A pesar de todo lo que se ha dicho y escrito, la economía española tocó fondo a mediados de 2009, y desde entonces, trimestre a trimestre, el PIB se ha ido recuperando: primero decreció menos y después creció, poco, no lo suficiente para reducir la tasa de paro, pero creció. El perfil de la curva de la tasa interanual de variación del PIB trimestral se parecía a una U o una V. Sin embargo, el mes pasado se encendieron todas las alarmas, y aún no se han apagado, porque los indicadores empezaron a sugerir que aún esa débil recuperación podía detenerse y, por seguir con los símiles, la curva podía hundirse otra vez, en forma de W, si cae y vuelve a remontar en el futuro, o podía estancarse, dibujando un trazo parecido al de una raíz cuadrada, si deja de crecer pero no remonta.
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