Equidistancia entre un secuestrador y un secuestrado

Arcadi Espada.


La equidistancia es el principal animalito de compañía del momento vasco. Se manifiesta de modos insólitos. El pasado domingo el diario El País publicaba un reportaje sobre el encuentro entre el empresario Emiliano Revilla y su secuestrador Urrusolo Sistiaga. El reportaje acababa así:

«Hace unos meses decidió aceptar la invitación de su secuestrador. En esta ocasión, el que está privado de libertad es Urrusolo Sistiaga, por sus múltiples condenas. Finalmente, el secuestrado pudo ver la cara a su captor encapuchado.»

No creo que haya aquí lo que podríamos llamar una equidistancia ética. Simplemente esa irresistible tentación periodística de cuadrar la suerte, de cerrar el círculo. Hay que fijarse en la locución privado de libertad. Se aprecia perfectamente la necesidad del circunloquio eufemístico. Y al apreciarse se revela la inconsistencia de la equidistancia. Para que la equidistancia (también moral) hubiese funcionado nuestra redactora debería haber escrito: «En esta ocasión, el que está secuestrado es Urrusolo Sistiaga.» Al no poder hacer eso, la recurrencia a la privación de libertad tiene aproximadamente el mismo valor que si nuestra redactora hubiese subrayado la coincidencia de que, en el momento de verse, los dos llevaban pantalones. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario