Cimentación en aguas muy profundas

Vía Juan José Rosas.

Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvà, las dos últimas víctimas de ETA en España



El 30 de julio de 2009 la banda terrorista ETA asesinaba en Palma de Mallorca, mediante una bomba-lapa en los bajos de un todoterreno del Instituto Armado, a los guardias civiles CARLOS ENRIQUE SÁENZ DE TEJADA GARCÍA y DIEGO SALVÀ LEZÁUN. El vehículo estaba aparcado frente a un edificio que sirve de sede a la Policía Local, Correos y la Oficina de Denuncias de la Guardia Civil situado en la zona turística de Palmanova. Poco antes de las 14:00 horas, los dos agentes se subieron al coche oficial y, en el momento en el que lo pusieron en marcha, el explosivo se activó por el movimiento. Los dos jóvenes murieron en el acto, destrozados por la potente explosión, convirtiéndose en las dos primeras víctimas mortales en la isla. El atentado se produjo dos días antes de la llegada de los Reyes.
Ambos guardias civiles iban de paisano, trabajaban en labores de mantenimiento y estaban de servicio en el momento de la explosión. El vehículo de la Guardia Civil, que quedó reventado, estaba aparcado desde las diez de la mañana en un lugar cercano al cuartel. Carlos y Diego habían circulado en su coche durante la mañana, a las diez pararon en el cuartel y, al reemprender el camino, a las dos menos diez, explosionó el artefacto. En un primer momento se especuló con la posibilidad de que en el intervalo de la parada fuese colocada la bomba, preparada para que explotara cuando el vehículo se moviese. Sin embargo, investigaciones posteriores han llevado a la Policía a plantearse la posibilidad de que hubiese sido colocada con bastante tiempo de antelación.
La dependienta de una farmacia cercana relató que la explosión había sido bestial, haciendo eco en la playa. La detonación se pudo escuchar a varios kilómetros de distancia de Palmanova, una zona turística de Calviá. El director del Hotel Cas Saboner, situado a unos cien metros del cuartel de la Guardia Civil, no olvidará lo que vio en el lugar del atentado: un cuerpo en el exterior del vehículo, agentes saliendo de las dependencias del cuartel para apagar las llamas con un extintor... Tras el atentado, cientos de personas permanecieron recluidas por el cordón policial en hoteles y viviendas.
Horas más tarde, artificieros de la Guardia Civil localizaron una segunda bomba-lapa adherida a un todoterreno de la Benemérita a medio kilómetro de donde acababan de ser asesinados Carlos y Diego. Estaba colocada en un vehículo del Instituto Armado aparcado junto al cuartel viejo de Palmanova. Ante la dificultad a la hora de desactivarla, se optó por hacerla explotar. Afortunadamente, el vehículo estaba averiado y no había sido utilizado en todo el día
Era el segundo atentado de la banda en menos de 48 horas. El día antes, de madrugada, la banda asesina hizo explotar una furgoneta-bomba con casi 300 kilos de amonitol frente a la casa-cuartel de Burgos. Cuando explotó, dormían en su interior ciento diecisiete personas, entre ellas cuarenta y un menores. Milagrosamente no hubo víctimas mortales, pero sí sesenta y cuatro heridos, aunque ninguno de ellos de gravedad. Sí consiguieron asesinar en Palma de Mallorca, un día antes de que se cumpliesen los 50 años del nacimiento de la banda asesina, cuando la banda terrorista remitió una carta al presidente del Gobierno vasco en el exilio, José Antonio Aguirre.
El lehendakariPatxi López, escribió en su blog una advertencia clara para los terroristas: "Que se preparen ahora para el más frío invierno de sus vidas". La izquierda proetarra reiteró su discurso habitual cuando ETA asesina: "La derrota militar de ETA sencillamente no es posible y así se ha demostrado a lo largo de los 50 años de su existencia (...) el conflicto político no puede ser reducido a un problema antiterrorista".
Por otra parte, el Ministerio de Exteriores británico colgó en su página web una nueva advertencia a sus ciudadanos con respecto a España en la que avisaba del "alto riesgo de terrorismo en España" debido a los dos últimos atentados de ETA perpetrados en Burgos y Mallorca, y advertía de que "los ataques pueden ser indiscriminados, incluso en lugares frecuentados por visitantes extranjeros". Diez días después del asesinato de los dos agentes de la Guardia Civil, la banda terrorista volvió a sembrar el pánico y el caos en Mallorca haciendo explotar cuatro artefactos de escasa potencia en establecimientos comerciales y hosteleros de Palma.
