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No llores por mí Argentina. Llora por tí!

Xavier Sala i Martín.

(transcripción traducida de mi intervención en RAC1 en la mañana del 17 de Abril de 2012)
A ver si nos entendemos. Es verdad que el neonacionalismo Argentino ha jugado un papel en la expropiación de Repsol, es verdad que el naciolismo aparece con furibunda violencia cada vez que el gobierno necesita camuflar problemas graves (y el gobierno argentino no es una excepción) y es verdad que la nacionalización va a perjudicar, esencialmente, a Argentina (y aquí el único que ha dado en el clavo es el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, que parece que es el único político sensato de todo el país): ayer me preguntaba en público si quien se había pegado un tiro en el pie era Froilán, el rey Juan Carlos o Cristina Fernández de Kirchner. La respuesta es... ¡los tres a la vez!
Todo esto es verdad, pero me parece que los ciudadanos argentinos deberían empezar a ver que sus dirigentes políticos no solo utilizan el populismo nacionalista para ganarse sus simpatías, sino que son unos corruptos ladrones que roban la riqueza de su país. La nacionalización de YPF no tiene nada que ver con las necesidades energéticas del pueblo sino con la incompetencia de doña Cristina, las ansias de esconder una gestión nefasta y, sobre todo, con la CORRUPCIÓN de su entorno... y del de su hijo Máximo.
La historia empieza entre 1992 y 1999, cuando el gobierno peronista de Carlos Menem (del mismo partido de Kirchner) decide privatizar YPF debido a la enorme cantidad de pérdidas de la compañía. Era una época en que la empresa estaba mal gestionada (como casi todas las empresas públicas de todo el mundo) y el precio del petróleo rondaba los 15 dólares el barril. La empresa española REPSOL, entonces dirigida por Alfonso Cortina, compró YPF al gobierno de Menem (repito, del mismo partido que Kirchner).
1999 era una época en que “España iba bien”. ¿Lo recuerdan? Era la España del pelotazo, de los nuevo-ricos engominados que daban lecciones de gestión por todo el mundo y de los presidentes de gobierno que fumaban puros con los pies encima de la mesa. Esa arrogancia quedó grabada en las mentes de muchos latinoamericanos que han esperado años para cobrar sus deudas morales. A todo cerdo le llega su San Martín (que no su Sala i Martín, que es un fenómeno distinto) y parece que a España le ha llegado el momento de pagar la humillación a la que trató a los ciudadanos de América Latina.
Dicho esto, y aceptando la arrogancia de nuevo rico de los españoles, la verdad es que REPSOL pagó (repito, PAGÓ) el precio que le pedía el gobierno por la ruinosa compañía: 15.000 millones de dólares. La fusión fue ejemplar hasta el punto de que la revista Financial Times otorgó el premio anual a REPSOL por la mejor fusión del año.
Además de esos 15.000 millones iniciales, REPSOL ha invertido un total de 20.000 millones de dólares entre 1999 y 2012, incluyendo unos 3.200 millones en 2011. 20.000 millones en 12 años no es una inversión pequeña, diga lo que diga la presidenta Argentina. De hecho, uno de los resultados de esas inversiones ha sido el descubrimiento de los yacimientos de Vaca Muerta que pueden dar unos resultados económicos extraordinarios a pesar de que todavía está por ver la calidad del petróleo allí depositado.
En 2007, y ya con Antoni Brufau al frente de la petrolera, el presidente Néstor Kirchner pidió a REPSOL que un grupo argentino entrara a formar parte de la compañía. Se trataba del grupo Petersen de la familia de Enrique Eskenazi. La familia Eskenazi era una familia de la alta burguesía de Santa Cruz, región que había sido presidida (oh! casualidad!) por Néstor Kirchner, antes de ser presidente de Argentina. De hecho, Enrique Eskenazi era amigo íntimo de don Néstor. Es decir, el presidente Kirchner obligó en 2007 a REPSOL a aceptar un socio argentino que, casualmente, era un amigo íntimo de toda la vida. Antoni Brufau aceptó porque sabía que siempre es bueno tener inversores locales con conexiones políticas. Es bueno que los insiders te señales la existencia de luces ámbar antes de que se vuelvan rojas. Por esto aceptó que la familia Eskenazi tenga primero el 15% y luego el 25% de la compañía.
Pero había un pequeño problema: los Eskenazi eran los ricos del pueblo en Santa Cruz, pero una cosa es que tus niños se paseen por el pueblo en lujosos horteras Ferraris rojos o que chuleen por las discotecas de moda de la zona y otra cosa muy distinta es comprar el 25% de una compañía que vale decenas de miles de millones de dólares. Los Eskenazi no eran tan ricos!
