Saludando no es gerundio. Arturo Pérez-Reverte

Leer entrada completa.


Extractos:

En cuanto al «buenos días» cuando nos cruzamos con un presunto semejante, ni les cuento. No hay quien lo extraiga ni con alicates. Naturalmente, no hablo de ir por las ramblas de Barcelona o la Puerta del Sol de Madrid diciendo buenos días a todo cristo, como un imbécil. Hay momentos y momentos. Pero es cierto que cualquier clase de saludo, cuando nos encontramos con una persona sólo vagamente conocida, o con desconocidos a quienes las circunstancias acercan de modo particular, se hace cada vez más raro. Incluso cuando eres tú quien toma la iniciativa y saluda primero, hay muchas probabilidades de que el interpelado no responda y pase por tu lado sin decir esta boca es mía. 


Otro ejemplo personal, aunque transferible: vivo en la sierra de Madrid y camino a diario. A veces encuentro a otros paseantes, y es pintoresca la actitud de buena parte de ellos. Mientras se acercan desvían la mirada, como si no te vieran; y si no dices nada, pasan vueltos hacia otro lado, mudos. Sólo cuando apuntas «buenos días» responden apresuradamente, a veces cuando ya están a tu espalda. Quienes lo hacen. Otros siguen adelante, imperturbables. No va con ellos. La más notable es una señora -la llamo señora con razonables reservas- con la que me encuentro a menudo. La he visto hacerse mayor, dos veces embarazada, y ahora camina con dificultad a causa de un accidente o una dolencia. Ni una sola vez ese trozo de carne con patas respondió al «buenos días» que le dirigí durante veinte años. Hasta que me cansé de hacerlo. 

8 comentarios:

  1. Anónimo11/11/2011

    Aunque ahora se parece, como dirían en mi tierra, a un pitín pelau, hasta no hace mucho tiempo parecía la caricatura de “Mortadelo”, pero es que ahora, además, se reviste de variados disfraces, igual que el personaje del comic. Me explico, en su último artículo en XL Semanal (06.11.11), titulado “Hablando mal”, se tenía por un hombre educado, su otra personalidad en papel de reportero visceral, que escribe en su página de esa revista, es otro personaje distinto y al parecer distintas apariencias según las personas a tratar y las circunstancias…
    Es como si nos viniera a decir “os conozco y os puedo juzgar, así como puedo juzgar lo humano y lo divino, en cuanto a mí jamás podréis hacerlo porque no sabéis cual es la esencia intrínseca de mi auténtico yo…” Vamos, igual que Dios (o que el Diablo, según se mire).
    Sin embargo por mucho que nos pudiera asegurar que a él no se le puede conocer, son sus distintas personalidades y sus distintos momentos anímicos los que dejan translucir al individuo. Por ejemplo, si escribe sobre una persona que es un buen artesano (y de paso nos dice los muchos libros que posee el escritor, la persona o lo que sea, para el que está haciendo una librería el artesano en cuestión) y lo ensalza en su maestría y en su forma de ser sencilla pero noble, bastaría que ese mismo hombre simple, u otro parecido, escribiera con alguna queja, por algún comentario suyo, a la redacción de la revista para que empleando, nada menos, que su página editorial y, como jugador ventajista, utilizara su profesión y su cargo como miembro de la Real Academia Española, para contestarle con el desprecio de no dar más explicación y motivo que…., sus faltas de ortografía (se siente, rapaz…). Y es que para algunos, alguien que trabaja con sus manos, un hombre sencillo, no puede tener opinión sobre nada ni defenderla si lo hace con…., faltas de ortografía, lo que me recuerda a los antiguos fariseos, más observantes de la letra de la ley que del espíritu de la misma.

    Luego se queja en su artículo "Salundando no es gerundio", que al estar practicando jogging en su urbanización, haya vecinos que no le saluden y hasta facilita detalles para que alguna de las personas a las que se refiere de vean reflejadas y se den por aludidas ¿No saben que ese que practica deporte no es el que suele escribir? Pero claro, si alguno de esos vecinos tiene un pariente en la política, del que el autor suele ciscarse en sus muertos, o tuvo un hijo en el Servicio Militar, hace años, y que falleció porque un chulo borracho con uniforme le descerrajó un tiro y él, el escritor, la persona, el deportista, el chándal o lo que sea, en un caso parecido dio su opinión, con esa medida de cal y otra de arena tan peculiar (intentándonos hacer comprender la naturaleza de esa clase de psicópatas que en un momento dado podría desvelarse como un salvapatrias), pues podría parecer comprensible que no lo saludaran, y es que realmente no lo conocen…., no es él.

