Un mal rato


Leo con el natural sobrecogimiento las crónicas del asesinato de un chaval de 16 años en Madrid, en el Puente de Vallecas. De la primera a la última palabra sobrecogido, empezando por el lema que le costó la muerte, ese ¡Arriba la Patria! que se negó a gritar antes de caer desangrado por dos balas y tras dar los pasos del malherido. Entre los agresores, y contándose presuntamente entre ellos el que disparó, hay dos menores, de 12 y 13 años. Uno de esos menores, por ejemplo, que la repulsiva hipocresía al uso no quiere ver en las páginas de busca y captura de la policía catalana, porque ni siquiera los menores que destruyen escaparates, golpean a la policía o disparan a sus iguales pueden salir de su casa sin su píxel. Los periódicos respetan escrupulosamente la identidad de los sospechosos de Vallecas: no se conocerán ni su cara ni su nombre, ni siquiera al cauto nivel de sus iniciales. Pero tal privilegio no acompañará al muerto: ahí está el chavalito tendido, bajo la luz de bilis de la noche, con su brazo exangüe y sus calzones de topos. Muerto y sin píxeles.







Las crónicas indican que cinco de los siete menores (los que sobrepasan la edad penal de 14 años) serán internados en un centro para los de su clase. Las crónicas incluyen la habitual exuberancia de bullshit que gasta el poder cuando pretende que los ciudadanos se queden tranquilos: «…el equipo técnico del centro, formado por un educador-tutor, un psicólogo, un trabajador social, un médico y un profesor, tratará de recoger toda la información relacionada con la situación personal, familiar, psicológica y escolar del menor. Con esa información se elaborará un modelo individualizado de ejecución de la medida. En este programa quedarán reflejados unos objetivos y actividades que deberán realizarse con estos menores.»
Uf.
Busco a los otros dos. Los menores menores. Todo controlado, por suerte. Los periódicos dicen, con una tranquilizadora naturalidad, que ya están en casa, con sus padres. Para más tranquilidad incluso dicen que uno de los dos es español. Busco el rastro, pero no aparece en este caso nadie dispuesto a elaborar un modelo individualizado de ejecución de la medida.
A finales de abril, lilacs out of the dead land, mixing, la situación es esta. Cuando una madre abofetea a su hijo con la mano abierta el Estado entra en su casa, se lleva al niño y si no mete en la cárcel a su madre es solo porque no tiene antecedentes. Cuando un niño mata a otro con una blow class serie 8 el mismo Estado lo coge de la mano, sin apretarla mucho, y lo lleva a su casa, señora aquí traigo al niño, cuídelo, que ha debido de pasar un mal rato.
(El Mundo, 1 de mayo de 2012)

La ruta del plástico

Yoani Sánchez.



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A ras de suelo, caído y con un enorme hueco en el fondo, yace el contenedor de basura de la esquina. Hace apenas unos meses fue puesto allí, con su abultado cuerpo gris listo para tragarse los desechos. Pero no resistió: el  vandalismo, unido a la pésima calidad de su material, lo han dejado en un estado casi inservible. Una calle más abajo, otro corrió peor suerte y desapareció después que lo ubicaran próximo a la estación de Tulipán. Otros dos, con las ruedas arrancadas y las tapas perdidas, descansan a pocos metros de la línea del tren. Según un funcionario de la Empresa de Comunales, en La Habana se han llegado a robar “hasta 50 tanques de basura en un solo día”. En la noche se le ven repletos –con su mal olor, sus moscas y sus gatos vagabundos- y a la mañana siguiente ya no están, sólo queda el contenido volcado sobre la calle.
Hay muchas maneras de medir el estado material de una nación y una de ellas es listando lo que la gente saquea de los espacios públicos. Recuerdo cuando, a principios de los años noventa, había que custodiar los bombillos de los pasillos y de los ascensores casi como si fueran lingotes de oro que pendían del techo. Desvalijar se ha ido convirtiendo en una forma de protestar; en un gesto que mezcla la depredación y la revancha social contra un estado que ha sido –durante demasiado tiempo- omni-propietario. Rara vez les tiembla la mano para el pillaje a quienes crecieron junto a padres que vivían de desviar recursos en su centro laboral. Más bien se hacen adultos versados en el hurto exprés, en delitos que tienen tanto de carroña como de urgencia.
Las ruedas del contenedor de desechos van a parar a la carretilla con la que se carga el agua en los barrios donde el suministro es inestable. La estructura de plástico recorre una ruta más larga, es derretida y convertida en pinzas para tender la ropa, en embudos para trasvasar combustible o en exprimidores de naranjas. Ante la ausencia de un mercado mayorista donde comprar materias primas, cualquier objeto en la vía pública puede terminar transmutado en un producto para ser vendido. No quedan rastros, sólo unas vetas de color gris que en el cepillo de lavar rememoran al tanque de basura que había en la otra esquina.