Dos años después del asesinato de Carlos y Diego, sigue sin saberse quiénes fueron los autores materiales del atentado. Sí se sabe quién lo planeó: Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, alias Ata, uno de los terroristas más sanguinarios de la historia reciente de ETA. Él se encargó personalmente, desde Francia, de planearlo y de diseñar la operación, además de entrenar en los montes franceses al grupo que lo ejecutó. Todo ello, según fuentes de inteligencia, a espaldas de la cúpula militar de ETA que, desde la ruptura de la tregua en 2007, estaba sumida en una guerra entre los más radicales, capitaneados por Garikoitz Aspiazu, alias Txeroki, y el propio Ata, y los partidarios de un final negociado de la actividad de la banda, con Javier López Peña, alias Thierry, a la cabeza. Ni siquiera la detención de Ata en mayo de 2010 consiguió despejar las incógnitas sobre quiénes fueron los autores materiales del asesinato de los dos guardias civiles. Sí se sabe que los ejecutores del atentado disponían de detonadores que podían colocarse con más de un año de antelación, por lo que la Policía baraja la hipótesis de que los terroristas abandonaron la isla antes de matar a Carlos y Diego y antes de que explotasen, diez días más tarde, las bombas en restaurantes y puntos turísticos de Palma. Además, se sabe que esos detonadores de orden anticipada se pueden utilizar también con bombas lapa (Diario de Mallorca, 27/04/2011).
Carlos Sáenz de Tejada García nació en Burgos en 1980, por lo que tenía 28 años cuando fue asesinado. Hijo de José Antonio Sáenz de Tejada y Esther María García, Carlos estaba soltero y dio muestras, desde joven, de su vocación por servir en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Tras finalizar sus estudios secundarios, intentó acceder al Cuerpo Nacional de Policía, pero no consiguió superar las pruebas de acceso. Como solución alternativa, con veinte años se incorporó al Ejército. Su primer destino fue la Academia de Ingenieros en Hoyo de Manzanares (Madrid), siendo adscrito posteriormente a la Unidad de Transmisiones I en el acuartelamiento de Castrillo del Val (Burgos). Le gustaba su trabajo en el Ejército, pero por limitaciones legales no pudo permanecer más tiempo en ese puesto. Por ello decidió preparar las oposiciones para incorporarse a la Guardia Civil, cosa que hizo en febrero de 2008. En julio fue destinado a Mallorca, como agente en prácticas, en el cuartel de Calviá. Unos días antes de ser asesinado se le había asignado como destino oficial ese mismo puesto. "Carlos no tenía miedo al terrorismo. Quería ir destinado al País Vasco, pero después de varios meses en Mallorca le gustó ese destino", dijo su primo Guzmán Ortega (El País, 31/07/2009). Sus restos mortales fueron trasladados a Burgos y  cientos de burgaleses asistieron a su funeral, que terminó con un prolongado aplauso de los asistentes. El Ayuntamiento de Burgos acordó poner su nombre a una calle de la ciudad y nombrarle hijo predilecto.
Diego Salvà Lezáun nació en Pamplona en 1981, por lo que tenía 27 años cuando fue asesinado. Cuando tenía tres años se trasladó con su familia a Palma de Mallorca, ciudad donde creció y vivió siempre. Hijo de Montserrat Lezáun Portillo y del urólogo Antonio Salvà Verd, era el segundo de siete hermanos. Estaba soltero, pero tenía novia desde seis años antes de ser asesinado. Pese a vivir en Palma desde pequeño, era el más ‘rojillo’ de la familia, "un tío que daba todo por su honor y por su equipo, Osasuna". Además, era un apasionado de las motos y un gran deportista, con un carácter luchador y vitalista. Estudió en el instituto Juan Alcocer de Palma y su sueño era ser guardia civil, algo que le venía de familia, pues su abuelo, Pedro Portillo, fue agente de la Benemérita. Ingresó en la Guardia Civil en agosto de 2008. Poco después, en marzo de 2009, sufrió un gravísimo accidente de moto que le mantuvo en coma veintitrés días por un traumatismo craneoencefálico severo. Posteriormente tuvo que superar una larga convalecencia, por lo que estuvo varios meses ausente de su destino profesional en Palma, al que estaba asignado desde enero de 2009 como agente en prácticas. Su recuperación puede decirse que fue milagrosa. Su hermano Eduardo contó que "de pronto, despertó y le pidió a una de mis hermanas que le sentase en la cama. Y, a partir de ese día, todos los hermanos nos relevábamos, cada cinco horas, y le enseñamos, de nuevo, a gatear, a andar, a comer, a hablar, a todo. Era como criar a un bebé. Fue bestial. Piense que Diego era un toro. Pesaba ochenta y cinco kilos y, tras el accidente, perdió veinticinco. Una vez recuperado, pasó nuevas pruebas en la Guardia Civil y supongo que, de momento, iban a destinarlo al papeleo. ¿Sabe qué pienso? Que Dios le concedió una prórroga. Le dijo: ‘Baja otra vez, despídete y vuelve a subir. Aquí te espero’. No creo que nadie haya tenido los veintisiete años tan hermosos y felices que ha tenido Diego" (El Periódico de Catalunya, 30/08/2009). Fue asesinado justo el día que volvía al trabajo tras el período de baja médica.
Con Carlos y Diego suman tres el número total de víctimas mortales que la actividad criminal de ETA dejó en el año 2009, tras el asesinato el 19 de junio en Arrigorriaga (Vizcaya) del policía nacional Eduardo Puelles García.
El 5 de diciembre de 2009 Diego Salvà y Carlos Sáenz de Tejada fueron homenajeados por el Ayuntamiento de la ciudad en la que fueron asesinados. El alcalde Carlos Delgado entregó a los padres la Medalla de Oro de Calviá, donde dos calles llevan el nombre de ambos guardias civiles. Montserrat Lezáun y Esther María García, madres de los agentes asesinados, descubrieron las placas de las calles con los nombres de sus hijos.

Tres asesinatos más de ETA y una víctima de la masacre de la plaza República Dominicana



A las doce menos cuarto de la mañana del jueves 31 de julio de 1975, la banda terrorista ETA asesinaba a tiros en la parada de taxis de la localidad de Usurbil (Guipúzcoa), a doce kilómetros de San Sebastián, a FRANCISCO EXPÓSITO CAMIO.
Francisco se encontraba en el asiento posterior de su taxi leyendo el periódico con las puertas abiertas, debido al intenso calor que hacía ese día, esperando la llegada de algún cliente. En ese momento aparecieron dos individuos que, sin mediar palabra, dispararon sobre él a muy poca distancia, causándole la muerte casi en el acto. Un tercer terrorista les esperaba a bordo de un vehículo en el que se dieron a la fuga.
Desde su domicilio, junto a la parada de taxi, la esposa de Francisco oyó los disparos y creyó, inicialmente, que se trataba de cohetes, aunque el ruido de las explosiones sonaba demasiado fuerte, por lo que se asomó al balcón de la vivienda y pudo ver que el taxi de su marido tenía los cristales rotos. Inmediatamente bajó y cuando llegó al coche vio cómo su marido estaba jadeando: "Todavía respiraba cuando le cogí en mis brazos, pero al poco tiempo dejó de respirar. Había, muerto", comentó la esposa, que también pudo ver a tres jóvenes que corrían en dirección a un coche, un Mini Morris de color gris, a los que vio meterse en el coche y salir huyendo rápidamente en dirección a San Sebastián.
A la salida de Usurbil, los etarras lanzaron algunas octavillas de propaganda firmadas por ETA, en las que esta organización se atribuía el asesinato y lo justificaba acusándole de ser confidente de la Guardia Civil.
Uno de sus amigos comentó tras el asesinato que "Francisco Expósito tenía la virtud de ser amigo de todos. Compañero solícito que deseaba hacer siempre el bien porque le salía de dentro". Francisco y su esposa tenían pensado salir al día siguiente, 1 de agosto, de viaje a Alemania, donde una de sus hijas acababa de tener un hijo.
Francisco Expósito Camio había nacido en Usurbil y tenía 54 años. Estabacasado y tenía cuatro hijas. Fue ciclista profesional en la modalidad de ciclo-cross entre los años 1942 y 1953, alzándose con catorce victorias. Consiguió sercampeón de España en 1951 en la edición celebrada en San Sebastián, y fue tres veces subcampeón. Su afición a la bicicleta le hizo participar como chófer en alguna Vuelta Ciclista a España. Tras abandonar la práctica activa de este deporte, comenzó a ejercer de taxista en Usurbil para ganarse la vida.
A las cinco de la tarde del domingo 31 de julio de 1983, los Comandos Autónomos Anticapitalistas asesinaban a tiros en Guetaria (Guipúzcoa) a los guardias civiles RAFAEL GIL MARÍN y ENRIQUE RÚA DÍAZ, adscritos a la Comandancia de Zarauz. Los guardias se encontraban de paisano en el puerto de Guetaria en tareas de vigilancia de dos embarcaciones capturadas hacía cinco semanas en una operación contra el contrabando de tabaco americano. Las lanchas habían sido aprehendidas por el servicio de información fiscal de la Guardia Civil en la ría de Deba y trasladadas al puerto de Guetaria.
El agente Rafael Gil se encontraba en el interior de un coche Seat 131, en el asiento situado junto al conductor, con el respaldo reclinado cuando fue asesinado. Su compañero, Enrique Rúa, que estaba en traje de baño, apareció junto al coche, en el borde de uno de los diques del puerto. Al parecer, se encontraba sentado de espaldas al vehículo, mirando al mar y dispuesto a darse un chapuzón. Uno de los terroristas disparó contra Enrique a quemarropa con una escopeta, mientras el segundo tiroteaba con una pistola a Rafael. Los dos murieron en el acto.
La zona estaba muy concurrida de visitantes por ser un día propicio para comer en los restaurantes cercanos al puerto, pero nadie quiso aportar datos para reconstruir con exactitud los hechos e identificar a sus autores. A los pocos minutos de producirse el atentado, fuerzas de la Policía Nacional y de la Guardia Civil establecieron controles en las carreteras de acceso a San Sebastián, así como en la autopista Bilbao-Behobia.
Poco después de producirse el atentado se presentó en el lugar de los hechos el gobernador civil de Guipúzcoa, Julen Elorriaga, acompañado por el concejal socialista del Ayuntamiento de San Sebastián, Carlos García. Sin embargo el médico forense y el juez tardaron más de cuatro horas en presentarse, por lo que los cadáveres permanecieron en el lugar donde fueron asesinados cubiertos con mantas hasta las nueve de la noche.
Los funerales por el alma de los dos guardias asesinados tuvieron lugar al día siguiente 1 de agosto, a las doce del mediodía en Zarauz, con la presencia del delegado del Gobierno, Ramón Jáuregui, el consejero de Interior del Ejecutivo autonómico, Luis María Retolaza; el secretario del PSE-PSOE, José María Benegas; el gobernador civil de la provincia, Julen Elorriaga, dirigentes de otros partidos políticos y autoridades policiales y militares.
Los actos fúnebres, a los que también asistió el ministro del Interior, José Barrionuevo, se desarrollaron en un ambiente de una enorme emoción. El trayecto entre la casa cuartel y el templo donde se ofició el funeral fue cubierto a pie y la comitiva transcurrió por la calle central de Zarauz, entre hileras de personas en respetuoso silencio. En un momento se pudieron oír las palabras de la viuda de una de las víctimas preguntando entre sollozos: "¿Por qué, por qué? Son personas como vosotros". El clima de indignación contenida en el que se desarrolló la ceremonia religiosa explotó al final a la salida del templo, dando lugar a escenas emotivas protagonizadas por los familiares de las víctimas. Algunos de los asistentes reclamaron la adopción, por parte del Gobierno, de medidas más enérgicas en la lucha antiterrorista. Hubo gritos esporádicos de "Justicia", "más dureza", "más palo", y otros de contenido parecido, a los que se unió un "¡Viva Tejero!" que no fue secundado. Una de las viudas se dirigió al ministro pidiéndole entre sollozos: "Haga algo, señor; o habrá más muertos". Un grupo de personas reprochó en voz alta que Carlos Garaikoetxea, presidente del Gobierno vasco, no asistiese al funeral. Varios centenares de personas esperaban en los alrededores la salida de los féretros antes de ser trasladados a sus localidades natales
Rafael Gil Marín tenía de 30 años y era natural de Valencia de las Torres (Badajoz). Estaba casado y era padre de tres hijos, dos niños y una niña. Llevaba destinado en el cuartel de Zarauz desde el 31 de marzo de 1983.


