Ayer, en un interesante post en su blog, dos de mis economistas favoritos, Garicano y Fernández-Villaverde, decían que era imposible que el gobierno de España pudiera bajar el déficit de 8,1% del PIB en 2011 a 5,3% en 2012.
El argumento es simple: expresado en euros, el 8,1% son 91.000 millones y 5,3% son 59.000 millones. Eso quiere decir que el DEFICIT se tiene que recortar en 32.000 millones. Pero el déficit, que es la diferencia entre los gastos y los ingresos del estado, no se puede recortar directamente. Se tienen que recortar los GASTOS (o subir los ingresos).
¿En cuánto se tienen que recortar los GASTOS para que el DÉFICIT baje en 32.000 millones? Pues para calcularlo, hay que tener en cuenta que cuando el gobierno recorta el gasto, se reduce la actividad económica (menos rentas y menos valor añadido). Eso comporta menos ingresos para el estado (menos recaudación por IRPF e IVA) y más gasto por prestaciones de desempleo... y eso tiende a aumentar el déficit. Es decir, la reacción de la economía ante una reducción de UN EURO de gasto público hace que la reducción del déficit no sea de un euro sino de menos. ¿Cuánto menos? Pues según Garicano y Fernández-Villaverde, aproximadamente MEDIO euro.
Eso quiere decir que para conseguir una reducción de déficit de 32.000 millones de euros en 2012, se requerirá unos recortes de gasto del doble de esa cantidad: ¡unos 64.000 millones! Una magnitud que a los autores se les antoja absolutamente imposible. Además, tomando las elasticidades utilizadas por los mismos autores, una reducción del gasto de 64.000 millones generaría una caída adicional del PIB de aproximadamente el 3% en 2012. Su conclusión es, pues, que el gobierno español no va a poder cumplir los objetivos de déficit pactados con Europa.
Mi lectura de estos interesantes cálculos es que si recortando gastos no se puede conseguir el déficit, entonces es OBLIGATORIO que el gobierno contemple la venta de activos públicos.
En los años 80, el gobierno del PSOE inició el proceso de privatizaciones con la privatización de algunos de los grandes monopolios estatales como Endesa, Repsol, Telefónica, y medianas empresas como Marsans o SEAT. Además de generar competencia y, por lo tanto, aumentar la eficiencia de sus servicios, esas ventas generaron el equivalente a 12.000 millones de euros. Más adelante, y ya en los noventa, el gobierno del PP aprobó el programa Programa de Modernización del Sector Público Empresarial que culminó con la venta de ENA (Empresa Nacional de Autopistas) en 2003. El programa generó unos 30.000 millones de euros.
Al estado le quedan todavía algunas empresas como AENA, el 20% de Red Eléctrica, el 5,6% de Iberia, el transporte de mercancías de RENFE o empresas de comunicación como RTVE o la agencia EFE, además de otros activos como terrenos y edificios, o las loterías del estado.
Si el estado consiguiera recaudar 20.000 millones en ventas, entonces “sólo” se tendría que añadir unos 12.000 millones de reducción de déficit. Siguiendo la regla de 2-a-1 de Garicano y Fernández-Villaverde, eso querría decir una reducción de gasto de 24.000 millones, algo que ya es mucho más asumible.
¡Ah! Por cierto. ¿Alguien me puede explicar qué razonamiento económicamente lógico hay para que el estado español sea propietario del Hipódromo de la Zarzuela?
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