Parece un poco exagerada la opinión de Carrascal. No creo que pase de una tormenta de verano.
ARTÍCULO
HACE 35 años, Hassán II ordenó una «marcha verde» hacia el Sahara llamado español, que desde entonces forma parte de Marruecos. Hoy, hacia Melilla y posiblemente Ceuta, se ha ordenado una «marcha de las verduras y otros alimentos», aunque a la inversa: impidiendo el abastecimiento de las dos ciudades españolas en el Norte de África.
Si los marroquíes son los primeros en saber que rendirlas por hambre es imposible, al ser fácilmente abastecidas por mar, ¿por qué lo hacen? Pues por reinar las mismas circunstancias que en el otoño de 1975 les empujó a lanzar la «marcha verde»: por saber de la extrema debilidad de España. Entonces, Franco agonizaba y aunque decía haberlo dejado todo atado y bien atado, nadie estaba seguro de cómo iba a ser el futuro. Sólo, que iba a ser diferente, muy diferente, como resultó. En cualquier caso, lo que urgía era concentrarse en la escena nacional, no en un territorio a muchos cientos de kilómetros, que sólo ocupábamos desde 1884. En cuanto a los soldados españoles que lo custodiaban, ¿qué iban a hacer ante aquella invasión pacífica? ¿Ponerse a disparar contra los hombres, mujeres y niños desarmados que llegaban? Así se perdió el Sahara, más para los saharauis que para España.
Lo de Melilla y Ceuta, ciudades españolas desde hace siglos, es distinto en cuanto a derechos, pero no en cuanto a estrategia. Los marroquíes las consideran suyas y harán cuanto esté en su mano para anexionárselas. Si la marcha les dio resultado en el Sahara, nada de extraño que la utilicen de nuevo, ahora en dirección contraria, no con personas, sino con mercancías. Aunque de momento haya quedado suspendida, preparémonos para este tipo de bloqueos, acusaciones, maniobras y alarmas. Su estrategia es ésa. Lo que no está claro es la nuestra, si es que existe alguna.
Pues el mayor paralelismo entre 1975 y 2010 es la extrema debilidad del Gobierno español, que se extiende a España. Pese a todas sus idas, venidas, planes, contraplanes, declaraciones, desmentidos, avances y retrocesos, Zapatero es un cadáver político. Todo le ha salido mal y todo apunta que irá a peor. Ni la remodelación territorial de España, ni la negociación con ETA, ni los remedios anticrisis le están dando resultado y por no controlar, empieza a no controlar su propio partido, como ha puesto en evidencia el enfrentamiento interno desencadenado en Madrid.
Nadie lo sabe mejor que Rabat, consciente de que en igualdad de condiciones, pierde frente a España, pero que en una de sus recurrentes crisis políticas, puede ganarle. Parece creer que se encuentra en una de ellas. Quiero decir que ésta no es una crisis con Marruecos. Es una crisis española.
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