Destaco:
Hubo otra polémica con Almudena Grandes en torno a un artículo en el que la escritora insinuaba el placer sádico que la madre Maravillas hubiera encontrado en ser agredida por un grupo de milicianos republicanos. ¿Cree que la izquierda española ha utilizado la Guerra Civil como arma arrojadiza contra la derecha y que el guerracivilismo explica parte de la pobreza intelectual, económica y de tantos otros ámbitos de la España actual?
Es todo tan penoso. Hay que ser muy preciso en eso. Yo mandé una carta a El País por una columna que esta mujer había escrito haciendo bromas del gozo que sentiría la madre Maravillas, el viejo chiste de la monja violada, aquello de “ummm, sudorosos”. Escribí una carta ofendido, bastante educada. Luego resultó además que las dos cosas sobre las que bromeaba esta mujer era una frase que no era de la madre Maravillas sino deSan Juan de la Cruz y quién hablaba era el alma, pero bueno. 75 años después, las personas progresistas, es decir, para ser progresista, ¿tenemos que negar que, en primer lugar, hubo una responsabilidad repartida en el desastre del fracaso de la República? Dejando aparte que los causantes inmediatos fueron los que dieron el golpe de Estado, los que conspiraron contra el régimen. Una vez sucedido eso, ¿no podemos reconocer lo que personas que estaban entonces comprometidos con la defensa de la República reconocían y deploraban? Esa es la pregunta que yo hago. Yo no te estoy diciendo dar la razón a Pío Moa, te estoy hablando de dos cosas distintas. Si tú lees La velada en Benicarló de Manuel Azaña, escrita en 1937, ahí ves como Azaña lamenta con un dolor trágico los crímenes cometidos en la zona republicana durante la guerra. Si lees a Manuel Chaves Nogales, republicano, socialista, director de Ahora, lees su libro A sangre y fuego publicado en 1937. Arturo Barea, republicano, socialista, exiliado en Inglaterra, el tercer tomo de La forja de un rebelde, que trata del verano en Madrid en 1936. Julián Zugazagoitia, director de El Socialista… Lee las cosas que escribieron ellos, yo sólo digo eso. Segundo paso: historiadores. Yo creo que 75 años después, lo historiadores han dejado claro lo que pasó. A mí me gusta poner siempre un ejemplo: el asesinato de García Lorca y el asesinato de Muñoz Seca. Los dos son inocentes. García Lorca era un escritor extraordinario y universal, comprometido con la República, no políticamente, pero en una época de divisiones políticas muy feroces te situabas tú y te situaban tus enemigos. Él estaba situado y visto como alguien muy vinculado con la República. Federico García Lorca es asesinado en Granada y es un horror y una vergüenza. Muñoz Seca está en Barcelona porque había estrenado una de sus múltiples obras de teatro. Era un autor muy popular, muy conservador. Lo detienen en Barcelona, lo trasladan a Madrid, lo encierran en el convento de San Antón y muere en Paracuellos del Jarama. ¿Una persona decente va a hacer distinciones entre crímenes? ¿Es menos crimen matar a Muñoz Seca? Pero no sólo es la izquierda, a la derecha le pasa exactamente igual, parece que tampoco hay manera de reconocer la responsabilidad de la derecha en la conspiración contra la República y del horror de la posguerra, del horror de la dictadura. Nadie quiere reconocer y yo me pregunto por qué.