La libertad es el tema principal de la película; el guion se centra en cómo luchan un puñado de hombres por no ser gobernados ni por sus enemigos (ingleses en este caso) ni por sus "amigos" (los nobles escoceses). No es gratis y les costará a muchos la vida; todos tenemos la opción de elegir cómo vivir. Sobre lo anterior hay una frase significativa de William Wallace (Mel Gibson) a los nobles: "hay una diferencia entre nosotros. Creéis que la gente de este país existe para proporcionaros una posición de poder. Yo creo que vuestra posición existe para proveer a esa gente de libertad. Y yo voy a asegurarme de que la tengan". [Cita original: "There's a difference between us. You think the people of this country exist to provide you with position. I think your position exists to provide those people with freedom. And I go to make sure that they have it"].
La película es un cuento y no la descripción de unos hechos fieles a la realidad. Existen amores instantáneos, peleas fantásticas (y salvajes), amistades inquebrantables, traiciones dolorosas, tácticas sorprendentes, princesas enamoradas, reyes malvados, etcétera. El tema de si la historia es fiel o no a lo que sucedió, me interesa poco. En una película todo es ficción y así debe ser considerado. Si queremos saber qué fue real hay que recurrir a libros u otros materiales cuya finalidad sea esa. Una película puede recoger, como mucho, el espíritu de una época, y a veces ni siquiera eso.
Las escenas de batallas están llenas de adrenalina y violencia. Acaban bañados en sangre todos los personajes. La manera de arengar a las tropas de William Wallace me pone como una moto; ha sido imitada en numerosas ocasiones.
El personaje de interpretado por Patrick McGoohan (Longshanks - el rey Edward I) es uno de los mayores hijos de Satanás de la historia del cine. Es cruel con todos y lo hace todo por mantener sus objetivos; para ello no duda es traicionar, matar (incluso a los propios), maltratar a su hijo, sobornar, y otras triquiñuelas que se le van ocurriendo. El tono de voz en la versión original es irritante y gracioso al mismo tiempo.
Otros dos personajes míticos son Argyle Wallace (Brian Cox), quien aparece poco, pero da las claves de cómo será Wallace cuando crezca, y Stephen (David O'Hara) que es un loco por fuera y cuerdo por dentro; pone el contrapunto humorístico a la historia, pelea como el mejor y es el dueño de Irlanda. Su isla.
Las dos historias de amor de Wallace están bien hiladas y sirven como contraste con la violencia de las batallas. Mención aparte merecen las distintas traiciones por las que pasa Wallace; inevitables, ya que tiene que buscar alianzas para vencer a un enemigo poderoso.
El final cierra la aventura de manera perfecta. El héroe no se rinde ni siquiera a las puertas de la muerte ni ante el castigo que le supone un sufrimiento atroz; además, sus partidarios eligen seguir con la lucha antes que rendir las armas.
Lo de la banda sonora es un portento. La he escuchado cientos de veces fuera de la película.