Víctimas, 7 de febrero: Vicente Irusta, Leopoldo García y Benicio Alonso

Libertad Digital.



El 7 de febrero de 1979 la banda terrorista ETA asesinaba en Ibarruri (Vizcaya) a VICENTE IRUSTA ALTAMIRA, amigo personal de Juan Cruz Hurtado, asesinado por ETA el 2 de noviembre de 1978. La banda terrorista dijo que era un confidente, ultrafascista y guerrillero de Cristo Rey. Vicente corrió la misma suerte que él, pues la banda terrorista asumió la autoría del atentado el 8 de febrero y también lo acusó de estar relacionado con la extrema derecha.
Nadie vio cómo se produjo el atentado. Los vecinos de Ibarruri declararon haber visto a la víctima por última vez hacia las nueve de la noche del miércoles 7 de febrero, en el bar Belostei de la localidad. Aseguraron, asimismo, que poco después de abandonar el bar, escucharon hasta tres detonaciones fuertes "que sonaron como tiros de escopeta de caza".
El hallazgo de su cuerpo sin vida tuvo lugar hacia las nueve de la mañana del 8 de febrero, cuando un grupo de niños de los alrededores del término municipal de Ibarruri, cercano a Guernica, se dirigían, a través de caminos vecinales, a la escuela de la localidad. El cuerpo de Vicente fue hallado, en medio de un gran charco de sangre, en un sendero situado entre los términos municipales de Zugastieta e Ibarruri, a las afueras de esta última localidad, y a unos trescientos metros del caserío en el que vivía la víctima. Los menores dieron aviso a las autoridades y, poco después, llegaron al lugar varios agentes de la Guardia Civil y un médico que sólo pudo certificar su muerte. Vicente tenía impactos de tres disparos de escopeta de caza y presentaba síntomas de haber muerto desangrado.
En la localidad su fama era de ultraderechista. Además, tenía antecedentes policiales por robo de bicicletas, motos y coches. No trabajaba y llevaba una vida desordenada, ausentándose mucho de su casa. Se le suponía vinculado a personas que pertenecían a los Guerrilleros de Cristo Rey en la zona de Guernica y Amorebieta.
Vicente Irusta Altamira tenía 26 años y estaba soltero. Nació en 1953 y se quedó huérfano, por lo que fue llevado al hospicio de Bilbao, de donde lo recogieron sus padres adoptivos cuando tenía dos años. Vivía con ellos en un caserío a ochocientos metros de Ibarruri y, al parecer, no tenía buenas relaciones con su padre.

