En su entrada
del 6 de diciembre, escribió usted sobre la desigualdad y la pobreza, junto con el informe de la OCDE y enlazando el soberbio artículo de
Gabriel Zaid.
En mi opinión la desigualdad no es un problema, la pobreza sí. Aunque
harán falta muchos estudios
para saber por qué molesta tanto la desigualdad.
Estoy de acuerdo con usted en lo del par libertad-injusticia.
En estos textos se ahonda en el tema de una manera
inteligente: Walter Williams escribe
sobre personas que han creado una riqueza inmensa para toda la humanidad, Xavier
Sala i Martí sobre la
reducción de la pobreza, Michael Tanner sobre el 1% más rico
y José Carlos Rodríguez hace una inteligente crítica al estudio de la OCDE:
Pero además este
tipo de estadísticas suelen interpretarse muy mal. Las vemos con ojos europeos,
es decir, de una sociedad inmovilista o poco dinámica. No es el caso de los Estados
Unidos, donde cada uno de los tramos en que se dividen los grupos de renta se
corresponden con tramos de edad. Los ingresos más bajos se corresponden con los
más jóvenes y los más altos con los más mayores, dentro de la edad activa. Esto
es, se mejora en renta del trabajo a medida que ganamos en experiencia y
responsabilidad. ¿Habrá quien se extrañe de ello? Quizá alguno que otro
periodista, pero la mayoría sabe que esa es una experiencia común.
Efectivamente, hay que tener en cuenta que los ingresos en los hogares
no son fijos, y se puede pasar a ingresar más o menos, evolucionando de pobre a
rico o a la inversa. Por
ejemplo, en Estados Unidos, según un estudio de la Minneapolis Fed, desde
2001 a 2007, solo el 56% de los hogares que estaban en el quintil más bajo de
ingresos siguen en él, y el 5% se ha movido a los dos quintiles superiores. En
cuanto a los pertenecientes al quintil más alto, solo permanecen en él el 66%,
y el 5% han caído al quintil inferior. Todos los quintiles han evolucionado, y
casi la mitad de sus miembros han evolucionado a otros quintiles.
Si hablamos del famoso 1% más rico, en
Estados Unidos, solo el 56% de los que pertenecían a ese grupo en 1996 lo
estaban en 2005. Aquí el informe
completo.
Esto también es válido para las empresas, según
Fortune, de las 500 compañías americanas más grandes en 1955, el 87% ya no
están en esa lista.
Jarred Skorup escribe otro interesante
análisis.
Aunque los datos anteriores son para Estados Unidos, seguro que los
datos son similares para los países de la OCDE.
Aquí dejo algunos datos sobre las mejoras que afectan a la reducción de
la pobreza:
-
Y muchos más.
Otro día hablamos de la educación universitaria, y como se tendrá que
adaptar la realidad, le dejo estos enlaces: Un estudio
serio de Catherine Campbell, otro
con humor y unos más
serio de Alex Tabarok,
P.S.: Creo que le puede interesar esta
pensadora.
Creo que me he excedido con los enlaces, pero ya tengo confianza con
usted tras saludarle en persona y sabrá perdonarme. Por cierto, creía que era usted más
alto.
Estos son los hechos bien y el artículo ofrece cierta esperanza y la solución de propósito, es como predicar en el desierto. Sólo aquellos que sufren de desigualdades puede liberar del sufrimiento, aquellos que no han prosperado.
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