Desde que en diciembre el Banco Central Europeo introduco el LTRO (Long Term Refinancing Operation, mecanismo de crédito a 3 años a los bancos a interés del 1%), parecía que la calma había vuelto a España: las primas de riesgo se habían reducido considerablemente, el gobierno había podido ir a los mercados y vender toda la deuda que había planeado a intereses más razonables que en 2011, incluso la bolsa había experimentado subidas durante los dos primeros meses del año. La confianza parecía haber vuelto, aunque fuese de forma tímida.
Lo cosa cambió hace un par de días, cuando el economista jefe de Citigroup, el holandés Willem Buiter (por cierto, ex compañero mío en la universidad de Yale) dijo que España estaba más cerca que nunca de la bancarrota. Yo no sé si eso es verdad (Willem es un tipo dado a dar titulares exageradamente llamativos). Lo que sí es verdad es que las primas de riesgo vuelven a subir y, por primera vez desde Agosto superan a las italianas, la bolsa ha pasado una mala semana y los periódicos económicos europeos vuelven a hablar de desconfiaza en las posibilidades de España (ver el artículo de ayer del Financial Times). Entre otras cosas, porque se están dando cuenta que el gobierno del Partido Popular está teniendo los mismos tics de falta de seriedad que tenía el gobierno del PSOE. No me refiero al gran engaño de subir los impuestos cuando se había prometido lo contrario (ver el artículo que sobre ese tema escribí hace 2 meses). Me refiero a toda una serie de decisiones que demuestran una falta de seriedad que puede acabar minando la confianza de todos. Aquí van unos ejemplos:
- España tiene el problema fiscal más grave de su historia. Europa entera está esperando a ver cómo el gobierno de Rajoy se las hace para recortar el déficit desde el 8,51% del PIB al 5.3%. Ante este panorama, va el PP y decide posponer la presentación de los presupuestos a que ¡pasen las elecciones andaluzas! Ya sé que es legítimo, pero alargar la incertidumbre que planea por España y por la eurozona, simplemente para evitar perder votos en Andalucía (y harían perder votos porque los presupuestos serán suicidamente restrictivos) es una irresponsabilidad y una demostración de falta de seriedad.
- En un momento en que todos los ciudadanos ven como se les recortan los ingresos y se les pide que ahorren y paguen sus deudas, va el gobierno del PP y dice que nacionalizará las autopistas quebradas de Madrid, cosa que puede llegar a costar unos 5.000 millones de euros de dinero público. Es decir, se están intentando RECORTAR unos 64.000 millones en gastos y va el gobierno y se gasta unos miles de millones de euros comprando unas miserables autopistas. ¿Que hay alguien más?
- Al mismo tiempo, en lugar de concentrar esfuerzos en un corredor Mediterráneo que pueda aprovechar los puertos españoles para acoger el tráfico de barcos provenientes de Asia y Africa oriental a través del canal de Suez y camino de Europa, el gobierno central pone presión a Europa para que conecte Madrid con Europa a través de un eje central que pase por Irún. Lógicamente, Europa dice que eso no tiene sentido... y va el gobierno de España y dice que recurrirá. Mientras el madridcentrismo y no la racionalidad económica manden en la Moncloa, la confianza de los mercados seguirá ausente.
- El sistema financiero español tiene una manzana podrida y se llama Bankia. El BBVA, Santander y CaixaBank están más o menos sanos y tienen buen acceso a la capitalización internacional. Algunos bancos pequeños y las excajas tienen más o menos problemas pero su magnitud hace que sean manejables. El gran problema que sigue paralizando el sistema financiero español (y por ende, la economía española en su totalidad) es Bankia, fruto de la fusión entre Caja Madrid y Bancaja (a la que luego se adhirieron las cajas Layetana, Canarias, Rioja, Avila y Segovia), presidida por el ex ministro de Economía de José Maria Aznar, don Rodrigo Rato. La incapacidad o la falta de voluntad del gobierno de solucionar el gargantuesco agujero de Bankia, que pasa por cerrar una parte importante de las operaciones y vender la parte que todavía tiene valor a algún banco, posiblemente extranjero, demuestra el miedo que este gobierno tiene es parecido al que tenía el gobierno de Zapatero. Malo.
- Otro aspecto importante que el gobierno no está afrontando con valentía es el del déficit tarifario eléctrico: los españoles pagan un sobreprecio por la utilización de energías renovables (que inundan los paisajes del país con horribles molinos de viento), las empresas eléctricas tienen beneficios estratosféricos y resulta que hay una deuda gigantesca del gobierno con esas compañías. Esta situación requiere una solución drástica e inmediata y el miedo del gobierno no inspira confianza.
- Finalmente, un detalle quantitativamente poco importante pero que da una señal poco edificante: en un momento en el que los españoles pierden puestos de trabajo por millones y en que algunos políticos se enfrentan a penas de prisión por el manejo fraudulento de dinero y las influencias políticas, va el marido de la portavoz del gobierno, doña Soraya Sáenz de Santamaría y encuentra un magnífico puesto de trabajo, tres meses después de que su esposa sea ministra, en una compañía de un sector extremadamente regulado y que, por lo tanto, tiene unos beneficios que dependen crucialmente de lo que diga el gobierno. ¡No! No digo que sea ni ilegal, ni ilegítimo, ni que el señor marido de la señora portavoz no esté altamente cualificado. Pero cuando el gobierno intenta ganar credibilidad internacional, este tipo de asuntos dan una mala imagen. De hecho, dan la sensación de que las cosas no han cambiado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario