En los últimos años se está produciendo un fenómeno interesante en el mercado eléctrico. La alta penetración de energías renovables en el sistema hace que, en ciertas horas del año (pocas, pero hay alguna) toda la demanda eléctrica de España se puede abastecer con las centrales nucleares, hidráulicas y energía eólica. En ese caso, a esas horas, la electricidad es gratis puesto que todos estos productores ofertan a precio cero en el mercado. Los primeros porque sus costes variables son muy bajos, los segundos porque así los obliga la legislación. Este hecho ha sido utilizado por algunos para argumentar que las energías renovables disminuyen el precio de la electricidad, pero no es más que una verdad a medias.
Es obvio que, al entrar a precio cero, contribuyen a reducir el precio del MWh en el mercado porque expulsan a productores marginales con ofertas a mayor precio. Sin embargo, falta la otra mitad de la historia, y es que estas tecnologías reciben subvenciones que van directamente a engordar el déficit de tarifa. Porque, aunque el régimen especial oferta en el mercado a cero, no sólo se les paga el precio marginal del mercado, sino además una prima que tiene, por si fuera poco, un suelo. En 2010, el precio medio en el mercado fue de 45,7 €/MWh, mientras que el precio que se pagó a la eólica fue de 76,8 €/MWh. Incluso en esas pocas horas del año 2010 en las que el MWh tuvo coste cero, la eólica recibió 77 €/MWh mientras que las nucleares recibían 0 €/MWh... y luego van acusando a otras tecnologías de tener windfall profits.
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