En un post del pasado 15 de Enero que escribí a raíz de que el Partido Popular se había pasado por el forro algunas de las promesas electorales más importantes como la de no subir el IRPF, llegué a la conclusión de que las campañas electorales eran inútiles: en teoría, su objetivo principal es dar a conocer a los electores los diferentes programas para que puedan votar informados. Después de los incumplimientos de Zapatero durante 8 años y las mentiras del PP de 2012 (sumadas a las mentiras de otros partidos como la quimera del pacto fiscal de CIU) es evidente, si es que no lo era ya antes, que los partidos mienten de manera sistemática y patológica, por lo que uno debe llegar a la conclusión de que las campañas electorales son innecesarias porque no aportan información veraz al elector para que éste pueda votar informado. Si las campañas son inútiles porque no cumplen su objetivo, deben ser reducidas drásticamente: en lugar de semanas deberían durar uno o dos días. Esa reducción ahorraría millones de euros en malgasto y se transmitiría la misma cantidad de información útil. Es decir, ¡ninguna! Lo más importante es que eso representaría un ahorro para los contribuyentes ya que, recuerde el lector, los partidos políticos son básicamente financiados con dinero público.
El argumento que utilizan los partidos para obtener subsidios del estado es que sin éstos, solo podrían “informar” los partidos de los ricos y por lo tanto siempre ganarían las elecciones esos partidos. Para que los "partidos de los pobres" puedan también informar y ganar elecciones, es necesario que el estado subvencione las campañas de todos por igual. Eso es cierto... pero sólo si las campañas siguen para informar. Si, como es el caso, solo sirven para vomitar mentiras, el argumento del subsidio deja de tener validez.
El problema es que los partidos (también) mienten cuando dicen que necesitan el dinero para las campañas. En realidad, con el burdo argumento de la información electoral, utilizan la mayor parte del dinero para dar empleos a amigos, familiares, personas afines y toda una constelación de inútiles incapaces de obtener empleo fuera de su maquinaria. Sin esos generosos subsidios la mayoría de los partidos estarían en bancarrota debido a los extravagantes gastos de unos aparatos políticos sobredimensionados.
De hecho, uno de los partidos que se encuentra cerca de la quiebra es el PSOE: sus malos resultados electorales han hecho que muchos amigos que antes estaban colocados en ministerios y gobiernos varios, siendo incapaces de encontrar empleo en el sector privado, ahora necesiten trabajar en el aparato. Es más, sus ingresos han caído en picado en parte porque los subsidios públicos son proporcionales a los escaños obtenidos y en parte porque el PP ha recortado las subvenciones a todos los partidos. Con menos ingresos y muchos más gastos, parece que el PSOE no tiene ya suficiente dinero para pagar nóminas y devolver unas deudas acumuladas que, al parecer, alcanzan los 22 millones de euros. Para salir del agujero, el PSOE exige al PP queaumente los subsidios de los partidos.
Compañeros y compañeras del PSOE: ¡BIENVENIDOS AL MUNDO REAL! Ustedes se encuentran en la misma situación en la que se encuentran la mayoría de empresas y familias de toda España que no han llorado al gobierno para que les diera subsidios (y si lo han hecho, no se los han concedido) y se han visto obligadas a recortar sus gastos o a buscar otros ingresos para sobrevivir. Muchas de esas familias han tenido que vender sus casas y emigrar. Centenares de miles de empresas han tenido que cerrar.
Eso es exactamente lo que deberían hacer ustedes: si no pueden sobrevivir con el dinero de sus militantes y simpatizantes, recorten el gasto, rebajen el salario de sus amigos o despidan a sus militantes más favorecidos. Si, una vez hecho, no pueden pagar sus deudas, vendan patrimonio o busquen maneras de recaudar: ¡por ejemplo, suban las cuotas de sus militantes (y militantas) o hagan colectas entre todos los y las que se beneficiaron de sus favores políticos en el pasado! Y si después de hacer todo eso todavía no tienen suficiente para pagar lo que deben (es decir, si son insolventes) ¡cierren las puertas! Eso es lo que lo que deben hacer todas las empresas en España que, en parte por culpa de la incompetencia de ustedes, se han arruinado. La historia de la democracia española está llena de partidos que se extinguieron o se convirtieron en irrelevantes por la incompetencia de sus líderes (UCD, CDS, PC, PSUC, ...) sin que los contribuyentes tuviéramos que acudir en su ayuda, y no ha pasado nada.
He explicado mil veces que el estado no debe rescatar a bancos, empresas o instituciones privadas que han hecho las cosas mal. Ustedes no deben ser una excepción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario