Peor el remedio que la enfermedad por Jorge Olivera Castillo

Cubanet.

LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -¿Cuándo se solucionará el problema del agua? ¿Por qué tantas cucarachas? No hay respuestas. Entre averías del sistema hidráulico, que no se resuelven, y laplaga de cucarachas de la especie Blattella germanica, transcurre el tiempo en la sala de Neurocirugía del Hospital Calixto García, ubicado en las inmediaciones de la Universidad de La Habana.
Nadie en la administración del lugar parece interesado en implementar mejoras que hagan más llevadera y segura la estancia en el hospital de los pacientes y sus acompañantes.
Miles de cucarachas salen de noche a buscar el sustento. Todas son diminutas y de movimientos rápidos. Trepan por las paredes y se introducen por cuanto orificio encuentran. La oscuridad les sirve de camuflaje en su guerra por la supervivencia y jamás regresan a sus madrigueras sin algún botín.
En el fondo de la sala, se escucha el sonido de un débil chorro de agua que cae desde una tubería dentro del tanque de un inodoro. Es el único sitio que existe para acopiar el líquido.
Debe hacerse con una manguera que enlace los boquetes del tubo emisor con la entrada de los pomos, o mediante maniobras más complicadas. Los pomos tienen que ser pequeños, porque rotura del conducto que permite el desagüe queda dentro del artefacto sanitario, que solo tiene unos 15 centímetros de ancho y menos de 40 de largo, por lo que el margen de maniobrar para obtener agua se reduce al mínimo.
Como alternativa, existe un grifo fuera de la sala, donde se llenan los cubos de agua para bañarse en uno de los tres compartimientos, que desde hace ya tiempo dejaron de parecer baños.
Lo único positivo es la pintura fresca del techo y las paredes, que contrasta con las persianas desvencijadas y el mobiliario, que parece recogido de la basura. El piso se limpia ocasionalmente y la mugre es su fiel compañera.
El olor reinante en la dantesca sala es insoportable, y parece empeorar con la quietud de la madrugada, haciendo difícil conciliar el sueño. Durante la noche, los que no están incapacitados para caminar salen frecuentemente al largo balcón para respirar un aire menos viciado y entablar alguna conversación con otra víctima, entre el tufo malsano, los quejidos de los recién operados, los insectos y el insoportable calor del trópico.
Las noches en la sala de Neurocirugía del Calixto Garcia son verdaderamente infernales. Lo asegura alguien que ha tenido que estar allí, al lado de un enfermo, en permanente vigilia para espantar las cucarachas a tiempo. Con los despuntes del alba se esconden las cucarachas y llega cierto alivio; aunque el panorama no cambia, la luz hace mas llevadera la tortura.
En el Calixto García, la cacareada fábula de que Cuba es una “potencia médica” parece un chiste de muy mal gusto.

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