Biomagnetismo: ¿Los charlatanes no son peligrosos? por Manuel Abeledo‏


Existe la creencia de que charlatanes, pseudocientíficos, magufos y teóricos de las conspiraciones no son peligrosos porque sus creencias no afectan directamente a nadie. A fin de cuentas si alguien intenta convencerte de que los extraterrestres se hacen pis en las hamburguesas de McDonalds te lo puedes creer o no, pero tu integridad física está asegurada.

Con la polémica de las pulseritas todavía dando guerra y la previsible caducidad de la moda, no está de más recordar que estas estafas surgieron del miedo del ser humano a la enfermedad y son por tanto tan antiguas como lo es el Hombre. Desde los primeros curanderos hasta el inventor de la Coca Cola, paradigma del charlatán de feria que fue parodiado magistralmente en Los Simpsons, llegando a los últimos curanderos como los acupuntores, los homeópatas, ciertos fabricantes de aceites o los practicantes de algo llamado biomagnetismo. ¿Y qué es el biomagnetismo?

De entrada conviene no confundirlo con ciertos tipos de terapias magnéticas documentadas y en uso en algunos hospitales para la cicatrización y la curación de fracturas. El biomagnetismo es la creencia de que dos imanes pueden “depurar” el cuerpo, haciendo que los campos magnéticos “nivelen” el PH del cuerpo y eliminen virus y bacterias.

Hagamos una pequeña digresión aquí. La normativa utilizada para autorizar la venta de un medicamento es muy estricta, como muchos ya sabreis. Son necesarios años de pruebas clínicas e informes favorables de las organizaciones públicas pertinentes. Esto no ocurre con otros compuestos como los complementos alimenticios o los productos cosméticos, los cuales sólo tienen que acreditar que no son dañinos para la salud. Ése es el motivo por el que los productos homeopáticos se venden en herbolarios o parafarmacias: no se consideran medicamentos. De hecho, los homeópatas se cuidan mucho de afirmar que sus compuestos pueden curar enfermedades y prefieren hablar de terapias complementarias o alternativas sin relación con la farmacología. Por si acaso.

Volvamos al biomagnetismo. En España el máximo exponente de esta práctica es Isaac Goiz Durán, mexicano que afirma ser doctor en medicina. Su método, el par biomagnético, puede curar o mejorar, según dice:

Acné, Alzheimer, Artritis Reumatoide, Agresividad Extrema, Tumores Diversos, Cándida Albicans, Cólera, Diabetes, Difteria, Epilepsia, Esclerosis Múltiple, Fibromialgia, Glaucoma, Gonorrea, Hepatitis, Herpes Zoster, Enfermedad de Hodgkin, Infertilidad, Leucemia, Lupus, Mal de Chagas, Megacolon, Meningitis, Miomas, Mononucleosis, Paludismo, Malaria, Parvo Virus, Psoriasis, Quistes, Rabia Virus, Rosácea, Roseola, Rubeola, Sarampión, Sífilis, Sinusitis, Síndrome de Sjôgren,Tifus, Tiroides, Tricomonas, Tuberculosis, Tunel Carpiano, Varicela, Verrugas, VIH, Viruela, Vitiligo…

Señalo algunas enfermedades no sólo por su gravedad, sino porque en los últimos años hemos visto cómo el VIH aumentaba su incidencia en Sudáfrica por culpa de estos charlatanes, cómo los niños sufren la irracionalidad de sus padres y cómo, a pesar de estos remedios milagrosos, siguen existiendo enfermedades mortales de necesidad.

Dejando de lado la hipotética falta de ética y moral del señor Goiz por no compartir este descubrimiento con el público general, sus afirmaciones podrían ser constitutivas de un delito contra la salud pública. El capítulo III de la Ley Orgánica 10/1995 dice, y cito:

Artículo 361. Los que expendan o despachen medicamentos deteriorados o caducados, o que incumplan las exigencias técnicas relativas a su composición, estabilidad y eficacia, o sustituyan unos por otros, y con ello pongan en peligro la vida o la salud de las personas serán castigados con las penas de prisión de seis meses a dos años, multa de seis a dieciocho meses e inhabilitación especial para profesión u oficio de seis meses a dos años.

Sus “imanes” no son medicamentos propiamente dichos, pero ¿no prevé la ley española que quienes se priven de la medicación adecuada por las promesas de un falso terapeuta son víctimas de un delito? Personalmente me extrañaría aunque no puedo verificarlo, no soy abogado.

Estas pseudomedicinas quedarían en el olvido si no fuese por medios como la revista Discovery Salud, auténtico vocero de los charlatanes más desvergonzados, o algunos blogs que se dedican sin pena ni gloria a dar publicidad a estafadores, llegando a decir que “la quimioterapia no cura el cáncer” y que la alternativa homeopática es eficaz.

Y yo me pregunto, ¿cuántos muertos tienen que pesar en sus conciencias para que denuncien a gente como Isaac Goiz? ¿Cuántas personas tienen que dejar sus tratamientos probados para perder su dinero en un simulacro de placebo?

Irónicamente, son los mismos que critican a las empresas farmacéuticas por “hacer negocios con la salud”. Me río por no llorar.

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