"Mientras universitarios de EEUU han echado mano de la plastilina para sobreponerse a Trump, los medios andan en una catarsis para explicar qué falló. Quizá hemos cargado las tintas con el drama, guisando estupendamente el caldo de cultivo de los salvapatrias. No tiene sentido fustigarse, como algunos diarios en EEUU, por olvidarnos de los más débiles cuando se han ganado premios y llenado páginas con desahuciados, enfermos que no pueden pagar medicinas, universitarios que abandonan carreras sin dinero para matrículas, niños sin infancia por los deberes, en definitiva, de víctimas del sistema. Es misión imposible encontrar a quien no se sienta oprimido. Por ser mujer, hombre sin estudios, niño explotado por profesores insensatos, universitario con futuro de camarero en Berlín."