Cuba: Que ser valiente no salga tan caro que ser cobarde no valga la pena

por Lilianne Ruíz.


En uno de esos programas que inserta la Seguridad del Estado en la programación de la televisión cubana he visto a uno de los hombres que más admiro por su valor en esta saga por la libertad de Cuba. Pero la Seguridad no presentó realmente a Antúnez, ni habló de sus años de presidio político, de los horrores de las cárceles cubanas tan oscuras y olvidadas.
Jorge Luis García Pérez “Antúnez”, es un cubano que estuvo en la cárcel desde 1990 hasta hace pocos años por el solo hecho de expresar sus ideas contrarias al poder político.
Si fuera únicamente haber estado preso por difundir sus ideas ya sería atroz la injusticia pero en sus testimonios del presidio político castrista en Cuba se puede revivir el horror de las celdas de castigo, y como reducen a los seres humanos a las más inimaginables degradaciones para hacerlos retractarse de ser quienes son, obligarles a vestir uniforme de preso común y hacerles pasar por los cursos de reeducación política.
Algún día Cuba estará en la primera plana de los periódicos del mundo a causa de los juicios que entonces podremos hacer a los violadores de los derechos humanos, los criminales contra la humanidad de estos 53 años. La Izquierda radical, extrema, carnívora, depredadora, en el mundo ha querido desconocer esto quizá porque ellos estarían dispuestos a hacer lo mismo en sus países. Hablar de esto cuesta trabajo, imaginar hasta dónde llega la maldad del hombre comienza por una puerta cerrada que no queremos atravesar. Posiblemente por eso muchas personas influyentes en el mundo prefieren mirar en la dirección de los niños uniformados saludando la bandera, las graduaciones de médicos en la escuela latinoamericana, el discurso de la justicia social. Y eso ha sido al parecer muy bien estudiado por la élite de poder en mi país. El mundo prefiere ignorar testimonios como el de Valladares, Hubert Matos, Antúnez, los 75. Y mientras tanto la Seguridad del Estado fabrica estos programas donde intenta desacreditar a personas mayormente desconocidas para los televidentes cubanos. Quizá hasta para los mismos periodistas cubanos y extranjeros, exceptuando por supuesto a los periodistas independientes y algún corresponsal extranjero desobediente, que decida salir a buscar la verdad y no quedarse en la comodidad del discurso oficial.
Lo único que consiguió la mafia de Villa Marista y la Sección 21 con el último engendro documental fue evidenciar una vez más como vigilan y persiguen a las personas que se han declarado en contra de régimen.
En respuesta al embuste para estúpidos con que intentan condicionar la percepción los segurosos, reduciendo el problema a asunto de dinero y no de libertad y autentica rebeldía, respondo en mi blog, por si alguien en Cuba (donde yo vivo y he salido de mi closet) pudiera leerme, que para salir a las calles a protestar en reclamo por la libertad de los presos políticos, como hacen las Damas de Blanco, se necesita de manera abismal mucho más que dinero.
Que para plantarse, como hizo Antúnez (y otros cubanos que también intentan desacreditar por ser opositores) en una cárcel castrista, en soledad, sin derechos, se necesita tener un no sé qué que la mayoría de los cubanos no tiene. Que no tienen los segurosos que hicieron el programa de televisión ni los carceleros que infligen torturas a los presos, especialmente los que torturan a los presos políticos con tratos crueles y degradantes. Ni los máximos jefes que mueren de miedo y son los primeros culpables de esas lesiones contra la humanidad propiciadas por la ideología del sistema y el escaso valor que tiene en él la persona humana, y  que es la condición sin la cual no se mantendrían en el poder los actuales dueños de Cuba. En los primeros siglos de cristianismo el mayor testimonio de la fe en Jesucristo que se podía dar era el martirio, y Antúnez ha probado hasta el martirio su fe en la libertad: está vivo y cuerdo gracias a la fuerza espiritual que Dios le dió. (Boitel Vive, es un libro de testimonio de sus años de cárcel en Cuba)
En el caso de las entrañables gladiadoras, Damas de Blanco -que también se hizo evidente en el programa de televisión el monitoreo y la violación del derecho a la privacidad- el mayor “pecado”  que la Seguridad presentó fue el de haber aceptado colaboración de otros cubanos en el exilio, quién sabe si otra Dama quizá de mejor retórica, para redactar un comunicado por la muerte de Oswaldo Payá. Estas mujeres en su mayoría de procedencia humilde pero que con verdadera inteligencia han elegido la mejor parte tienen lo que nadie en el exilio, ni muchos hombres en Cuba, ni ésta humilde servidora tenemos, que es el valor y la resistencia para llegar hasta el final, como llegó Laura Pollán, en su lucha por la Libertad de los presos políticos. Enfrentar la falta de justicia y de seguridad ciudadana en los Tribunales, después de saber que el poder en Cuba es un perro fiero que calcula sus jugadas sin respeto alguno a la condición humana ni a la condición de ser mujer, necesita de mucho valor y mucha fe.
Debería invertirse mucho más dinero en la Libertad de Cuba. Dinero que los cubanos residentes en la Isla no tenemos, dinero que mueve en el mundo los hilos de la política, de todos los movimientos humanos mucho menos drásticamente orientados a aspiraciones básicas, de Libertad, como tiene en Cuba la oposición  –pacífica, siempre justo aclarar-
La libertad en peligro se asiste. Los únicos que han vendido su libertad individual, y por ende la de su país, han sido los mercenarios del actual gobierno de la Isla de Cuba, los gendarmes sádicos del MININT, que sin temor de Dios ni respeto por los hombres poblaron los recuerdos de Antúnez de las condiciones de infierno que los cubanos y mucha gente en el mundo prefiere desconocer. Y que una vez más no fue comentado por el sitio Cubadebate, ni presentado en televisión por la Seguridad del Estado.

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