Enrique Rúa Díaz tenía 27 años, era natural de Verín (Orense). Estaba casado y era padre de una niña. Estuvo destinado en Pamplona hasta el 1 de julio de 1982, cuando pasó a la Agrupación de Tráfico de Guipúzcoa. Posteriormente fue trasladado a Zarauz.


El 31 de julio de 1986 fallecía en el Hospital Provincial de Madrid, tras varios días de agonía, el guardia civil MIGUEL ÁNGEL DE LA HIGUERA LÓPEZ, que había resultado herido de gravedad en el atentado perpetrado por ETA el 14 de julio en la Plaza de la República Dominicana de Madrid. Era la víctima número once del brutal atentado.
Miguel Ángel de la Higuera López, de 20 años de edad, era natural de Alfacar (Granada) y llevaba cuatro meses en la Guardia Civil. Era el menor de una familia humilde de siete hermanos y sólo había estudiado hasta octavo de educación primaria. Además, era un gran aficionado a las motos, por lo que le conocían con el alias de Ángel Nieto, su ídolo (Ideal, 17/07/1986). Fue enterrado en Alfacar el 1 de agosto.

Represión en Siria 01.08.2011




Randi Zuckerberg: "El anonimato debe desaparecer de Internet"

Vía Arcadi Espada.

El anonimato en Internet debe desaparecer. Así de contundente se ha manifestado Randi Zuckerberg, responsable de mercadotecnia de la red social y hermana del fundador de la misma. En un debate en Marie Claire, Randi sostiene que las personas se comportan mejor cuando su verdadero nombre es visible. "Pienso que las personas se ocultan detrás del anonimato y tienen la idea de poder decir lo que quieran detrás de esta puerta cerrada".
El comentario ha suscitado el previsible debate. Mientras unos defienden que el anonimato protege a los insidiosos, otros recuerdan que es una arma vital para preservar la libertad de expresión en la Red, particularmente en países tiránicos. También hay quien considera que las grandes redes sociales está en contra del anonimato para dar mayor fiabilidad comercial a sus bases de datos. Randi sostiene que terminar con el anonimato ayudaría a combatir el acoso digital y el spam. En Facebook, aunque se solicita el nombre real, puede obviarse en el registro como demuestran las cuentas a nombre de mascotas o de auténticos promotores de spam.
La reflexión de Randi no es solitaria. Blizzard quiso mejorar la calidad de los comentarios en su sitio y anunció la supresión de los seudónimos. La noticia provocó más de 44.000 comentarios en Estados Unidos y la empresa decidió retirar sus planes ante la evidencia de que no eran bien acogidos.
Una empresa que ya ha tomado medidas en este sentido es Google en su nueva red social. Google + no quiere que sus miembros se identifiquen con seudónimos o nombres inventados. Quiere tener sus auténticos perfiles y ha empezado a cancelar cuentas donde detecta que el nombre usado para identificar al miembro de la misma no es el verdadero. Sin embargo, esta política está llena de problemas y la propia Google ha abierto una página de reclamaciones.
Uno de los episodios más frecuenteses el del miembro que para crear su perfil en la nueva red social utiliza el nombre familiar en lugar del que tiene registrado en los documentos oficiales. En la página de reclamaciones, la propia Google pone un ejemplo de error por su parte. Sería el caso de quien se llama Charles Jones pero usa Chuck Jones o Junior Jones y así es conocido por sus amigos. Google admite que esta identificación debería ser aceptable.
La red social ofrece una ventana para que los que consideren que Google + "ha suspendido por error su perfil por usar un nombre no verdadero". Google ha explicado que su plataforma está destinada a acoger a personas reales y no perfiles más o menos inventados.

