Sangrienta represión de protesta de disidentes en Cuba

Por Juan Tamayo.



La policía cubana y hombres de civil atacaron a más de 50 disidentes cuando comenzaban una marcha de protesta el viernes en la ciudad oriental de Palma Soriano, dejando a muchos sangrando de heridas en la cabeza, reportaron testigos y disidentes.

La marcha, parte de un esfuerzo para llevar a cabo protestas coordinadas en toda la isla, empezando por el occidente de Cuba, culminó con los arrestos de alrededor de 150 disidentes desde el jueves, reportaron activistas de oposición.

La vecina de Palma Liliana Rodríguez afirmó que el incidente empezó luego que alrededor de 300 agentes de policía y muchos hombres en ropa de civil cerraron la calle frente a su casa, donde alrededor de 50 opositores al gobierno se habían reunido para la marcha de protesta.

Los disidentes salieron alrededor de las 10 a.m. coreando lemas antigubernamentales como “Abajo la dictadura” y llevando una bandera cubana, pero fueron atacados inmediatamente, reportó Rodríguez, quien dijo haberlo visto todo desde el segundo piso de su casa.

La policía y los hombres de civil “les cayeron como un avispero, y acabaron con ellos. Casi todos tenían sangre”, declaró. “Les dieron piñazos, patadas y hasta con una llave de esas de mecánico”.

Su hermana Tatiana, quien también vio el incidente, informó al blog CubaEncuentro, radicado en España, que algunos de los disidentes estaban “tintos en sangre” después del ataque.

La policía luego metió a la fuerza a los disidentes en tres ómnibus, rociaron con spray de pimienta a algunos que se quejaron de la manera en que los estaban tratando y se los llevaron, aseguró Rodríguez a El Nuevo Herald por teléfono desde Palma.

Agregó que los hombres de civil eran claramente agentes de la Seguridad del Estado.

La miembro de las Damas de Blanco Yelena Garcés dijo que, antes del ataque, ella había visto alrededor de una docena de carros de policía y a un grupo de hombres cambiándose de uniformes militares a ropa de civil a bordo de un ómnibus de las Fuerzas Armadas Revolucionarias estacionado cerca de la casa de Rodríguez.

Entre los detenidos estaban José Daniel Ferrer García y Ángel Moya, dos de los 75 disidentes encarcelados en el 2003 y puestos en libertad este año. Moya está casado con Berta Soler, la líder de las Damas de Blanco, un grupo que exige la liberación de todos los presos políticos.

Rodríguez indicó que la policía también arrestó a su cuñado, Osmani Céspedes, quien trató de quedarse en la casa para poder reportar los hechos, y a otro disidente que trató de grabar un video del evento.

Garcés aseguró El Nuevo Herald que ella no pudo ver el ataque porque la policía había cerrado la calle frente a casa de Rodríguez horas antes el viernes, pero que varios vecinos que viven en esa calle le dijeron por teléfono lo que había pasado.

Los policías “les dieron golpes a todos, a todos. Hubo cabezas partidas, algunos con tanta sangre que no se les veía el rostro”, relató Garcés, cuyo esposo, Miguel Rafael Cabrera, estaba entre los que trataron de marchar y fue arrestado.

Los reportes de violencia policial por parte de disidentes pocas veces pueden ser verificados de forma independiente. El monopolio del gobierno sobre los medios de prensa hace que esos sucesos casi nunca sean mencionados, y se ejerce fuerte presión sobre los periodistas extranjeros en La Habana para que eviten reportarlos.

La protesta de Palma Soriano era parte de una cadena de intentos de marchas callejeras, comenzando el jueves en el oriente de Cuba, que debía progresar de pueblo en pueblo hacia Occidente para exigir “libertad y democracia para Cuba”.

Alrededor de 26 disidentes fueron arrestados el jueves en la provincia de Guantánamo, en el extremo oriental de la isla, y unos 25 fueron detenidos en las provincias cercanas de Santiago de Cuba y Holguín, reportó el jueves Ferrer García.

Juan Carlos González Leyva, disidente de La Habana, reportó en la tarde del viernes que él ya había recibido información sobre alrededor de 150 personas detenidas por tratar de participar en las marchas, incluyendo las más de 50 que fueron arrestadas en Palma Soriano.

La mayoría de los disidentes que son arrestados para impedir protestas públicas u otras actividades antigubernamentales son liberados horas o días más tarde, generalmente con una advertencia de la policía de que serán llevados a juicio y enviados a la cárcel si persisten.

Palma Soriano, un municipio mayormente agrícola de 125,000 habitantes, 18 millas al noroeste de Santiago de Cuba (la segunda ciudad en importancia de la isla), ya ha visto varios duros ataques contra disidentes en meses recientes por parte de policías y partidarios del gobierno vestidos de civil.

En agosto, por primera vez en los últimos tiempos, la policía acabó con una protesta planeada en Palma usando gases lacrimógenos y desplegando un camión de bomberos y una unidad antidisturbios. Los agentes iban vestidos de uniforme negro, con caretas antigás, escudos, cascos y garrotes.

Entre los aproximadamente 30 disidentes arrestados en ese ataque estaba el esposo de Garcés. Cabrera fue puesto en libertad hace un mes, tras pasar dos meses en la cárcel “bajo investigación”, informó Garcés.

La Marcha Nacional Boitel-Zapata Viven lleva el nombre de dos disidentes que murieron en la cárcel durante huelgas de hambre, Pedro Luis Boitel en 1972 y Orlando Zapata Tamayo a principios del año pasado.


Fuente: Angélica Mora.

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