Los sindicatos empiezan a sufrir en sus bases el rechazo a su actuación durante la crisis. Según los datos de afiliación a las centrales del Ministerio de Trabajo, 276.086 empleados dejaron de pertenecer a organizaciones como CCOO y UGT en un año. Si en 2008 sólo el 17,4% de los ocupados estaba afiliado a estas organizaciones, el pasado ejercicio sólo pertenecían a ella el 17,2% de los trabajadores.
Aunque los representantes de estas instituciones achacan el descenso a los despidos masivos, esta pérdida de confianza se explica fundamentalmente porque se dispara el desapego de los más jóvenes en las centrales. ¿La razón? Estos organismos se han dedicado sobre todo a defender a los empleados de más de 45 años, que tenían una indemnización por despido mayor. Sin embargo, no organizaron ninguna huelga en 2009, con los despidos masivos de trabajadores temporales.
Las cifras que revelan la confianza de los jóvenes en los sindicatos hablan por sí solas: 150.000 ocupados de entre 16 y 29 años se han dado de baja en estas organizaciones.
Sin nuevas generaciones
Es evidente que el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y el líder de UGT, Cándido Méndez, tienen un grave problema para captar a las nuevas generaciones: 40.721 empleados de entre 16 y 19 años dejaron su afiliación a los sindicatos desde que empezó la crisis. También se dieron de baja 164.914 ocupados de entre 25 y 29 años entre 2007 y 2009.
El abandono no se explica sólo porque haya caído la población activa, sino porque las centrales están perdiendo cada vez más peso entre los recién llegados a las empresas: en 2007 el 6% de los jóvenes ocupados estaban afiliados a los sindicatos, una cifra que escaló modestamente hasta el 7,3% en 2008. Sin embargo, en 2009 volvió a sufrir un fuerte retroceso: ya sólo el 5,7% de los jóvenes empleados pagan su cuota a estas organizaciones.
Las afiliaciones a centrales como UGT y CCOO han caído en picado sobre todo entre los jóvenes de entre 25 y 29 años. Si en 2007 el 12,2% de los empleados de estas edades estaba inscrito a un sindicato; en 2008, sólo el 10,9%. Y en 2009 sólo el 8,1% de los ocupados.
Los sindicatos –que a pesar de su escasa representatividad siguieron manteniendo el control de los convenios que regulan las condiciones laborales de 10,3 millones de empleados en 2009 (el 60%de los trabajadores)– siguen manteniendo poder entre los trabajadores de más de 45 años. Entre los empleados de mas de 45 años hay un 23,7% de trabajadores con carné de las centrales; una cifra que se reduce al 20,1% en el caso de los empleados con más de 55, los más cercanos a la jubilación.
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