Brasil, tras los pasos de China e India por Andrés Oppenheimer


La noticia de que Brasil otorgará becas a 100,000 estudiantes de ciencias e ingeniería para que obtengan títulos avanzados en el extranjero pasó casi desapercibida la semana pasada en medio del pánico mundial sobre una posible mora de Estados Unidos, pero merece que le prestemos atención: es la clase de medida que determinará cuáles países prosperarán en la economía del conocimiento del siglo XXI.
El ministro de ciencia y tecnología de Brasil, Aloizio Mercadante, anunció que, bajo el nuevo programa Ciencia Sin Frontera, el gobierno  dará 75,000 becas, y el sector privado las restantes 25,000, para que los estudiantes saquen maestrías y doctorados “en las mejores universidades del mundo”.
Mercadante dijo que Brasil necesita ponerse al día con las tendencias mundiales en ciencia, ingeniería y tecnología, porque el país está muy retrasado en el ámbito de la innovación. Mientras que en Brasil el número de graduados en humanidades creció un 66 por ciento durante la última década, los graduados en ingeniería aumentaron tan sólo un 1 por ciento, dijo, según un artículo del diario O Estado de Sao Paulo.
Muchos brasileños reaccionaron con escepticismo. En los comentarios de lectores de los principales diarios del país, un lector señaló que el nuevo programa es “un cuento de hadas que nunca se materializará”. Otro lector dijo que se trata de “un golpe de marketing”. Un tercero vaticinó que “habrá muchos hijos de políticos que se van a ir a estudiar en el exterior”.
La crítica más común fue que los becarios que se irán fuera del país nunca volverán, porque no encontrarán trabajo en Brasil. “Y si vuelven, ¿tendrán que revalidar sus doctorados aquí?”, preguntó sarcásticamente un lector en el portal web del periódico Folha de Sao Paulo.
Pero la medida adoptada por Brasil forma parte de una creciente tendencia a la internacionalización de la educación superior. China, India y Corea del Sur han sido los países que más estudiantes han enviado al extranjero, sobre todo a Estados Unidos. Según las dos clasificaciones de las universidades del mundo más conocidas —el del Suplemento de Educación Superior del Times de Londres, y el de la  Universidad Jiai Tong de Shanghái, China—, las universidades de Estados Unidos siguen siendo las mejores del mundo.
A juzgar por lo que vi en mis viajes a China, India y otros países asiáticos en años recientes, casi todas sus industrias clave, como la del sector informático de India, fueron creadas por estudiantes que se graduaron en universidades extranjeras, y tras trabajar en Estados Unidos o Europa volvieron a su país natal o invirtieron en el.
El año pasado, China tenía 441,000 estudiantes universitarios en el extranjero, India 170,000 y Corea del Sur 113,000. Comparativamente, Estados Unidos tenía 51,000 estudiantes en el extranjero, México 26,000, Brasil 23,000, España 22,000, Argentina 9,000 y Chile 7,000, según el informe “Global Education Digest 2010” de la UNESCO.
Como porcentaje de su población estudiantil, alrededor del 3.5 por ciento de los estudiantes universitarios surcoreanos y el 1.7 por ciento de los de China están estudiando en el extranjero, comparados con el 1.2 por ciento de España y Colombia, el 1 por ciento de México, el 0.4 por ciento de Brasil y Argentina, y el 0.3 por ciento de los estudiantes de Estados Unidos.
El presidente Barack Obama, señalando que Estados Unidos necesita tener más lazos con China, anunció en el 2009 un plan para aumentar a 100,000 el número de estudiantes estadounidenses en China, principalmente con fondos privados. A principios de este año, Obama lanzó una iniciativa similar, público-privada, para aumentar a 100,000 el número de estudiantes de Estados Unidos en Latinoamérica en los próximos años.
Chile lanzó en el 2008 un ambicioso plan de enviar 6,000 graduados por año a doctorarse en el extranjero, pero el plan fue reducido a la mitad por presiones económicas tras el terremoto del 2010.
Mi opinión: Brasil, como Chile antes, está en el camino correcto. Los brasileños se han dado cuenta que lo que antes algunos consideraban una “fuga de cerebros” se ha convertido en una “ganancia de cerebros” para los países que mandan estudiantes a las mejores universidades del mundo, invitan profesores extranjeros, crean titulaciones conjuntas con universidades extranjeras y se insertan en redes de conocimiento que duran toda la vida.
Es cierto, algunos de los científicos e ingenieros brasileños no volverán. Pero incluso ellos contribuirán a acelerar el desarrollo de su país natal, ya sea como inversores extranjeros, emprendedores o profesores visitantes, siempre y cuando se les de la oportunidad de hacerlo.
La globalización de la educación superior puede ayudar mucho a Latinoamérica, y también a Estados Unidos. Tal como me lo señalaron en India, no hay que tenerle miedo a la “fuga de cerebros”, porque tarde o temprano se convierte en una “circulación de cerebros” que beneficia a todos.