El 7 de febrero de 1983 fallecía en el Hospital de Basurto BENICIO ALONSO GÓMEZ como consecuencia de las gravísimas heridas que sufrió en el atentado cometido dos días antes en la sede del Banco de Vizcaya de la plaza de España de Bilbao. El atentado provocó la muerte en el acto de Ramón Iturriondo García y Aníbal Izquierdo Emperador, y heridas a otras once personas, además de importantes daños materiales.
Benicio era conserje de la sucursal urbana de la calle de Ercilla. El sábado 5 de febrero, día del atentado, se encontraba en la sede central del Banco de Vizcaya para cumplimentar unos trámites. El empleado, que tras el atentado sufrió la amputación de ambos brazos, había sido intervenido quirúrgicamente el domingo 6 de febrero.
El último parte médico antes de su fallecimiento señalaba que sufría "politraumatismo y traumatismo cráneo-encefálico en cuarto grado; quemaduras de segundo grado en cara, cuero cabelludo y ambas piernas; afectación traumática en ambos globos oculares; heridas múltiples por metralla en macizo cráneo-facial, cuello, tórax y extremidades inferiores. Amputación traumática del primer tercio inferior del húmero izquierdo y lesiones traumáticas múltiples, afectando a partes óseas y blandas y extremidad superior derecha".
El anuncio del fallecimiento de Benicio por parte del sacerdote que oficiaba el funeral que se estaba celebrando el lunes 7 de febrero en Bilbao en memoria de las otras dos víctimas mortales del atentado, Ramón y Aníbal, constituyó el momento más emotivo del mismo.
Por este atentado fueron condenados Juan Carlos Echeandía Zorroaza (1984), terrorista que hizo la llamada al banco avisando de la colocación de la bomba, y Josu Amantes Arnaiz (1997) como autor material de la colocación del maletín con la bomba en el interior del banco.
Benicio Alonso Gómez tenía 51 años. Era natural de Barca (Soria), estaba casado y tenía dos hijos.
El 7 de febrero de 1994 la banda terrorista ETA asesinaba en Barcelona de un tiro en la nuca el coronel de Infantería del Ejército de Tierra LEOPOLDO GARCÍA CAMPOS.
Eran cerca de las tres de la tarde cuando dos terroristas se apearon de un coche aparcado en doble fila y abordaron por la espalda a Leopoldo, que en esos momentos entraba en el portal de su casa, en la calle del Tenor Massini del barrio de Sants de la capital catalana. Con una total y absoluta sangre fría, según testigos presenciales, uno de ellos efectuó dos disparos con una pistola. A continuación, se montaron en el vehículo, donde les aguardaba una mujer, y emprendieron la huida. Aunque algunos vecinos intentaron socorrerlo, no se pudo hacer nada, pues falleció casi en el acto.
Los terroristas abandonaron el vehículo utilizado para huir frente a una oficina de Telefónica en la avenida del Marqués de Sentmenat, a sólo dos manzanas de la sede del PSC. Ante el temor de que se tratara de una trampa, los artificieros de los Tedax ordenaron el desalojo de algunas viviendas próximas y aconsejaron a los propietarios de las fincas de la zona que cerraran las ventanas y las persianas. Hacia las 16:30 horas se produjo la primera explosión controlada que no logró, sin embargo, desactivar los explosivos que se encontraban en el interior del vehículo. Una hora después, y sin necesidad de provocar una segunda explosión, los Tedax desactivaron mediante un robot la carga explosiva depositada en el interior de una olla llena de metralla.
El coronel Leopoldo García Campos era la primera víctima mortal de 1994, que terminaría con otros trece asesinados. Ese año estaría marcado por la ruptura del consenso entre el Gobierno socialista y el Partido Popular en materia de lucha antiterrorista, consenso que se mantenía desde la firma del Acuerdo de Madrid de 1987. Esta ruptura afectó, entre otras cosas, a la política penitenciaria que, desde 1989, venía aplicándose a los presos de la banda asesina: alejamiento de los más duros y concesión de beneficios a quienes se distanciaban de la misma.
Por otra parte ETA no había cometido ningún asesinato en Barcelona desde que asesinó a los oficiales y miembros de la banda de música del Gobierno Militar de Barcelona Juan Antonio Querol Queralt y Virgilio Mas Navarro el 16 de enero de 1992.
Varias sentencias de la Audiencia Nacional (1996 y 1997) establecieron como hechos probados que en el asesinato de Leopoldo intervinieron cinco terroristas. Felipe San Epifanio San Pedro, aliasPipe, (exmiembro de la mesa nacional de Herri Batasuna) fue quién efectuó los disparos; Gregorio Vicario Setién le dio cobertura, y Rosario Ezquerra Pérez de Nanclares fue la terrorista que les esperaba al volante del vehículo en el que huyeron. También intervinieron en el mismo Dolores López Resina, alias Lola, y Benjamín Ramos Vega, éste como colaborador de banda armada. Tanto Gregorio Vicario como Dolores López estaban huidos en el momento del juicio.
Gregorio Vicario Setién fue detenido en Francia en 2001 unas horas después del robo de 1.600 kilos de Titadine y 20.000 detonadores en la zona de Grenoble. En abril de 2006 fue extraditado a España temporalmente para ser juzgado por las causas pendientes en nuestro país, entre ellas el asesinato de Leopoldo García. Dolores López Resina fue también detenida en Francia en septiembre de 2001 y entregada a la justicia española en julio de 2007.
Leopoldo García Campos había nacido en Cozuelo de Fuentiduñas, en la provincia de Segovia, el 30 de marzo de 1935, por lo que tenía 59 años en el momento de su asesinato. Coronel interventor del Ejército, estaba casado con María Concepción Oquendo, tenía cinco hijos (cuatro hijas y un hijo) y dos nietos. Licenciado en Derecho, desde agosto de 1990 estaba destinado a la Intervención Delegada Territorial número 4 de la Capitanía General de Barcelona.

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