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Antúnez y otros negros ignorados

Zoé Valdés.



Jorge Luis García Pérez, Antúnez, reúne todos los ingredientes para que la causa por la que lucha sea escuchada y defendida en el mundo entero. 
Antúnez es un hombre negro, lleva años luchando por la libertad de su país, es un hombre que se expresa correctamente, alto, claro y transparente, que ha salido a la calle en infinidad de ocasiones para clamar en contra de las injusticias. Su mujer, Iris Tamara Pérez Aguilera, no sólo lo apoya, además lo acompaña, y también, a su lado, ha sido y es una activista opositora por los derechos humanos. También es negra. 
Hace cuatro días Antúnez fue nuevamente detenido y lo mantuvieron desaparecido. Lo acaban de liberar. Lo detuvieron por declarar lo que piensa en un video que fue presentado en el Congreso de los Estados Unidos. Poco tiempo después salía de su casa cuando fue secuestrado en la calle, golpeado y encerrado en su calabozo.
Su esposa fue a verlo a la cárcel acompañada de otra opositora. No sólo no le dieron noticias, ni pudo verlo, además le informaron de que lo habían torturado y que ya no se encontraba en ese lugar. No le comunicaron adónde lo habían llevado. A Antúnez entonces lo desaparecieron. Y para confirmar la crueldad de estos hechos, tanto su esposa, como su amiga fueron golpeadas in situ, y vejadas verbalmente, además de amenazadas.
Antúnez estuvo en paradero desconocido. No sabemos lo que ocurrió con él en todo ese tiempo, pero podemos imaginarlo. En la actualidad se halla en libertad provisional, a la espera de juicio por los cargos de "difusión de noticias falsas, resistencia, desacato y atentado" que se le imputan.
Alguna prensa habló del caso, tibiamente, y CNN, por fin, se dignó a hacer un reportaje escueto sobre el tema. Los blogs cubanos, no todos, se hicieron eco del oprobioso acto de violación de derechos humanos. El blog cubano más célebre no ha publicado nada al respecto, como tampoco ha publicado nada acerca de la pareja Sonia Garro Alfonso y Ramón Alejandro Muñoz, ambos presos desde el mes de marzo, ella en la cárcel para mujeres llamada Manto Negro y él en la cárcel Boniato. Muñoz en una celda de castigo por negarse a vestir el uniforme de preso común. Además han tratado de asesinarlo dándole un medicamento envenenado. Los acusan de terroristas y criminales. Esperan juicio.
Todavía no he visto una campaña internacional por estas personas, ni por Antúnez. No han salido en ninguna portada de ningún periódico importante. Nadie les ha dado un espacio en ninguno de esos periódicos a este valiente que ya ha estuvo anteriormente preso y torturado durante 17 años, y detenido y golpeado en unas cuantas ocasiones más, y tampoco a sus compañeros.
Antúnez no aboga por internet libre, ni por irse del país, ni por viajecitos de ida y vuelta, tampoco suscribe carticas infames para arreglarse momentáneamente con el régimen que lo oprime. Antúnez y sus compañeros luchan por la libertad, por la democracia, y contra todo tipo de violación de los derechos humanos.
Jorge Luis García Pérez, Antúnez, abrió también un blog, que ha sido bastante ignorado, se titula Ni me callo ni me voy, donde manifiesta sus ideas y verdades, cuando no está en las calles batiéndose de frente contra los militares esbirros.
¿El mundo se ha movilizado por Antúnez, por Sonia, por Ramón Alejandro? No, para nada. A su manera, Antúnez reclama lo que han reclamado tantos presos y opositores en diversos países, desde Nelson Mandela hasta Aung San Suu Kyi; para todos ellos ha habido oídos y ojos, y montones de gestos solidarios. Lo que no han recibido hasta ahora Antúnez, tampoco su esposa, ni los demás.
La rectitud de este hombre, y de los demás negros, es comparable con la de otros muchos que han sido tomados como ejemplos en el mundo y a los que el mundo ha seguido y clamado por su libertad. Y sin embargo, la soledad de este hombre y de sus compañeros da grima. No hay una explicación justa para semejante abandono.
Antúnez, infatigable como siempre, ataca por todos los frentes: las violaciones de los derechos de los niños, el abandono de los ancianos, la situación de los pobres, la falta de libertad de expresión, denuncia las presiones, persecuciones, la opresión del pueblo por una dictadura criminal. Pero nadie escuchaba en el pasado, y nadie escucha en el presente. Siguen sordos y mudos, y a Antúnez lo golpean, lo encierran, lo desaparecen, lo sueltan bajo libertad condicional, y será juzgado, acusado, al igual que los demás, de cualquier barbaridad que no han cometido.
Antúnez, vuelvo y repito, es un hombre negro, defiende la causa de la libertad y de la democracia, en contra de las injusticias. Su mujer es negra, y a la par que él, lucha por lo mismo: la libertad en toda su integridad. No son los únicos. ¿Qué pasa? ¿Por qué no los oyen y apoyan?
Sí, ya sé, son negros cubanos, pobres, y para colmo anticastristas. Todo queda dicho. Toda la perversión del mundo reaccionará en su contra. 

Rafael Castillo y la “potencia médica” cubana

Por Zoé Valdés.

Dentro de muy pocos días, el 10 de diciembre, se conmemorará un aniversario más del día de los Derechos Humanos. La Carta Universal de los Derechos Humanos se ha publicado en tres ocasiones de manera oficial en Cuba, invariablemente con un prefacio de Fidel Castro, y para divulgación restringida. Está prohibido regalar en la calle un ejemplar a los transeúntes, porque el documento sigue siendo considerado por la policía –nadie sabe todavía por qué, aunque podemos imaginarlo– como propaganda enemiga. Así se lo comentaron a un familiar mío en La Habana que repartía ejemplares en el Boulevard de San Rafael y fue detenido por repartir "propaganda que atenta contra la seguridad del pueblo cubano" –según ellos y después de haberle decomisado todo lo que llevaba consigo–.

Varias manifestaciones se preparan dentro de Cuba por los opositores para celebrar el día de los DDHH, y tal como ha informado la disidente Martha Beatriz Roque desde el interior de la isla, ya empezaron las detenciones y abusos para impedir que una gran marcha se lleve a cabo de una punta a otra del país. Las detenciones se suceden una tras otra, apenas sin investigar, cualquiera que resulte sospechoso va para el tanque (cárcel), y sin chistar.

Por otro lado, en Miami se prepara una manifestación, y una Flotilla a cargo del Movimiento Democracia. La Flotilla reunirá a un grupo de embarcaciones que iluminarán el cielo desde las 12 millas y media, sin traspasar la línea, confusa en medio del mar, de la frontera de las aguas internacionales con las aguas cubanas. Ya en otra ocasión esta flotilla intentó lanzar flores en aguas cubanas y Cuba arremetió con lanchas y aviones de combate. Lo de la Flotilla lo entiendo hasta cierto punto, creo que es un acto simbólico y aguerrido, pero un poco locoide, porque no veo interés ninguno en llevarle paz y democracia a los cubanos de adentro valiéndose de barcos y fuegos artificiales o rayos láseres. Será una nueva estrategia mediante un mensaje carnavalesco de paz; pero así es una parte del exilio, y bueno, esperemos que tengan éxito en la empresa, y que un rayo de esos le cambie le mentalidad a los cubanos de a pie y se decidan a salir a las calles, si no a combatir, al menos a acompañar –si es que la dejan salir– la marcha de opositores.

Para mí, sin embargo, el mayor regalo y la más grande prueba, y lo que realmente deberíamos festejar, con bombos y platillos, y así lo están haciendo algunos canales de la televisión de Miami, es la llegada a esa ciudad de uno de los mayores deportistas de Cuba y del mundo: Rafael Castillo. Un nadador parapléjico, que ha ganado unas cuantas medallas y que tiene el récord de ser el tercer mejor nadador parapléjico en su categoría. Al joven le falta un brazo y una pierna, se encontraba en Guadalajara, México, con vistas a participar en una competición en el equipo oficial castrista y consiguió evadirse, preparó un plan muy exhaustivo y consiguió llegar a Miami haciéndose pasar por puertorriqueño. Hubo de pasar por varios contratiempos, complejos, pero lo logró. Su pasaporte fueron sus medallas, y no hay más bello y mejor ganado pasaporte que ése.

Me gustaría poner en este artículo un link a un sitio web de Rafael Castillo, pero curiosamente todos han desaparecido de la red como por arte de birlibirloque. El joven se expresa de manera respetuosa, posee unas energías y un carácter muy positivos y, además, se nota que está decidido a seguir siendo quien es, un campeón, y una persona buena que ama la libertad por encima de todo.

En uno de los reportajes de la televisión miamense se ve cómo el joven es acompañado a una tienda de utensilios ortopédicos y allí se le confirma que recibirá una prótesis para su brazo, que ha sido mandada fabricar a su medida, y le entregan la prótesis que ya ha comenzado a usar, para su pierna. Además de que el joven ya tiene entrenador, y todo augura que una prometedora carrera se abre ante su futuro. No merece menos. Es una historia conmovedora, sin duda alguna.

Y me conmueve enormemente la sinceridad con la que se expresa, tan diferente de la manera de comportarse de esos músicos que llegan a Miami bajo la égida protectora de Barack Obama y Hilary Clinton y su intercambio cultural de un solo lado, todos o una inmensa mayoría no sólo son mal educados, sino que se comportan de manera agresiva y, con toda evidencia, son muy mal agradecidos, no sólo siendo criticones del exilio –que son los que pagan las entradas para ir a verles tocar la misma porquería cansina de hace 53 años, las loas solapadas al régimen–, sino deshaciéndose en alabanzas a la dictadura.

Rafael Castillo es todo lo contrario. Siendo uno de los más grandes deportistas del planeta se comporta modestamente.

Siendo quien es, sin embargo, la potencia médica castrista, esa de la que ellos hacen gala, no lo pudo abastecer de dos prótesis en el tiempo que ese joven vivió en Cuba, toda una vida consagrada al deporte y de cuyas glorias individuales el castrismo se beneficiaba. No sólo no se ocuparon de brindarles ese confort, más que merecido y necesitado, sino que hasta el último momento lo estuvieron acosando para que regresara y proponiéndole 2 mil CUC por la medalla recién ganada, ¡qué risa, por no decir, qué asco! Además sería bueno que supieran por qué Rafael Castillo perdió su brazo y su pierna: a dos meses de nacido, Rafael Castillo cayó enfermo y en uno de los hospitales de la potencia médica castrista le pusieron un suero vencido y el niño hubo de ser amputado de un miembro superior y de uno inferior.

Esa misma potencia médica recién anuncia en El Nuevo Herald, que casi se ha convertido en El Nuevo Granma, que dos mil cubanos acaban de ser vacunados con la vacuna contra el cáncer de pulmón, "logro de la medicina castrista"; esperemos que esas vacunas estén en buen estado, no vaya a ser que deban amputar a dos mil personas de sus miembros locomotores a causa de uno de esos errores garrafales que cometen a diario. Sin embargo, todavía El Nuevo Herald no ha entrevistado al joven Rafael Castillo. Así va la cosa por los Miamis procastristas y pro cambio bajo el raulismo light.

Creo que la mayor prueba de que en Cuba se violan los derechos humanos contra todos sus ciudadanos, incluso contra los que ellos usan para sus fines, es la figura de Rafael Castillo. Así como creo que es hora de que los cubanos del exilio le demos más importancia a estos hombres y mujeres, deportistas, poetas, músicos, exiliados; y menos a los hijitos de papá, a los militarotes, a los ñángaras (comunistas) arrepentidos, que llegan numerosos a los aeropuertos de Estados Unidos y que ya aburren con sus anécdotas banales y los cuentecitos de cuando se codearon con Raúl Castro, y de cuando les dieron la misión en Angola de matar africanos con armas químicas. Basta ya. Rafael Castillo, y muchos más como él, hijos de a pie de Cuba, son los que merecen ser mencionados y recibidos como verdaderos opositores y, sobre todo, como lo que son: deportistas de élite, o en otros casos, escritores, poetas, músicos, los que de verdad son anticastristas y se han enfrentado o están dispuestos a enfrentarse al régimen sin renunciar a sus carreras y a sus vidas como lo que fueron y son, valiosos representantes, cada uno en su especialidad, de lo mejor de Cuba.



La princesa castrista por Zoé Valdés‏


Mariela Castro, la hija de Raúl Castro, es llamada por los cubanos “La princesa castrista”, debido a su modo de vida, y a sus númerosos viajes por el extranjero, algo que le está prohibido a los cubanos.

Mariela Castro vive en una mansión en La Habana, viaja cuando quiere, y se pasea por las calles europeas en limousine y -como verán en la foto- con una bandera gay, donde ha escrito el número 5, relacionándolo todo con los 5 espías terroristas y castristas condenados a perpetuidad en Estados Unidos.

Los homosexuales del mundo deberían pedir cuentas a esta descarada por usar su bandera, el símbolo de la libertad sexual, y de la libertad tout court.