La técnica consiste en la utilización del chorro de agua a alta presión como herramienta de demolición o extracción selectiva del hormigón.
El hormigón es un material muy empleado en el mundo, posee una resistencia a compresión elevada y es un material de difícil rotura selectiva por medios mecánicos. La hidrodemolición aprovecha la gran porosidad que este material posee, el agua a altas presión penetra en los poros y genera tensiones internas insoportables provocando micro-estallidos superficiales en la zona de aplicación del agua.
Por tanto, la hidrodemolición prescinde de los impactos repetitivos de las herramientas percusoras, produce una innumerable cantidad de micro-estallidos superficiales y mantiene el resto de elementos intactos, como pueden ser armaduras, cables, tensores, vainas, etc. etc.
Video ilustrativo de HIDRODEM, para la reparación una pila tras del postesado.
En el caso de demoliciones selectivas, reparaciones, ampliaciones, reparación de superficies, etc., está tecnología es muy ventajosa pues además de eliminar completamente el hormigón, mantiene los armados y elementos metálicos a mantener y no somete al resto de la pieza a tensiones y vibraciones que puedan figurarlo o afectar a la adherencia de las armaduras.
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