A la sombra del mar. Jornadas cubanas con Reinaldo Arenas de Juan Abreu

Este libro debe leerse. Perfecto análisis, desde dentro, de lo que supone sobrevivir en la Cuba castrista. Lo incluyo entre mis libros . Aquí se puede adquirir en PDF al precio de 3€.

El libro cuenta en los primeros capítulos la vida del autor, Juan Abreu, en la Habana y Miami, durante las décadas de los 70 y 80. Pasa luego a narrar la vida de Reinaldo Arenas, desde la perspectiva de un Abreu a la edad de 22 años. Como el mismo Abreu escribe: “Repito, este libro no debe leerse como unas memorias, sino como el monólogo de un muchacho de 22 años que respetaba, admiraba y quería a un amigo y no quiso dejarlo solo a pesar de que se moría de miedo y lo devoraban las dudas. Un muchacho romántico, ingenuo e ignorante que creía con los surrealistas (como yo todavía) que hay tres cosas sagradas: la rebeldía, el amor, la poesía. Un joven que pensó que no tendría tiempo para más y quiso dejar constancia de su desesperación. Un muchacho lleno de furia y de infundadas esperanzas” (p. 25).

El libro te hace sentir la falta de libertad, el desasosiego, la desesperación y muchas otras desagradables sensaciones provocadas por un régimen tan brutal como el castrista. Todo está controlado, no hay hombres hay esclavos. A estos esclavos, por ejemplo, se les permitía: "[tras su boda] me fui al hotel que el gobierno nos permite usar, tres días, a los recién casados, para la luna de miel" (p. 40). ¿Alguien puede defender un régimen tan abyecto? 

Destaco los siguiente párrafos:

Un pueblo ocupado en encontrar qué comer día a día para no morirse de hambre, difícilmente encontrará tiempo para conspirar. El hambre como arma de Estado, nunca como durante aquellos años fue tan evidente.
La década del setenta al ochenta fue sin duda la más oscura de estos casi cuarenta años de dictadura. Decir que este período fue el peor no pretende disminuir los rigores de los restantes. Todos han sido malos, pero en esos diez años se sumó a la infamia la falta de libertades la humillación de sentirnos colonizados por una potencia extranjera. La idolatría y la sumisión a los soviéticos llegó a tales extremos que los soldados cubanos, durante las ceremonias militares, juraban fidelidad eterna no sólo a nuestro país sino también a la Madre Patria Soviética. Nunca Cuba fue tan dependiente. (Página 10).

Nunca olvidaré un desagradable encuentro, sostenido poco después de mi llegada, con la hija de un expresidente cubano. La dama, bien educada con el dinero que su padre robó del erario de la República, se permitió decirme que cómo era posible que me atreviera a ripostarle de la manera en que lo había hecho, que cómo no me daba cuenta de que no éramos iguales. Ni corto ni perezoso tuve la satisfacción de concordar con ella. Por supuesto que no lo éramos. Mi padre se había pasado la vida trabajando honradamente para mantener a su familia, y no traicionó la confianza de nadie ni se robó lo que no le pertenecía.

Pero es justo decir que estas personas (que sí merecen el calificativo de escoria que nos dieron a nosotros) constituían una minoría. Esa tan dañina minoría de siempre. Lo cierto es que la mayoría del exilio cubano nos recibió con generosidad. Esa mayoría está compuesta por una dedicada clase trabajadora que suda muy duramente lo que tiene y se merece lo que ha conseguido a fuerza de tenacidad, laboriosidad y una envidiable capacidad para aprovecharse de las oportunidades que ofreció la sociedad norteamericana a las primeras oleadas de refugiados. (Pp. 14-15).

Al regresar a Miami (los cubanos que viven desperdigados por Estados Unidos terminan, tarde o temprano, en Miami) fundamos la Revista Mariel de Arte y Literatura.

(…) El grupo de escritores que hizo posible Mariel, o colaboró en el empeño, estuvo formado por Reinaldo García Ramos, René Cifuentes, Luis de la Paz, Marcia Morgado, Roberto Valero, Miguel Correa, Lydia Cabrera, Enrique Labrador y Carlos Victoria, entre otros. Mención especial para el cineasta Néstor Almendros, que siempre estuvo a nuestro lado. (P.16).


Lydia Cabrera fue una especie de hada madrina de la revista. También una de las personas que más me ha impactado mi vida. Vivía en un minúsculo apartamento en Coral Gables, donde trabajaba incansablemente. Rodeada de un grupo de amigos y del silencio oprobioso y la indiferencia en los que la rica comunidad cuba ha sumido a sus grandes escritores exiliados. Lydia pagaba la publicación de sus libros con grandes esfuerzos, vendiendo en ocasiones las pocas joyas familiares que pudo sacar de Cuba. Así publicó la mayoría de sus 23 libros. Cuando la conocí era todavía una mujer fuerte y llena de energía, a la que la ceguera no había entristecido. Reinaba en su sala llena de libros y cuadros. Una dama elegante, que destilaba sencillez y dignidad y una aristocracia natural que impregnaba sus palabras y sus movimientos.

Hacía gala de un gran sentido del humor, y una bondad pura. Al final de mi primera visita insistió en regalarme doscientos dólares, y no hubo forma de rechazarlos. Ella, que no tenía, al ver que un cubano recién llegado estaba peor no quiso dejarlo ir sin echarle una mano. «La inteligencia es una forma de bondad», decía. Es la mejor definición que he encontrado al respecto. (Pp. 16-17).

El régimen de Castro ha durado demasiado y eso nos ha marcado a todos en un sentido u otro. El ser humano puede acostumbrarse a cualquier cosa, hasta al horror, si éste se prolonga lo suficiente y se hace cotidiano. (P. 20).

Repito, este libro no debe leerse como unas memorias, sino como el monólogo de un muchacho de 22 años que respetaba, admiraba y quería a un amigo y no quiso dejarlo solo a pesar de que se moría de miedo y lo devoraban las dudas. Un muchacho romántico, ingenuo e ignorante que creía con los surrealistas (como yo todavía) que hay tres cosas sagradas: la rebeldía, el amor, la poesía. Un joven que pensó que no tendría tiempo para más y quiso dejar constancia de su desesperación. Un muchacho lleno de furia y de infundadas esperanzas. (P. 25).

En la alcantarilla están los cartones con los que se abrigaba (Reinaldo Arenas) y protegía del frío y la humedad de la noche. Nunca fueron suficientes. Hacía una especie de nicho con las cajas de cartón, que rellenaba con papel de periódico. También se metía hojas de periódicos, arrugadas, entre las ropas. Parecía un extraterrestre, pero conservaba el calor. «Menos mal que este periódico al fin sirve para algo, aparte de su uso oficial como papel sanitario», decía sonriendo, mientras enarbolaba un Granma. (P. 28).

Arenas me había dicho: «Asegúrate de que son mortales. No le temo a la muerte, lo que me queda es una constante evasión y la muerte no sería más que evadirse de la realidad. Pero a la cárcel sí, es un lugar horrible, sórdido. A la cárcel sí le temo». (Pp. 28 y 29).

Pasan los días y nada sucede. La situación de Rey (Reinaldo Arenas) es desesperada. No es solamente el problema de que no lo atrapen. Están el hambre y el frío y el vivir a la intemperie. Y la soledad. Voy cada vez que puedo y pasamos horas conversando. Necesita compañía. Planeamos algunas tertulias, para animarnos. Rapiño en casa de la poca comida que hay para llevarle, cuando se puede. Pero todo el mundo pasa hambre y tampoco hay dinero pues ganamos una miseria. De vez en cuando hacemos una colecta y le llevo algo para que pueda comprar en los quioscos del Parque. (P. 34).

No se puede ser un artista honesto en este país y participar de la cultura oficial. Eso lo tengo muy claro. Lo único que queda es la fuga. Escapar de este infierno como sea, y salvar lo que se escriba. Eso es todo lo que nos depara el futuro. Con suerte. (P. 34).

No cabe duda, en estos tiempos violentos y grotescos, la única forma digna de ser un artista es estar dispuesto a respaldar con la vida cada palabra que se pone sobre el papel. (P. 39).

Si faltas tres veces durante un mes te hacen un juicio y te encarcelan, condenándote a trabajo forzado. Eso se llama Ley Contra la Vagancia. Si no te cogen por ésa, pueden hacerlo por la Ley de Peligrosidad, que te condena no porque hayas cometido un delito, sino por la presunción de que puedas cometerlo. (P. 41).

En estos 22 años de miserable existencia lo único que he conocido es la persecución, la esclavitud y la estupidez ascendida a canon ideológico. (P. 41).

La palabra es reveladora si pensamos en Weyler, Hitler o Stalin, pero aquí significa que los obreros después de cumplir su horario de trabajo son conducidos en camiones a la Plaza de la Revolución, donde les será endilgado algún discurso en el que donaremos alguna libra de arroz, de las pocas que nos tocan por el Racionamiento, a algún pueblo hermano. Como se sabe, aquí el motor impulsor de toda actividad masiva es la coacción, y el chantaje. El que no acude a una de estas manifestaciones quedará señalado en su centro de trabajo, o en el CDR. Y como estas actividades se reflejan en el expediente laboral y social, así como en el historial de méritos revolucionarios de cada persona, el no acudir a uno de estos actos significa renunciar a cosas fundamentales, además de convertirse en un apestado. (P. 58).

«La opresión resulta intolerable para el poeta porque la imaginación es la expresión más absoluta de la libertad. El poeta que no conoce la libertad, la imagina, y si es un genio, y está ubicado en el continente americano, convierte esta visión en palpable, o perece». Reinaldo Arenas, Magia y persecución en José Martí, La Gaceta de Cuba. (P. 60).

En la Biblioteca estaba la Goyesca, que trabajaba en un departamento donde almacenaban los libros prohibidos. Él se arriesgaba, pues era necesario un permiso especial para acceder a ellos, y nos prestaba muchos, siempre que los leyéramos allí. (P. 62).


La Habana ya se estaba cayendo a pedazos, pero siempre es una delicia zapatear sus estrechas calles. A pesar del hedor de las cloacas desbordadas y las colas detrás de los camiones de agua. Hay lugares en los que desde hace años no viene el agua y la gente vive llenando tanques de cincuenta y cinco galones, que luego instalan en la cocina o en el baño y de los que sacan una tubería. (P. 63).


Al írseles prohibiendo y suprimiendo todo, en vez de protestar y airarse contra la fuerza que los oprime, se dedican a enumerar lo que les queda y a tratar de conservarlo. Al poco tiempo olvidan aquello que les arrebataron. Se sienten contentos con la miseria que les permiten. Son capaces de soportar todo tipo de vejaciones, de envilecerse, de embrutecerse y enmudecer con tal de conservar algún fin de semana, en el que podrán ir a la playa a templar bajo los pinos, o al Conejito a matarse el hambre con un cupón de buen trabajador que les dieron en la fábrica por ser esclavos ejemplares. (P. 90).


La ley dice que si vas tres veces ante el gobierno, que es el único empleador, y no aceptas lo que te ofrecen, vas preso. Pues estoy preso, soy un esclavo. (P. 92).


Han comenzado otra vez las recogidas de los que no están «correctamente pelados». Me paso la mano por la cabeza. El pelo me tapa las orejas. Estoy fuera de la ley. (P. 101).


Le echo un vistazo al Granma. Este periódico hace que uno sienta lástima de la humanidad. Todos los países están en crisis, casi muriéndose de hambre o atravesando inmensas tragedias locales. Están más muertos de hambre que casi todos nosotros, es asombroso. Y entonces hago unos cálculos. En nuestro paraíso proletario el precio de un frasco de miel de abejas, que antes era de 25 centavos, ha ascendido hasta $1.50, lo que equivale a un 600% de aumento. Y los cigarros de 20 centavos a $2.40, lo que constituye un aumento de un 700%. Todos los artículos de primera necesidad están por el estilo. Pienso esto mientras voy leyendo un montón de artículos en Granma sobre la crisis inflacionista en los países capitalistas. Nosotros, en cambio, no tenemos crisis. A nosotros cuando se nos acaba la cuota de alimentos a mediados de mes, estirándola, se nos deja en plena libertad para demostrar nuestras actitudes para sobrevivir con un mínimo de proteínas, carbohidratos y calorías. (P. 123).


El Comité de Zona es, por así decirlo, el director de los CDR (Comités de Defensa de la Revolución) [un centro oficial de delación]. De él emanan las órdenes y las orientaciones. Lo más significativo en su estructura es el policía, «el Teniente», que tiene a su cargo varios de estos Comités de Zona. Es el sueño de Hitler, la militarización a nivel de Zona (cada zona consta de alrededor de 30 CDR, con sus gráficos, expedientes, listas, fichas, archivos, etc.). También es digna de mención la actitud coral de estos Comités de Zona. Prueba de ello es la cantidad de consignas que se comprometieron a vocear durante el año 1974:
1) Condenamos la intervención militar yanki en Cambodia(...) 3) Nixon asesino 4) Nixon esbirro 5) Nixon asesino de mujeres(...) 18) Muera el imperialismo yanki 19) Viva la unidad anti-imperialista 20) Viva el invencible campo socialista 21) Saludamos Flota Soviética(...) 23) Nada hay más precioso que la libertad y la libertad (...) 30) Viva Lenin31) Viva el Che(...) 50) Viva la dictadura del proletariado 51) Mueran los agentes del imperialismo 52) Nixon es peor que Hitler
(Pp. 130-131).

Hace días que en toda La Habana no hay agua. Esto no es nada raro, hay zonas en la ciudad en las que hace años que no viene una gota de agua a las cañerías. (P. 132).


Un muchacho que trabaja conmigo (...) ha estado preso en el Morro. Dice que (...) muy temprano desayunan media latica de leche aguada y un pan. Luego, a eso de las diez de la mañana, el almuerzo. Espaguetis con agua o chícharos con agua, poca cantidad. La comida, por el estilo, a las tres de la tarde y nada más hasta el otro día. Las celdas son tan frías que por la noche es imposible dormir. Los presos se ponen a quemar papeles y trapos para calentarse. Para lograr pasar el tiempo sin volverse loco hay que leer, todo el mundo lee allí, y los muy degenerados incluyen el peso de los libros en las 25 libras de la jaba mensual de alimentos. El infierno. 

Los guardias son fanáticos escogidos; por cualquier cosa te dan un planazo, usan machetes, sí, aunque ahora creo que los sustituyeron por cascos de acero, me dice. Sí, por gusto te dan golpes entre tres o cuatro y ni protestes, no digas una palabra, porque te clavan la bayoneta. Aunque sin que hagas nada también te la clavan. Al entrar en la celda. Al decirte: «¡Vamos, entren, entren!»
Ah, y te sacan a coger sol una vez a la semana. (P. 138).


Otros escritores cubanos han sido aún más desafortunados que yo. René Ariza, por ejemplo, Premio Nacional de Teatro, se pudre en una cárcel luego de haber sido torturado hasta el punto de que ha perdido la razón… ¿Qué se sabe de Manuel F. Ballagas, el joven escritor, hijo del gran poeta? También él fue una madrugada sacado a golpes de su casa y conducido a una mazmorra. Nelson Rodríguez, joven escritor que publicó un notable libro de cuentos titulado El regalo, pasó tres años en un campo de trabajo forzado y luego de haber sido vilmente vejado, cuando intentó desviar un avión para abandonar el país, fue internado en un hospital y luego fusilado como un criminal. En Cuba se fusila en las cárceles y en las costas. Y lo peor es que siendo tan sórdidos los aparatos de la censura y de la persecución, el mundo nada puede saber de los crímenes espantosos que aquí se cometen día tras día.

(...)

El comunismo es el gran negocio del siglo para los caudillistas y los dictadores; además de apoderarse de todo el país que dominan, se aseguran la propaganda, el título de «progresistas» y el poder vitalicio. 
Jóvenes del mundo occidental: el hecho de que ustedes puedan criticar o aborrecer o simplemente abandonar el país en que viven y elegir, es un privilegio que se extingue. Traten de mantenerlo el mayor tiempo posible, pues hasta entonces ha de durar la civilización y el pensamiento humano, con toda su grandeza y heroísmo, que el mismo lleva consigo. Texto de Reinaldo Arenas. (Pp . 158 y 160).

Ramiro Salazar Suero, propietario de un taller, asesinado por ETA en Vitoria


Alrededor de las nueve y media de la mañana del 23 de julio de 1983, la banda terrorista ETA asesinaba en Vitoria al empresario RAMIRO SALAZAR SUERO, propietario de un taller de compraventa de vehículos. Dos pistoleros a cara descubierta le dispararon en la nuca cuando se disponía a abrir el establecimiento en la avenida de los Pinos de la capital alavesa. Los etarras llevaban un rato merodeando por la zona, esperando la llegada de Ramiro, lo siguieron y lo abordaron por la espalda, disparándole sin que tuviese tiempo de reaccionar. Los terroristas emprendieron la huida a pie, en dirección al centro de la ciudad.
La víctima, socorrida en primer término por un cabo de la Cruz Roja, tenía una herida de bala en la sien izquierda, que le había dejado gravemente herido. El cabo, que pasaba casualmente por el lugar, detuvo su vehículo al oír el disparo y solicitó ayuda a una dotación de la Policía Nacional para introducirlo en el vehículo de la Cruz Roja. Ramiro fue trasladado al Hospital General Santiago Apóstol, donde ingresó a las diez de la mañana en situación de coma y con parada cardiaca. Estuvo tres horas debatiéndose entre la vida y la muerte. Quince minutos antes de la una del mediodía, el empresario falleció sin que los médicos que le atendían pudieran hacer nada por salvar su vida.
En el lugar de los hechos se recogió posteriormente un casquillo del calibre 9 milímetros parabellum, marca FN. Pocas horas después, ETA asumió la autoría del asesinato mediante una llamada al diario Egin.
En 1993 la Audiencia Nacional condenó a Ignacio Pujana Alberdi, miembro del grupo Totorramendi de ETA, a 28 años de reclusión mayor por el asesinato de Ramiro Salazar. Las Fuerzas de Seguridad atribuyen a Luis Enrique Gárate Galarza, alias Zorro, su presunta participación en este atentado. El etarra fue detenido en el suroeste de Francia el 9 de febrero de 2004, después de tratar de eludir un control de aduanas en la localidad de Cognac, a unos cien kilómetros de Burdeos, cuando transportaba una furgoneta cargada de explosivos y armas junto a Ibon Elorrieta Sanz. Gárate Galarza fue condenado a 15 años en Francia, y en marzo de 2010 fue entregado temporalmente a España para ser juzgado por su participación en diversos atentados cometidos en los años ochenta, varios de los cuales se saldaron con asesinatos.
Ramiro Salazar Suero, de 35 años de edad, era natural de Urbina (Álava), localidad próxima a Vitoria. Propietario de la empresa Automóviles Salazar, estaba casado y tenía dos hijos. Su esposa se encontraba en avanzado estado de gestación en el momento del atentado. Ramiro Salazar no había tenido, al parecer, ningún problema laboral ni se le conocían actividades políticas. Sin embargo, en el mes de abril unos desconocidos rompieron los cristales de su establecimiento por lo que Ramiro presentó la correspondiente denuncia en comisaría. Aunque en un principio el negocio estaba destinado a la compraventa de automóviles, el propietario había obtenido poco antes de su asesinato la autorización de venta de coches de varias marcas extranjeras.

Entrevistas a Luis Rojas Marcos y Fernando Savater por Javier Bilbao

También dice en su libro que contemplar desgracias ajenas nos puede ayudar a relativizar las nuestras. ¿Ver telediarios tendría un valor terapéutico?
Bueno, yo no diría terapéutico. Muchas personas interpretan el telediario como la normalidad cuando es lo opuesto; lo que es normal no es noticia. La noticia es noticia porque es la excepción, una aberración. Como las noticias son negativas, en general, cuando ven la misma agresión, el mismo accidente tres o cuatro veces al día, piensan que esto es la vida. El problema de las noticias es que aunque sabemos intelectualmente que es algo excepcional, a veces tendemos a pensar que la vida es así. No es terapéutica. Ahora bien, lo que sí es verdad es que por ejemplo en un terremoto ves que hay personas que se consuelan porque su situación no es tan desastrosa como la del vecino. Y esto es normal, es una tendencia normal del ser humano.
Los medios de comunicación cada poco tiempo nos suelen alarmar con amenazas apocalípticas ya sea sobre el medio ambiente, enfermedades contagiosas…etc. Asimismo, muchas películas se ambientan en esa clase de escenarios. ¿Por qué esto nos fascina tanto?
Nos fascina. Hace dos mil años la sociedad más avanzada y más desarrollada del mundo, en Roma, iba diariamente al Coliseo a ver atrocidades reales; hoy día esa atrocidad real no nos atrae, nos gusta más una violencia que está editada, más camuflada hasta cierto punto. No hace mucho se iba a ver ejecutar a los reos en la plaza pública, en Londres, y casi siempre iban acompañadas de torturas, de martirio, e iban las familias a verlo. Esa fascinación es así, como observadores. ¿Por qué? Pues porque las situaciones de violencia resuenan en nosotros con una fuerza especial; nos ponen en contacto con la vida, la muerte, la sumisión, el poder…

Entrevista con Fernando Savater por Javier Bilbao.
Salman Rushdie decía que “ya no hace falta ser terrorista para conseguir cambios y que ser terrorista es algo pasado de moda” en relación a las revueltas del mundo árabe. ¿Está de acuerdo? ¿Al Qaeda está acabada?
Siempre me he opuesto a esa tontería de “la violencia es inútil”. No, la violencia es utilísima. En el País Vasco ha hecho posibles cambios enormes y si no hubiera sido por la violencia, la hegemonía nacionalista no hubiera sido la que es. Y, por supuesto, la violencia integrista islámica se ha impuesto en el mundo teniendo como efecto, entre otras cosas, la disminución de nuestras libertades en algunos casos. Es muy bueno ver que los países del norte de África apuestan más por esas vías democráticas, de resistencia pasiva o activa, pero no terrorista. Que el terror lo ponga el dictador, no uno. Es la única forma de llegar a la democracia. En la época de Franco todos los antifranquistas se pusieron muy contentos cuando volaron a Carrero Blanco; yo dije que el que volaba a Carrero Blanco era como Franco pero de otro orden. Nosotros lo que queríamos no era que ganaran otros militares, sino que ganáramos los civiles y esto es lo que ahora está ocurriendo. Quieren que ganen los civiles, no unos señores que sean lo contrario que Gadafi o Mubarak, pero en esa misma línea. Ahora bien, el terror es utilísimo, por eso hay que prohibirlo y perseguirlo, porque logra demasiadas cosas.

Se ha llegado a comparar esta cadena de insurrecciones como la caída del Muro de Berlín, ¿es una analogía exagerada?
Probablemente sí, en el sentido de que el muro representaba un poder único, grande, que era el poder del comunismo, la Unión Soviética, que hoy no existe como tal. Pero es verdad que es muy importante; una vez más se vuelve a esa mitología pragmatista y en el fondo hipócrita que hay mucho en Europa cuando se dice “no, ellos no son como nosotros, no quieren las mismas cosas, tienen sus propias tradiciones, a las mujeres les gusta ir tapadas hasta las orejas, a los hombres les gusta pasarse la vida obedeciendo al sultán…”. Pues se ve que no; los seres humanos nos parecemos mucho más de lo que nuestros folclores políticos dan a entender. Es una cosa muy sana recordarlo de vez en cuando. 

¿Qué pasa en Fukushima (Parte 10)? Hoja de Ruta hacia la Normalidad por Manuel Fernández Ordóñez


Hace meses, el Gobierno de Japón le pidió a la dueña de la central nuclear de Fukushima Dai-chi (TEPCO) que elaborara una hoja de ruta donde se establecieran los pasos a seguir para la restauración de la situación después del accidente. Hace dos días, TEPCO hizo público un informe en el que se establecía el estado del progreso en dicha hoja de ruta. Pueden descargase el informe en este enlace. Es el propósito de este artículo resumir y resaltar los puntos más importantes de dicho informe, es decir, establecer cuál es la situación actual en la central de Fukushima y los pasos a seguir desde ahora. Hay puntos del informe que me saltaré por ir únicamente a lo más interesante.
1) Se ha conseguido el objetivo de una Refrigeración Estable de los reactores.
  • Las temperaturas en la parte inferior de las vasijas no muestran ninguna tendencia ascendente y el calor generado en los reactores se está extrayendo de manera estable.
  • El sistema de tratamiento de agua está en operación y el agua que se inyecta en los reactores no aumenta el inventario de agua contaminada. Este sistema comenzó a operar el 17 de Junio y ha tenido numerosos parones desde entonces, pero funciona.
  • Se han instalado múltiples vías de inyección de agua en los reactores por si falla alguna.
  • Se está inyectando nitrógeno en las contenciones primarias de los tres reactores para prevenir hipotéticas explosiones de hidrógeno. En el reactor 1 se inyecta nitrógeno desde el 7 de Abril, en el reactor 2 desde el 28 de Junio y en el reactor 3 desde el 14 de Julio.
2) Se ha conseguido una Refrigeración Estable  de las piscinas de combustible gastado.
  • En la unidad 1 se comenzó con la inyección de agua fría por la línea normal el 29 de Mayo.
  • En la unidad 2 se comenzó con la circulación de agua a través de un cambiador de calor externo el 31 de Mayo y ha conseguido alcanzar una temperatura en torno a los 35 ºC.
  • En la unidad 3 se desarrolló la misma técnica que en la unidad 2 pero comenzando el 30 de Junio. La piscina ha sido llevada a una temperatura en torno a los 35 ºC.
  • En la unidad 4 se instaló una línea externa de inyección de agua el 17 de Junio y la piscina está en una situación de refrigeración estable.
3) Agua contaminada acumulada.
El principal cometido en este punto es asegurar el almacenamiento y tratamiento de esa agua para prevenir que tenga lugar cualquier tipo de vertido. Son varias las medidas que se están implementado para conseguir esto:
  • El 17 de Junio comenzó a operar el sistema de tratamiento de agua contaminada. Este sistema saca el agua almacenada en los edificios de turbinas, le quita el aceite, gran parte del cesio y de otros elementos radiactivos, la desaliniza y la almacena en unos tanques para utilizarla como refrigerante de los reactores.
  • Para mitigar la contaminación del agua marina en el emplazamiento de la central se han instalado unos sistemas que utilizan Zeolita (un material que retiene parte del cesio que hay en el agua).
  • Se han instalado también placas de hormigón en los canales de entrada de agua a la central y unas barreras de otros materiales para prevenir la difusión de agua contaminada a mar abierto.
4) Mitigación de la contaminación
La pretensión de estas medidas es reducir la dispersión de materiales radiactivos que están acumulados en la propia central y prevenir el aumento de las tasas de dosis en la zona que rodea la central. Para ello:
  • Se dispersó una resina química por gran parte de la central que evita que se levante polvo y la radiación se disperse en el ambiente. El 28 de Junio se finalizó esta operación en la que se dispersó resina sobre 400.000 m2 de la central.
  • Se han retirado 500 contenedores de escombros, algunos altamente contaminados.
  • Se ha comenzado la construcción (28 de Junio) de una cubierta para el edificio del reactor 1.
5) Contramedidas contra nuevos terremotos y tsunamis
  • Las fuentes de energía de emergencia se han instalado en lugares altos (15 de Abril).
  • Se han instalado líneas de inyección de agua redundantes en los reactores por si un terremoto daña alguna de ellas (15 de Abril).
  • Los camiones de incendios (con bombas) se han puesto también en lugares elevados.
  • Se está instalando una estructura que refuerce la piscina de combustible del reactor 4.
  • Se han construido nuevos muros contra tsunamis (terminados a finales de Junio).
6) Dosis de radiación
  • Como las tasas de dosis en el perímetro de la central no cambian dependiendo de la dirección del viento (siempre se mide lo mismo) se deduce que no se están emitiendo nuevos materiales radiactivos y que, la mayor contribución a la dosis medida corresponde a materiales emitidos durante los primeros días del accidente.
  • Las tasas de dosis medidas en las inmediaciones de la central, de hecho, llevan varios meses bajando paulatinamente.
  • Se ha estimado que la actividad total emitida en la actualidad es 2 millones de veces más pequeña que en las primeras semanas del accidente.
7) Control de Radiación y Cuidado Médico
  • TEPCO publicó el 17 de Junio que 6 trabajadores habían recibido dosis superiores a los 250 mSv establecidos por el Gobierno de Japón.
  • TEPCO realizó análisis a 3.538 trabajadores (de 3.771) implicados en Marzo en las labores de emergencia del accidente. Realizó análisis a 3.254 trabajadores (de 4.567) que estuvieron en la central durante el mes de Abril.
  • Se están haciendo análisis médicos periódicos a todos aquellos trabajadores que hayan recibido más de 100 mSv de dosis.

The World is UNDERpopulated

Vía Cafe Hayek.

While many myths compete with “the-world-is-over-populated-with-humans” myth for the honor of being the myth with least empirical and theoretical support, no myth surpasses the over-population myth in groundlessness and, really, absurdity pregnant with totalitarian impulses.  I like the take of the Boston Globe‘s Jeff Jacoby:
For more than 200 years the population alarmists have been predicting the worst, and for more than 200 years their predictions have failed to come true. As the number of men, women, and children in the world has skyrocketed - from fewer than 1 billion when Malthus lived to nearly 7 billion today - so has the average standard of living. Poverty, disease, and hunger have not been eradicated, of course, and there are many people in dire need of help. But on the whole human beings are living longer, healthier, cleaner, richer, better-educated, more productive, and more comfortable lives than ever before.
When human beings proliferate, the result isn’t less of everything to go around. The planetdoesn’ t run out of food and fuel, minerals, and metals. On the contrary, most resources have grown cheaper and more abundant over the past couple centuries - in tandem with rising population.The explanation is no mystery. Yes, more babies mean more mouths and therefore more consumption. But more babies also mean more minds and arms and spines - and therefore more new ideas, more effort, more creativity, more initiative, more enterprise. “Human beings do not just consume, they also produce,’’ writes George Mason University economist Bryan Caplan. “The world economy is not like a party where everyone splits a birthday cake; it is more like a potluck where everyone brings a dish.’’
And see here just how out of touch with reality is the myth of over-population.  (HT Chris Meisenzahl).


Do Parents Matter? Q&A with Bryan Caplan, Author of Selfish Reasons to Have More Kids

Vía Cafe Hayek.

Francisco López Bescos, guardia civil, y una víctima del atentado contra Aznar

Vía Libertad Digital.


