetarra Herri Batasuna. Los compañeros de Alfonso no hicieron ningún servicio el 1 de octubre en señal de protesta, mientras que el 3 de octubre los policías municipales de Bilbao llevaron un brazalete negro en señal de duelo por el atentado.
La banda terrorista ETA reivindicó el asesinato el 3 de octubre a través de un comunicado enviado a varios medios de comunicación. En 1983 fue condenado por la Audiencia Nacional Juan José Larrinaga Echevarría, alias Luxia, miembro del grupo Kioto de ETA, a 26 años de prisión. En 1988 fue condenado, también a 26 años, el etarra Juan José Legorburu Guerediaga.
Alfonso Manuel Vilariño Orce, de 49 años, era natural de El Ferrol. Estaba casado y tenía cuatro hijos con edades comprendidas entre los 14 y los 9 años. Durante nueve años fue subjefe de la Policía Municipal en Durango. En 1976 pasó a Amorebieta como cabo. La víctima había sidoamenazada por ETA en otras ocasiones. Unos meses antes de su asesinato, el vehículo que acababa de aparcar en la parte trasera del Ayuntamiento fue ametrallado sin que ningún disparo llegara a alcanzarle. Durante algún tiempo había sido guardaespaldas del anterior alcalde, al que se consideraba próximo a la extrema derecha y que tuvo que abandonar la localidad tras ser también amenazado por ETA. La viuda de Alfonso comentó que estaba muy preocupado por su situación, por lo que había solicitado el traslado.