¿Por qué estudiar Economía?


Audio en la entrada original.


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En esta entrega de Conversaciones en libertad, titulada ¿Por qué estudiar Economía?, Luis Alberto Iglesias charla con José Ignacio del Castillo –abogado, economista y director del Máster en Value Investing y Economía de la Escuela Austriaca de OMMA– sobre las razones por las que resulta útil para cualquier persona poseer sólidos conocimientos de Economía. A lo largo de esta amena conversación entenderás de qué modo el conocimiento económico:
  • Ayuda a comprender lo que ocurre a nuestro alrededor y a entender nuestras propias circunstancias.
  • Invita a vivir una vida activa que armonice las metas personales y la incertidumbre acerca del futuro.
  • Propicia la toma de mejores decisiones profesionales y financieras.
  • Permite discernir cuándo los medios de comunicación propalan medias verdades e información manipulada.
Se suele decir que “el hombre propone y Dios dispone”, pero casi todo lo que nos pasa es consecuencia de decisiones anteriores. Para José Ignacio del Castillo, lo que a uno le ocurre en la vida tiene mucho que ver con cómo se ha planificado. A la hora de tomar dichas decisiones, el conocimiento económico equivale a tener “buenos mapas” que señalen las mejores rutas de entre todas las posibles.
En este nuevo programa de Conversaciones en libertad José Ignacio del Castillo aborda otras cuestiones que a buen seguro te resultarán sumamente interesantes:
  • La transformación de la ciencia económica, desde el estudio de la acción humana hasta la matematización estadística.
  • El valor de la obra Principios de Economía, de Carl Menger y sus ventajas como manual de introducción a la Economía.
  • Dos formas opuestas de entender la economía: la visión de la abundancia frente a la visión de la escasez.
  • ¿Por qué está denostada la riqueza?
  • La comprensión de los procesos de creación de riqueza como factor clave para el desarrollo de sociedades prósperas.
Educación para la libertad es un proyecto que nace por creer que el conocimiento es la vacuna contra la ignorancia que vuelve a las sociedades presas fáciles de demagogos, totalitarismos e ideas incorrectas. Espero que disfrutes esta Conversación en libertad.
Un cordial saludo.
Luis Alberto Iglesias
Nota 1: Aquí puedes informarte sobre el Máster en Value Investing y Economía de la Escuela Austriaca de OMMA.
Nota 2: Aquí tienes los datos de la edición en lengua inglesa del libro de George Gilder, Wealth and Poverty, al que se refiere José Ignacio del Castillo.
Nota 3: Aquí puedes leer una reseña de Riqueza y pobreza, de George Gilder a cargo de Daniel Rodríguez Herrera.
Nota 4: Sobre Lucas Beltrán puedes leer aquí “Lucas Beltrán Flórez: semblanza de un economista”, por el profesor Jesús Huerta de Soto.
Nota 5: Aquí puedes leer el artículo “El estado”, de Frédéric Bastiat, al que se refiere José Ignacio del Castillo.
Nota 6: En un momento de la conversación, José Ignacio del Castillo alude al P.E.R. (Plan de Empleo Rural) de Andalucía. Aquí puedes consultar la entrada de Wikipedia al respecto.

San Juan de Luz

Fotografías de María Jesús Martín Villar.