Luis Garicano. Expansión, viernes 14 de septiembre de 2007.
Según las declaraciones recientes del presidente del Gobierno, España está en la
Champions League económica mundial. España es “la que más partidos gana, la que
más goles ha metido y la menos goleada.”
Desgraciadamente, la realidad es muy distinta. Hemos tenido un crecimiento reciente
asombroso, cierto. Y sí, nuestras finanzas
públicas están saneadas. Pero hemos conseguido llegar hasta aquí con un modelo económico que sirve para alcanzar a los de Primera División, pero que no nos permitirá sobrevivir en esta Liga.
España crece porque usa más capital, más
materias primas (¡ladrillos!) y más trabajo
cada año, no porque la productividad de estos factores haya aumentado. Un estudio reciente (Klems, marzo de 2007) calcula que el
valor añadido por la economía española creció al 3,6% anual entre 1995 y 2004. El crecimiento del empleo contribuyó 2,6 puntos a
esta cifra, y el del capital empleado 1,9 puntos porcentuales. La contribución del incremento de la productividad es negativa: -0,9%
anual. Esta evolución es la peor registrada en
las economías de nuestro entorno (EU+Japón+US). ¿Por qué?: El crecimiento econó-
mico está concentrado en la construcción
(que aumentó un 7% anual) y en el sector turístico. España ha crecido a base de usar más
máquinas, más ladrillos y más obreros para
hacer más de lo mismo.
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