No me gusta el tratamiento que el periódico ha dado a la circunstancia hotelera de los deportados cubanos. Y el cebo del spa (¡a cualquier agüilla le llaman spa!) es realmente cómico. A los deportados los habían metido primero en el llamado Hostal Welcome (de una cierta popularidad en you tube y parece que refugio habitual de la disidencia cubana. Los precios del Welcome le merecen este comentario agazapado a la redactora:
«Otros calificaron de ‘cutres’ las instalaciones del hostal, pese a que el precio de una noche en el Welcome (13,90 euros) supera el salario mensual medio de Cuba»
Pese, dice. Como si Cuba entera fuese algo más que una siniestra cutrez.
Yo propongo que para ser coherentes no les den de comer a los deportados otra cosa que arroz y frijoles. Los que puedan comprar con 13,90 me refiero.
La próxima comparación ha de ser entre el Welcome y el Boniato.
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