El titular que reproducimos arriba corresponde a la primera edición de El País, corregido en la segunda por la necesidad de acoger la adelantada proclamación del Real Madrid como campeón de liga, tras vencer al Athletic por 0-3. Al leerlo, me ha venido a la cabeza la definición de periodismo que hacía Cherterton: “El periodismo consiste en contar que Lord Jones ha muerto a gente que previamente no sabía que existiera Lord Jones”.

Ahora vean la noticia que por esas fechas ofrecía Deia sobre la insumisión de los estudiantes de la UPV ante las reformas, servida con el lenguaje desgarrado y la sobrecarga semántica que son habituales desde hace años. A la razonable iniciativa de hacer que los estudiantes que no aprueben paguen tasas más altas por sus matriculaciones sucesivas en la misma asignatura, le llaman ‘criminalizar’. No ya ‘penalizar’ o ‘castigar’.
Nadie, si siquiera el ministro, que yo sepa, ha defendido el aumento de las tasas y la ‘criminalización’ de los estudiantes vagos con un argumento de estricta justicia y de igualdad. No es justo que las tasas universitarias, pagadas en su mayor parte con dinero público, subvenciones a los hijos de las clases media-alta y alta que son, los que más cursan estudios universitarios. esto es así en toda Europa, pero especialmente en España, donde un fracaso escolar del 30% se ceba casi absolutamente en la clase baja y media-baja. ¿Es justo que se subvencione a las familias de rentas más altas los estudios de sus hijos?¿A esto le llama la izquierda igualdad?¿No será más justo que las matrículas se aproximen más a su coste real y que las becas no sean para promocionar medianías, sino favorecer la excelencia y pagar los estudios de los hijos de familias modestas que sean capaces de sacar un 6 de nota media?
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