El 22 de julio de 1980 la banda terrorista ETA asesinaba en Villamediana (La Rioja) al teniente de la Guardia Civil FRANCISCO LÓPEZ BESCOS, al hacer estallar varias cargas explosivas al paso de un convoy de tres autobuses con ciento veinte guardias civiles procedentes de Andalucía y Cataluña.
En aquellos años la Guardia Civil solía concentrar en La Rioja a agentes procedentes de varias comandancias que, tras unos días de adiestramiento, eran enviados al País Vasco para reforzar la lucha contra el terrorismo. Ese día los guardias civiles iban a realizar prácticas en un tramo en construcción y fuera de servicio de la autopista Bilbao-Zaragoza, y estaban siendo trasladados en tres autobuses desde Logroño. Para acceder desde el camino de obra paralelo al puente de la A-68, la autopista del Ebro por entonces en construcción, había una pequeña rampa que obligaba a los vehículos a reducir la velocidad. Esta lentitud obligada había sido observada por los terroristas varios días antes como una circunstancia que permitiría atacar a un objetivo fácil, casi inmóvil. Era la quinta salida que hacía el convoy a ese mismo lugar para realizar las prácticas, y todo estaba preparado para un asesinato en masa.
El convoy apenas había recorrido tres kilómetros desde Logroño hasta Villamediana por la carretera local 601. Antes de tomar el llamado Camino Real junto a una fábrica de yesos y escayolas en el paraje de Santa María, miembros de la banda terrorista ETA activaron por control remoto las diez cargas que habían ocultado la noche anterior.
Sobre por qué no estallaron los diez artefactos hay dos versiones. La oficial señaló que se había producido un fallo en la activación de los mecanismos. Sin embargo, José, uno de los guardias civiles que iba en el convoy, recuerda nítidamente lo que sucedió ese día: "eran tres autobuses los que íbamos a hacer las prácticas, y un Land Rover por delante haciendo de escolta. Un autobús con trabajadores que construían aquella autopista se coló entre los autobuses antes de que los etarras accionaran la bomba". En opinión de este guardia civil, natural de Albolote, los etarras observaron esta coyuntura desde la distancia y decidieron no explosionar la mitad de las bombas para no afectar al vehículo de trabajadores. "Yo iba en uno de dos primeros autobuses que atravesaron la vía de servicio, luego pasó el de los trabajadores, y fue al paso del tercer autobús cuando explotaron los tres artefactos que alcanzaron de lleno al vehículo". Y añade: "querían matar a miembros del cuerpo y no a civiles". "Tras la explosión hubo un gran tumulto, ruido de voces, gritos, imagínate... algunos agentes salieron a ver si veían a alguien en los alrededores del lugar del atentado, pero no encontraron a nadie", recuerda José.
Las explosiones alcanzaron al autobús que circulaba en último lugar. La onda expansiva y la metralla hirieron de gravedad al teniente Francisco López Bescos y a otros treinta y seis miembros de la Guardia Civil. El teniente fue trasladado inmediatamente a la Clínica Clavijo de Logroño, donde falleció minutos después de ingresar. Del resto de guardias civiles, dos de ellos resultaron heridos de gravedad: el sargento primero Rafael Ruiz Ruiz y el agente Sebastián Fernández Macías. El resto fue distribuido entre diversos centros sanitarios de Logroño y algunos fueron trasladados a Zaragoza para ser intervenidos quirúrgicamente. Son los cabos primeros Francisco Méndez Pérez, Juan Molina Lara, Antonio Román Acebedo y Santiago Moriches Cintas; y los guardias civiles Tomás Parra Baena, Antonio Ruiz Peña, Jesús Cabello Sánchez, Antonio Muñoz López, Joaquín Lago Chica, Francisco Terrón Moreno, Francisco Valenzuela, Elías Romero Huerta, Fernando Gordillo Morales, Antonio Ruiz Peñas, Manuel Rengel Borrego, Santos Valseca Fernández, Miguel Pazo Majaron, Francisco Mata Camuñas, Manuel López González, Manuel Jiménez Gómez, Teodoro Cabana Lavera, Alfonso Rabadán Rodríguez, Jesús López Cruz, Bonifacio Bas Muñoz Hierro, Rafael Ocaña Pérez, Rafael Santana Cozar, José Alcázar Eslava, Antonio Romero Díaz, Rafael Heredia García, José Pérez Cabezas, Miguel Infante Luque y Andrés Sevilla.
Las diez cargas explosivas estaban colocadas a una distancia de cincuenta metros cada una,ocultas bajo tierra y piedras en un talud lateral junto al camino de obra que debían tomar antes de llegar a la autopista donde iban a realizar las prácticas de control de carretera. Cada una de las cargas explosivas estaba compuesta por cinco kilos de Goma 2 y amonal, más abundante metrallaformada por tuercas, tornillos de gran volumen y piezas de hierro. En total fueron accionadas a distancia tres de las cargas que sumaban aproximadamente 15 kilos de explosivos. Las siete bombas que no llegaron a estallar fueron desactivadas posteriormente por las Fuerzas de Seguridad.
El funeral en memoria del teniente López Bescos se celebró al día siguiente, miércoles 23 de julio, en el patio de la Segunda Comandancia de la Guardia Civil de Logroño. La capilla ardiente se instaló al aire libre, donde tuvo lugar el acto religioso con la presencia de la viuda del teniente y sus cinco hijos. La nutrida representación de autoridades civiles y militares estaba encabezada por el ministro del interior, Juan José Rosón, y por el general Aramburu Topete, director de la Guardia Civil. Rosón tuvo que escuchar gritos contra su persona, que se extendieron en contra del presidente Suárez y contra la banda terrorista ETA.
Poco después, al abandonar el patio, algunos guardias gritaron "tres, sólo tres", en referencia a los meses de permanencia en comisión de servicio en el País Vasco. Los ciento veinte guardias que viajaban en el convoy atacado estaban siendo preparados para cumplir su servicio de quince meses en el País Vasco. Ese mismo día cuatro agentes solicitaron la baja en el Cuerpo y les fue aceptada inmediatamente. Hubo guardias civiles que fueron expulsados del Cuerpo por no querer ir al País Vasco.
Un día después del funeral, cuatro mil personas se manifestaron en Logroño contra el terrorismo bajo el lema "Democracia, sí; Terrorismo, no".
Al día siguiente por la tarde, la banda terrorista ETA reivindicó el atentado en un comunicado en el que se señalaba "que de seguir la intensa actividad policial desarrollada actualmente en el País Vasco la organización responderá, si es preciso, con fórmulas de combate desconocidas hasta ahora". La competencia propagandística entre bandas terroristas hizo que también el GRAPO, en llamada telefónica a la delegación de Logroño del diario La Gaceta del Norte, reivindicase el atentado. Sin embargo, las primeras investigaciones policiales a última hora del 22 de julio apuntaban a la banda terrorista ETA como autora del atentado, por la cantidad de explosivo utilizado, la técnica para accionarlo y la utilización de metralla con tornillos y tuercas.
Apenas una semana después del atentado, el 1 de agosto de 1980, fue detenido Manuel María Pastor, quien presuntamente pasó información sobre las rutinas y movimientos de la Guardia Civil de Logroño a ETA militar. El seis de agosto de 1980, se detuvo a tres personas en Navarra. Uno de ellos, Iosu Goyeneche, cumplía en esos momentos el servicio militar en Logroño. Muy probablemente, la información para atentar salió del cuartel de Infantería de Logroño. De los ciento veinte guardias en prácticas, un grupo estaba alojado en el Cuartel Móvil de la Guardia Civil y otro en Infantería, donde convivían los números en prácticas y los soldados que hacían la mili.
Por otra parte, "por la forma de proceder y el material utilizado" el atentado fue idea de Isidro María Garalde Bedialauneta, alias Mamarru, que se habría desplazado a Logroño con otros miembros de la banda terrorista, según se recoge en la página web de la Guardia Civil.
En 1983, la Audiencia Nacional condenó a Isidro Etxabe Urrestrilla como autor del atentado a una pena de 25 años de prisión mayor. En 1996 fue también condenado Juan Manuel Soares Gamboa a 206 años por su participación en el mismo atentado. El arrepentido Soares Gamboa declaró en la Audiencia Nacional que alquiló un piso franco en Logroño en 1980 donde alojó a un 'comando' de ETA, que preparó y ejecutó el atentado de Villamediana. Soares también facilitó a los etarras "palas para que escondieran el explosivo".
Francisco López Bescos, teniente de la Guardia Civil de 49 años, era natural de Berbegal (Huesca). Estaba casado con Pilar Fondón y tenía cinco hijos. Desde septiembre de 1975 estaba destinado en la Academia del Servicio Fiscal en Sabadell (Barcelona), donde impartía clases.


