Inequality and democracy. Horses can't vote, in The Economist.
But to go back to the horse analogy, the main difference is that horses had no choice but to accept their fate. In democracies, people can vote, and they can demonstrate and riot as well. To assume, in a Marie Antoinette-ish way, that a global elite will be able to swan about in first class while the masses barely get by, is naive. There has already been a reaction in Europe, in the form of the rise of populist parties of the right and left. And the reduced power of trade unions is not that relevant. We have seen in recent years a number of examples of how an angry population can bring a government down; social media or word of mouth can still allow people to organise.
Colombia: La oportunidad de reinventarse a sí misma, por Jorge Dezcallar.
Las conversaciones de paz que actualmente tienen lugar en La Habana, entre el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), constituyen una oportunidad histórica para esta nación suramericana. Pueden salir mal, como otras negociaciones de paz anteriores. Los asuntos en discusión no son fáciles: son las razones de fondo de la violencia que azota Colombia desde hace más de 60 años. Una violencia que, según un reciente informe del Centro de Memoria Histórica colombiano, ha provocado 220.000 muertos desde 1958, el 81 por cien de ellos civiles. Según datos del gobierno, el número total de víctimas, incluyendo a los desplazados internos, podría estar en torno a los cinco millones. No se trata solo de víctimas de las FARC, sino también de los grupos paramilitares, bandas criminales y de la propia policía y el ejército.
Perú: La trampa educativa: los retos en la educación inicial, por Janice Seinfeld.
Igualmente, se debe mejorar las capacidades gerenciales de los directores y las autoridades académicas de las instituciones educativas, para que manejen eficientemente los recursos que reciben. Para ello, se debe gestionar la educación por resultados. Solo así se generarán los incentivos necesarios para que las autoridades educativas se encaminen a lograr que nuestros niños entiendan lo que leen y sepan sumar. Ello implica acciones concretas como la evaluación universal a los maestros y reacción rápida sobre los que no rinden; el empoderamiento de directores, que contarían con discrecionalidad para dirigir parte de su presupuesto; la rendición de cuentas a padres de familia, entre otras medidas.
Máximas sobre la innovación. La primera, es humana; por Juan Sobejano.
La innovación como filosofía. En realidad la innovación no es sino una forma de interpretar el mundo, una forma de aceptar que somos incapaces de comprender la existencia y por eso hemos de amoldarla a nuestra forma personal de verla. Sé que parece un enfoque demasiado filosófico y abstracto, pero me he dado cuenta de las diferencias que surgen en distintas empresas aplicando modelos muy similares de innovación. La aceptación de distintos elementos de un mismo modelo de innovación o el poner más énfasis en unos que en otros no es sino fruto de la propia humanidad de esa innovación. No hay una ejecución automática, como no hay una aplicación repetitiva de lo que ha de hacerse en cada situación.
Inmigración (IX): poner el muro en el lugar adecuado, por Francisco Moreno.
La exclusión de los derechos políticos y, sobre todo, de las asistencias públicas puede implicar falta de preocupación moral hacia los recién llegados, pero a largo plazo haría correr a los trabajadores extranjeros mejor suerte. Tal y como nos advierte Lant Pritchett, Los Estados del Golfo Pérsico tienen uno de los ratios mayores del mundo de trabajadores extranjeros viviendo dentro de sus fronteras. Mientras estén viviendo allí, los trabajadores invitados no tienen ningún derecho asociado a la nacionalidad del país anfitrión. El hecho de que el ciudadano típico de cualquier Estado del Golfo petrolero no sienta ninguna obligación por el bangladesí que viva en Bangladesh ni tampoco ninguna obligación moral por el bangladesí que viva y trabaje en su Estado petrolero beneficia enormemente a los bangladesíes pobres en general. Esto les permite tener acceso a los mercados laborales de los Estados del Golfo en cantidades inimaginables caso de que tuvieran que ser tratados como iguales políticos por parte de los ciudadanos de esos mismos Estados. Lo miso sucede en Singapur, paradigma de esta exclusión política y público-asistencial con la aceptación al mismo tiempo de numerosos extranjeros trabajadores huéspedes dentro de las fronteras de su pequeño territorio. Los inmigrantes acuden allí a trabajar, no a votar o conseguir subvenciones.