"Eberhard Jäckel, uno de los más destacados historiadores alemanes sobre la Alemania de Hitler, expresó muy sucintamente la importancia de Mein Kampf cuando escribió que «raramente en la historia, si es que ha sucedido alguna vez, un gobernante ha revelado por escrito, incluso antes de alcanzar el poder, aquello que estaba a punto de llevar a cabo, tal como sí que había hecho Hitler»."
"¿Por qué es Mein Kampf una fuente tan importante? No por su valor simbólico o monetario. Simplemente porque sigue siendo el testimonio múltiple más detallado de la vida, la ideología y la formación de la visión del mundo de Hitler, que acabaría dando lugar a la que es hasta la fecha la guerra más destructiva de la humanidad. Por un lado, sigue siendo una autobiografía personal única de la primera etapa de la vida de Hitler antes de que −como él mismo escribió− se convirtiera en un político. Hitler no volvería a tener nunca más la oportunidad de recordar de nuevo, por ejemplo, detalles de su infancia y su edad adulta."
"En cuanto a la relevancia de este último [el contenido de Mein Kampf], que supuestamente escapó a la atención de los quince millones de lectores alemanes, debería bastar con echar una ojeada a la página inicial del primer volumen para darse cuenta de que contiene, en pocas palabras, los elementos esenciales de la Weltanschauung de Hitler. Todo está ahí: la creencia en la superioridad racial de la raza alemana, la necesidad de que Austria pasara a ser absorbida por Alemania y la búsqueda de un nuevo Lebensraum a fin de poder alimentar a la hambrienta nación alemana. Sólo faltan los supuestos culpables y los responsables de todas las calamidades de los alemanes, el marxismo y el judaísmo, que aparecen varias páginas más adelante. ¿Han estado los alemanes tan ciegos y han sido tan presuntuosos como para pasar por alto la primera página de Mein Kampf? Hubo, por supuesto, autores dentro y fuera de Alemania que comprendieron el mensaje de Mein Kampf e intentaron hacer sonar las alarmas: Theodor Heuss, el futuro presidente de la República Federal, o la valerosa periodista austríaca Irene Harand. Las críticas de Heuss en su polémica de 1932 al respecto del antisemitismo de Hitler pueden parecer hoy día suaves, pero es que el valiente liberal alemán difícilmente podría haber previsto los horrores de la Solución Final. No obstante, Heuss dio justo en el clavo cuando describió la búsqueda de adquisiciones territoriales en Europa Oriental como el fundamento mismo de la futura política exterior de Hitler."
En Letras Libres, por Milan Hauner.