El 22 de julio de 1995 fallecía en Madrid MARGARITA GONZÁLEZ MANSILLA, después de haber permanecido en coma más de tres meses tras ser gravemente herida el 19 de abril de ese año en el atentado contra el entonces líder de la oposición y presidente del Partido Popular, José María Aznar. Ese día, horas después, murió asesinado por la explosión de una bomba-trampa el policíaEduardo López Moreno en Endarlaza (Navarra).
La víctima quedó sepultada mientras dormía por los escombros en que quedó convertida su vivienda, una casa baja situada a escasos metros del lugar donde explotó el coche-bomba, en la calle José Silva de Madrid. Su marido, Agustín Mansilla Gómez, estaba en el baño en el momento de la explosión. Eran aproximadamente las 8:05 horas cuando, al paso del vehículo de José María Aznar, hizo explosión un potentísimo coche-bomba cargado con cuarenta kilos de amosal y otros cuarenta de metralla.
La casa de Margarita y Agustín quedó prácticamente destruida. Él, atrapado hasta la cintura por los escombros, oyó cómo su mujer le llamaba en tres ocasiones tras derrumbarse la casa. Los miembros del SAMUR, que fueron los primeros en llegar, encontraron a Margarita en parada cardiorrespiratoria. Consiguieron reanimarla y la trasladaron al Hospital Ramón y Cajal, dondepermaneció en coma hasta su fallecimiento el 22 de julio.
Durante su estancia en el hospital, uno de sus hijos contó, al mes siguiente del atentado, cómo te acabas acostumbrando al dolor de ver a tu madre en esa situación: "Al principio fue un auténtico drama. No sabías cuánto iba a durar, cuándo iba a morirse. Ahora, ya no te lo preguntas. Vas al hospital, acompañas a tu madre en sus últimos momentos. Sabes que en cualquier momento se te va a ir. Así nos lo han dicho los médicos: es irreversible" (El Mundo, "La víctima silenciosa").
En el atentado resultaron heridas otra veintena de personas que sufrieron quemaduras y traumatismos de diversa consideración, entre ellas el líder del PP, aunque éste de carácter leve. Elpotente blindaje del vehículo en el que viajaba, un Audi V8 con quinientos kilos de chapa y dos mil kilos de peso, le salvó la vida a él, al chófer y al guardaespaldas. La onda expansiva y la metralla impactaron de lleno contra la puerta del lateral en el que viajaba el dirigente del PP.
Los terroristas activaron el coche-bomba con un cable de trescientos metros de longitud, en vez de con su habitual sistema de mando a distancia por radio. Sabían que este método no les habría funcionado, porque el coche del líder del PP iba equipado con un inhibidor de frecuencias que habría interrumpido las emisiones del mando a distancia. Además del blindaje, los terroristasactivaron la bomba con un ligero error de cálculo, obligados a efectuar la detonación desde un punto de la calle de José Silva que les impidió precisar el blanco.
José María Aznar fue asistido de urgencia en la Clínica Belén, en la que entró a pie. Externamente sólo presentaba ligeros rasguños en la cara. "Estoy bien, estoy bien. ¿Cómo están los míos (los agentes de su escolta)?", fueron las primeras palabras que dijo a los médicos. A continuación fue trasladado a la Clínica Ruber, de la calle de Juan Bravo, para ser sometido a una exploración neurológica exhaustiva. La clínica Belén, situada a pocos metros del lugar del atentado, fue desalojada parcialmente poco después a causa de una falsa amenaza de bomba.
La onda expansiva del coche-bomba perdió parte de su poder mortífero por ser una calle muy abierta y de edificios bajos. Una docena de automóviles aparcados en la misma sufrió graves destrozos por el incendio causado tras la explosión, así como numerosas viviendas de los alrededores, cuyos cristales saltaron hechos añicos. Un total de 37 edificios, 126 viviendas, 16 locales comerciales, oficinas y 20 vehículos resultaron dañados en el atentado. Dos de los edificios fueron declarados en ruina total.
Los dos etarras que perpetraron el atentado huyeron en un Fiat Uno con matrícula falsa a cuyo volante les esperaba un tercer terrorista. Los etarras dejaron abandonado este vehículo en un descampado de la calle de Mauricio Legendre, cerca de la estación de Chamartín, con un artefacto incendiario de 3 o 4 kilos que estalló alrededor de las nueve de la mañana, borrando todas las huellas de los terroristas.
Margarita González Mansilla tenía 69 años. Estaba casada con Agustín Mansilla Gómez, que resultó herido, y tenían un hijo, agente del Cuerpo Nacional de Policía, y una hija. Fue enterrada el 25 de julio en Puebla de Alcocer (Badajoz).