Capitalismo y socialismo: Entrevista a Friedrich August von Hayek

Carlos Rangel.

Carlos Rangel (1929-1988) fue un destacado periodista e intelectual venezolano y autor deDel buen salvaje al buen revolucionario (1976) y El tercermundismo (1986). Friedrich August von Hayek (1899-1992) fue tal vez el más grande defensor de una sociedad libre en el siglo XX. Siendo economista, erudito del derecho y filósofo, Hayek escribió Camino a la servidumbre (1943), Los fundamentos de la libertad (1959) y Derecho, legislación y libertad (1978). Esta entrevista tuvo lugar en Caracas, Venezuela, el día 17 de mayo de 1981. Fue originalmente publicada en el diario El Universal de Caracas en junio de ese mismo año y ha sido reproducida con la autorización del mismo diario. Aquí puede descargar esta entrevista en formato PDF.

Carlos Rangel: Gran parte de su labor intelectual ha consistido en una comparación crítica entre el capitalismo y el socialismo, entre el sistema basado en la propiedad privada y la economía de mercado, y el sistema basado en la estatización de los medios de producción y la planificación central. Como es bien sabido, usted ha sostenido que el primero de estos sistemas es abrumadoramente superior al segundo. ¿En qué basa usted esa posición?
Friedrich August von Hayek: Yo iría más lejos que la afirmación de una superioridad del capitalismo sobre el socialismo. Si el sistema socialista llegare a generalizarse, se descubriera que ya no sería posible dar ni una mínima subsistencia a la actual población del mundo y mucho menos a una población aun más numerosa. La productividad que distingue al sistema capitalista se debe a su capacidad de adaptación a una infinidad de variables impredecibles, y a su empleo, por vías automáticas, de un enorme volumen de información extremadamente dispersa entre millones y millones de personas (toda la sociedad), información que por lo mismo jamás estará a la disposición de planificadores. En el sistema de economía libre, esa información puede decirse que ingresa de forma continua a una especie de supercomputadora: el mercado, que allí es procesada de una manera no sólo abrumadoramente superior, como usted expresó, sino de una manera realmente incomparable con la torpeza primaria de cualquier sistema de planificación.
CR: Últimamente se ha puesto de moda entre los socialistas admitir que la abolición de la propiedad privada y de la economía de mercado en aquellos países que han adoptado el socialismo, no ha producido los resultados esperados por la teoría. Pero persisten en sostener que algún día, en alguna parte, habrá un socialismo exitoso. Exitoso políticamente, puesto que no sólo no totalitario sino generador de mayores libertades que el capitalismo; y exitoso económicamente. ¿Qué dice usted de esa hipótesis?
FAvH: Yo no tengo reprobación moral contra el socialismo. Me he limitado a señalar que los socialistas están equivocados en su manejo de la realidad. Si se tratara de contrastar juicios de valor, un punto de vista divergente al de uno sería por principio respetable. Pero no se puede ser igualmente indulgente con una equivocación tan obvia y tan costosa. Esa masa de información a la que me referí antes, y de la cual el sistema de economía de mercado y de democracia política hace uso en forma automática, ni siquiera existe toda en un momento determinado, sino que está constantemente siendo enriquecida por la diligencia de millones de seres humanos motivados por el estímulo de un premio a su inteligencia y a su esfuerzo. Hace sesenta años Mises demostró definitivamente que en ausencia de una economía de mercado funcional, no puede haber cálculo económico. Por allí se dice a su vez que Oskar Lange refutó a Mises, pero mal puede haberlo hecho ya que nunca ni siquiera lo comprendió. Mises demostró que el cálculo económico es imposible sin la economía de mercado. ¡Lange sustituye “contabilidad” por “cálculo”, y enseguida derriba una puerta abierta demostrando a su vez que la contabilidad, el llevar cuentas, es posible en el socialismo!
CR: Un punto de vista muy extendido consiste en creer que es posible mantener las ventajas de la economía de mercado y a la vez efectuar un grado considerable de planificación que corrija los defectos del capitalismo.
FAvH: Esa es una ilusión sin base ni sentido. El mercado emite señales muy sutiles que los seres humanos detectan bien o mal, según el caso, en un proceso que nadie podrá jamás comprender enteramente. La idea de que un gobierno pueda “corregir” el funcionamiento de un mecanismo que nadie domina, es disparatada. Por otra parte, cuando se admite una vez la bondad del intervencionismo gubernamental en la economía, se crea una situación inestable, donde la tendencia a una intervención cada vez mayor y más destructiva será finalmente incontenible. Claro que no se debe interpretar esto en el sentido que no se deba reglamentar el uso de la propiedad. Por ejemplo, es deseable y necesario legislar para que las industrias no impongan a la sociedad el costo que significa la contaminación ambiental.

Libertad para Jazmín Conyedo y su esposo Yusmany Rafael Álvarez

Firmado por Berta Soler Hernández, portavoz de las Damas de Blanco y Roberto de Jesús Guerra Pérez, director de Hablemos Press. 




La Habana, 3 de enero.- El Centro de Información Hablemos Press en coordinación con el Movimiento Damas de Blanco Laura Pollán acordó iniciar una campaña el jueves 2 de enero exigiéndole a las autoridades cubanas la libertad inmediata de Jazmín Conyedo y su esposo Yusmany Rafael Álvarez.

Jazmín Conyedo, es Periodista Independiente del Foro Antitotalitario Unido y representante de las Damas de Blanco en Santa Clara; su esposo es activista del Foro.

Fueron arrestados el 8 de enero en Santa Clara -luego de que le realizaran un acto de repudio en su vivienda. Se encuentran actualmente en la cárcel Guamajal y la Pendiente, respectivamente, desde su traslado el 16 de enero.

La Campaña LIBERTAD YA, consiste en entregar en las calles de Cuba un folleto que lleva impreso una foto del matrimonio con un rotulo explicando quiénes son ellos (Jazmín y Yusmany) y porque se encuentran encarcelados.

También, la página de Hablemos Press www.cihpress.com ha abierto una sección de recogidas de firmas para todos aquellos que quieran cooperar desde el extranjero, para exigir su LIBERTAD YA.

Exhortamos además a todas las organizaciones dentro y fuera de la Isla que lo desee, hacer lo mismo.

Así mismo, hacemos un llamado a la conciencia de las autoridades cubanas a respetar los derechos humanos y poner en libertad a estos dos jóvenes que no han cometido ningún delito, solo el de intentar restablecer el derecho al libre movimiento, la libertad de reunión y expresión.

Jazmín y Yusmany no han cometido ningún delito. Queremos su LIBERTAD YA.

Eric Zener

Fuente.

















Contra el paro, libre mercado

Juan Ramón Rallo.



Decía el otro día el keynesiano Paul Krugman algo muy poco keynesiano: España, y el resto de países periféricos, deben reducir sus salarios un 20% con respecto a los de Alemania para empezar a crear empleo. No fueron pocos los keynesianos quienes le afearon a Krugman la conducta: bajar salarios sólo nos llevará a una muy destructiva espiral deflación-deuda que nos engullirá en una depresión todavía más profunda. Y, en efecto, con distintos matices esto último era lo que opinaba Keynes, quien siempre se opuso a las rebajas de los salarios nominales y abogó, en cambio, por políticas inflacionistas que promovieran el gasto y minoraran los salarios reales.
Por supuesto, decir que los salarios, así en general, deben bajar un 20% en España peca de un simplismo no menor que el de afirmar que ningún salario debe reducirse en nuestro país so riesgo de un repunte vertiginoso en los impagos y en las bancarrotas bancarias. En realidad, ni los keynesianos que promueven rebajas salariales a lo bruto ni los keynesianos que se oponen a cualquier ajuste de rentas son capaces de ver más allá del árbol que tienen en frente de sus narices.
Los primeros olvidan que de lo que se trata no es de bajar todos los salarios al inframundo para ganar indefinidamente competitividad frente al extranjero. No es verdad que para una economía una caída salarial del 50% sea mejor que una del 20% y que una del 20% sea mejor que una del 10%; no lo es, claro, a menos que consideremos que los trabajadores no forman parte de esa economía. Lo que necesita la periferia europea no son salarios bajos por capricho, sino salarios libres que se adapten a la productividad de los distintos sectores de la economía, es decir, a la capacidad para generar riqueza de los diferentes planes empresariales que puedan llegar a ser viables en España. Eso significará, por supuesto, que algunos sueldos tendrán que caer y que, por las mismas, otros tenderán a ir subiendo.
El segundo grupo de keynesianos apela a los riesgos de una espiral deflación-deuda sin darse cuenta de que el verdadero riesgo de que ello acaezca no procede de que algunos salarios bajen para ajustarse a su productividad real post-burbuja –de modo que puede empezarse a crear empleo–, sino de que se mantengan artificialmente altos y condenen al paro estructural a más de cinco millones de personas. Suena a sarcasmo que a algunos les preocupen las implicaciones macroeconómicas de que un trabajador vea recortado su sueldo un 10%, pero en cambio no vean riesgos infinitamente mayores en que la cifra de parados lleve varios años en el entorno de los cinco millones, lo que necesariamente implica que los desempleados han padecido una merma en sus remuneraciones de, al menos, el 30% (mientras perciben el subsidio) y del 100% en muchos casos (cuando éste se agota).
La sangría laboral de enero, la más alta desde el aciago 2009, nos recuerda que el desempleo en España no ha tocado fondo y que la única forma de combatirlo y darle la vuelta no es –como no lo fue en 2009 con el Plan E– mediante ruinosos planes de estímulo de la demanda. Necesitamos una reforma laboral que permita que cada salario de este país se ajuste a su productividad, en lugar de ser éste determinado directa o indirectamente por nuestros políticos, sindicatos y patronales.
El ejemplo de éxito es muy claro: en el primer trimestre de 2010, España tenía una tasa de paro del 20,05%, Letonia del 20,7%, Lituania del 18,1% y Estonia del 17,3%. Hoy España tiene una del 22,9% y, a falta de que publiquen los datos del último trimestre de 2011, Letonia una del 12,8%, Lituania del 14,8% y Estonia de 10,9%. ¿Acaso es que, como podría pensar algún keynesiano, estos países no han sufrido, a diferencia de España, una contracción crediticia brutal que haya hundido el gasto interno en la economía y dejado sin financiación a sus empresas? No, de hecho la sufrieron en mayor medida: España recibía en 2007 una financiación exterior equivalente al 10% de su PIB y hasta hoy la ha visto minorada al 3% (siete puntos menos de crédito exterior); por el contrario, Letonia, Lituania y Estonia recibían en 2007 entre el 15% y el 23% de su financiación del exterior y hoy, en cambio, son ellos quienes proporcionan financiación al resto del mundo por un importe de entre el 1% y el 3% de su PIB (lo que equivale a una reducción del crédito externo de entre 16 y 26 puntos). La diferencia no es ésa,sino que sus mercados laborales son mucho más libres. Tomen nota señores del PP: ellos son los países de Europa donde más cae el paro, nosotros y Grecia aquellos donde más sube. Pero, por imposible que parezca, seguimos ganando a la quebrada Hélade en cuanto a tasa de paro. Por algo será.

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