Entrevista a Óscar Elías Biscet. Mario Alegre Barrios

Y comenzó a ser perseguido…

Sí, y apresado. Estuve en la cárcel muchas veces, pero por periodos cortos, hasta que llegó mi detención en el 2002, cuando me golpearon y me fracturaron un pie. Estuve mucho tiempo sin juicio. Los cargos que tenía no eran tan graves y pude haber salido en libertad en unos 3 años, pero entonces me consideraron como parte del grupo de los 75 y me“ajustaron” la condena a 25 años, según ellos, por trabajar para una potencia extranjera, cuando mi labor era realmente luchar por los derechos humanos. Ahora mismo, el hecho de que esté hablando contigo podría bastar para que me volvieran a detener y acusarme de que estoy reunido con alguien de un servicio del extranjero… pero no me preocupa, ya estoy maduro en esta causa…

¿Cómo recuerda los últimos ocho años?

Me maltrataron bastante, me torturaron. Una de las torturas usadas en las cárceles cubanas son los solitarios en unos calabozos minúsculos, totalmente aislados y oscuros. Ahí me tuvieron una vez durante cinco meses ininterrumpidos, sin salir ni un segundo. Ahí mismo hacia mis necesidades, junto al agua que bebía y los pocos alimentos que recibía una vez al día, apenas para mantenerme con vida.

¿A qué otro tipo de tortura lo sometieron?

Me encerraron con enfermos mentales a quienes privaban de sus medicamentos y más desquiciados se ponían ahí. Se sabía que había casos en los que estos enfermos asesinaban al que estaba con ellos mientras dormía. Lo recuerdo ahora y sigue siendo como una pesadilla. También eran comunes los casos de hombres esposados de pies y manos, tirados boca abajo en el piso durante 24 y 48 horas continúas… y las descargas eléctricas en los genitales.

¿Cómo es ahora su lucha, cuando seguramente está más vigilado que antes?

Estoy en una fase de recuperación, tanto física como sicológica. Me excarcelaron el 12 de marzo y tuve que operarme la boca porque en prisión se me cayeron todos los dientes. No obstante, me he dedicado a comenzar a reestructurar la lucha para seguir en esto. Sé que me juego la vida, pero eso es lo que he hecho desde hace más de 20 años. Aquí quizás el gobierno no te dé dos tiros en la calle, pero sí te prepara un accidente fatal. Recuerda que esto es un régimen totalitario, como el Hitler, como el de Stalin.



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