¿Cómo consigue la familia amiga de Kirchner comprar el 25% de REPSOL-YPF? Pues obligando a YPF a PRESTARLE EL DINERO! Repito, Néstor Kirchner obliga a REPSOL a prestar el dinero a una familia amiga para que ésta compre el 25% de REPSOL. ¿Y cómo va a pagar esa familia semejante millonaria cantidad? Pues con los dividendos de la propia REPSOL. Es decir, REPSOL, el gobierno de Kirchner y el grupo Petersen de la familia Eskenazi firman un contrato (depositado en la Security Exchange Comission de New York) que obliga a REPSOL a dar el 25% de su capital a la familia Eskenazi y ésta se compromete a pagar de vuelta con los dividendos de REPSOL. Para garantizar que REPSOL pueda cobrar ese "crédito" (o quizá deberíamos calificarlo de extorsión), se obliga a REPSOL distribuir en forma de dividendos el 90% de sus beneficios.
Es decir, cuando la señora de Kirchner acusa a REPSOL de no destinar una mayor parte de sus beneficios a inversiones y prospecciones petrolífera, no explica que su marido (repito, SU MARIDO) había obligado a REPSOL a utilizar el 90% de los beneficios a pagar dividendos para que sus amigos (repito, SUS AMIGOS) se apropiaran del 25% de REPSOL cuando no tenían ni un dólar para comprar semejante cantidad de acciones(*).
Pero la cosa no acaba aquí. El señor Enrique Eskenazi coloca a sus hijos en la compañía (en particular, coloca a su hijo Sebastián como vicepresidente) y en lugar de actuar como el socio local que juega el importante papel de alertar de las luces ámbar antes de que aparezcan las luces rojas, se comporta como un auténtico mafioso incompetente que hace poco para defender los intereses de la compañía que dirige.
Poco a poco, REPSOL ve que se ha metido en un buen lío y que los socios locales juegan más a favor de los políticos que les han colocado en el cargo que a favor de la compañía a la que representan y pronto aparecen rumores de nacionalización. Son los últimos días de 2011 y REPSOL ha descubierto los potencialmente millonarios yacimientos de Vaca Muerta. El resto de la historia ya es conocida. Cristina Fernández de Kirchner, teledirigida por el economista Axel Kicillof(**), académico marxista, mentor de la época de Cámpora (asociación creada por Néstor Kirchner) y amigo íntimo del hijo de la presidenta, Máximo Kirchner Fernández, anuncia la expropiación del 51% de REPSOL-YPF. “Curiosamente” el 51% de las acciones expropiadas provienen del 57% que es propiedad de los socios españoles. Exactamente el 0% proviene del 25% que tienen los socios argentinos, amigos del papá Kirchner, la familia Eskenazi (y también se expropia el 0% del fondo de inversión norteamericano propietario del 17%... y recordad que eso pasa tres días después de que la señora Cristina se reuniera con Obama para "negociar" el tema).
El gran problema de la expropiación de REPSOL es que la respuesta del gobierno de España, presidido por don Mariano Rajoy, va a ser necesariamente débil. España es un país empobrecido con muy poco poder de negociación y sin ninguna capacidad de presionar a sus (teóricos) aliados: la Unión Europea y los Estados Unidos. Tanto los unos como los otros tienen menos ganas de ayudar a sus “socios” españoles que de pasar cuentas por la arrogante actitud de los presidentes españoles (Aznar y Zapatero) que no hace mucho les daban leccioncillas cuando las cosas iban bien. Y digo que eso es el gran problema de España por dos razones. La primera es que los dirigentes argentinos, al ver la débil reacción de España, verán crecer su ego a la misma velocidad que disminuyó cuando la Inglaterra de Thatcher les humilló en su estúpida campaña de las Malvinas y con su ego inflado aumentará su sed expropiatoria ni su venganza antiespañola con REPSOL: pensarán seriamente en expropiar otras compañías españolas como Telefónica, Santander o BBVA. Ya veremos.
La segunda razón por la que el espectáculo de YPF es un problema para España es que los demás gobiernos latinoamericanos, igualmente heridos por la arrogancia neocolonialista española de los años noventa, están observando. Y las ansias de venganza argentinas se pueden contagiar al resto del continente. También tendremos que esperar a ver cómo evoluciona eso.
Mientras tanto, la crisis ha convertido a España en un cadáver económico que inducirá a los carroñeros de todo el mundo a alimentarse de su despojos: el gobierno Argentino seguirá sus chulescas amenazas, los del resto de una América Latina humillada no se quedarán atrás, pero eso no es todo: las compañías petroleras Chinas intentarán explotar los yacimientos que deja REPSOL y que Argentina no puede permitirse explorar, los bancos americanos van a llenar el vacío que deje el Santander y las multinacionales europeas, sí, sí, las de los socios y hermanos europeos, estarán al acecho, atentos a quedarse con cualquier parte del negocio que la incompetencia de los líderes españoles deje sin defender.

(*) Todo el mundo sabe que, por más que ahora doña Cristina haga caer la lagrimita cuando habla de su difunto marido, los señores Kirchner llevaban años viviendo vidas separadas y paralelas, muy mucho en la dirección de los reyes de España, donde el monarca se va a cazar elefantes (o eran elefantas?) a Botswana.
(**) Axel Kicillof  es el radical paleomarxista que ha conseguido eclipsar al ministro Amado Boudou, quien intentó prohibir los libros de Sachs o Samuelson en las universidades Argentinas por ser “neoliberales”. La vida profesional de Kicillof, un profesor de 41 años, ha sido la de un francotirador de la Universidad de Buenos Aires, donde se especializó en historia del pensamiento económico. Al doctorarse dijo que Keynes era un pensador radical tergiversado por el análisis burgués. Para él, Stiglitz o Krugman son casi tan neoliberales como Mankiw o Barro. Ya ven! El íntimo amigo de Máximo Kirchner y el ideólogo de la expropiación. Con estos líderes intelectuales dirigiendo la contrarrevolución kirchneriana uno debe decir que, a pesar que el episodio de YPF es un indicio de España tiene problemas, el problema grave no lo tiene España sino Argentina!

Las víctimas del terror montonero no cuentan en Argentina

Entrevista a Victoria Villarruel por Carmen Muñoz.

Victoria Villarruel por Ernesto Agudo
Su abuelo fue víctima de la violencia guerrillera de izquierdas que Argentina sufrió en los 70 a manos de los montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Victoria Villarruel preside el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), una ONG que defiende el derecho de 18.331 víctimas directas documentadas a «la Justicia, la verdad y la reparación». Han llegado a esa cifra, dice, investigando recortes de prensa, libros y revistas de las guerrillas. De ellos, 1.355 perdieron la vida.
—¿Qué reclaman al Gobierno?
—Le exigimos que abra los archivos sobre esa época, para que podamos completar nuestra investigación, y una comisión de la verdad. Pero el Gobierno discrimina en razón de la ideología y de quién cometió los crímenes. Solo reconoce a una clase de víctimas, a las de los abusos del Estado. Si fuiste montonero tienes derechos, pero las víctimas del terror de izquierdas no cuentan.
—¿Por qué denuncia que especialmente durante los mandatos del matrimonio Kirchner no se ha reconocido a estas víctimas?
—Porque en todas las estructuras del Estado, incluido el Poder Judicial, hay personas que formaron parte de los montoneros o del ERP, o estaban relacionados con estos grupos. Es difícil lograr justicia cuando el poder está en manos de quienes agredieron. En los últimos diez años no ha prosperado ninguna causa judicial nuestra.
—¿Cuál es el perfil de los afectados?
—El 70% de las 18.331 víctimas eran civiles apolíticos, por eso no reclamaron sus derechos al Gobierno. No se conocían, eran sindicalistas, jueces, judíos, católicos, extranjeros... El 30% eran uniformados agredidos en situación de descanso, por lo que son civiles según el derecho internacional.
—¿Hay alguna víctima española?
—Sí, Arturo Mor Roig, político nacido en Lérida que fue asesinado en un restaurante (de la Unión Cívica Radical, ministro de Interior durante el Gobierno de facto de Alejandro Lanusse).
—¿Mantienen contacto con alguna organización de víctimas española?
—Nos hemos inspirado en la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), con la que colaboramos. Vemos con preocupación que España le conceda ser parte a ETA en las negociaciones del final. Un grupo terrorista no tiene que ser parte, tiene que entregar las armas, pedir perdón y hacerse responsable de los crímenes. Cualquier cierre que no tenga estos puntos no es acorde a la pacificación.
—¿Cómo cerró su país ese capítulo?
—Queremos difundir nuestra experiencia para que no se repita en España, donde ETA asesinó a 829 personas en 43 años, mientras que los montoneros y el ERP causaron 1.355 en una década. Estos se insertaron en el Estado y sus víctimas quedaron eliminadas de la memoria histórica.
—¿Se sienten amenazados?
—Es un tema tabú. Por defender o asesorar a estas víctimas nos ponemos en peligro y nos llaman fascistas.

El camino a la servidumbre de Argentina

Por Diego Sánchez de la Cruz.

Ilya Shapiro, académico del Instituto CATO, escribió lo siguiente sobre la lenta y progresiva decadencia socioeconómica de Argentina,
“Hace un siglo, la Argentina salía de un gobierno oligárquico para entrar en una democracia cada vez más liberalizadora y en el club de los países más ricos del mundo. Para 1930, tenía la séptima economía más grande, por encima de las de Canadá y Australia, y atraía grandes oleadas de inmigrantes procedentes de Italia, España y Europa Oriental. ¿Cómo un país tan rico en recursos naturales y humanos pasó de estar en la cumbre a convertirse en el hazmerreír de los economistas? 
La respuesta la encontramos en el corporativismo autárquico legado por Juan Domingo Perón, que destruyó el flamante sector import-export, nacionalizó los ferrocarriles y dio a los sindicatos todo el poder que quisieron (tanto, que incluso empezaron a chocar con Perón. Combine esa locura macroeconómica –que lleva inevitablemente al descontento social y a una reacción represiva del propio gobierno– con una idiosincrásica política exterior detercera vía y la apuesta por redistribución de la riqueza, y sabrán por qué la Argentina volvió al mismo saco de los decaídos estados latinoamericanos.
La Argentina padeció una serie de populismos salvajes, tanto de izquierda como de derecha, una cadena de golpes de estado, una guerra sucia entre los dos extremos ideológicos y la desastrosa Guerra de las Malvinas. La democracia retornó definitivamente en 1983, pero salvo un breve período, en los 90, la casa económica nunca ha estado en orden. Recordemos que la Argentina fue el paradigma de la hiperinflación en los 80, e incluso ahora la inflación ronda el 20% (nadie lo sabe con certeza, ya que no se puede confiar en las cifras oficiales).
Luego de una crisis económica parecida en sus efectos a la Gran Depresión y que llevó, a principios de este siglo, a una dolorosa pero necesaria corrección –entre otras reformas necesarias, se desvinculó el peso del dólar–, un presidente accidental del sur, Néstor Kirchner, comenzó a reimponer la marca peronista. De ahí el impago de la deuda soberana, el control gubernamental del sector energético, la expansión de los programas sociales y el acercamiento al modelo chavista. Tras decidir no presentarse a la reelección, Kirchner entregó la presidencia a su esposa, Cristina Fernández de Kirchner, quien en esencia continuó sus políticas.
Argentina pone a prueba la teoría de que las democracias son capaces de corregir las extralimitaciones de los gobiernos. No sólo ha sido incapaz de salir del agujero negro del corporativismo, sino que se hunde cada vez más en él”.
Mary Anastasia O’Grady, columnista del Wall Street Journal, anota lo siguiente sobre la situación actual de Argentina:
“La experiencia de la Argentina de Kirchner es instructiva. Abandonó el libre mercado, aparentemente en aras de la justicia social. El resultado predecible ha sido una mayor injusticia, más pobreza y una creciente concentración de la riqueza y el poder en manos de la clase política y sus allegados. Los esfuerzos para hacer competitiva la economía han fracasado constantemente, y el nivel de vida se ha deteriorado”.
Por último, Adrián Ravier ha recopilado los diez errores capitales del Estado argentino desde el año 2003:

“1. Está claro que el desarrollo económico depende en el largo plazo del nivel de inversión. Los precios récord de los commodities generan un extraordinario estímulo para extender la siembra hacia tierras vírgenes, importar nuevas técnicas y aprovechar la ocasión para vender a China y, por qué no, a la India y Brasil. 
Pues bien, las autoridades han sumado a la ya excesiva estructura tributaria retenciones a las exportaciones del orden del 35%, que automáticamente se deducen de las divisas que ingresan en el país.
2. La mayor demanda global de nuestros productos implica una oportunidad única para desarrollar aún más las industrias relacionadas con la carne, la leche, los vinos, etc., esto es, aquellos productos en los que tenemos ventaja comparativa, lo cual eleva sus precios en el corto plazo, al menos hasta que se incremente la producción. Pues bien, el gobierno ha decidido imponer precios máximos a dichos productos, y prohibir en varios casos la exportación, con la idea de reducir los márgenes de ganancia de los productores y evitar que esos mercados reciban nuevas inversiones. No sólo eso, se ha presionado y amenazado a los empresarios que intenten subir los precios, lo cual representa un obstáculo más a la inversión.
3. El gobierno ha prohibido a las empresas la importación de algunos insumos básicos para el desarrollo de sus proyectos, y fijado en otros casos aranceles que encarecen el coste de la importación. Con esto garantizamos que las empresas afronten cuellos de botella que les impidan desarrollarse.
4. En vez de seguir el modelo chileno, el gobierno ha decidido nacionalizar las pensiones. Cien mil millones de pesos (30.000 millones de dólares) fueron consumidos en cuatro años al objeto de evitar todo posible retorno a un proyecto que durante toda una década había financiado inversiones de capital que podían generar cierto desarrollo nacional.
5. El gasto público excesivo (pasó del 30 al 45% del PIB), basado fundamentalmente en el dinero obtenido de las pensiones y en la mayor presión tributaria, genera un estímulo de demanda que produce en el corto plazo un mayor crecimiento y hasta mejoras salariales. Pues bien, el gobierno atentó contra esa mejoría imprimiendo moneda y generando inflación, lo que acabó con las mejoras en lo relacionado con el nivel adquisitivo.
6. La estabilidad monetaria se podría garantizar con una buena cantidad de reservas en dólares en el Banco Central, para emplearlas cuando fuera necesario y sostener un tipo de cambio relativamente fijo. Qué mejor, entonces, que exigir al Banco Central que utilice esas divisas para cancelar compromisos con el FMI. Eso reduce nuestras reservas… y nuestras posibilidades de captar inversores.
7. La inversión extranjera directa se ha concentrado en estos años en los países que proveen a China de los insumos que necesita para producir los bienes que después consume el mundo entero. Pues bien, el gobierno apostó por el nacionalismo y por alinearse con países como Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia, lo que se ha traducido en una subida del riesgo-país y, de nuevo, en una huida de potenciales inversores. La política nacionalista tiene dos objetivos: impedir la recepción de capitales y estimular la fuga de capitales, lo cual hace inviable cualquier desarrollo a largo plazo.
8. Un país tan extenso necesita de las mejores aerolíneas, que hagan accesible el territorio a los empresarios. Las provincias sólo podrán reducir su dependencia del gasto público nacional cuando consigan inversiones sustentables de largo aliento, las cuales, a su vez, permitirán elevar la recaudación tributaria. Para evitar este riesgo que hubiera ayudado al desarrollo, el gobierno decidió estatizar Aerolíneas Argentinas y seguir una política de “cielos cerrados” para las demás compañías. Para disimular, se permitió a la chilena LAN operar en forma limitada, pero sus vuelos no representan más del 10% de los vuelos locales.
9. Otro punto fundamental para mantener a la Argentina en el subdesarrollo es evitar que el riesgo-país descienda. Para ello se necesita incumplir los compromisos adquiridos con el exterior, no pagar al Club de París y evitar todo acuerdo. Mejor aun es estafar a aquellos acreedores que esperan cobrar intereses de la deuda en torno a la tasa de inflación, para lo cual el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) se dedica a airear una tasa de inflación que es un tercio de la real.
10. También es importante impedir que el mercado laboral sea flexible. Para ello, nada mejor que potenciar los planes Trabajar y para Jefes y Jefas de Hogar Desocupados, crear incentivos para mantener improductiva a la fuerza laboral, generar mucho empleo público, fundamentalmente en las provincias, y mantener una estructura de poder que garantice el triunfo en las sucesivas elecciones.

Conforme se acerca 2012, el gobierno está nervioso y ya prepara un nuevo arsenal de medidas que profundicen en el subdesarrollo. La primera ha apuntado a mayores controles para la compra y venta de dólares, lo que potenciará la fuga de capitales. También se quiere expandir el gasto público: el último presupuesto plantea un aumento del 35% del gasto nominal. Una posible Ley de Tierras, aunque inconstitucional, apuntaría a evitar que cualquier extranjero compre tierras y las explote”.

Decálogo del subdesarrollo argentino. Adrián Ravier

Hasta 1935 EEUU, Canadá, Australia y Argentina tenían un PIB per cápita similar –y un desarrollo–, en torno a los 5.000 dólares, lo cual les permitía figurar entre los países más ricos del mundo.

Esos cuatro países tenían abundantes recursos naturales, vastas extensiones de tierra, nutridas poblaciones inmigrantes de origen europeo, Estados reducidos y un sistema económico-financiero caracterizado por la estabilidad monetaria, la regulación escasa y la exportación agropecuaria.

Pero en los siguientes 75 años Argentina perdió comba, por culpa de la inestabilidad política y de políticas económicas nefastas, entre las que cabe citar la sustitución de importaciones.

El contexto internacional de nuevo es favorable a la república austral, como lo fue antes de la Primera Guerra Mundial. China se ha convertido en la fábrica del mundo, y Argentina –como otros países latinoamericanos– está en disposición de ser un proveedor de materias primas al gigante asiático. Los precios de los commodities, en niveles de récord, hacen mucho más difícil la tarea de mantener subdesarrollada a la economía argentina; después de todo, las palabras del expresidente Eduardo Duhalde resuenan en las cabezas de muchos: "La Argentina está condenada al éxito".

Veamos qué ha hecho el gobierno desde 2003 para impedir el desarrollo de la economía nacional.

1) Está claro que el desarrollo económico depende en el largo plazo del nivel de inversión. Los precios récord de los commodities generan un extraordinario estímulo para extender la siembra hacia tierras vírgenes, importar nuevas técnicas y aprovechar la ocasión para vender a China y, por qué no, a la India y Brasil.

Pues bien, las autoridades han sumado a la ya excesiva estructura tributaria retenciones a las exportaciones del orden del 35%, que automáticamente se deducen de las divisas que ingresan en el país.

2) La mayor demanda global de nuestros productos implica una oportunidad única para desarrollar aún más las industrias relacionadas con la carne, la leche, los vinos, etc., esto es, aquellos productos en los que tenemos ventaja comparativa, lo cual eleva sus precios en el corto plazo, al menos hasta que se incremente la producción.

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