Cuatro guardias civiles asesinados en Marquina ocho meses después de la masacre de Ispáster



Víctimas:

Antonio García Argente, de 20 años y soltero, era natural de Manises (Valencia). La madre de Antonio, sin saber nada del atentado, llamó desde Valencia al cuartel para hablar con su hijo. Por error marcó el número de uno de los médicos del pueblo, muy similar al número del cuartel, que estaba en esos momentos atendiendo a las víctimas del atentado, y fue entonces cuando se enteró de que su hijo acababa de ser asesinado. Antonio estaba destinado en la III Compañía Móvil de Barcelona, aunque temporalmente se encontraba agregado en el País Vasco. Antonio fue enterrado a última hora de la noche del domingo 21 de septiembre, tras celebrarse una hora antes un funeral en el cuartel de la Guardia Civil en Valencia. Unas mil personas asistieron a las honras fúnebres por el guardia civil asesinado.
Mariano González Huergo, de 25 años y soltero, era natural de Santander. Se encontraba en el País Vasco como refuerzo de las plantillas de esa comunidad autónoma, pero su destino era la 551 Comandancia de Santander. La tarde del domingo 21 de septiembre fueron enterrados en Santander sus restos mortales, tras la misa funeral a la que asistieron unas mil personas, en una ceremonia que transcurrió sin incidentes.

Miguel Hernández Espigares, de 23 años y soltero, era natural de Guadix (Granada). Destinado en la III Compañía Móvil de Barcelona, se encontraba temporalmente destinado en el País Vasco, reforzando las plantillas de guardias civiles de la zona. El funeral por Miguel Hernández Espigares se celebró el lunes 22 de septiembre en Alamedilla (Granada), donde también fue enterrado. En diciembre de 2007, la corporación municipal de Guadix acordó por unanimidad en sesión extraordinaria dar el nombre de Hernández Espigares a una calle, plaza o centro municipal de la localidad.
Alfonso Martínez Bellas, de 22 años, era natural de La Coruña. Estaba casado y tenía un hijo; su mujer estaba embarazada del segundo. Su destino era la 111 Comandancia de Madrid pero, al igual que sus compañeros, se encontraba en el País Vasco como refuerzo de las plantillas de la zona. A las once y media del lunes 22 de septiembre se celebró en el cementerio de Senan (El Ferrol) el sepelio de Alfonso Martínez Bellas, con la asistencia de unas mil personas.

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