    ResponderEliminar
  2. Por lo que leo su amor por don Arturo es inmenso.

    ResponderEliminar
  3. Anónimo11/13/2011

    No se trata de aprecio o animadversión. Arturo Pérez Reverte no me inspira, de hecho, nada en un sentido u otro, me resulta indiferente, es alguien que hace un trabajo y nada más. Leyendo la prensa y el suplemento dominical, a veces me he divertido con sus artículos o me he sentido identificado, como supongo que les habrá sucedido a otros muchos lectores, en muchas de sus denuncias de variada índole, desde lo político, laboral o económico hasta las experiencias vitales de lo cotidiano, o sencillamente, como un ameno comentarista que toca un sinfín de temas que no tienen más trascendencia que la de una tertulia.
    Sabe lo que se puede denunciar y cómo hacerlo, haciéndose eco del sentir popular, de la indignación colectiva, sabe poner en artículos lo que mucha gente piensa, incluso en alguna ocasión escribiendo sobre el contrato basura de una persona joven que no le queda otra que tragar, se ha vanagloriado en poder denunciar esa situación por esa gente, porque afirma que él está en una posición para poder hacerlo. Pero no nos engañemos, sólo es un gesto de prepotencia, sobre todo por subestimar la capacidad de reacción de una buena parte de esa juventud, que en ocasiones, tiene el coraje de decirle a su jefe que se meta el trabajo basura que le ofrece por donde le quepa, es esa parte de la misma juventud que se manifestaba por la democracia en tiempos de represión, donde no me imagino a un Arturo Pérez Reverte recibiendo palos de los grises, la misma juventud que se manifiesta con el 15M, donde tampoco me imagino a un Arturo Pérez Reverte participando de dicha revolución social, si fuera joven, porque él ante todo ha sido siempre un conservador, quizás por eso siempre ha admirado a los héroes, porque él ha sido siempre sólo testigo, no parte.
    Pero como todo “entretenedor”, de los que en el fondo aborrece al vulgo, en otras ocasiones ha mostrado su faceta contradictoria, de remar contra corriente, de marcar su posición con respecto a la de los demás para que no se nos ocurra considerarlo “uno de los nuestros”. Afortunadamente, porque en otras situaciones muestra esa otra faceta del españolito fantasmón con el que también debe creer que nos sentimos identificados. Por ejemplo, al relatarnos, en una comida a la que le invitaron en un restaurante de Hollywood con motivo de la compra de derechos de una de sus novelas para producirla en el cine, llevado de su complejo de superioridad, en este caso de europeo y por tanto supuestamente buen conocedor del vino, criticaba, dejando mal parados a sus anfitriones, el vino que estaban bebiendo a pesar de reconocer en el artículo que el vino era muy bueno. Esto me recuerda al típico estereotipo de fantasmón urbanita de gran ciudad, tengamos por caso un Madrid o una Barcelona, de los que van de turismo a Asturias (mi tierra) o a Galicia, y que a pesar de estar en muchas ocasiones habituados a la comida rápida de sobre, de microondas o a la carne con clembuterol, te vienen con todas las exigencias de quien presume de un paladar acostumbrado a auténticas exquisiteces, pese a la cantidad y calidad que le ofrecen; esa clase de turistas, sobre todo de años atrás con el turismo incipiente como recuerdan los viejos del lugar, que sin embargo en sus propias ciudades no habían comido caliente en toda su puta vida. Y quizás, como el provinciano que nunca ha dejado de ser, don Arturo debió de creer que le iban a llevar a uno de esos restaurantes de película, tipo palacio dieciochesco con sumiller de acento francés y todo el copón, olvidándose de la manera de ser del norteamericano, cuando gente con más categoría y dinero que él no le caen los anillos por comer en un restaurante como al que le invitaron, donde podrías encontrarte incluso al propio presidente de los Estados Unidos.
    Arturo Pérez Reverte, en mi opinión, no reviste una personalidad compleja, es demasiado transparente, es por ello que cuando le pillas en un renuncio también merece un golpe de castigo, o al menos una crítica, de quienes también le respetamos como escritor pese a todo, para poner las cosas en su sitio.

    ResponderEliminar
  4. Pues no tengo la suerte, o desgracia, de conocer a Arturo Pérez-Reverte. De hecho conozco a muy poca gente en profundidad, y ni siquiera a esa gente podría criticarla. Lo que si puedo es criticar las ideas de todas las personas.
    Yo me divierto leyendo los artículos de Reverte, algunos me parecen buenos, me aportan cosas, y otros son intrascendentes.
    Es un debate de ideas, no de personas. Creo yo.
    Lo de su forma de expresarse le compete a él.

    Cambiando de tercio, y sobre un comentario que hecho usted: "la misma juventud que se manifiesta con el 15M, donde tampoco me imagino a un Arturo Pérez Reverte participando de dicha revolución social, si fuera joven, porque él ante todo ha sido siempre un conservador". No me parece ningún pecado no asistir o apoyar a esos movimientos. De hecho yo no los apoyo, y no me considero conservador. Pero este es un tema muy amplio.

    Poner etiquetas implica dejar de pensar, mejor debatamos sobre ideas concretas.

    Gracias por sus comentarios anónimo. Espero que siga por aquí y podamos intercambiar unas palabras.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Anónimo11/13/2011

    Yo tampoco conozco personalmente a Arturo Pérez Reverte, y de hecho no me he referido a su vida personal e íntima, sino que en todo momento lo que he escrito sobre él está, de hecho, en sus artículos, y me he referido, eso sí, a esa parte subjetiva que lleva a alguien a escribir y tratar un tema concreto de la forma que lo hace. ¿Que le han criticado muchos lectores por emplear en exceso insultos y tacos a la hora de expresarse? Tampoco he hecho ninguna alusión a esta faceta suya, a la que también y en cualquier caso tienen los lectores derecho a dar su opinión, aunque en ese aspecto concreto no me considero un censor. ¿Que se debe hacer crítica de las ideas y no de las personas que las plantean? Discrepo, no se puede tirar la piedra y esconder la mano, para mí no es igual el que escribe con criterio objetivo sobre Historia que aquel que considero, en mi opinión personal, que no lo hace, verbigracia, un Pío Moa, a veces lo que se dice depende de quién lo diga, o al menos se ha de tener en cuenta, más que nada por saber a qué atenernos.
    En lo que se refiere a la plataforma 15M, idea que partió al parecer de dos jóvenes licenciados, no son todos los que están ni están todos los que son. Sus portavoces se han descartado de las actuaciones violentas contra los políticos o contra las juventudes católicas con motivo de la visita del Papa a España. No son anarquistas, no son comunistas, no son ocupas, aunque todos ellos se hayan querido unir a este movimiento apolítico. Lo componen ciudadanos normales con un criterio claro con lo que respecta a la democracia y a los problemas sociales. Para muchos no está del todo claro lo que esto significa, y sería muy simplista por mi parte decir que sólo los conservadores no los apoyarían nunca, habrá mucha gente, empezando por los que tienen un carné de partido político del pelaje que sea (no te des por aludido) que tampoco comulgarían con sus ideas por muy progresistas que sean. Lo que tengo claro es que un conservador, de los de toda la vida, es decir, de los que tienen clara la idea de un país con el significado de Estado, Ejército, Iglesia, jamás los apoyaría.
    Gracias por dejar expresarme libremente en su blog. Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. La verdad es independiente de quien la diga. Luego que cada uno tenga sus opiniones.
    No cabe duda que hay gente que tiene una trayectoria y está avalada por sus anteriores ideas y escritos, pero eso no autoriza o desautoriza un hecho.
    El 15M es tan amplio que puede abarcar todo.
    No me doy por aludido, de hecho me considero un librepensador, si el PSOE, el PP o el PNV expresan una idea con la que estoy de acuerdo lo hago.
    No hay de que, esto es un país libre, y este blog sigue la senda.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  7. Anónimo11/13/2011

    Respeto su concepto de la verdad. Aunque si fuera tan claro, incluso, como en el Código Civil, no existirían los abogados para interpretarla, o llevado a otros aspectos como el tema de nuestra Guerra Civil y la responsabilidad de la misma, el término verdad no es ni blanco ni negro sino que tiene sus complejos matices.
    Como no pertenezco a ninguna red social, ni estoy adscrito a Atom, por lo que mi identificación es anónimo, esta será mi última intervención, al menos en este tema, espero poder participar en otros, por lo que si alguien más lo hace como si continuara el debate ya no seré yo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  8. La verdad es única, las cosas suceden y son de una sola manera. Otra cosa es su interpretación.
    Por eso es tan complicada la ciencia, porque busca esa verdad, encontrarla es complicado e incluso no se llega a saber, se intuye a través de las pruebas de las que disponemos.
    Por supuesto que no solo la ciencia busca la verdad, pero es lo mejor que tenemos.

    He leído un par de libros sobre la guerra civil, Las armas y las letras de Andrés Trapiello y 1936 Los mitos de la guerra civil de Enrique Moradiellos, muy interesantes y buscadores de la verdad al mostrar hechos.

    Un saludo y aquí estoy.

    ResponderEliminar